Archive for septiembre, 2014

En Cataluña se ha vendido una falacia antidemocrática

Hace unos días escuché a un ilustre miembro de la selección española de baloncesto, por el que como aficionado siento veneración, un argumento que se ha convertido en la expresión de lo políticamente correcto en Cataluña, hasta el punto de quien no participa de él se convierte en un paria y un apestado. Son los que dicen: “yo estoy a favor de que la gente opine y vote”, en referencia a la soberanía de Cataluña. Y se quedan tan anchos.

Es deprimente que después de 36 años de democracia todavía algunos no hayan entendido que ningún  «derecho a decidir» está por encima de la Ley; y que sin Ley sencillamente no hay democracia, porque se sustituye el  Estado de Derecho por el populismo en una falsa apariencia de democracia. Sin el freno de la  Ley, que es la contiene los principios, derechos y libertades del Estado de Derecho, cualquier gobierno estaría legitimado a someter cualquier disparate a una consulta popular, “porque yo estoy a favor de que la gente opine”, y así podríamos votar sobre la desaparición de los impuestos, la pena de muerte para los pederastas y terroristas, una sanidad pública diferenciada en función de la declaración de la  renta de cada contribuyente o la independencia del barrio madrileño de Salamanca, porque tiene más habitantes que Mónaco.

El señor Mas es un gobernante falaz y demagogo al sostener en el discurso que pronunció con sus compadres soberanistas que lo que “no podemos caer es en la trampa del inmovilismo, vestido de una presunta legalidad, para no hacer nada”. Porque es de una deshonestidad infinita que nada menos que el representante del Estado en Cataluña califique de “presunta ilegalidad” su decisión de sustituir la soberanía del pueblo español (el todo) por solo una parte del mismo, el pueblo catalán, que no es titular de ese derecho, según la Constitución que legitima a su propio Gobierno y hasta el sueldo que recibe a fin de mes.

Para justificar tamaño disparate legal, el señor Mas argumentó que como en noviembre de 2012 el pueblo de Cataluña, mediante su voto en unas elecciones de gran participación, “conformó una mayoría claramente favorable al derecho a decidir” pues eso ha generado “un derecho que ahora nos preparamos a ejercer”. Una barrabasada jurídica de este calibre es en la que se basó Hitler cuando llevó al parlamento alemán  la Ley de Medidas Extraordinarias que le permitieron gobernar como un dictador a pesar de que Alemania seguía siendo formalmente un Estado de Derecho y con una constitución, la de Weimar, en vigor. ¡Pero si las constituciones se crearon para esto, para proteger al pueblo contra sus propios gobiernos, limitar su campo de actuación y con ello el ejercicio arbitrario del poder!.

Es decepcionante que en Cataluña una gran parte de la sociedad haya asumido una falacia de este calibre,  repito, que la mayoría está por encima de la Ley — una Constitución que fue respaldada mayoritariamente también en el Principado–,  pero es especialmente grave la responsabilidad que han tenido en ello la inmensa mayoría de los medios de comunicación privados y el Ejecutivo Catalán por utilizar los medios públicos como mero instrumento propagandístico. Ya saben aquello de una mentira repetida mil veces… Un amplio sector de la sociedad catalana cree a pies juntillas que no hay nada en el mundo por encima del “derecho a decidir”, y para afianzarlo vale cualquier mentira. La última, comparar a Cataluña con Escocia: “¡Qué contraste con aquellos estados democráticos que permiten que las naciones que los conforman  puedan opinar y decidir sobre su futuro”, dijo también Arthur Mas. Pero se calló lo más importante: que en Gran Bretaña no hay una constitución escrita y que el Acta de la Unión que se firmo hace 300 años entre los reinos de Inglaterra y Escocia, nunca privó a escoceses e ingleses de su soberanía.   Nada que ver por tanto con España y la Generalitat de Cataluña, una institución para el autogobierno del antiguo Condado de Barcelona creada en 1395, pero que nunca fue soberana.

