Me he posicionado a favor de la construcción de un gran plató cinematográfico en Guadalajara, en las naves del Fuerte de San Francisco, donde ya se han rodado varias series de éxito, por una razón fundamental: la vecina comunidad de Madrid acogió más de 900 rodajes en 2021 (el 35% de las producciones españolas durante ese año y el 71% de las series). Desde el sector de la producción audiovisual piensan que Guadalajara, por la cercanía, es un sitio ideal para los rodajes y esa idea la compró el equipo de Gobierno de Alberto Rojo y la Junta de Comunidades, que sabiendo que hay subvenciones europeas de por medio, de realizarse podría matar dos pájaros de un tiro: apoyar una actividad de futuro y quitarse la presión sobre la rehabilitación de un espacio para cumplir una sentencia judicial del Tribunal Supremo.
Me interesa el primer pájaro: ¿Podría ser interesante dar forma en Guadalajara a una Cinecittà a la madrileña, complejo que en la periferia de la ciudad de Roma lleva rodadas más de 3.000 películas? Mi respuesta es afirmativa, siempre que sea beneficioso para la ciudad de Guadalajara. En ese sentido, me parecería un error hacer del tema un debate ideológico, porque lo importante no es si va a entrar la iniciativa privada en la gestión del proyecto, como se demoniza en algún comunicado con exceso de carga ideológica, lo que hay que valorar es cuál es el proyecto en sí, quien participa en él, con qué fondos, quién lo va a gestionar, de qué manera el Ayuntamiento se va a beneficiar de él y por extensión toda la ciudad de Guadalajara. Lamentablemente nada de esto se ha explicado -la alcaldesa Guarinos dijo que la Junta le entregó una memoria de seis folios-, con lo que en estas condiciones, incluso a los que nos gustaba la música de crear una Ciudad del Cine, nos falta la letra de la partitura; y así es muy difícil apoyar nada. ¿Cuándo se va a presentar el proyecto técnico?
La Ciudad del Cine de Guadalajara parece que se rige por la ley de Murphy y desde las elecciones municipales y autonómicas ha ido empeorando. Fue una gran decepción conocer que en los Presupuesto de 2024 la Junta no incluyera la nueva biblioteca municipal anunciada en el Fuerte por el presidente García-Page y que también se hayan olvidado de la rehabilitación de una de las naves para las Escuelas Municipales, que siguen teniendo un horno de cerámica en el interior de un palacio. No hay motivo alguno para estos olvidos, como no sea que alguien ha querido avisar al vecino de Guadalajara sobre el error de su voto; y no quiero pensar en ello.
Personas relevantes de la cultura de Guadalajara -entre las que no solo tengo amigos, sino devoción por la trayectoria de algunos, con los que coincidí en manifiestos y plataformas por la cultura de la Ciudad- firman una interesante carta enviada a la alcaldesa de la Ciudad y al delegado de la Junta, en la que piden un proceso de participación ciudadana y un debate público, serio y argumentado. No puedo estar más de acuerdo, aunque sospecho que podemos haber llegado tarde, porque las ayudas europeas tienen fecha de caducidad. Y al final bajo el argumento de la falta de consenso en la ciudad sobre qué hacer con el Fuerte, puede ocurrir que no se haga nada, ni Ciudad del Cine, ni Biblioteca, ni talleres, y la Junta siga sin cumplir la sentencia que le obliga a la rehabilitación del inmueble, según el convenio que firmó con el Ayuntamiento. Eso es lo que me temo. Otra cosa es si el Fuerte estuviera en Toledo. Pero no, está en Guadalajara; y esto es lo que hay.