El Ministerio de Transición Ecológica (MITECO), así como su antecesor Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, acaba de dar un síntoma de sensatez que sería injusto no subrayar desde la cabecera del Tajo. El famoso Memorandun, aprobado en 2014, tiene de positivo que aumenta la cantidad mínima por debajo de la cual no se puede trasvasar de 240 a 400 Hm3 en la cabecera, pero a partir de ahí institucionaliza los trasvases como si estuvieran labrados en la Constitución, con lo que el ministerio se ha limitado a autorizar la cantidad de agua a derivar en función de lo que embalsa la cabecera, sin atender a otros criterios medioambientales. Con la actual normativa, los ministros de la cosa han sido más notarios que ministros, y desde luego nada políticos, en el sentido de lo que los griegos definían como política.
Por todo ello, hay que celebrar que para este mes de noviembre el Ministerio de Transición Ecológica no ha seguido las recomendaciones de la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura de trasvasar 14,7 Hm3 al Segura, sino solo 7,5 Hm3. Y no lo hace de manera gratuita, sino porque las últimas previsiones sobre entrada de agua en el sistema de Entrepeñas y Buendía son muy pesimistas, ya que si bien las lluvias previstas están dentro de lo normal las extracciones son todavía mayores. Quiere esto decir que como el Tajo tiene cada vez más servidumbres, nos podríamos encontrar con que en el 2020 las reservas conjuntas en los embalses de Entrepeñas y Buendía serían inferiores a los 400 hm3. Entrando de lleno en el nivel 4, que conforme al Memorandum implica la imposibilidad de realizar ningún tipo de trasvase, ni siquiera para abastecimiento.
En ese sentido, con esta decisión el MITECO aplica el «principio de precaución», posibilitando así que «se pueda garantizar durante más tiempo el uso para consumo urbano restringiendo ya todas las aportaciones que no vayan destinadas a abastecimiento». La situación está así de grave: restricción de todas las derivaciones que no sean para consumo humano.
Aunque el comunicado lo elude, entre estas últimas demandas estaría la pretensión de trasvasar hasta 20 Hm3 para favorecer el encharcamiento del parque natural de Las Tablas de Daimiel, y que lógicamente en aplicación de este «principio de precaución» no debería ser posible. Confirmándose la precipitación de Francisco Martínez Arroyo, el superconsejero responsable de agua, agricultura, desarrollo rural y no sé cuántas cosas, en apoyar la citada demanda, y el seguidismo del consejero de Desarrollo Sostenible, el azudense José Luis Escudero, que no ha sabido ejercer de contrapunto en esta ocasión. En palabras de la ambientalista Rosa Prieto, conocedora de lo que se despacha en el alto Guadiana, «en esta nueva legislatura el Consejero de Agricultura ha asumido las competencias de agua, sacándolas de la Consejería de Fomento. Han puesto al lobo a guardar ovejas sin el más mínimo rubor y encima nos miente diciendo que es compatible ese modelo agrícola de voracidad infinita con el Medio Ambiente».
A ambos consejeros les toca reflexionar, porque no es de recibo que a estas alturas todavía se pretenda regularizar pozos en el alto Guadiana con un recurso escaso y sobreexplotado, como es el agua del Tajo, que está a más de trescientos kilómetros de distancia. Como escribía en mi último post no se puede seguir poniendo una vela a Dios y otra al diablo. O como se recalca desde SEO/BirdLife es «una irresponsabilidad» seguir incidiendo aún más en los conflictos sin atajar los problemas en su origen: un modelo agroindustrial gran demandante de agua en expansión en La Mancha. Una política en la que «subyace la oferta del agua y que no atiende a la gestión y control de la demanda», tal y como obliga la Directiva Marco del Agua, que «sigue obviando la urgente necesidad de redimensionar la demanda del sector agrario de regadío, verdadero origen de los problemas ambientales, y repite los mismos errores que sufren otros humedales como Doñana y el Mar Menor «.
