Todas las encuestas eran elocuentes. Los extremos estaban bajando en los sondeos, en algunos casos estaba en peligro su representación en la Asamblea de Madrid, hasta que ocurrió lo sabido por todos. La portavoz de los populistas de derechas puso en duda las balas de CETME recibidas por el ministro del Interior, la Directora General de la Guardia Civil y el líder de Podemos; a la estrategia del cada vez más radicalizado Pablo Iglesias le venía muy bien una espantá, como a Cagancho en Almagro, titulares son titulares, y este lo aprovechó como él sabe, levantándose de la mesa. No fue hasta media hora después en que los siguieron el resto de candidatos de la izquierda a buen seguro que instruidos por sus estados mayores de campaña. No hubo tal error de Rocío Monasterio, como algunos apuntan. A ella le interesaba un enfrentamiento directo con Iglesias, y a Iglesias le convenía un enfrentamiento directo con Monasterio, para focalizar de una manera más palmaria, que él está allí para luchar contra el fascismo y para ganar la batalla de Madrid casi un siglo después. De lo contrario, ¿para qué iba a dejar el Gobierno todo un vicepresidente si en Madrid estaba teniendo un papel secundario?
Al día siguiente, un debate que habría pasado desapercibido, marcó la estrategia de la campaña. Los extremistas volvían a acaparar los titulares de los periódicos, como no lo habían logrado durante la campaña, y al fin de eso se trataba; de ganar votos aunque sea a costa de desenterrar los peores demonios nacionales. De definirse por lo que uno no es, en este caso el antifascismo o el anticomunismo, que por los valores que cada cual defiende. No olvidemos que a las últimas elecciones en la II República, el Conde de Romanones, que siempre se presentó al frente del partido liberal, lo hizo esa vez en Guadalajara por el Bloque Antirrevolución; y los indispensables perfiles de la izquierda republicana quedaron anulados por el influjo de los revolucionarios más radicales en el Frente Popular. Aunque Romanones consiguió su escaño, a los pocos meses en España andaban a tiros.
No permitamos que los extremistas vuelvan a marcar otra vez la agenda política española. Y de alguna manera lo están consiguiendo. Hemos celebrado decenas de elecciones desde la recuperación de la democracia, me da fatiga ponerme a contarlas, pero no recuerdo ninguna en que se hayan suspendido los debates políticos. Tampoco que los oradores de un partido fueran sistemáticamente apedreados por hacer un mitin en Vallecas o en la Cataluña del Process, y que los ahora ofendidos, por haber puesto en duda su credibilidad, no criticaran tal violencia; o la intentaran justificar. Hace tiempo que en España parece haberse olvidado aquella frase que atribuyen a Churchill, y que de no ser suya la podría suscribir, -porque pocos como el líder liberal británico se enfrentaron a todos los totalitarismos de su época-, en que hablando con un diputado de la oposición, le dijo: ”No estoy en nada de acuerdo con lo que usted dice; pero daría mi vida porque pudiera seguir defendiéndolo en esta cámara”.
Aunque la Autonómicas madrileñas sean algo más que unas primarias, desde luego para Sánchez lo son, y algo menos para Casado, no recuerdo una degradación del ambiente político como el de ahora. Porque ni dejar de votar a Ayuso es no creer en la libertad, ni hacerlo por ella te convierte en un fascista. Esa polarización es la gran farsa de los crispadores, que iban mal en las encuestas, por lo que les interesaba tensar la cuerda. Como si no hubiéramos tenido bastante con el peligro de dividir a la sociedad y hasta a las familias, en Cataluña con el Process. Pues bien, los extremistas quieren trasladar ese ambiente guerracivilista a la puerta de casa. A Madrid. Pero esto es lo que hay.
A pedradas , sin debates y con balas en el Correo: ¡vamos mejorando con el tiempo la calidad de nuestra democracia a medida que algunos se empeñan en enterrar los valores de la Transición y la reconciliación nacional!