La historia no se puede cambiar, sí las constituciones, pero para ello hay que obtener la mayoría suficiente para reformarlas. Todo lo demás sería un golpe de Estado, aunque lo aceptara el presidente del Gobierno en persona. Sabiendo todo ello, el señor Mas y su acompañamiento se comportan como unos irresponsables aventureros al condenar a esos ciudadanos que les siguen a una nueva frustración cuando comprueben que este camino no lleva a ninguna parte. O tal vez sí: a generar más antiespañolismo y a dar la falsa imagen de que España desprecia la voluntad popular, porque en palabras de Mas “los estados democráticos hablan y dejan hablar; pactan para  votar”. Como el gobierno de España no se ha avenido, silogismo, España no es Estado Democrático.

¿Y qué pasará a partir de ahora? ¿Qué tiene en mente el astuto Arthur? Sinceramente, yo creo que no tiene Plan B. Su barco ya no lo pilota él sino Esquerra Republicana, y aunque los de Junqueras predican la desobediencia civil y montarán para el telediario unas urnas en las plazas de algunos pueblos, como si fueran las fallas, ellos saben que al fin y al cabo están en la oposición y la responsabilidad es del astuto Mas.

No, carece de Plan B, y eso es lo que más me preocupa. Porque la incertidumbre es aprovechada por los radicales para hacer de las suyas.  Él sabe que proclamar la independencia unilateral, como le piden los fundamentalistas, podía acabar en un sainete como le pasó al iluminado de Umberto Bossi, quien a bordo de un vaporetto por el río Po fue “liberando” pueblos de la nación de Padania mientras en Roma se fumaban un puro. Pero sobre todo él sabe, que cualquier ruptura institucional llevaría consigo vérselas con el ogro de Montoro, que es el que financia a Cataluña el pago de la deuda  y la inyecta liquidez a través del FLA para que la Generalitat pueda pagar a sus funcionarios a final de mes.

Por lo tanto, y si todo esto lo sabía Mas, por qué demonios ha sido tan torpe. ¿Por qué ha jugado un juego de otros en el que nunca puede ganar?

Una vez termine la representación de este disparate que podría haber escrito Boadella,  llegará el momento de hablar con un nuevo gobierno de Cataluña, que no es una autonomía cualquiera, eso lo tengo yo muy claro, aunque otros se resisten,  pero tendrá que ser un Ejecutivo que  sepa qué es un Estado de Derecho y que se haya leído el procedimiento para reformar la Constitución, si es lo que lo que entre todos decidimos.

Pero, insisto, entre todos, como en 1978. No engañando a la gente, haciéndoles creer lo que es una falacia. Que Cataluña es titular de  la soberanía y de un “derecho a decidir”, que se puede negociar al margen de la Constitución como si fueran las competencias del puerto de Barcelona.

¿Pero en qué cabeza cabe?  Y esto es lo que hay. Primero vendrá la suspensión cautelar del referéndum y después el Tribunal Constitucional entrará en el asunto de fondo. Pero ¿y luego,  astuto Arthur? ¿Nos vamos todos al despeñadero griego cuando no tiene ni para pagar a las farmacias?

Insisto: sospecho que  esta eminencia de la política española  no tiene Plan B. Él así lo dijo ayer a Ana Pastor. Y en política no hay nada que genere más inestabilidad que la improvisación.

Todo tiene su tiempo…Y una coda sobre Gallardón

Hace unos días preguntaba a Antonio Román en una rueda de prensa si el hecho de que no hubiera comunicado públicamente que se iba a presentar (decisión que, dice él,  ya ha tomado) tenía que ver con que todavía tiene alguna negociación pendiente, y él me contestó que “todo tiene su tiempo”. Punto pelota.  Después de una respuesta tan seca, lógicamente no volví a insistir, porque era evidente que de ese pozo no iba a salir una gota de agua más. ¿Y qué está sugiriendo Román cuando dice que todo tiene su tiempo?

