Algunas cosas (evidentes) sobre las Ferias

Es evidente que si las Ferias de Guadalajara hubieran comenzado este lunes 15 de septiembre (que es el lunes siguiente a la Antigua, la regla no escrita de los últimos veinte años) no se habrían terminado hasta  el domingo 21 de septiembre. Agotador, teniendo en cuenta que habríamos tenido actos  desde principios de mes.

Las fechas.- Aunque es bien cierto que en Guadalajara la Patrona y las Ferias han ido tradicionalmente por su lado, no lo es menos que nuestra ciudad ha cambiado mucho en los últimos treinta años, como comentamos en nuestro editorial.  No voy a repetir por tanto las razones por las que yo también veo, ahora, más ventajas e inconvenientes para unir ambas celebraciones, pero siempre con una condición. El 8 de septiembre, hay que reservarlo exclusivamente para los actos religiosos, o habrá muchas personas que se sientan razonablemente molestas. Y esto plantea un problema, que deberá resolver la próxima corporación. Qué hacer cuando el día 8 coincida con un día de encierros  y toros por la tarde, para no hacer competencia desleal  con la Misa Mayor en honor de la Antigua de la mañana y la procesión de la tarde.  Tienen de tiempo para pensarlo hasta el año 2017, porque en  2015 la Antigua cae en martes y en 2016 será miércoles.

La Feria Taurina y los encierros.- Desde el Equipo de Gobierno repiten mucho el argumento de que Guadalajara es la ciudad (o la provincia) más taurina de España, y eso es una verdad a medias. Porque si bien Guadalajara es la provincia de España en la que más festejos populares (sueltas y encierros) se celebran de España, no se puede decir lo mismo de los toros en la plaza. Lo que conocemos por la lidia.

Pero vayamos primero con los encierros en puntas y en los que se corren los toros de las corridas. Han sido un éxito. Los encierros estaban de capa caída  en Guadalajara porque se corrían novillos afeitados. Cada año acudían menos aficionados y era una desmesura montar una organización tan compleja  como la que existe en Guadalajara para ver correr durante varios días a los mismos moruchos desmochados. De haber seguido por ese camino, los encierros habrían acabado por desaparecer, y no precisamente por la presión de los ecologistas. Este nuevo modelo ha consolidado por lo tanto los encierros, aunque evidentemente son más peligrosos, como dice la señora  Valerio.  Pero también son las carreras de motos, y no pedimos a Márquez que no pase de 120, no se vaya a caer. Correr un encierro es un ejercicio de riesgo voluntario, no lo olvidemos.  Y los aficionados, ya que se ponen, no quieren hacerlo para. Hay que seguir apostando por este modelo, con todo ello lo que significa.

Y ya voy con la Feria Taurina, la lidia del toro bravo que se hace por la tarde de los encierros que se corren por la mañana. Dicen los taurinos que los encierros perjudican la lidia. Es un cuento chino como se ha demostrado este año. En un encierro como el de Guadalajara, donde los toros apenas  corren dos minutos y no se les da un capotazo, no cogen vicios que perjudique su lidia. Los taurinos insisten en la cantinela para que sus pupilos cobren más. Robisco ha dicho que no es partidario de ello y yo estoy de acuerdo. El que venga, con su caché  ordinario. Y si los encierros se consolidan, ya verán cómo acaban viniendo las figuras, porque no están los tiempos precisamente para muchas exigencias por la caída de los festejos desde que empezó la crisis.

No me parece a mí, en cambio, que la Feria Taurina esté consolidada, como apunta el concejal de Asuntos Taurinos. De los cuatro festejos, en uno ha habido poco más de un tercio de entrada, en dos de ellos media entrada y en la goyesca tres cuartos de entrada. La verdad es que el paisano Fandiño ha salvado a la Feria de un nuevo tropezón ante la ausencia de otras primeras figuras, y esto se ha traducido en la floja asistencia de público a las corridas del sábado y domingo. He oído críticas de que las entradas eran caras, pero no me vale cuando se han podido sacar abonos de sol y sombra por 50 euros. La realidad es que en Guadalajara es imposible pasar de media entrada si no hay figuras de por medio.  Y es difícil compatibilizar precios moderados y  figuras en una plaza como esta. Tan incómoda.  Pero hay otras razones de carácter más general que darían para un debate más largo: ¿Por qué en España la asistencia a los toros baja mientras que en Francia no hace más que subir y tienen que celebrar dos corridas al día en la mayoría de las ferias?.