Hablando el pasado domingo con asistentes a la caravana empresarial en las que se pedía más flexibilidad a las medidas adoptadas recientemente por las autoridades sanitarias regionales, constaté una impresión que ya llevaba de casa. Aunque los hosteleros, no pocas veces con razón, creen que están siendo la cabeza de turco de esta pandemia, y todos me recalcaban: “La hostelería no somos los culpables”, lo que se detecta en el actual estado de la pandemia no es ya enfado, como ocurría al principio con algunas medidas improvisadas que no se entendían; estamos en un estado que podríamos llamar de “aburrimiento”. Los hosteleros, pero también el ciudadano corriente, después de más de un año de pandemia y de una vacunación que se ha frenado, hemos pasado del cabreo al aburrimiento. Y me preocupa, porque lo siguiente es la resignación, cuando se pierden las fuerzas para luchar contra lo que se viene encima, paso previo a la depresión, que llega cuando ya no sólo renuncias a luchar sino que empieza a darte todo igual. Que tu empresa se derrumbe o que los sueños de toda una vida acaben ahogados por una pandemia que seguimos sin saber de una manera indubitable cuál fue su origen y sus responsables. No estamos saliendo bien; no. Hemos llegado un momento en que los empresarios afectados más directamente por las restricciones ya no se conforman con ayudas indirectas y créditos; lo único que reclaman es “poder trabajar”. Yo esperaba una concurrencia mayor a la caravana empresarial del domingo. Y no quiero pensar que es porque el aburrimiento ha sustituido ya al enfado.
Las autoridades sanitarias tienen que poner, ya, a la salud mental en un primer plano, para que no pasemos del enfado a la resignación y finalmente a la depresión. O a algo igual de negativo: a la desobediencia a las autoridades sanitarias, especialmente entre los jóvenes, como se aprecia en la proliferación de fiestas ilegales en locales y domicilios privados. En este sentido, hay que aplaudir los nuevos criterios que anunció Page recientemente de que se va a “reformular y remodular” la actual instrucción sanitaria, para permitir el uso de interiores en establecimientos hosteleros en los niveles 3 normal. Pero no debería quedar ahí la cosa, el cierre de las terrazas en el nivel 3 Reforzado, como estamos en Guadalajara y en más de treinta pueblos de la provincia se nos antoja exagerado cuando cada vez es más patente la dificultad de la transmisión del virus al aire libre.
Las autoridades sanitarias tienen que poner, ya, a la salud mental en un primer plano, para que no pasemos del enfado a la resignación y finalmente a la depresión.
Sucede igual con los nuevos criterios implantados en los últimos días para extender las medidas en los lugares más calientes a todos los pueblos de las zonas básicas de salud (ZBS). Así se ha hecho con la ZBS de Azuqueca (4 municipios), ZBS de Yunquera (18 municipios), ZBS de Mondéjar (7 municipios) y la ZBS de Horche (6 municipios). Es correcto el argumento de que se hace porque la gente se relaciona no solo en su pueblo sino con el entorno más cercano; pero no es suficiente como para imponer restricciones draconianas a los pueblos que no tienen ni un solo caso de covid. En la ZBS de Yunquera, hay diez municipios sin un solo caso en las dos últimas semanas: Alarilla, Ciruelas, Copernal, Fuentelahigura, Heras de Ayuso, Málaga del Fresno, Matarrubia, Puebla de Beleña, Robledillo de Mohernando y Taragudo. En la ZBS de Mondéjar son dos: Driebes y Pozo de Almoguera. Y en la ZBS de Horche son tres: Fuentelviejo, Romanones y Tendilla. Por lo que hay que preguntarse: ¿es justo cerrar restaurantes y terrazas de estos municipios que están libres de coronavirus? ¿Qué pueden pensar los hosteleros afectados si yendo mal te cierran el negocio y yendo bien, también? ¿Esa es la manera de recompensar el buen comportamiento de los vecinos de ese pueblo?
Hay que dar más de una vuelta a eso que Page ha llamado “remodular” las medidas, para no caer en la injusticia. Y parece que algo empieza a moverse. Sanidad reconoce que estuvo valorando extender las medidas que comunicó el viernes anterior a toda la provincia, pero que no lo hizo porque consideró injusto con serranías y parameras, en las que hay pocos casos. Hizo muy bien y deberá reformular otras medidas si la situación no termina de mejorar, ya que el próximo paso sería el cierre perimetral. Después de un año con la pandemia a cuestas sería un duro golpe a nuestro equilibrio mental.