En el PSOE, Pablo Bellido especuló con que el alcalde se estaba “fabricando una mentira”,  para intentar justificar su cambio de opinión. Pero yo no lo creo. Román hace ya tiempo que dio por amortizada su primera intención de  estar  solo dos legislaturas en el cargo, y ya en el encuentro de Navidad con la prensa en 2012 se le había olvidado. Los políticos son muy desmemoriados cuando llegan a los cargos, y no es infrecuente que cambien de criterio y de valores cuando empiezan  a sentir  como algo natural eso que algunos llaman la “erótica del poder”. Le pasó incluso a quien fue  el presidente más popular de la historia de Estados Unidos,  Franklin Delano Roosevelt, que tuvo cuatro mandatos presidenciales consecutivos tras ganar las elecciones de 1932,  1936, 1940 y  1944, y nadie duda de que habría ganado una quinta, en 1948, si no se hubiera muerto antes de que McArthur aceptara la rendición  de Japón ante un Emperador que por primera vez tuvo que salir de palacio para reunirse con los mortales en la cubierta de un acorazado. Pero tanta repetición, aunque fuera de un mito como Roosevelt,  acabo cansando a los legisladores americanos, los cuales acabaron por impulsar una legislación para limitar los mandatos de sus presidentes.

La experiencia que yo he podido conocer de alcaldes y presidentes de todos los colores desde 1979, me ha llevado a forjarme la idea de que es muy difícil mantener la ilusión, la imaginación, la  imprescindible humildad y la apertura de miras en los terceros mandatos, pero con ello no estoy prejuzgando que una tercera legislatura de Román fuera un fracaso –toda regla tiene su excepción–, solo apunto a que todas las terceras legislaturas que he conocido no me han acabado de llenar. En algún caso, y no voy a dar nombres, por la deferencia  que me merecen las personas cuando se jubilan, hasta sobraron. Pero en Europa  son muy pocos los países que limitan los mandatos de sus gobernantes, e incluso añado una cosa más: el elector no los suele penalizar, no tiene mis prejuicios.

Hablando con unos y otros, la explicación que más me convence sobre lo que le  ha llevado a Román a no desvelar su decisión es que desde el mismo momento que lo hubiera hecho habría perdido capacidad de influencia. Al  no confirmar que se va a presentar, como casi todos lo sospechamos, Román se hace valer y puede imponer prácticamente su lista sin interferencias del partido, y además asegurarse de  que podría repetir como número uno al Congreso. Con la boca cerrada, Román se vende caro en base a una razón poderosa: el Partido Popular, que no quiere saber nada de Primarias (hasta que no pierda unas elecciones Generales, entonces  las harán, esto que inicia el PSOE no hay quien lo pare), se guía mucho en la elección de candidatos por las encuestas que hace el gurú Arriola -¡a que sí doña Ana Botella!-;y  en Guadalajara Román sigue siendo el candidato más popular entre los que podría presentar el PP. Hay que precisar que históricamente todos los alcaldes de Guadalajara-salvo en un caso-han sido los políticos más populares en las encuestas.( No quiero entrar en otras especulaciones que se pueden leer en algunos foros y redes sociales  de que hay una operación soterrada para que Román  deje a mitad de legislatura la alcaldía en manos de un concejal determinado. No creo que un partido que ha defendido, con poderosas razones, la elección directa del alcalde se prestara a una triquiñuela de ese calibre, pero todavía menos lo creo de una persona como Román al que  le tengo por un político honesto, con independencia de que la labor política tiene mucho de claroscuros. Con la crisis, los recortes y las subidas fiscales, más de lo último).

Así que parece lógico que Román mida los tiempos en su beneficio, pero no es el único. Emiliano García-Page ha demorado el anuncio de su candidatura  más allá de la prudencia (la elección del nuevo secretario general, Pedro Sánchez, que él apoyo) hasta el punto de que en Ferraz le preguntaban que qué hay de lo suyo. Porque empezaba a dar la impresión de que detrás de esa indecisión anidaba la incertidumbre por el resultado de las elecciones, y especialmente tras la poda de diputados realizada por manostijeras Cospedal, que no me parece a mí que vaya  a perjudicar tanto a los socialistas. No así a  los partidos  “pequeños”.  Por ello,  Emiliano García-Page ha hecho lo que se supone a cualquier secretario general del PSOE. Presentarse a las elecciones, haga frío o calor.

