Núñez: solo ocho meses para despegar, o fracasar

El Partido Popular de Castilla-La Mancha ha cerrado con la elección de su futuro presidente regional (el liderazgo es otra cosa, que se gana con el tiempo) el precipitado cambio al que se ha visto forzado por la dimisión de María Dolores Cospedal, que decidió dar carpetazo a su carrera política en la Región para explorar nuevos caminos, seguramente en el Parlamento Europeo.

El reto es ciertamente complicado, porque en apenas ocho meses un partido presidencialista como era el PP de Cospedal tiene que buscar a un nuevo líder y sin solución de continuidad tejer un proyecto atractivo para Castilla-La Mancha con el que concurrir a las elecciones de Primavera, en las que tendrá como principal al actual presidente de la Junta, Emiliano García-Page, con las sinergias que eso lleva consigo en una región como es ésta. No es de extrañar por tanto el escaso entusiasmo con el que han afrontado una posible candidadura políticos como Vicente Tirado, Antonio Román o Rosa Romero. En el caso del alcalde de Guadalajara, cuando vio que tendría que luchar contra el candidato del aparato, Francisco Núñez, y con el toledano Carlos Velázquez, que no aceptó las condiciones de los primeros para ir en una lista común, prefirió hacer Mutis por el foro, aunque ciertamente en unas Primarias a tres el abanico de posibilidades se habría ampliado en segunda vuelta. Y como ocurrió en las Primarias del PP nacional en las que el segundo (Casado) y tercero (Cospedal) de la primera vuelta se aliaron con posterioridad contra la primera (Soraya Sáenz de Santamaría), bien podría haber ocurrido algo similar en Castilla-La Mancha. Román hizo por tanto un gran favor a Paco Núñez no concurriendo a la Primera vuelta (aunque estuvo recogiendo avales en Guadalajara hasta última hora), con independencia de que el argumento que empleó con los suyos tanto en público como en privado es cierto: una victoria por la mínima en segunda vuelta a ocho meses de las elecciones se acaba convirtiendo en una derrota.

Así que fueron solo dos los candidatos que al final se decidieron a competir por por tomar el testigo ¿envenenado? de Cospedal, y en apenas quince días tuvieron que improvisar una mini campaña interna, que apenas les dio para asistir a unas cuantas paellas y a reuniones en cafeterías en las cuales se habló sobre todo de personas y muy poco de política. Aunque yo les disculpo: es el atolondrado sistema que eligió el PP para suceder a Cospedal el que propició el juego subterráneo de los candidatos y el cultivo de las estrategias personales como principal condimento de la mini-campaña. En tan pocos días no hay lugar más que para decir a los militantes una colección de obviedades y para que muchos de ellos se fueran situando en función de donde estaban los otros. Ninguno de los candidatos demostró tener un discurso arrebatador como para que dejarlo todo y salir tras ellos, pero esto es lo que hay en la política de hoy en día. García-Page se le dijo a Román en la procesión de la Antigua, donde coincidieron:
-Nos habéis copiado lo peor de las Primarias.

Y tiene toda la razón. Porque estas Primarias a la española no son ni chicha, ni limoná. Al no dejar intervenir a los simpatizantes, como sucede en Estados Unidos o Francia, se alimentan las guerras internas de los partidos, se acentúa la división y no siempre el candidato de los militantes coincide con la valoración mayoritaria de sus electores, lo que explica casos como el de Pedro Sánchez en las dos últimas elecciones. [Por cierto, si Tezanos  se creyera que el PSOE tiene 10 puntos sobre PP y Ciudadanos, como dice su CIS, mañana mismo Sánchez convocaría elecciones, porque el desgaste del Gobierno ha empezado].

En el PP de Castilla-La Mancha, el aparato del partido pensó que con una reunión de mesa camilla entre los dirigentes provinciales se podría llegar a la sucesión dulce de Cospedal, como en los viejos tiempos. Pero algo así es ahora imposible, incluso en el PP; y ahí están los resultados. El candidato que encarnaba el continuismo, Francisco Núñez, ganó como se esperaba con 3.978 apoyos, el 64,4 % de los votos, una cantidad importante, pero que no es suficiente para acoger bajo su paraguas a todo el PP de Castilla-La Mancha. Y así el candidato de “los 2.171 afiliados que han apostado por una renovación real del partido, que creen que las cosas se pueden hacer mejor y ése es el objetivo que nos ha traído hasta aquí», llegó a sumar 2.171 votos, el 35,1%, un número muy importante de descontentos, que si Núñez no es capaz de integrar en la comisión ejecutiva y junta directiva que salga del Congreso de Albacete, el 7 y 8 de octubre, le podría pasar seria factura en la próximas elecciones.

Paco Núñez, un desconocido para la opinión pública regional fuera de Albacete, tiene ocho meses para intentar explicar lo que desde luego no ha podido en esta campaña interna low cost que terminó la pasada semana. Que detrás de él hay un proyecto alternativo de verdad, con estos mimbres y que responde a estos valores, algo más que el socorrido aquí estamos nosotros para echar al gobierno de Page-Podemos.

Por último, en el conjunto del PP se impone también un debate sobre el decreciente papel de los partidos en esta nueva sociedad civil 2.0 y el menguante número de afiliados, de verdad, que están dispuestos a pagar la cuota de su partido y a participar en las decisiones. En Guadalajara lo fueron 452 ( de los cuales 224 apoyaron a Núñez y 128 a Velázquez), un número que invita a la reflexión si tenemos en cuenta de que el PP de Guadalajara todavía tiene 629 concejales en la provincia.

No es un problema exclusivamente del PP, pero es preocupante, porque el principal antídoto contra los populismos está en la articulación de partidos fuertes, democráticos y con capacidad para vertebrar a las grandes corrientes del pensamiento moderno. Y no será esta risión de Primarias que se han inventado los dos partidos mayoritarios lo que les ayude a penetrar en su tejido social, porque solo valen para alentar el guerracivilismo interno. Y así acaban cansando a su electorado, que ya no está dispuesto a comulgar con ruedas de molino y con las listas cerradas que nos sirven los aparatos, casi siempre con las mismas caras.

O se hacen Primarias de verdad, o casi mejor llamamos otra vez a Alfonso Guerra y a Álvarez Cascos. Porque esto es lo que hay: a un tal Núñez le han dejado solo ocho meses para despegar, o fracasar.