A pesar de tantos desafíos, me quiero autoconvencer de que hay que seguir adelante, porque tengo claro que estamos en la recta final. Solo que se está haciendo muy larga, porque es la vacunación la única medida de verdad que nos sacará de esta crisis sanitaria, y luego de la económica en que ha derivado la anterior.
También hay que meditar más sobre la entrada en vigor de unas medidas reforzadas, que vuelven locos a los hosteleros. La presidenta de la CEOE, Marisol García, hacía alusión a ello el domingo, porque se comunican de “un día para otro, sin capacidad de organizarse”. Y me decían los hosteleros con los que hablé que no tienes la misma plantilla y las mismas reservas si el restaurante está abierto en el interior, aunque con restricciones; si solo puedes utilizar la terraza; o en caso extremo, como ocurre con el nivel 3 Reforzado, si el cierre es total. Reclaman tiempo para adaptarse.
A pesar de tantos desafíos, me quiero autoconvencer de que hay que seguir adelante, porque tengo claro que estamos en la recta final. Solo que se está haciendo muy larga, porque es la vacunación la única medida de verdad que nos sacará de esta crisis sanitaria, y luego de la económica en que ha derivado de la anterior. Por ello ha supuesto un duro revés para los europeos los parones que ha sufrido el proceso de entrega de vacunas a los países de la UE en contraste con lo sucedido en el Reino Unido, donde Boris Johnson ha ganado la última batalla por el Brexit, o el mismo Gibraltar, que ya no necesita mascarillas por el alto rango de vacunación, y que hoy es todavía más británico que ayer, y siento decirlo.
P.D.- El marcador de la vacunación, según datos oficiales del Ministrio de Sanidadestá así: España ha adquirido 93,5 millones de dosis; ha recibido 13,7 millones; ha puesto al menos 1 dosis al 19,9 % de la población y solo el 3,7% tiene la pauta completa. En Castilla-La Mancha a 24.645 personas se ha puesto al menos 1 dosis y a 23.182 la pauta completa. En la Europa comunitaria se han administrado 12.853.599 dosis. Vemos por tanto que son índices que hay que mejorar si realmente queremos que para el verano esto haya cambiado de verdad y salgamos del estado de aburrimiento actual. Y entonces sí entraremos en la normalidad; de verdad.
En la habitual ceremonia de la confusión que supone tener a dos fuentes distintas dando la misma información, y así viene sucediendo durante toda la pandemia, el consejero de Sanidad, Jesús Fernández, dio esta mañana unos datos sobre vacunación muy mejorados sobre los que figuran en la web del ministerio de Sanidad. Así, se refiere a que en Castilla-La Mancha, donde se han recibido 619.075 dosis, ya se han administrado 562.432 primera dosis, un 90,9 por ciento.
Asimismo, ya son 166.655 las personas que ya tienen administrada la pauta completa (el Ministerio cita solo 23.182 a 18 de abril ), siendo Castilla-La Mancha la cuarta comunidad autónoma con más doble dosis administradas, según sus datos de la consejería. Para finalizar, Jesús Fernández Sanz ha explicado que “la intención del Gobierno de Castilla-La Mancha es adquirir la normalidad de la manera más rápida posible”.
P.D.2.- Después de publicarse este post, muchas cosas han cambiado en la línea que pedía. Las medidas restrictivas que se tomaron el viernes se han flexibilizado el miércoles. La situación lo pedía.La lección a sacar es que hay que tener mucho cuidado antes de adoptar medidas tan restrictivas que afectan tanto a la economía y sobre todo cuando avance la vacunación. En ese escenario, las restricciones perimetrales deben tener los días contados. Llevamos un año sin viajar a la puerta de casa, a Madrid o Alcalá, mientras que podemos ir a Albacete o al río Mundo, a más de trescientos kilómetros. Nunca lo acabé de entender. El turismo rural y la hostelería de Guadalajara necesita restablecer las relaciones con Madrid para volver a la normalidad.