Insistir en estas políticas que luego el superconsejero no tiene remilgos en rechazar cuando se practican en el levante, como dice Roberto González, responsable del Programa de Aguas de SEO/BirdLife, «estos planteamientos no solo imposibilitan avanzar en la nueva cultura del agua, sino que retrotraen el debate a finales del siglo pasado».
Francisco Martínez Arroyo, el superconsejero responsable de agua, agricultura, desarrollo rural y no sé cuántas cosas más se ha convertido, a propósito del demandado trasvase del Tajo al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, en una especie de Dr. Jeckly y Mr. Hyde, que emplea un argumento y su contrario en función de los intereses que le toque defender.
Así, pone una vela a Dios cuando cada vez que se aprueba un trasvase para el levante español señala, con sentido común, que la agricultura y el desarrollo de aquella zona no puede depender de recurso escaso que está a más de 400 kilómetros de distancia; recuerda que al amparo de ese agua se ha ido extendiendo sin fin la agricultura industrial, que a la postre es el foco de contaminación del Mar Menor; o que es un atropello persistir en una política de trasvases al Segura cuando la prioridad debería ser la propia cuenca del Tajo, atender a su desarrollo y garantizar los caudales ecológicos suficientes para que el cauce no se convierta en una cloaca. Todo lo que defiende el superconsejero es difícil de cuestionar desde lo que ahora se llama desarrollo sostenible (¿no hay una consejería de tal asunto con uno de Guadalajara al frente?) , al que todo el mundo apela en campaña electoral aunque sistemáticamente es luego ignorado por el gobierno de España de turno, porque estamos hablando de la agricultura más potente, de casi cuatro puntos del PIB español y los pobrecitos, y menguados, alcarreños de la cabecera del Tajo, pues tendrán que sacrificarse una vez más por el bien de España, que siglos atrás desde Castilla facieron y ahora les gasta.
De igual manera, el superconsejero Arroyo, el de las aguas, no tiene empacho en poner otra vela al diablo al defender un trasvase al parque nacional (y ojalá lo sea por mucho tiempo) de Las Tablas de Daimiel con el argumento de que presenta una situación “complicada” con menos del cinco por ciento de la superficie, que cuenta con más de 1.750 hectáreas, encharcadas en este momento. Arroyo olvida que ese agua que reclama para el Guadiana procede de otra cuenca, la del Tajo, y si bien apela a que se trata de una situación «extraordinaria», por la falta de lluvias, olvida que esa misma situación «extraordinaria» se vive en la cabecera del Tajo, como le recuerdan desde la Asociación de Municipios Ribereños, con los pantanos muy cerca de esa raya de 400 Hm3, por debajo de la cual no se podría hacer ningún trasvase. Por todo ello, el superconsejero de aguas y trasvases ha tenido que escuchar esta semana las verdades del barquero, como le recuerdan desde Ecologistas en Acción por «la política de regadíos a ultranza, que aún se mantiene, y responsable de la liquidación definitiva» de estos espectaculares humedales ligados al río Guadiana (¡no al Tajo!) y complementados con las lagunas volcánicas del Campo de Calatrava.
¡Ojalá fuera solo la falta de lluvia el culpable de la situación y que con mandar 20 Hm3 se hubiera resuelto el problema, para siempre, pero el consejero no puede engañarse así mismo y engañarnos a los demás porque bien conoce, como le recuerdan desde EA, que la desaparición completa de las lagunas fluviales (de las que las llamadas Tablas de Daimiel eran un caso singular) «no tienen otra causa que la del descenso de los niveles freáticos de los acuíferos y éste no tiene otra causa que la sobreexplotación de los mismos para transformar una agricultura tradicional sostenible en un sistema de agroexplotación industrial insostenible». Ante esta situación la pregunta que tiene que contestar el superconsejero de aguas y trasvases es si la opción que va a tomar es convertir las Tablas de Daimiel en un parque acuático para el turismo con lagunas artificialmente alimentadas desde la cabecera de un río sobreexplotado, que está a 300 kilómetros de distancia, o si de una vez por todas quiere recuperar los humedales como Dios manda, para lo que deberá impedir las regularizaciones de pozos que vacían el famoso acuífero 23 y dar un giro a la actual política agrícola que incentiva el incremento del consumo de agua.