Román, un paso a un lado

Antonio Román  comentaba en su entorno más próximo que no merecía la pena. Que estaba desilusionado por los personalismos con los que se había topado en todo este proceso para elegir sustituto de  María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha,  y que de proseguir con unas Primarias a cara de perro, abriría unas heridas en el partido que no se podrían cerrar de aquí a las elecciones autonómicas en la próxima primavera. Lo que tendría una repercusión negativa, seguro, en el resultado electoral y en las que al PP le espera un panorama nuevo: Ciudadanos y Podemos estarán en el parlamento regional, con capacidad  para  decantar una mayoría de gobierno. Y Emiliano García-Page llega a estas elecciones con la prima de ser presidente de Castilla-La Mancha, algo que en esta comunidad criada en el aprecio por el mando es especialmente importante. El poder hay que visibilizarlo, porque da réditos. Recuerdo que cuando empezó José Bono a visitar  los pueblos de esta nueva comunidad autónoma,  en ellos le preguntaban si vendría el Gobernador.  Y Bono, que las caza al vuelo, reclamó a los gobernadores que le acompañaran en estos viajes, para visibilizar ante esos campesinos, que no entendían muy  bien qué era eso de la Junta de Comunidades, que algo importante sería cuando el señor gobernador se ponía a las órdenes de este señor de Albacete tan simpático.

A lo que iba: Román ha puesto como único argumento para dar “un paso a un lado”, como él dice, a que de no hacerlo quedaría un partido desunido para preparar, con garantías,  una alternativa y un candidato exprés en ocho meses. Aunque según dijo a la prensa : “Estoy seguro de que habría ganado el congreso; estoy seguro. Tenía muchos apoyos en Cuenca, en Ciudad Real, algunos de Albacete y muchos de Toledo. Pero ganar el congreso por diez puntos de diferencia a siete meses de las elecciones, es un error. El error de las primarias que han cometido otros”.

No es esta la versión que te cuentan destacados dirigentes del PP de Guadalajara, que respaldan a Paco Núñez, y que insisten  en que si realmente Román  tenía tantos apoyos, «por qué no se ha presentado».  Y son más de uno los militantes del PP guadalajareño, que frente a un señor de  Albacete, al que nadie conoce en Guadalajara,  habrían votado a Román,  los que no entienden la decisión del alcalde: “Para qué se presenta entonces y se monta todo este número, que ha visibilizado la desunión del partido, que antes solo se intuía”, es la pregunta que se hacía un destacado militante que todavía ostenta un cargo parlamentario importante. Según me cuentan, en el último Comité Ejecutivo Provincial se podía cortar el ambiente con un cuchillo de cocina.

La explicación más verosímil es la siguiente: el viernes  7 de septiembre se convoca una reunión de la Junta Directiva Regional en Toledo, y casi todo el mundo pensaba  que iban allí a despedir con cariño a Cospedal, y que el siguiente paso sería tratar sobre una candidatura de consenso para una sucesión tan delicada, porque Cospedal  sí ejercía un liderazgo efectivo en el partido regional, gustara o no. Y la sorpresa que se llevaron muchos fue mayúscula cuando se enteran (porque lo filtran a los medios digitales) que con Cospedal todavía en la tribuna recibiendo el cariño de los notables del partido, inmediatamente después  se iba a prtesentar  una “candidatura de partido”, encabezada por  Paco Núñez,  el alcalde de Almansa,  y respaldada por el brazo derecho de Cospedal, Vicente Tirado, y todos los presidentes provinciales. Con Ana Guarinos a la cabeza, porque «es la persona más preparada para liderar el proyecto», dixit.

Esto pilló a algunos barones del PP con el pie cambiado, entre ellos la diputada por Ciudad Real, Rosa Romero, y el propio Antonio Román, quienes expresan su malestar durante la Junta Directiva, y es allí cuando dice Román eso de que “los liderazgos  no se heredan, sino que se conquistan”.

Esta maniobra de asegurarse un puesto en la mesa de la sucesión por parte del actual aparato del PP regional, disgusta a todos  aquellos que no estaban en la pomada, y Román empieza a recibir una catarata de mensajes en su móvil. Aunque no lo tenía pensado, dice en público que reflexionará en los próximos días si presenta su candidatura.  Él llega a confesar  que por su curriculum político creía que podría ser la persona que encabezara esa lista de consenso pero… al final no se lanzá a la piscina.(?) Nadie se podía esperar que Paco Núñez iba a dar un paso atrás, después de haberse muñido su candidatura en la mesa camilla del aparato del partido, así que Román y Romero dejan el campo libre, como alternativa, a Carlos Velázquez, otro aparachi, pero que se quedó fuera del pacto porque, según cuenta Mar G. Illán en encastillalamancha.es,  le pareció poco lo que le ofrecían: ser candidato a la alcaldía de Toledo y secretario regional, es decir, el número dos de  Paco Núñez .

Y esto es lo que hay: Núñez exhibe su potencia de fuego con 3.679 avales para presidir el PP-CLM. Y Velázquez , el alcalde de Seseña, queda como única alternativa… y sin contar públicamente con el respaldo de Román. Que ha dado un paso a un lado.  Aunque todavía no sabemos hacia dónde.

Cospedal  movió ficha, y primera sorpresa

Escribía hasta mi último que post que en el PP había calma chicha hasta que María Dolores de Cospedal moviera ficha; y así han pasado las cosas…relativamente.

No ha habido sorpresa en cuanto al sentido del  movimiento de la presidenta del PP de Castilla-La Mancha, y que fue como algunos llevábamos anticipando desde hace un mes.  La ex secretaria general perdió las Primarias de su partido, y aunque el pacto en la segunda vuelta con Pablo Casado    le aseguró un papel relevante en el PP post Rajoy, las cartas estaban echadas. Como reconoció en su discurso de despedida ante la Junta Directiva regional del sábado ,  «he llegado al final de una etapa en el camino» y a partir de ahora “se hace  necesario un nuevo liderazgo» en Castilla-La Mancha. Era previsible, y hasta entendible. Para un político que no ha tenido éxito en su intento de presidir el PP nacional, reeditar la aventura de Castilla-La Mancha no parece lo más apasionante del mundo, para una persona que ya ha sido presidenta regional, y en un tiempo político que es todavía más incierto que cuando perdió (aunque el PP fue el más votado en política todo lo que sea no gobernar es perder) su reelección  en  la primavera 2015. Ahora, la incertidumbre es mayor, porque las mayorías absolutas en Castilla-La Mancha son cosas del pasado –incluso con una Ley Electoral de Cospedal  que Page no ha tocado, porque también le favorece–, y el mejor de los escenarios posibles pasa por un pacto…con Ciudadanos, con quien se está jugando el liderazgo del  espacio del centro-derecha. Y Ciudadanos puede tener más cartas.