El gobierno europeo, el nacional, los autonómicos y locales, y toda la ristra de burócratas que pueblan las agencias nacionales e internacionales relacionadas con la Salud, y que minaron su credibilidad con el mal diagnóstico del virus y su propagación (seguimos sin saber en realidad su origen, después de casi un año y medio), parece que se han propuesto confundirnos a todos y dar combustible a los anti-vacunas y conspiranoicos de todo pelaje. Mismamente ayer, se reunió la Comisión interministerial que han creado Gobierno y Comunidades Autónomas, supuestamente para coordinarse, y se sumó a la ceremonia de la confusión. Acordaba no poner la vacuna anglo-sueca AstraZeneca a menores de 60 años por los supuestos trombos en la misma tarde en que se reunía la Agencia Europea del Medicamento (EMA, en las siglas inglesas) y que establecía como conclusión principal que no ve evidencias de que la vacuna tenga relación directa con los casos de tromboembolismo detectados tras la vacunación con este fármaco en diferentes países europeos, aunque admite que no ha podido descartar del todo la relación con tales casos de troboemembolismo, por lo que “seguirá investigando”. A pesar de esta cautela, el diagnóstico de la EMA es concluyente: sus expertos aseguran tras dos semanas de investigaciones que la vacuna de AstraZeneca es “segura y eficaz”, por lo que “no hay riesgo general” del desarrollo de problemas de coagulación sanguínea en la población a la que se administre este preparado.La directora ejecutiva de la EMA, Emer Cooke, aseguró que, con esta investigación, la EMA ha cumplido su “responsabilidad de determinar que los beneficios aún superan los riesgos” del fármaco autorizado. Y sentencia: «No hay riesgo general».
Pues bien, coincidiendo con este pronunciamiento, la susodicha Comisión española sostenía, como nuevo criterio, que AstraNececa sólo se administre a mayores de 60 años, supuestamente por “precaución”. Un día antes, la consejera de Sanidad de Castilla y León paralizaba toda vacunación con Astrana Zeneca mientras en la vecina Castilla-La Mancha se mantenía, por lo que se ve con buen criterio; y solo recordar que en la semana anterior, en Guadalajara y toda Castilla-La Mancha se vacunaba a casi treinta mil docentes solo con AstraZeneca; y luego se siguió con el rango de edad comprendido entre los 56 años y hasta los 65, estableciendo precisamente el corte entre los que tienen 65 años, que se quedaron sin vacunar hasta no se sabe cuándo, por el criterio que se seguía entonces. Pero ahora leemos que el Consejo Interterritorial fija que la Astra Zeneca será solo para mayores de 60 años; y que el Consejo deja en el aire la segunda dosis a profesionales esenciales y otras personas que han recibido la primera dosis, unos 2,1 millones. La mayoría son menores de 60 años que o bien se inocularán con otra fórmula o se quedan sólo con el 70% de la protección, que según los estudios ofrece solo una dosis. Cuando se aclaren los ilustres se lo contaremos.
Esta deriva con la vacuna anglo-sueca deja en solfa todo ese calendario de vacunación que, cual Patton antes de avanzar sobre le península itálica, proclamó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y en el que garantizó que habría 33 millones de vacunados en agosto. ¿Cómo se va a poder hacerlo teniendo en cuenta lo sucedido con AstraZeneca, la vacuna más usada hasta ahora? Y ya no digamos de los calendarios de vacunación avanzados por Page y otros presidentes autonómicos, que dependen de las vacunas que reciban para que puedan progresar.
Son varios los presidentes autonómicos, como Feijoo y Page, que reclaman medidas nacionales tras el fin del estado de alarma y que echan de menos un plan nacional de vacunación. Me temo que sin mucho éxito, teniendo en cuenta que tras la ceremonia de la confusión vivida ayer, en España, y en otros países de Europa, el presidente del Gobierno tomó las de Villadiego y se marchó de viaje a Angola, tomando distancia con el problema, como ha hecho siempre en toda esta crisis. Él solo está para los grandes anuncios que le prepara Ivan Redondo, que luego endilga a las comunidades autónomas para que lidien con la cruda realidad.