En Guadalajara capital  sabemos poco, porque hay muy poco, más allá de la anunciada candidatura de Nacho Andarias, un militante de base que en la última campaña por la secretaría  general estuvo con José  A. Pérez Tapias e Izquierda Socialista. Sería todo un éxito que lograra los avales. Como en Guadalajara habrá Primarias, se supone que en noviembre, hay que seguir la pista a las tres personas con más influencia en la Asamblea Local del PSOE. La secretaria local, Magdalena Valerio, el ex alcalde Jesús Alique, y algo tendrá que decir  Pablo Bellido, el actual secretario provincial, quien estaría encantado con un candidato de consenso. Me cuentan que ni  Valerio ni Alique  tendría  la fuerza suficiente como para patrocinar a un candidato «muy próximo» si el otro no se aviene, así que habrá que estar atentos a las alternativas de consenso. O a que se aproveche que estamos ante una elección muy abierta, sin nombres predeterminados, para que salga alguien nuevo, joven y con gancho.

Habrá que estar atento en los próximos meses, pero la noticia, ahora, es que no hay noticia.

Y lo mismo podemos decir de la anunciada coalición entre los neocomunistas de Pablo Iglesias y los comunistas de toda la vida de Cayo Lara y el comandante Centella, que están llamados –dicen—a un renovado protagonismo en esa izquierda más radical, que ya  ha dado por amortizada a la Constitución. Tan alegremente.  Habrá que ver si fragua y cómo la negociación anunciada para el otoño, aunque no nos olvidemos de una cosa. Esta vez ya no estamos  en unas elecciones Europeas. Lo que viene son unas municipales y autonómicas y son miles de listas en miles de pueblos a las que hay que poner personas con caras y ojos. No vale con el youtube.  Y no les va a resultar tan fácil.   Por ello hay que pedir prudencia a algunas encuestas que han salido y que están hechas con los pies.

En Guadalajara también se presentarán UPyD y Vox, ya lo han dicho, y  no quiero olvidarme de ellos. ¿Acertarán los que dicen que podríamos tener el ayuntamiento y la diputación más multicolor de la historia democrática?.

Me permitirán que no me moje hasta más ver. Por ahora, esto es lo que hay.

Coda sobre Gallardón: Hay algo que me gustaría saber. ¿Cuándo le encargó Rajoy a Gallardón lo del aborto, qué demonios le encargó si es que le encargó algo? ¿Qué retocara lo más cuestionado de las dos leyes anteriores? ¿O que hiciera una ley nueva, aliándose con la ortodoxia más antiabortista del partido, lo que suponía un vuelco completo a la legislación actual?

A Rajoy le van a caer unos cuantos palos en las tertulias más conservadoras y del ala democristiana del partido (Román nunca se recató de defender la Ley sin ambages), ¿pero no está intentando el presidente del PP  recuperar la centralidad que Gallardón había perdido? Porque lo cierto y verdad es que si la Ley Gallardón no había conseguido un consenso en el seno del propio partido, tampoco lo había logrado entre la mayoría de su electorado, como reflejaban las encuestas del todopoderoso Arriola, que enseñó a la cúpula del PP en la reunión del Parador de Sigüenza en el primer fin de semana de septiembre. Y llegados a este punto, de ahí a las enseñanzas de mi filósofo preferido, Groucho Marx, solo va un paso: “Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”.

 

 

Algunas cosas (evidentes) sobre las Ferias

Es evidente que si las Ferias de Guadalajara hubieran comenzado este lunes 15 de septiembre (que es el lunes siguiente a la Antigua, la regla no escrita de los últimos veinte años) no se habrían terminado hasta  el domingo 21 de septiembre. Agotador, teniendo en cuenta que habríamos tenido actos  desde principios de mes.