No ha habido sorpresa  por ahí, y solo relativamente por la maniobra para suceder a Cospedal de todo el aparato del PP en Castilla-La Mancha, que apoyó sin fisuras a la presidenta  Cospedal en su tarea por hacer un partido regional más homogéneo-a imagen y semejanza  del PSOE desde Bono– y en el que los partidos provinciales han ido cediendo autonomía  (y discurso) al aparato “toledano”.  Así, todas las miradas estaban puestas en Vicente Tirado, con quien Cospedal ha hablado repetidamente este verano, y que fue el primero en conocer la decisión de su jefa. Tirado no se sintió con fuerza para tirar de ese carro que le dejaba Cospedal, y prefirió irse con ella a la política nacional, pero no de cualquier forma: Casado le nombró flamante sucesor de  Javier Arenas en la  Vicesecretaría de Política Autonómica y Local del PP. Tirado solo comunicó al aparato más cercano su decisión, y hasta el último día  se jugó al despiste  sobre su candidatura. Y cuando en la prensa se especulaba sobre un pocker de notables para suceder a Cospedal, los presidentes provinciales, con Ana Guarinos a la cabeza, y el aparato más cercano a Tirado, ya había pactado un candidato de todos ellos, Francisco Núñez Núñez, presidente del PP de Albacete  y alcalde de Almansa. Y paralelamente al inicio de la Junta Directiva en Toledo, y casi al mismo tiempo de saberse que Tirado no optaba a la presidencia,  se filtraba el nombre de Núñez  y  se presentaba como el hombre de consenso de las organizaciones provinciales del partido.

Cuando Núñez llegó al hotel en el que se iba a celebrar la Junta Directiva era uno de los pocos que iba trajeado de los pies a la cabeza. Hasta el punto de que algún compañero, en magas de camisa,  le comentó: “ Pareces un candidato”. ¡ Y vaya que lo era! Al final de  la reunión, Francisco Núñez hacía oficial lo que ya estaba en los digitales, que sería el candidato, y lo hacía rodeado de los presidentes provinciales y con la bendición de Tirado,  que previamente ya le había dado su respaldo en prensa.

Durante la reunión de la Junta Directiva, sorpresa (y algo más) entre los notables del PP que se habían quedado fuera del núcleo de la decisión, entre los que estaban el alcalde de Guadalajara Antonio Román,  y la ex alcaldesa de Ciudad Real y actual diputada Rosa Romero. Ambos hicieron uso de la palabra y vinieron a decir que había partido. El alcalde alcarreño incluso dio un paso adelante, y por primera vez reconoció algo que sospechábamos, pero que no había dicho en público: que estaba reflexionando muy seriamente en presentar su candidatura. Y añadió una frase con mucha miga: “Los liderazgos no se heredan, se conquistan”, en referencia a que la sucesión de Cospedal, que sí ejerció un liderazgo sin apenas contestación, no se traspasa con un dedazo.

En otros tiempos, y con otro PP, ya les podría avanzar cómo acabaría esto: con la entronización de Núñez ante el clamor general de los compromisarios.  Pero después de lo ocurrido con Pedro Sánchez en el PSOE, y con Pablo Casado en el PP, que ganaron contra el aparato, yo no descarto nada. Y más si entre Antonio Román y Rosa Romero pueden conformar una candidatura que sea verdaderamente alternativa a la de Núñez y así percibida por los militantes del PP, que tras lo ocurrido con Rajoy no hacen más que penar en la incertidumbre. El lunes o martes  hablarán Román y Romero,  y ya veremos lo que ocurre porque el Congreso Regional es el 7 de octubre en Albacete, es decir, a la vuelta de la esquina. Y  luego,  el que salga tiene ante sí un reto titánico: aormar un proyecto ilusionante para los conservadores  y convertirse en un candidato creíble en menos de ocho meses, teniendo enfrente nada menos que al presidente de la Junta, un García-Page popular  en las encuestas y que se mueve como pez en el agua en las arenas movedizas electorales. No me extraña que algunos se lo estén pensando, o que directamente hayan preferido transitar otros caminos de la política. Ya sea nacional. O Europea. Como parece hará Cospedal.

Mientras tanto, esto es lo que y hay.

 

En la foto, Francisco Núñez anunciando su candidatura y rodeado de dirigentes populares que le apoyan, como Ana Guarinos.  

 

 

Hasta que Cospedal mueva ficha

Agosto está a punto de terminar, en septiembre comienza un curso político apasionante (de una sola tacada elecciones Autonómicas, Locales y Europeas) y será entonces cuando se despejarán algunos interrogantes.

En Castilla-La Mancha solo el PSOE ha proclamado a su candidato, el actual presidente regional Emiliano García-Page, sin necesidad de ir a Primarias. Las mayores emociones se reservan para las elecciones municipales y las Primarias que como mucho podría haber en Guadalajara y Azuqueca, únicas agrupaciones con derecho a ello con los actuales estatutos. Los nombres de Alberto Rojo, Araceli Martínez,  Pilar Cuevas o Riansares Serrano están ahí, sobre la mesa, y falta por ver si el sector sanchista, ahora que se fue Daniel Jiménez al gabinete de la ministra Valerio,  planta batalla con ¿Ana Fabián?  al sector mayoritario que lidera Pablo Bellido; y Page.  En Azuqueca, dos enemigos íntimos, José Luis Blanco y José Luis Escudero quieren ser alcaldes y por los antecedentes podríamos vivir en las redes sociales una de Scorsese.   

En Ciudadanos tendrán que decidir si Alejandro Ruiz vuelve a ser el cabeza de lista para las municipales o inicia (no lo parece) su carrera autonómica, teniendo en cuenta que el puesto de portavoz regional en esta legislatura lo ha ejercido la concejala de Torrejón del Rey y ex diputada, Orlena de Miguel.  Siempre he creído que Ciudadanos en esta región es más que en otros partidos una marca por encima de las personas, pero una marca que podría decidir si el próximo gobierno regional se abre a derecha o a izquierda. Así que pocas bromas.

En Podemos, José García Molina será el candidato oficial de Pablo Iglesias a la Junta, pero la lucha con los críticos y Anticapitalistas de David Llorente puede dejar muchas heridas, difíciles de cauterizar antes de la Primavera.  En las autonómicas, veremos cómo se llega a la confluencia entre Podemos  e Izquierda Unida (PCE), con qué nombre y cómo se traslada ese maridaje a la elaboración de las candidaturas en los ayuntamientos. Por lo que pueda pasar, hay ediles que han registrado el nombre de Ahora Guadalajara, a modo de comodín para jugar la partida.