Esa es la clave de bóveda de este asunto, y no si hay que mandar unos hectómetros en una situación de emergencia. Y por lo que el propio Arroyo debela, en su cabeza no está clausurar los pozos ilegales sino utilizar el agua del Tajo para regularizar nuevos pozos en el Alto Guadiana, y así se lo ha prometido a los agricultores, con el lógico mosqueo de la Asociación de Municipios Ribereños. Para ello, no solo bastaría con las inyecciones a Las Tablas en periodos de sequía, sino que hay que completar las obras de lo que llaman «Tubería Manchega» (están en los Presupuestos de Sánchez que fracasaron) y que en puridad se debería llamar «Tubería Alcarreña», porque lo que trasportará es agua que se recogerá en Entrepeñas-Buendía, en la Alcarria, utilizará primero el canal del Trasvase y luego discurrirá hasta los llanos de La Mancha por una tubería. La concesión actual son 50 Hm3 anuales y suministraría agua a 59 municipios de La Mancha. Lo mismo que reprochamos al levante se calca en este caso: el desarrollo de un territorio que está en otra cuenca y a trescientos kilómetros de distancia va a depender de un recurso escaso y sobreexplotado, como es el agua del Tajo. Solo que como esta vez el agua no sale de la Comunidad Autónoma, ni tan siquiera lo llaman trasvase, sino «Tubería manchega», como si tal tubería no naciera en la Alcarria sino entre los bellísimos molinos de Campo de Criptana. Pero claro, como explica el superconsejero de trasvases, hay que resolver los problemas que se viven en La Mancha y esto pasa por «garantizar el agua para los jóvenes y los profesionales del sector, al mismo tiempo, que se compatibiliza con el medio ambiente (?). Y es posible unificar ambas necesidades». ¿No les suena este discurso, por idéntico, al que emplean en el levante cada vez que el mismo Arroyo reclama que primero están las necesidades de la cuenca y los caudales ecológicos del Tajo?
Le voy a confesar una cosa, que mis lectores habituales ya saben: yo no soy antitrasvasista, por razón de algún raro dogma progre, ni creo que las derivaciones de agua sean cosa del diablo. Pero como guadalajareño tengo que defender antes a mis santos que a la iglesia, y lo que rechazo es el monotrasvase, que en España solo exista uno, el del Tajo-Segura, y al que en poco tiempo se le añadirán tres más: el Tajo-Daimiel, para rellenar lagunas como si fueran piscinas, y el Tajo-La Mancha, para dar agua de calidad a 59 municipios.
El problema, por tanto, no es solo que haya que destinar cincuenta o más Hm3 anuales de agua del Tajo a Daimiel y a La Mancha, lo que me preocupa es que con estas infraestructuras se está reproduciendo la misma dependencia para el desarrollo de un recurso lejano y escaso que el superconsejero critica cuando el agua viaja al Levante, y en el uso lingüístico se convierte en «Trasvase». Y, para colmo, estas dos nuevas servidumbres se inician sin que hayamos sido capaces de rebajar en el Memorando, por el que se rige el Trasvase, un solo hectómetro para compensar las nuevas detracciones. Mucho ministerio de Transición Ecológica y la biblia en verso, pero con el levante hemos topado, amigo Sancho, porque por aquellas huertas está el 4% del PIB y crecen tres veces más diputados que en Castilla-La Mancha, por si las cosas se ponen feas, como bien sabe el señor Barreda, que ingenuamente quiso poner fecha de caducidad al Trasvase, y mira lo que dijo el Parlamento: que se fuera con el proyecto de Ley por donde había venido.
Dejemos por tanto de hacernos trampas en el solitario, porque esto es lo que hay: la mejor huerta industrial de España, unos humedales sobreexplotados en el alto Guadiana y 59 municipios manchegos que en pocos años también van a pasar a depender del agua del Tajo. ¿Y en la Alcarria, qué? Esperando a nada y a nadie con una eterna sonrisa de resignación.