Las fechas.- Aunque es bien cierto que en Guadalajara la Patrona y las Ferias han ido tradicionalmente por su lado, no lo es menos que nuestra ciudad ha cambiado mucho en los últimos treinta años, como comentamos en nuestro editorial.  No voy a repetir por tanto las razones por las que yo también veo, ahora, más ventajas e inconvenientes para unir ambas celebraciones, pero siempre con una condición. El 8 de septiembre, hay que reservarlo exclusivamente para los actos religiosos, o habrá muchas personas que se sientan razonablemente molestas. Y esto plantea un problema, que deberá resolver la próxima corporación. Qué hacer cuando el día 8 coincida con un día de encierros  y toros por la tarde, para no hacer competencia desleal  con la Misa Mayor en honor de la Antigua de la mañana y la procesión de la tarde.  Tienen de tiempo para pensarlo hasta el año 2017, porque en  2015 la Antigua cae en martes y en 2016 será miércoles.

La Feria Taurina y los encierros.- Desde el Equipo de Gobierno repiten mucho el argumento de que Guadalajara es la ciudad (o la provincia) más taurina de España, y eso es una verdad a medias. Porque si bien Guadalajara es la provincia de España en la que más festejos populares (sueltas y encierros) se celebran de España, no se puede decir lo mismo de los toros en la plaza. Lo que conocemos por la lidia.

Pero vayamos primero con los encierros en puntas y en los que se corren los toros de las corridas. Han sido un éxito. Los encierros estaban de capa caída  en Guadalajara porque se corrían novillos afeitados. Cada año acudían menos aficionados y era una desmesura montar una organización tan compleja  como la que existe en Guadalajara para ver correr durante varios días a los mismos moruchos desmochados. De haber seguido por ese camino, los encierros habrían acabado por desaparecer, y no precisamente por la presión de los ecologistas. Este nuevo modelo ha consolidado por lo tanto los encierros, aunque evidentemente son más peligrosos, como dice la señora  Valerio.  Pero también son las carreras de motos, y no pedimos a Márquez que no pase de 120, no se vaya a caer. Correr un encierro es un ejercicio de riesgo voluntario, no lo olvidemos.  Y los aficionados, ya que se ponen, no quieren hacerlo para. Hay que seguir apostando por este modelo, con todo ello lo que significa.

Y ya voy con la Feria Taurina, la lidia del toro bravo que se hace por la tarde de los encierros que se corren por la mañana. Dicen los taurinos que los encierros perjudican la lidia. Es un cuento chino como se ha demostrado este año. En un encierro como el de Guadalajara, donde los toros apenas  corren dos minutos y no se les da un capotazo, no cogen vicios que perjudique su lidia. Los taurinos insisten en la cantinela para que sus pupilos cobren más. Robisco ha dicho que no es partidario de ello y yo estoy de acuerdo. El que venga, con su caché  ordinario. Y si los encierros se consolidan, ya verán cómo acaban viniendo las figuras, porque no están los tiempos precisamente para muchas exigencias por la caída de los festejos desde que empezó la crisis.

No me parece a mí, en cambio, que la Feria Taurina esté consolidada, como apunta el concejal de Asuntos Taurinos. De los cuatro festejos, en uno ha habido poco más de un tercio de entrada, en dos de ellos media entrada y en la goyesca tres cuartos de entrada. La verdad es que el paisano Fandiño ha salvado a la Feria de un nuevo tropezón ante la ausencia de otras primeras figuras, y esto se ha traducido en la floja asistencia de público a las corridas del sábado y domingo. He oído críticas de que las entradas eran caras, pero no me vale cuando se han podido sacar abonos de sol y sombra por 50 euros. La realidad es que en Guadalajara es imposible pasar de media entrada si no hay figuras de por medio.  Y es difícil compatibilizar precios moderados y  figuras en una plaza como esta. Tan incómoda.  Pero hay otras razones de carácter más general que darían para un debate más largo: ¿Por qué en España la asistencia a los toros baja mientras que en Francia no hace más que subir y tienen que celebrar dos corridas al día en la mayoría de las ferias?.