¿Y en el PP? Primero,  María Dolores de Cospedal  (Madrid, 13 de diciembre de 1965. Licenciada en Derecho) moverá ficha tras su regreso de las vacaciones –las más sosegadas que ha tenido en la última década- y nos desvelará si opta por repetir su candidatura a la presidencia de la Junta de Comunidades, o si inicia una nueva carrera, con más moqueta y menos barro, con destino a Europa. Lo que tengo claro es que será una decisión que tomará ella, y solamente ella, porque tras su pacto con Pablo Casado es un lujo que se puede permitir. No doy por tanto valor a algunas informaciones que apuntaban a que Casado poco menos que le impondría participar en las Autonómicas.  Así que me sigo manteniendo en lo que escribí hace un mes y aquí pueden encontrar más elaborado: que lo más verosímil es que Cospedal lidere la candidatura del PP a las Europeas, iniciando así una provechosa carrera política en las instituciones de la Unión. Una vez despejada la ecuación, todas las miradas se dirigirán hacia el número dos del partido, Vicente Tirado López ((Miguel Esteban-Toledo, 13 de enero de 1963. Licenciado en Derecho), quien tampoco a estas alturas ha dado una pista a su entorno sobre si estaría dispuesto a recoger el relevo de Cospedal; y de qué manera. Y solo si Tirado decidiera apartarse se explorarían más a fondo otras posibilidades: quédense con estos dos nombres:  Rosa Romero Sánchez,  diputada y  ex acaldesa de su ciudad (Ciudad Real, 14 de febrero de 1970. Licenciada en Ciencias Políticas), y Antonio Román Jasanada (Guadalajara,  21 de junio de 1965. Médico), el alcalde del PP con mejor currículo en Castilla-La Mancha y que (intuyo) estaría dispuesto a explorar nuevos caminos tras llevar desde 2007 siendo alcalde de su ciudad. Y ahí me quedo,  porque hablar de otras cosas en el PP de Guadalajara mientras no se empiecen a mover las fichas anteriores es mera especulación. Esto es lo que hay.

 

Ya es hora de bajar la contribución

El 17 de julio dábamos destacada en Guadalajara Diaro la que, para mí,  es la noticia de mayor calado del primer semestre del año, aunque para algunos   pasara desapercibida. Les contamos que en junio ya se habían superado los 1,6 millones previstos del  Impuesto de Construcción Instalaciones y Obras para 2018, la prueba del nueve que demuestra, reconocía el vicealcalde Jaime Carnicero, la recuperación del sector inmobiliaro de la ciudad.  De hecho, los niveles de concesión actuales superan los registrados en 2005 antes de estallar la crisis inmobiliaria que en Guadalajara fue una de las grandes protagonistas: nuestras inmobiliarias  familiares se hicieron multinacionales,  se levantaban ciudades nuevas en las eras de los pueblos, había pleno empleo, en los bancos no sabían qué hacer con aquella masa de dinero  y daban créditos como el que lava,  había lista de espera para comer en el Amparito Roca (que con la crisis se tuvo que ir a Madrid), se editaban tres diarios en papel y emitían tres televisiones locales…En resumen, que atábamos los perros con longaniza, porque estábamos en nuestra particular  Belle Epoque y todo el mundo bailaba el can-can. Me ahorro en entrar detalles, por conocidos, sobre las consecuencias en la ciudad del estallido de la burbuja, y solo me referiré a lo que supuso el derrumbe de la actividad económica  para las arcas de las instituciones públicas: si hubieran sido empresas privadas habían quebrado, porque dejaron de pagar a sus proveedores y con ello se aceleró y profundizó la recesión.

En el Ayuntamiento de Guadalajara, se cayó al suelo el Impuesto de Construcción, Instalaciones y Obras, que en los días vino y rosas llegó a dejar en sus arcas hasta nueve millones de euros, y la única solución que se encontró para poder afrontar pagos y  las situaciones de emergencia entre los empobrecidos  vecinos fue elevar  el  Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI),  llamado popularmente “la Contribución”, cuando era prácticamente el único impuesto que se pagaba antes de implantarse  el IRPF y la declaración de la renta para todos. Por tanto, fuimos los propietarios de viviendas en  Guadalajara los que mayoritariamente mantuvimos  el Estado de Bienestar Municipal en pie, y no sin grandes esfuerzos. La oposición,  comandaba por la actual ministra Magdalena Valerio,  reprochaba a Antonio Román que desde que llegó a la Alcaldía había subido el IBI un 40%, solo un 30 % de media en los años 2011 y 2012.  Y cuando en septiembre de 2013, Valerio pidió reducir un 15% de media el IBI, el concejal de Economía, Alfonso Esteban, lo recoció paladinamente: “Lo que usted plantea es imposible, ya veremos si los 9 millones que se recaudaban en la época de Alique hay algo para este año”. Para salir corriendo y no parar hasta Andorra.

Este año, el  ICIO se ha recuperado, nunca llegará a los tiempos dorados previos a la burbuja, pero  1,6 millones en el mes de junio nos dibujan un panorama bien distinto,  que permiten una política fiscal más relajada para con los miles propietarios de pisos en Guadalajara que financiamos durante la crisis a nuestro Ayuntamiento. Me consta, y este digital ha publicado recientemente algún estudio al respecto, que a pesar del catastrazo que padecimos durante la crisis Guadalajara es una ciudad benigna en materia fiscal, lo que ocurre es que el peso del IBI sobre el resto de impuestos y tasas  es desproporcionado y debería reducirse ahora que en Guadalajara volvemos a respirar. Es hora de que Román nos dé una alegría en los próximos presupuestos  y ponga en el bolsillo del contribuyente el dinero que un día se prestó a la ciudad durante la emergencia.

¿Elecciones en octubre o trampantojo?.- El  primer sondeo del CIS durante el gobierno Sánchez atribuye al PSOE una intención de voto del 29,9 %, PP y Ciudadanos empatarían con el 20,4% y Podemos no rentabilizaría su apoyo a Sánchez, ya que baja al 15,6%. Solo que el sondeo se ha hecho viejo de repente, como en la canción de los Celtas Cortos, y lo mismo que Sánchez capitaliza el “efecto Moncloa” que va de soi con el primer mes de los presidentes,  con el PP sucede lo contrario, pues al CIS se le ocurrió recoger sus opiniones en plena campaña por el liderazgo del PP,  y no valora el «efecto Casado» que sí recogen otros sondeos posteriores al del CIS.  Dicho de otra manera, si José Félix Tezanos no ha metido mucho la mano en la cocina a estas horas ya habrá recomendado a Sánchez que convoque elecciones en otoño, coincidiendo con las Andaluzas. Porque con el desgaste que está sometido el Gobierno por sus insolventes y poco recomendables socios de la moción de censura,  ni el más optimista piensa que ese casi 30% podría crecer de aquí a dos años.  Si no hay elecciones, es que Tezanos ha hecho otra de las suyas y nos ha cocinado un trampantojo, solo para animar a la peña sanchista antes de las vacaciones. Esto es lo que hay.