Tengan cuidado los partidos nacionales, los que de verdad deberían vertebrar España y hacerla más equilibrada, porque si la solidaridad territorial sigue siendo de una sola vía, abusar del más pequeño, el «Teruel Existe» puede acabar en un «Guadalajara existe», un «Cuenca existe», un «Soria existe», un «Ávila existe», un «Segovia existe», y así hasta terminar con todas las provincias de la España interior de las que no se acuerda nadie. Para frenar ese camino hacia el cantonalismo -ya hay 18 formaciones políticas representadas en el Congreso- que nos llevaría a los tiempos de la I República, hay que hacer algo más que preocuparse de Torra y sus torradas. Esto es lo que hay.
PD1.- Dicen que la pregunta que Sánchez va a hacer a los militantes es si son partidarios de que el PSOE encabece un «gobierno pogresista». Si este es todo el debate que el secretario general va a propiciar en el PSOE sobre la gobernabilidad de España, casi es mejor que se ahorre las papeletas y las urnas. ¡Qué tiempos aquellos en los que en las agrupaciones del PSOE y en su comité federal se hablaba de política, de verdad, antes de este neoperonismo que ahora impera en muchos partidos políticos!
PD2.- ¿Y Pablo Casado que opina de todo esto? ¿Se va a limitar a escudarse en que Sánchez no le ha llamado sin hacer él una propuesta alternativa a un gobierno que por primera vez integrará a la extrema izquierda y que necesita de la abstención de ERC, unos tíos a los que les importa un carajo España fuera de su estrategia hacia la independencia? Que se acuerde de Rivera y su política de Don Tancredo.
PD3.- Ya sabemos lo que cuesta el Festival Gigante, 150.000 euros pagará por él Alcalá de Henares cuando aquí germinó y creció a cambio de montar un escenario, que luego valía para los conciertos de Ferias, la explotación del bar y el montaje de unos urinarios.Hay veces que tienen que faltar las cosas para echarlas de menos.¡Nos hemos lucido!
Lo desveló recientemente Jordi Évole. A los pocos días de iniciarse la negociación con Podemos, los Redondo, Tezanos y compañía ya habían decidido que lo mejor era forzar una repetición electoral. Sánchez no se encontraba cómodo con Podemos (ya sabe, un gobierno que son dos) y con el juicio del Procés de por medio, la negociación con los independentistas era más indigesto que beber lejía. Pero los cabezas de huevo de La Moncloa erraron, y como le pasó a Cameron con el Brexit, desencadenaron una decisión peor de la que se partió. David Cameron dimitió al día siguiente de su fracaso.
Una quinta parte del parlamento está formado por partidos
que defienden la autodeterminación de las autonomías (algo insólito en Europa)
y 29 parlamentarios son declaradamente independentistas. Y un partido
ultranacionalista pisa los talones al PP como alternativa de gobierno. Este es
el panorama con que nos encontramos.
Esto es lo que ha dado sí el 10N en España y nuestra provincia.
PSOE: 120 diputados. Pierde 3 y 760.159 votos a pesar de que por el aumento de la abstención solo baja 0,67 puntos. Sánchez se apuntó a lo de “Con Rivera, no”, no se atrevió con un gobierno Frankenstein, lo confió todo al 10N, a modo de segunda vuelta, y ha perdido. Sigue siendo el más votado, pero su posibilidad de formar gobierno pasa por meter todavía más partidos a esa olla Frankenstein, que espantaba al recordado Rubalcaba. La otra alternativa es un pacto de investidura (y de Estado) con el PP, aunque por lo que dijo Sánchez a los militantes en Ferraz no contempla. A no ser que el PP se haya convertido, para Sánchez, en una alternativa “progresista” de la noche a la mañana. Como sin duda lo debe ser el PNV o ERC.
En Guadalajara el PSOE pierde 1.531 votos por la caída de casi 5 puntos en la participación, aunque porcentualmente sube 1,33%. Aumenta su condición de primer partido provincial con más de ocho mil votos sobre la segunda fuerza, que es Vox. Sacó 1 diputado (Magdalena Valerio) y 2 senadores, perdiendo 1 en beneficio del PP por la estrategia de Vox.