Los conciertos y otras músicas.- La Fuente de la Niña sigue siendo un buen escenario para los conciertos. La asistencia ha oscilado entre los más de 3.000 de Leiva a los 6.000 de Antonio Orozco, unas 22.000 personas entre todos los días, según fuentes oficiales. Ha tenido un buen preámbulo con el Festival  Gigante, y es verdad que ha faltado un concierto redondo y un  lleno como el año pasado con Amaral o Juan Magán. Pero para meter a más de 10.000 personas en  la Fuente de la Niña, tienen que coincidir dos cosas: que el artista esté muy de moda ese año y que sea viernes o sábado. Fue una pena que Leiva, con una gira de éxito, viniera un miércoles y con un aforo limitado a 3.000 espectadores por contrato. Me imagino que no nos han contado todo, porque Leiva ha llegado este año a tocar ante una marabunta de gente en Bilbao. También tocó medio Duncan Dhu, porque al alter ego de Mikel Erentxu , Diego Vasallo, le entró una indisposición  y no podía levantarse del sofá (sic). Sería así, pero no me gustó. Como las nuevas versiones a sus temas de toda la vida. Pero achacar  a que la Fuente de la Niña no se llenó porque los conciertos son “continuistas”, pues me lo tendrán que explicar mejor cuando hemos tenido por delante un festival de música muy actual, como fue Gigante, y en el año anterior sí  hubo dos llenos. El precio, a 10 euros, de lo más barato que hay por España.

Anotar también el éxito de la comedia ligera española de toda la vida en la plaza Mayor. La buena respuesta a las actuaciones  de Santo Domingo o el regreso de los certámenes de pintura y dibujo infantil. Sigo echando de menos esas “Noches del  Infantado” como un escenario alternativo para otras músicas cuasi minoritarias como son el jazz o el blues, que también tienen su público.

El debate del  Ferial.- Comparto, como reclaman los socialistas, que hay que abrir un debate sobre el Ferial, y si debe concentrar allí a todas las peñas. Técnicamente es posible, porque hay terreno disponible  para ampliarlo. Pero sospecho que no va a ser fácil convencer a las peñas, porque las carpas que se instalan en los parques de La Concordia, San Roque y Fuente de la Niña están funcionando muy bien en esos parajes de parques y praderas, muy cofortables para el botellón. Y también generan su negocio en comercios y bares de la zona.  Yo no tengo tan claro esa necesidad de concentrar todo en el mismo sitio. Guadalajara ya no es un pueblo.  Aunque está bien que se debata y se pongan pros y contra sobre la mesa. Pero al final será el futuro equipo de Gobierno el que tiene que pilotar la decisión. Y no precisamente en una  asamblea vecinal. Que para eso se les eligen y cobran.

Unas Ferias pacíficas y animadas.- Es patente que la buena climatología es un aliado imprescindible para el éxito de unas fiestas que se viven mayoritariamente en la calle, y a ello  ayuda ese adelantamiento de fechas. Pocas veces se ha visto tanta gente en la calle como este año. Y solo hay que preguntar a los establecimientos de hostelería cómo han estado las terrazas esta semana.   Estas multitudes han convivido con un clima pacífico, como acreditan los partes policiales, y además, limpio. Estupendo el trabajo de las brigadas de limpieza, que han recogido en ferias 40.820 kilos de residuos  a falta de contabilizar los vidrios.   Y en realidad no hay secretos:   Debido al incremento de actividad se han contratado a 39 personas para este servicio, ya que del jueves al domingo se contó con 52 personas más de las operan en un fin de semana convencional.

Estos es lo que hay. Cuando se ponen los medios suficientes, como ha ocurrido también en el pronto desmontaje de  las talanqueras, porque hay flexibilidad,  las cosas salen.

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