De Cospedal mira al exterior (ensayo)  

María Dolores de Cospedal dijo en su noche más triste, cuando no superó el corte para ser presidenta del PP ( y por ende candidata a presidir el gobierno de España), que muy pronto comunicaría cuáles eran sus planes de futuro. Desde entonces se ha dado un periodo de reflexión, porque sigue siendo presidenta del PP de Castilla-La Mancha (un partido regional que le ha respaldado mayoritariamente en su última aventura política) y por lo tanto candidata in pectore a la Presidencia de Castilla-La Mancha. A no ser que renuncie. Porque la decisión no se puede demorar más.  Emiliano García-Page espera en la casilla de salida  después de su flamante  proclamación por el Comité Regional del PSOE, con un apoyo tan amplio que no se han requerido de las Primarias. Los “sanchistas” están a otras cosas, ahora.

¿Qué habrá decidido Dolores de  Cospedal?  Nadie lo sabe. Porque De Cospedal  es celosa de sus decisiones, y es ella la que marca los tiempos,  aunque la impresión mayoritaria entre los miembros del Partido Popular con los que hablo es que no va a seguir. No es información, insisto, es pura intuición. ¿Es verosimil que De Cospedal,  tras fracasar en su intento de presidir el Gobierno del PP (y de España),  opte por unas inciertas elecciones en Castilla-La Mancha a un cargo del que ya ha disfrutado, si se me permite conjugar  ese  verbo)? ¿Unas elecciones en las que en el mejor de los casos, porque el mapa político ha cambiado radicalmente en los últimos cuatro años, ya no se disputan entre dos  sino  a cuatro bandas: PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos? Un gobierno, el que salga, que va a ser necesariamente de coalición, porque los tiempos de las mayorías absolutas pasaron, incluso en una comunidad como la de Castilla-La Mancha donde hay una Ley Electoral (que caciqueó De Cospedal) y que favorece a los dos partidos tradicionales de la izquierda y la derecha? ¿Una Ley Electoral, que en el mejor de los supuestos para De Cospedal, lo mejor que le depararía es un gobierno de coalición con Ciudadanos, partido que probablemente va a poder jugar con dos barajas, con socialistas y populares, a los que podría pedir hasta  esa inquietante luna roja que vimos  el viernes?

Mi respuesta, e insisto, no es información, solo intuición es que Cospedal va a rechazar ese cáliz de embarcarse en una incierta campaña en Castilla-La Mancha, y que ya ha tomado una decisión. Y una pista nos la podría dar su reciente nombramiento como presidenta del Comité de Exteriores del Congreso de los Diputados.  DeCospedal mira al exterior, algo perfectamente lógico para no ser  un incordio con el nuevo presidente, Pablo Casado, a quien respaldó con decisión  en la segunda vuelta,  y ya se lo ha sabido agradecer con los últimos nombramientos de castellano-manchegos en los órganos directivos del PP y en sus grupos parlamentarios.  Mi impresión, e insisto en que no tengo información privilegiada, es que De Cospedal  ya ha tomado una decisión y que está relacionada con su nombramiento como Presidenta de la Comisión de Exteriores del Congreso (la misma que presidió Juan Antoni Durán i Lleida cuando todavía había esperanza de integrar al catalanismo de la desaparecida  CiU), seguramente la comisión más deseada y de mayor relumbrón del parlamento español.   Y si damos un paso más nos encontraremos con que la exquisita  comisión es es el mejor vehículo, por ejemplo, para  un destacado político que quiera seguir su carrera en el exterior,  con lo que que si ella quiere –porque Casado no se lo va a negar–, podría encabezar la lista al parlamento europeo,  elecciones  que en España coincidirán con las Autonómicas y Locales.  Item más: que como nos ha mostrado Arias Cañete, hilando e hilando,  es la mejor manera para acabar siendo comisario europeo.  No es información, solo intuición y algo de análisis atrevido de columnista veterano: la nueva presidenta de la Comisión de Exteriores del Congreso ha podio iniciar el viernes  su carrera europea con parada en las estaciones relatadas.

Si así fuera, habría que preguntarse: ¿Seguirá De Cospedal de presidenta de Castilla-La Mancha y ungiría a alguien como candidato? ¿O el PP de Castilla-La Mancha elegiría a un nuevo presidente regional, que al mismo tiempo sería el canditato que se enfrentaría a Page en las autonómicas de  2019? ¿Y si se diera esta última posibilidad se utilizaría el procedimiento de Primarias que han llevado a Casado a la presidencia del partido o se amañaría una candidatura de consenso que eludiera la saludable participación de los militantes?

El epílogo de este digamos ensayo  sobre el futuro del PP de Castilla-La Mancha, sería buscar un candidato o candidata. Para ello, los cabezas de huevo del  partido primero mirarán los sondeos y qué les dicen a los electores algunos nombres. Y a partir de ahí, podrían elegir entre una candidatura continuista,  del estilo más De Cospedal,  con el que ha sido siempre su número 2, Vicente Tirado (55 años), a quien  ha colocado en una vicesecretaría estratégica, la de Política Autonómica y Local en lugar Javier Arenas, un histórico rival de la antigua secretaria general de Rajoy.  O un candidato que, como Casado,  se acomodara  mejor a la imagen de renovación generacional. Sube con la espuma Rosa Romero ( 48 años) , ex alcaldesa de Ciudad Real, y también elegida en la nueva dirección nacional del PP.  Y en la recámara, por qué no, el alcalde de mayor currículo que tiene el PP en Castilla-La Mancha, Antonio Román (53 años).

Este vez no voy a terminar con esto es lo que hay. Y lo cambio por “esto es lo que podría ser”. En los próximos días ya veremos si me tengo que comer este post o alquilo mi bola de cristal al mejor postor.

Foto superior: Dolores de Cospedal, Antonio Román, Rosa Romero, Vicente Tirado y José Manuel Latre en un acto del PP en Guadalajara. /Guadalajara Diario.

El ATC,  los veranos tranquilos y el nuevo PP de Casado

 

El alcalde de Villar de Cañas, José María Sáiz, estuvo fino al decir que el pomposo Ministerio para la Transición Ecológica ha decidido paralizar el permiso de construcción del ATC, para que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, «pase un verano tranquilo». Pero que está convencido de que el ATC se construirá. Algo de eso hay. El nuevo gobierno socialista de Pedro Sánchez estaba en la obligación moral de tener un gesto con García-Page, un importante barón de su partido, lo que Sáiz llamaba hacer «una gracia a García-Page». Y lo ha hecho. La ministra Teresa Ribera dio luego una explicación verosímil: «Es muy difícil saber qué dimensión y características debe tener ese almacén cuando falta un plan nacional de seguridad de residuos y no se sabe el volumen qué hay que gestionar».