PP: 88 diputados. Gana 22 escaños y 646.216 votos. Casado sube, pero por la fragmentación de la derecha, no tiene posibilidades de conformar una alternativa a la de Sánchez. El presidente en funciones es el que debe tomar la iniciativa y Casado se reservará a adoptar un papel determinante si fracasa Sánchez en la negociación con Podemos y los independentistas.
En Guadalajara el PP gana 1757 votos y 3,02%. Aunque en la noche electoral vendieron que los resultados eran mejores porque tenían más votos y 1 senador más, objetivamente son todavía peores porque, por primera vez en su historia, un partido como Vox los adelanta por la derecha y se convierte en la alternativa ante el PSOE en el Corredor del Henares. Entre los municipios mayores de Guadalajara, el PP solo es la fuerza más votada en Sigúenza y Pastrana. En la ciudad de Guadalajara mantiene el segundo puesto. José Ignacio Echániz vuelve a ser diputado por Guadalajara.
Vox: 52 diputados. Gana 28 y 952.100 votos. El partido de Abascal es el que más saca con esta repetición de elecciones a lo que no es ajeno la violencia televisada en Cataluña tras la sentencia del Procés. Pero a pesar de todo, sus 52 diputados no van a contar en cualquier fórmula de gobierno que se presente; porque no suman. Ejercerán una dura oposición, con las miras puestas en dar el sorpasso al PP si hubiera otra repetición electoral dentro de otros seis meses. Serían los más beneficiados de un escenario de inestabilidad
En Guadalajara se votó en clave nacional y no importó que su cabeza de lista, López Maraver, fuera un “paracaidista” que de Guadalajara solo conoce algunos cotos de caza. Para ser un partido nuevo, en Guadalajara Vox ha elegido lo peor de la vieja política, el cunerismo. Ni tan siquiera estuvo en la noche electoral celebrando el triunfo y atendiendo a los medios de comunicación. Aun así, Vox obtiene por primera vez 1 escaño. Gana 8099 votos y mejora 7,53%. Su estrategia de presentar solo un candidato al senado supuso un senador más para el PP, pero Vox no tuvo premio. En la ,provincia, Vox se convierte en la fuerza más votada en la Guadalajara de los chalets del cinturón de Madrid: Alovera, El Casar, Chiloeches, Mondéjar, Pioz, Torrejón del Rey, Tórtola, Trijueque, Valdeaveruelo y Yebes.
UP: 26 diputados. Pierde 7 escaños y 533.227 votos. El invento de Errejón (2 diputados) le ha hecho a Iglesias menos daño de lo que creía el viajante, pero aun así Podemos se deja más de medio millón de votos. Vuelve a ser decisivo para que Sánchez forme gobierno y a buen seguro que engrasará todo lo que pueda la negociación con los independentistas.
En Guadalajara Unidas Podemos baja 2.728 votos, el 1,04%. Cedió votos al PSOE, y algo también por la bajada de la participación.
Ciudadanos: 10 escaños. Pierde 47 escaños y 1.637.540 votos. El partido de Albert Rivera es el gran perdedor del 10N, porque sus electores se han preguntado: ¿Para qué ha servido dar a Ciudadanos la llave de la gobernabilidad si luego la guarda en un cajón? El derrumbe es tal que Cs pierde más electores de los que conserva. En contra de los más sabios del partido, Rivera prefirió jugar a ser la alternativa al PP cuando en las elecciones del 28-A, Casado ya había salvado los muebles. Pudo ser el Hans-Dietrich Genscher español, aquel liberal alemán que daba y quitaba mayorías a socialdemócratas y democristianos, pero solo quiso ser presidente del Gobierno. En un alarde de honestidad ha dimitido al día siguiente de las elecciones. Falta por saber si Cs, con solo 10 diputados, tendrá un sitio en la política española, como partido de centro liberal, o seguirá la deriva del antiguo CDS de Suárez o la UPyD de Rosa Díez.