Cuando la política es sobre todo popaganda, esto es lo que hay. Una ceremonia de la confusión de tres pares de narices y una consejera de Educación en Murcia, Mabel Campuzano se llama, y viene de Vox, que nos dice que ella no se pinchará tras cuestionar la efectividad de la vacunación contra el coronavirus. Esto es lo que hay; no cabe un incompetente más, porque se caen al mar.
P.D.- No han pasado siete horas desde que ha colgado este post, y las agencias nos anuncian que Sanidad vacunará con AstraZeneca a los mayores entre 60 y 69 años en contra de lo que ha venido sosteniendo en las últimas semanas. Aunque la ceremonia de la confusión se enmaraña todos los días con tantos portavoces europeos, mundiales, estatales y autonómicos dando versiones distintas sobre un mismo hecho, los malos datos de hoy nos confirman que la cuarta ola ya está aquí y entiendo que el mayor riesgo es, como dice la EMA, no vacunarse. Así que si el otro día me quedé al borde de la aguja en el polideportivo San José espero que esta vez me dejen tirar a canasta y que sea lo que Dios quiera. Por que sí, a pesar de que la grillera nos confunde, todavía me quiero vacunar. Antes de que el bicho nos acabe pillando.
Cuando El Corte Inglés de Guadalajara bajó a segunda división, convirtiéndose en una Outlet, sus directivos iban buscando otro perfil de cliente que podía encontrarse en Guadalajara, pero que no acudía a la gran locomotora de la distribución nacional. Estos directivos manejaron la teoría de que la cercanía con El Corte Inglés de Alcalá de Henares y la influencia de Madrid no habían permitido fidelizar a los clientes en Guadalajara; y si bien hay algo de esto, yo creo que influye todavía más que si El Corte Inglés de Guadalajara tenía pocos clientes era porque los precios que ofrece la marca cada día son menos asequibles al sueldo medio español, que ha ido decreciendo de crisis en crisis, hasta la derrota total , parafraseando a Groucho Marx. Y estamos de lleno en la la crisis pandémica-financiera. Tengo escrito que el éxito de El Corte Inglés fue el de la clase media española, que fue creciendo en España a partir de los años 70-80 del pasado siglo hasta ser la mayoritaria; y que el adelgazamiento de aquella es pareja a la caída del protagonismo que tuvieron las grandes plataformas de ventas para esas clases medias de España: El Corte Inglés y antes Galerías Preciados.
He estado como cliente en El Corte Inglés de Guadalajara, después de su reapertura como Outlet, y lo primero que me llamó la atención es que habían vuelto los clientes, en gran número, en comparación con la última vez que estuve allí antes de la revolución. Vi también una amplia oferta de primeras marcas, cuyo género se va a renovar periódicamente, nos dicen, y comprobé que ciertamente los precios están rebajados y más al alcance de la sociedad arriacense actual. Me gustaría que los directivos de El Corte Inglés hubieran dado en el clavo y encuentren ese nicho de mercado que les era esquivo, porque será bueno para Guadalajara, y a un Ferial Plaza que con los simbólicos cierres de las marcas de Inditex, con Zara a la cabeza, agravó su retroceso. Ojalá la recuperación de uno ayude al otro.
Y, ahora, los reparos: No me gustaron nada las grandes colas que se forman para ir al probador, y menos para pagar ante el escaso número de cajas. Es comprensible que los Outlet tengan que minimizar gastos, pero no a costa de robar al cliente un tiempo excesivo en una cola. Así que me fui sin comprar. Esto es lo que hay.
P.D.Si hay una actividad amenazada por la pandemia es la de los cines. Han cerrado muchos en España y los que quedan tienen un futuro incierto, cada vez más amenazados por las plataformas digitales. Sería bueno que el Ayuntamiento animara al vecindario a volver a las salas de cine en Guadalajara, sobre todo cuando la vacunación avance y se vaya perdiendo el miedo, reeditando el convenio que con buen resultado mantuvo antes de la pandemia con los Multicines.
Esto es lo que hay
SANTIAGO BARRA TOQUERO (Guadalajara, 9-11-1955) aprendió el oficio de periodista en la escuela de “Flores y Abejas”, que en su segunda época dirigió su maestro, Salvador Toquero…