La ministra por tanto no cuestionó el ATC, solo que desconociendo el número de toneladas que va a almacenar, porque hay un decisión pendiente sobre la prórroga a los permisos de las centrales nucleares (el gran debate pendiente), el almacén podría tener una características u otras. Pero estamos hablando solo de tamaños. Mientras que no haya un plan de gestión de residuos nuevo (y no olvidemos que esa es un decisión del parlamento), lo que dice el actual es que los residuos de alta actividad se seguirán guardando en los ATIs de la centrales, excepto los de Vandellós, que no tiene ATI, lo que nos cuesta un ojo de la cara a todos los españoles: casi 75.000 euros diarios pagamos a Francia por guardarlos. Como resulta que estos ATIs no están diseñados para guardar los residuos a medio y largo plazo (la vida del combustible gastado de las nucleares tiene una latencia de  miles y miles de años), algo habría que hacer con ellos si finalmente no se construyera el ATC previsto, sea en Villar de Cañas o en cualquier otro sitio. Por ello creo que el alcalde conquense ha estado fino.

¿En lugar de construir un ATC para toda España, hacemos siete almacenamientos temporales en Trillo, Zorita, Almaraz, Garoña, Cofrentes, Vandellos II  y Ascó, para que pudieran aguantar como mínimo hasta que se desarrolle un Almacenamiento Geológico Profundo (AGP)?

Ni por economía, ni por seguridad veo viable ese escenario. Esto es lo que hay y cuando pase el verano, más.  La prueba del algodón la tendremos cuando el gobierno tenga que decidir, como le ha reclamado García-Page a Sánchez, que retire el recurso presentado por el gobierno de Rajoy contra la pretensión de declarar el entorno del ATC espacio protegido, para impedir así la construcción  del silo nuclear. Lo mismo que hizo Bono con Cabañeros.

Y  finalizo con una pregunta inocente: ¿qué pasa, que tener cerca los residuos de alta actividad en Villar de Cañas es el mayor peligro del mundo mundial y da igual si están en Almonacid de Zorita y Trillo? Suerte tienen en Toledo de que los alcaldes alcarreños saben que los ATIs son instalaciones seguras, aunque insisto en que no están diseñadas para un almacenamiento sine die, y que sus ayuntamientos cobran de Enresa por las toneladas de ese combustible gastado que se guardan en ellos.  Pero una cosa tan sensible como son los residuos nucleares no pueden estar en la agenda electoral de los políticos. Ni antes, cuando se llegó a nombrar en la etapa de Cospedal a un alcalde de Ciudad Real para presidir algo tan técnico y especializado como es la Empresa Nacional de Residuos (Enresa), que gestiona el ATC, o ahora con este gobierno regional que ha hecho de Villar de Cañas el mismísimo averno y mira para otro lado (y con él los diputados de Guadalajara del partido en el Gobierno) cuando esos mismos residuos de alta actividad están en Trillo y Zorita.

Si con esta demagogia alguien se cree que se puede abordar la gestión de los residuos nucleares en España, y ya no digamos el futuro de la energía en este siglo XXI  y el papel que tendría en ella las centrales nucleares que hay en funcionamiento, y que hoy son más seguras que hace veinte años, el fracaso está garantizado. Aunque siempre nos quedará a Francia, a quien enviar residuos a razón de 75.000 euros el día y comprar la energía que fabrican sus reactores nucleares. ¡Es lo que tiene ser un país rico y donde sobra el dinero!

P.D. Ganó Casado, como casi todos esperábamos, aunque por mucho más diferencia: 451 votos. Aunque la mayoría de los compromisarios tenían decidido el voto, los que tuvieran algunas dudas se las despejaron los discursos de los candidatos. El de Casado, que leyó poco, apeló al alma conservadora del partido, se convirtió en el adalid de sus valores, sacó el carné de militante del bolsillo de la chaqueta, y prometió a los populares que no se va a achantar en la batalla ideológica contra la izquierda: educación, eutanasia, aborto, libre empresa, unidad de España…Y el Congreso se vino arriba. Lo que no consiguió Soraya con un discurso, leído, más profundo y rico que el de su rival, yo diría que incluso más trasversal, pero que adoleció de lo que nunca logró el “marianismo”. Alma. No: la economía no es solo lo único que importa.  El PP siempre gana los Congresos desde el conservadurismo y  el PSOE a base de dar brillo al discurso izquiedista, como hizo Pedro Sánchez. Solo que luego hay que centrarse más y  ocupar más espacio,  si lo que se pretende es ganar las elecciones, o gobernar sin compañías indeseables.

Esto es lo que hay: un PP que gira a la derecha y rejuvenece su liderazgo, 37 años. Un PSOE de Sánchez que quiere pescar también entre la izquierda populista, se aleja del centro y sube los impuestos. Y un Ciudadanos, que tras la moción de censura  y el Congreso del PP, se quedó fuera de foco, pero que va a tener su espacio en el centro liberal, que ha quedado un tanto huérfano. Esto es lo que hay.

La vida sigue igual

He escrito repetidamente que la política del Gobierno central de respaldo al trasvase Tajo-Segura es independiente de quien esté en La Moncloa. En un debate al que me invitaron en Guadalajara Media me preguntaron si cambiaría algo con el nuevo Gobierno, y respondí tajantemente que no. Y todos los contertulios (Augusto González, Marta Martínez y Roberto Mangas) rubricaron mi pronóstico, como no podía ser de otra manera, conociendo el percal.

Como expliqué, mientras del trasvase dependa  un 3 % del PIB español, por la pujanza de la huerta levantina y sus macro desarrollos turísticos, que reciben el agua del trasvase,  no hay nada que hacer. En la cabecera del Tajo apenas viven 20.000 personas y si el caudal ecológico del río en Aranjuez y Toledo es todo menos ecológico, se siente. Interés nacional. Por ello, en mi último post aludía a la euforia que habían desatado las palabras de la  ministra Ribera sobre el trasvase y añadía: la prueba del algodón la tendremos muy pronto, cuando el gobierno tenga que decidir si hay  trasvase en el mes de julio. Y vaya que lo hay: 38 Hm3, los mismos que aprobó para junio el gobierno de Rajoy.

En apenas unos días, el discurso de ese pomposo Ministerio para la Transición Ecológica -¡mira que hay que ser cursi!- tomaba la misma decisión que el antiguo  Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente. Y el discurso de la ministra se hacía viejo, viejísimo, en su justificación:  «En base a lo que tenemos hoy y con la convicción de la necesidad de asegurar el agua de boca y las necesidades básicas, mientras no haya otra alternativa habrá que hacer uso del trasvase». El discurso neoprogre de siempre, y que consiste en rechazar cualquier conexión entre cuencas hidrográficas en el marco de un Plan Hidrológico Nacional, porque para ellos los trasvases son como el alcohol para los ayatolás, pero no tienen inconveniente en seguir chupando del bote del Tajo, por su incapacidad secular para poner en marcha un plan de desalación eficiente y que acepte la agricultura levantina.