Los conciertos y otras músicas.- La Fuente de la Niña sigue siendo un buen escenario para los conciertos. La asistencia ha oscilado entre los más de 3.000 de Leiva a los 6.000 de Antonio Orozco, unas 22.000 personas entre todos los días, según fuentes oficiales. Ha tenido un buen preámbulo con el Festival  Gigante, y es verdad que ha faltado un concierto redondo y un  lleno como el año pasado con Amaral o Juan Magán. Pero para meter a más de 10.000 personas en  la Fuente de la Niña, tienen que coincidir dos cosas: que el artista esté muy de moda ese año y que sea viernes o sábado. Fue una pena que Leiva, con una gira de éxito, viniera un miércoles y con un aforo limitado a 3.000 espectadores por contrato. Me imagino que no nos han contado todo, porque Leiva ha llegado este año a tocar ante una marabunta de gente en Bilbao. También tocó medio Duncan Dhu, porque al alter ego de Mikel Erentxu , Diego Vasallo, le entró una indisposición  y no podía levantarse del sofá (sic). Sería así, pero no me gustó. Como las nuevas versiones a sus temas de toda la vida. Pero achacar  a que la Fuente de la Niña no se llenó porque los conciertos son “continuistas”, pues me lo tendrán que explicar mejor cuando hemos tenido por delante un festival de música muy actual, como fue Gigante, y en el año anterior sí  hubo dos llenos. El precio, a 10 euros, de lo más barato que hay por España.

Anotar también el éxito de la comedia ligera española de toda la vida en la plaza Mayor. La buena respuesta a las actuaciones  de Santo Domingo o el regreso de los certámenes de pintura y dibujo infantil. Sigo echando de menos esas “Noches del  Infantado” como un escenario alternativo para otras músicas cuasi minoritarias como son el jazz o el blues, que también tienen su público.

El debate del  Ferial.- Comparto, como reclaman los socialistas, que hay que abrir un debate sobre el Ferial, y si debe concentrar allí a todas las peñas. Técnicamente es posible, porque hay terreno disponible  para ampliarlo. Pero sospecho que no va a ser fácil convencer a las peñas, porque las carpas que se instalan en los parques de La Concordia, San Roque y Fuente de la Niña están funcionando muy bien en esos parajes de parques y praderas, muy cofortables para el botellón. Y también generan su negocio en comercios y bares de la zona.  Yo no tengo tan claro esa necesidad de concentrar todo en el mismo sitio. Guadalajara ya no es un pueblo.  Aunque está bien que se debata y se pongan pros y contra sobre la mesa. Pero al final será el futuro equipo de Gobierno el que tiene que pilotar la decisión. Y no precisamente en una  asamblea vecinal. Que para eso se les eligen y cobran.

Unas Ferias pacíficas y animadas.- Es patente que la buena climatología es un aliado imprescindible para el éxito de unas fiestas que se viven mayoritariamente en la calle, y a ello  ayuda ese adelantamiento de fechas. Pocas veces se ha visto tanta gente en la calle como este año. Y solo hay que preguntar a los establecimientos de hostelería cómo han estado las terrazas esta semana.   Estas multitudes han convivido con un clima pacífico, como acreditan los partes policiales, y además, limpio. Estupendo el trabajo de las brigadas de limpieza, que han recogido en ferias 40.820 kilos de residuos  a falta de contabilizar los vidrios.   Y en realidad no hay secretos:   Debido al incremento de actividad se han contratado a 39 personas para este servicio, ya que del jueves al domingo se contó con 52 personas más de las operan en un fin de semana convencional.

Estos es lo que hay. Cuando se ponen los medios suficientes, como ha ocurrido también en el pronto desmontaje de  las talanqueras, porque hay flexibilidad,  las cosas salen.

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