En Guadalajara también fue el partido peor tratado por su electorado. Pierde 16.701 de los 26.817 votos que sacó el 28A, un -7,09% en porcentaje de voto provincial. Como ya le sucedió en la legislatura corta de Rajoy, en seis meses se queda sin diputado. En Castilla-La Mancha tampoco obtiene representación.
ERC: 13 diputados. Gana 2 escaños a pesar de perder 150.458 votos. Por misterios de nuestra Ley Electoral, que beneficia a los nacionalistas, aun teniendo la mitad de votos que Ciudadanos tendría una influencia decisiva en cualquier gobierno “progresista” que quiera encabezar Sánchez. Solo con sus votos no basta para dar la mayoría a Sánchez y a Podemos, pero sin ellos nada es posible. El líder de ERC, el sedicioso (TS dixit) Oriol Junqueras habrá respirado desde su celda. Bien podría convocar a los emisarios de Sánchez en un vis a vis, para decirles que él no se apea un milímetro de su República Catalana, aquella que un ingenuo Mosso expedientado, dijo que no existía. ¡Pues a lo mejor va a ser que sí!
Además de todos estos partidos, hay otras 13 formaciones políticas más, con las que Sánchez puede ensayar su gobierno “progresista”. Entre ellas la CUP, que ha saltado de las barricadas ardiendo en la plaza de Urquinaona al Congreso de España con 2 escaños.
Que la providencia nos asista, pero esto es lo que hay si los dos partidos que han sostenido el sistema democrático en España desde la Transición no vuelven a coger las riendas de la nación. Como en Alemania. De lo contrario, las Cortes que nazcan de este 10N pueden enterrar la Transición y sus valores a todos los efectos.
Han pasado tres semanas desde mi último post preelectoral con el análisis de lo que nos intenta avanzar la demoscopia, y como prometí voy con las conclusiones de mayor interés.
Lo primero que hay que subrayar es que mientras en Guadalajara se aclaran bastante las cosas en el conjunto de España la maraña se hace más grande. En nuestra provincia, se confirma que otra vez el reparto de escaños será de 1-1-1, pero con una diferencia: Ciudadanos perdería el suyo en beneficio de Vox. Aunque en su sondeo el CIS no se mojó, y apuntaba a que ese tercer escaño se disputa entre el segundo del PSOE y el cabeza de lista de Vox, hay que tener en cuenta que las entrevistas que se hicieron para el CIS de Tezanos son anteriores a conocerse la reacción violenta a la sentencia del Supremo sobre Cataluña, que tal y como acreditan los sondeos posteriores han servido de combustible para Vox se convierta en el tercer partido nacional, puesto que disputa a Unidas Podemos. Y, en Guadalajara, Vox ha tomado una ventaja por encima de nueve puntos porcentuales sobre el segundo diputado del PSOE.
Pero si las incógnitas se van despejando en nuestra provincia, en el conjunto de España sucede todo lo contrario, salvo que el CIS de Tezanos acierte con sus pronósticos, algo que cuestionan el resto de empresas demoscópicas por lo apuntado anteriormente. Así, lo que nos debela el promedio de las encuestas que se publican en España es que la composición de un futuro gobierno será más complicado de lo que venía siendo hasta ahora, porque ni el bloque de derechas (PP,Cs, Vox) alcanzaría la mayoría absoluta, ni tampoco lo lograría el bloque de izquierdas (PSOE, UP, +País). Y para colmo, una posibilidad que siempre existió en esta legislatura, un gobierno de coalición de centro-izquierda entre PP y Ciudadanos, tampoco bastaría para investir a un presidente. Con lo que nos veríamos abocado a un gobierno Frankenstein entre PSOE y Podemos con el respaldo de los independentistas. O a algún tipo de acuerdo entre el PSOE y PP. De momento, Sánchez ya ha avanzado que no habrá gobierno de gran coalición a la alemana entre socialdemócratas y conservadores, y Casado se ha comprometido a no hacer a Sánchez presidente. Un lío mayúsculo el que nos puede traer el 10-N.