Así que mejor nos dejamos de cuentos. Esto es lo que hay y lo que escuchen por ahí es pura cohetería. Los alcaldes y cargos del PSOE se han agarrado como un clavo ardiendo al Memorándum firmado en la época de Cospedal y Rajoy,  culpándolo directamente de la situación, y olvidándose de que antes de su aprobación todavía era peor la normativa: se exigía un mínimo de 240 Hm3 de reservas en la cabecera,  que el Memorándum elevó a 400 Hm3. Desde la trinchera del PP  ponen énfasis en que hay 160 Hm3 de agua más no trasvasables, lo que es verdad, pero se les olvida que esos 400 Hm3, apenas significan el  16,16 por ciento  de la capacidad de Entrepeñas y Buendía, una cantidad que entorpece  cualquier previsión de desarrollo en los municipios Ribereños, como el que tienen las comarcas levantinas beneficiarias del agua del Tajo.

Me ahorro comentar las declaraciones (e inclusos los altos silencios) que se han producido en los últimos días, y como perla de todo ello me quedo con la del consejero de Medio Ambiente, Francisco Martínez Arroyo, para quien “lo importante no es la decisión de hoy”, es decir, el trasvase aprobado,  “sino el cambio absoluto de planteamiento del Gobierno de España, que está en otra línea distinta a la del PP”.  Debo estar memo del todo, pues para estar en otra línea diferente, ha aprobado el mismo trasvase de siempre.

Como cantaba Julio Iglesias: “La vida sigue igual”.

 

 

Cospedal vs Guerra y  Casado vs Zapatero

Vamos a tener segunda vuelta. Los resultado de las Primarias del PP así lo han querido, y los dos candidatos que pasaron el corte no se han molestado en disimular. Soraya Sáenz de Santamaría defiende que en cualquier candidatura unitaria ella tiene que llevar la “iniciativa”, que viene a ser lo siguiente: “Pablo Casado te cedo la secretaría general, pero la presidenta soy yo, y eso ni se discute”. Teniendo en cuenta que la de Soraya es la candidatura más votada, con 21.513 votos (37%),  y que ganó en más comunidades/ciudades  autónomas que ningún otro candidato, ocho, está en su legítimo derecho de llegar hasta el final en su deseo de presidir el PP.

Pero sucede también que Pablo Casado, al ser un sistema de doble vuelta, tiene también serias opciones de revertir la situación.. En la primera reunió 19.967 votos, el 34% de los sufragios, una cantidad notable. Y difícilmente Soraya le va a convencer  a Casado de que ceda a sus pretensiones  cuando entre los militantes que votaron en la primera vuelta  hay un 63% que no lo hicieron por la ex vicepresidenta del Gobierno. Con ese antecedente,  Casado tiene también todo el derecho de defender su proyecto político hasta el final.

María Dolores de Cospedal, que en todas las quinielas era favorita a pasar el corte, y que accedía a estas Primarias desde la secretaría general, es la gran derrotada. Demostró ser una gran candidata entre los militantes de Castilla-La Mancha, con el 64 % de los apoyos, pero flojeó fuera: solo ganó en tres autonomías más. Su decepción es comprensible y las palabras de la noche electoral, lógicas: ya avanzó que no aspira a ninguna “responsabilidad” en el proceso de diálogo y reflexión que abrirá con los dos candidatos, singularmente con Pablo Casado.

Pero la vida sigue, y  el 20 y 21 de julio hay convocado Congreso para elegir entre Santamaría y Casado.  Y Cospedal se ha convertido en lo que en en unas Primarias americanas lo llaman un “gran elector”, es decir, aquellos candidatos que por sí mismos no tiene fuerza para aspirar a la nominación, pero que su concurso es indispensable para la elección del candidato presidencial. Muchas veces en América esos candidatos han terminado como vicepresidentes. El equivalente sería aquí la secretaría general del PP. El cargo que ya desempeñó Cospedal  y que  declinó en la noche electoral al decir que no aspira a otras «responsabilidades”. Pero esto  no quita para que Cospedal  sea la “gran electora”  que Casado necesita, su principal “influencer”, como se dice ahora, y que llegue a un acuerdo sobre una candidatura de consenso que se enfrentaría en el Congreso a la de su secular rival, Soraya.

Y llegados a este punto,  se suceden las similitudes. Verano de 2000. Joaquín Almunia ha dimitido tras perder las elecciones con mejor resultado que Pedro Sánchez  (otros tiempos, otra política menos tacticista)  y en el PSOE hay unas primarias abiertas. Un diputado joven, José Luis Rodríguez Zapatero,  al que sus críticos le afean su inexperiencia, como a  Pablo Casado, se tira al ruedo y compite por la nominación con José Bono,  Matilde Fernández y Rosa Díez.  Todas las encuestas dan a Bono como favorito, que llega al  Congreso con los apoyos de la mayoría de los barones del partido, y de importantes federaciones. Pero otro “gran elector” – como será Cospedal  en el Congreso del PP-, Alfonso Guerra,  maniobra en último momento, divide el voto de sus compromisarios y sin  retirar a Matilde Fernández, la candidata que había presentado su corriente,  le chafa la presidencia  a José Bono, un ex guerrista que se había alejado del redil para vivir su propia vida.  Y así  el candidato “sorpresa”, Zapatero (versus Casado),  gana el Congreso por solo nueve votos frente a Bono, los que le prestó  Guerra (versus Cospedal).

¿Sucederá  esto en el PP? Tiene toda la pinta dado el estrecho margen de la victoria de Soraya entre los militantes y que todos los demás, especialmente Cospedal y Margallo, tienen algo en común: su antipatía por la ex vicepresidenta.

Pero ahora el cuerpo electoral es distinto al de la primera vuelta.  El procedimiento es un tanto endiablado, porque a los militantes se les sustituye por los compromisarios, y eso alienta la crítica del adversario, y ya no digamos de los enemigos – que como nos enseñó Churchill están en tu propia bancada-  si los compromisarios enmiendan a los militantes. Aunque tal censura sería una pataleta de mal perdedor, porque todos los precandidatos sabían las normas por las que se regía este partido. Y no se cuestionaron.

¿Que es maquiavélico cambiar el cuerpo electoral para una segunda vuelta? Pues sí.  Pero esto es lo que hay. Para la próxima deberían imitar a Francia, que también en segunda vuelta permite la participación no solo de los militantes, sino también de los simpatizantes inscritos después de pagar unos francos. Lo podían adoptar los grandes partidos españoles en general y así se ahorrarían explicaciones, o bochornos como en algunas agrupaciones socialista con el censo electoral cuando se acercan las Primarias locales. Y aun así, les recuerdo,  el sistema tampoco es infalible. Macron no tuvo apoyos suficientes para presentarse a las Primarias del Partido Socialista Francés (había sido ministro con Hollande),  porque les parecía un candidato poco de izquierdas, y luego arrasó cuando se presentó, él solito, y centrado, para la presidencia de la República. El pueblo francés siempre tan sabio y por encima de los cambalaches de los partidos.

En el proceso del PP, más restrictivo, en esta primera fase los militantes  han elegido a  2.612 de los de 3.134 compromisarios que participarán en el cónclave —el resto son miembros natos—. De ellos, 27 son de Guadalajara.

La derrota de Cospedal abre también otro escenario: ¿su retirada anunciada incluye también la presidencia del PP de Castilla-La Mancha? ¿O el buen resultado que ha obtenido entre la militancia de Castilla-La Mancha le animará a ser la candidata frente a García-Page, por segunda vez? El portavoz parlamentario Francisco Cañizares, se consuela diciendo que «Nunca ha dado la espalda al partido y no la va a dar ahora».  Después del Congreso Extraordinario sabremos si Cospedal  se marca un Rajoy, y se va a su Santa Pola, o si le quedan fuerzas y ánimo para batallar por Fuensalida cuando su horizonte ya era La Moncloa.

Complicado. Pero esto es lo que hay.

 

Trasvases, la ministra pasará pronto la prueba del algodón

Saludo y valoro positivamente las declaraciones de la ministra de Transición Ecológica (manda huevos, como diría Trillo), que asume las competencias de Medio Ambiente e Industria (agua y aceite), que con Rajoy gestionaba el Ministerio de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente hasta que Sánchez lo despiezó en dos y añadió el de Industria.

Teresa Rivera dijo en una entrevista con El País, refiriéndose a los Trasvases, que lo “extraordinario no se puede convertir en ordinario, que todos los meses o todos los años tengamos que hacerlo». Y no es poca cosa.

El famoso Memorando por el que se modificaron las reglas del Trasvase con el gobierno Rajoy tenía una cosa buena y otra muy mala. La buena, que subió de 240 Hm3 hasta 400 Hm3 la cantidad mínima por debajo de la cual no se podían autorizar trasvases. Y la muy mala: que el Memorando convierte en la práctica a los pantanos de Entrepeñas y Buendía en un aljibe del levante español, ya que de una manera sistemática el anterior gobierno concedía un trasvase de 20 Hm3 mensuales cuando se superaban esos 400 Hm3, y lo elevó a los 38 Hm3 en mayo y junio al haberse superado los 688 hm3 embalsados en la cabecera. El Memorando se aplica a rajatabla, iba a decir como si fuera la Constitución -¡ya lo quisiera nuestra cara magma!- con independencia de la situación hidrica en las cuencas del Tajo y del Segura. Por eso es tan importante que la nueva ministra entienda que el recurso del trasvase debe ser algo extraordinario, para que no sea el abuso actual. Aunque me hubiera gustado saber qué opina del asunto el otro ministerio afectado, el de Agricultura,  Luis Planas, quien a estas alturas ya está recibiendo presiones del lobby trasvasista.

Estos nuevos principios anunciados por la ministra Ribera van a pasar pronto la prueba del algodón. Con arreglo al Memorando en julio se podría aprobar un nuevo trasvase. ¿Qué hará la ministra en los próximos días?  ¿Será propaganda o hay detrás de ella otra forma más sostenible de concebir la política del agua en España, que hasta ahora se resume así: “No a los trasvases, excepto el del Tajo-Segura”.

¿Habrá sorpresa también en el PP? A Pablo Casado se le está poniendo cara de  Pedro Sánchez, salvando las diferencias, ustedes me entienden.  A medida que pasan los días está logrando extender su idea de que es el candidato de las bases y el que mejor condición está para ofrecer esa imagen de renovación que necesita el Partido Popular,  para dejar atrás la sombra de la corrupción. Casado lleva desde niño en el PP, colaboró con Aznar, pero  por edad y maneras está dibujando una imagen que, ya digo, me recuerda a aquel Pedro Sánchez que venció a Susana Díaz, una mala candidata de Despeñaperros para arriba, pero que era apoyada  en pleno por la inteligencia socialista, desde González a Zapatero. No tengo acceso a ninguna encuesta, ni a ninguna información privilegiada, pero mi instinto, el aire que se respira,  me dice que a la final de estas Primarias low-cost del PP van a llegar Pablo Casado y Dolores de Cospedal, y por este orden, con Soraya más retrasada. Y aunque en teoría los compromisarios podrían elegir al candidato que ha quedado segundo en las preferencias de los afiliados, si el resultado no se decide en la foto-finish, es invendible para su electorado que una minoría de compromisarios enmienden la plana a la militancia.

Esta primera experiencia de democracia abierta en el Partido Popular, aunque tan limitada que no ha dado ni para un triste debate  entre los aspirantes, por lo menos ha servido para limpiar el censo de este partido, irreal e inflado hasta más de lo sospechado. A nivel nacional, los 869.535 afiliados teóricos que tiene el partido se han quedado en el  7,6% del censo, 66.384. En Castilla-La Mancha los 51.770 se han reducido a 4.803 afiliados. Y en Guadalajara, aunque no se ha hecho público el censo oficial de militantes (los dirigentes populares siempre hablaron de más de 4.000) se han reducido a 423 los inscritos. Esto es adelgazar y no lo que hago yo antes de ir a la playa en verano.

Un sanchista desconocido  para delegado del Gobierno.- El delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, González Ramos, el hombre que mandó de avanzadilla a José Luis Blanco  a escalar en sandalias el Everest de Page en las Primarias para la secretaría regional del PSOE (“las uvas no están maduras”, ya lo decía la zorra de Samaniego), ha nombrado como subdelegado del Gobierno a Ángel Canales Cerrada, cuya carrera política se reduce a llevar dos meses de alcalde de su pueblo, Prádena de Atienza, 51 habitantes,  cargo al que accedió tras sustituir a  la alcaldesa dimisionaria. Ingeniero Topógrafo, trabajaba como profesor de un IES en Getafe y residía en la comunidad de Madrid, por lo que apenas es conocido en Guadalajara salvo para el reducido círculo que apoyó desde los inicios a Pedro Sánchez en esta provincia  en las dos Primarias que ganó. Me cuentan que en aquellos rudos episodios, que partieron al PSOE provincial,  fue muy activo en las redes sociales, no en vano es profesor de tecnología,  en apoyo del actual presidente de Gobierno. Y ahora es su subdelegado  en lugar de personalidades con más currículo que habían sonado para el cargo.  Bienvenido y suerte. Con no meter la pata habrá logrado el 90 por ciento del éxito. Y si encima acierta con el 10 por ciento a lo mejor llega lejos. Ahí tienen a la ministra Valerio. ¡A ver quién es el guapo que la discute ser cabeza de lista en las siguientes, y desconozco si próximas, no lo parece, elecciones Generales!

Esto es lo que hay: estar el sitio justo en el momento más oportuno.

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