Veamos, por partidos, cuál es la proyección a 31 de octubre, aplicando en el caso de Guadalajara un índice corrector en función de los resultados de las elecciones de abril. Hay que recordar que en la semana anterior a las elecciones, no se permiten encuestas por una ley electoral obsoleta, porque los “trackings” se siguen haciendo a diario y se publican sustituyendo los nombres de los partidos por frutas que los representan: la rosa, la berenjena, el brócoli, la naranja, una gota de agua azul….
PSOE: A nivel nacional se mantiene en torno al 27%, pero parece estancado salvo en el sondeo de Tezanos, que se dispara. En Guadalajara pierde apenas seis décimas, y aunque parece tener consolidada la primera plaza (está a unos 3 puntos del PP), como ya sucedió en las últimas elecciones, no le da para sacar un segundo diputado, ya que para ello (dependiendo de la abstención) debería estar entre el 37 y el 38% de los votos válidos.
PP: El partido conservador liderado por Casado gana cerca de dos puntos en las últimas tres semanas y está rozando el 22%, lo que le daría el liderazgo en un bloque del centro-derecha, aunque por otro lado se quedaría lejos de la mayoría absoluta. En Guadalajara sube algo más de 1 punto, y estaría a 3 del PSOE provincial. Promedio nacional: 21,8 % (100 escaños). Proyección Guadalajara (25,18%)
Vox: El partido ultranacionalista es la gran sorpresa de estas elecciones bis. Después de estar estancado, rema a favor de corriente, gana 3 puntos porcentuales, y todos los sondeos le elevan al tercer puesto en el conjunto de España; y aunque Unidas Podremos le pisa los talones en votos, el reparto electoral favorece a los de Abascal, que mojan en las provincias pequeñas, como es el caso de Guadalajara, donde tienen el tercer escaño en la mano con una proyección de 18,72% de los votos. Para evitarlo, el partido más votado, el PSOE, ley de Hondt en mano, tendría que sumar cerca del 38% de los sufragios, algo muy improbable teniendo en cuenta de que ahora, están en torno al 28%. El candidato madrileño López Maraver, a quien Abascal puso de número 1 en Guadalajara, tiene el escaño en la mano. Promedio nacional 12,5 (37 diputados). Proyección Guadalajara: 18,72% (1 escaño)
Unidas Podemos: Con una candidatura nucleada en torno a Izquierda Unida, el partido de izquierda radical que lidera Pablo Iglesias podría arrebatar en Guadalajara el tercer lugar a Ciudadanos (están muy igualados), aunque no tendría recompensa porque Vox está casi a seis puntos por encima en intención de voto. En Guadalajara, no tiene que hacer frente a la competencia del partido de Errejón, por lo que mantendría un porcentaje en torno al 13% en intención de voto. Promedio nacional: 12,5% (33 escaños). Proyección Guadalajara: 12,81%. (Sin escaño)
Ciudadanos: Agrava su espectacular caída, que ya se avanzaba en los sondeos de hace un mes. Como Albert Rivera no dé un golpe de mano en el debate de los candidatos a presidentes del Gobierno y en lo que queda de campaña, su partido liberal pasará de tercero a quinto en España. Aunque esto no es lo peor: al contrario que en esta legislatura, lo que le quedase de grupo parlamentario no le daría al menos para ser bisagra de los dos grandes partidos. En Guadalajara perdería el escaño que ha tenido en los últimos seis meses María Ángeles Rosado, a no ser que remonte más de seis puntos en una semana. Promedio nacional: 9,3% (17 escaños). Proyección Guadalajara: 12,23% (sin escaño).
Como siempre, repito, esto es lo que dice la demoscopia, que no deja de ser una fotografía de un momento concreto. Esto es lo que hay. Pero al final es el ciudadano, con su voto, el que decide y hace, o no, buenas las encuestas.
Esto es lo que hay
SANTIAGO BARRA TOQUERO (Guadalajara, 9-11-1955) aprendió el oficio de periodista en la escuela de “Flores y Abejas”, que en su segunda época dirigió su maestro, Salvador Toquero…