Este último fin de semana hemos vuelto a mirar con envidia a
la vecina Alcalá de Henares donde se ha celebrado la primera edición ordinaria
del Festival Gigante, después de dos años de pandemia.
Ya sabemos que este festival nació y creció en Guadalajara hasta que, en 2019, coincidiendo con una transición del equipo de Gobierno en el Ayuntamiento, y la falta de garantías sobre cuál iba a ser su ubicación definitiva, fue la excusa para que sus promotores decidieran su traslado a Alcalá de Henares, que ya venían manejando. El Ayuntamiento complutense les daba un fijo de 150.000 euros (en Guadalajara, el Ayuntamiento solo les ponía el escenario principal y los derechos de la barra), les cedía gratuitamente la Huerta del Obispo y la marca Gigante quedaba unida a una ciudad que supera en más de cien mil habitantes a Guadalajara y con mejor ubicación estratégica en el centro del Corredor del Henares.
Así las cosas, no es de extrañar que el Gigante en Alcalá no haya adelgazado sino que prosigue su ciclo de crecimiento, con una asistencia de unas 24.000 personas según la organización, mientras que en Guadalajara nos tenemos que conformar con unas modestas actuaciones en Ferias en las que hay que recurrir al “todo gratis” para no pinchar en taquilla.
Pero es que Guadalajara no solo perdió un festival que se iba extendiendo por las plazas de la ciudad, a imitación del Sonorama de Aranda de Duero, sino que sigue sin resolver un problema que los organizadores del Gigante apuntaron para justificar su marcha: “La actual situación de incertidumbre sobre un espacio que pueda reunir las características necesarias para la realización de grandes eventos en la ciudad, nos ha obligado a valorar otras opciones que aseguren la estabilidad y seguridad futura del festival».
Tres años después, estamos en la misma situación, carecemos de ese espacio para grandes eventos [lo más parecido sería la explanada grande del Ferial, ahora abandonado] y se ha vuelto a recurrir a una solución antinatural, como es celebrar los conciertos de Ferias en la pista de atletismo de la Fuente de la Niña, con el deterioro que ello supone para la instalación y las molestias a los deportistas, sin que nadie se plantee una solución de futuro: bien en una remozada plaza de toros-auditorio o habilitando un terreno como sucede en Alcalá con la Huerta del Obispo, que además tiene la suerte de estar en el centro.
Mientras tanto, no podremos reprochar a unos promotores
privados que buscaran un mejor lugar para su negocio ni tener esperanza de que algún
festival Gigante elija Guadalajara como sede. Pero esto es lo que hay.
P.D.- No tiene que ver nada con el Gigante, pero el
último día de las Ferias de Alcalá unos delincuentes se empezaron a pelear en
el ferial, y cuando llegó la policía nacional algunos exaltados lo aprovecharon
para montar una insurrección en toda regla. Al igual que podemos tomar nota de
lo bueno, como es el Gigante, también advertir sobre aquellos que aprovechan
los eventos multitudinarios para enfrentarse a la policía, como fin de fiesta. Habrá que estar atentos.
Sin lugar a dudas que la noticia más importante publicada por Guadalajara Diario en lo que llevamos de verano no han sido el regreso de las fiestas de los pueblos -aunque necesarias eran para el reequilibrio de las cabezas- ni los importantes incendios sufridos en nuestra provincia -que pudieron haber llegado a mayores si no fuera por el gran trabajo llevado a cabo por las fuerzas de extinción-, para un servidor la gran noticia es que los nacimientos en la provincia de Guadalajara siguen a la baja y eso sucede a pesar de que el crecimiento poblacional de Guadalajara está entre los más altos de España en las últimas d´écadas, según el INE.
La noticia nos decía que en Guadalajara siguen naciendo de media 4 niños al día y que ha habido 773 nacimientos. El problema es que son 117 menos que en junio del año pasado y las cifras son aún peores si las comparamos con 2019 porque son 232 niños menos. Esta progresiva despoblación es también acusada por Castilla-La Mancha, que solo aguantó los nacimientos por niños concebidos en los primeres meses de la pandemia.
Solo la natalidad en los primeros meses de la pandemia frenaron el desplome los nacimientos.Foto: JCCM/Archivo GUDiario.
La primera conclusión que extraemos es que ese aumento poblacional que se ha dado en nuestra provincia en las últimas decádas, por el efecto de la inmigración relacionada con la logística, y que en gran medida ha cambiado el perfil de la sociedad alcarreña, antaño sustentada por una clase media que nació con el crecimiento industrial en los 70-80, tampoco es suficiente para garantizar lo que llamamos tasa de reposición.
Este retrato no es mejor que la radiografía que nos ha dejado el INE en toda España, ya que durante el primer semestre de 2022, nacieron la misma cantidad de niños que en el primer semestre de 2021, considerando que son las peores cifras desde 1941. Como corolario, España presenta una de las tasas de de fecundidad más bajas del mundo, apenas 1,19 hijos por mujer y, por tanto, muy lejos de la tasa de repoblación poblacional de 2,1 hijos por mujer.
Ante este panorama, destacados economistas como Juan Ramón Rallo están recordando al ministro Escrivá, responsable de la Seguridad Social, que su modelo de sostenibilidad de las pensiones confiaba en que a largo plazo la tendencia alcista se mantendría, de modo que la tasa de fecundidad pasaría a ser de 1,6 hijos por mujer en 2030 y de 1,8 en 2040, y en una dinámica de incremento. ¿Cómo va a compensar el desajuste?
Esto es lo que hay: de cara a los próximos comicios, además de la consabida política de tuits en las redes sociales, es necesaria una explicación más larga en la que nos propongan qué medidas tienen pensado adoptar corporaciones locales, autonomías y Estado, para estimular la natalidad en España. Como ejemplo, ya tienen algunos modelos del norte de Europa en los que inspirarse. Pero si solo vamos al populismo de la subvención a corto plazo y otras bagatelas, acabaremos teniendo un problema estructural irresoluble. Como el icerberg del Titanic, que lo vieron cuando ya estaba encima. Esto es lo que hay.
A medida que pasan los días, aumentan las posibilidades de que Alfonso Esteban Señor sea el candidato del Partido Popular a la Alcaldía de Guadalajara. Cualquier otra candidatura exótica, encabezada por un independiente famoso, cada día está más lejos, mientras que la opción natural de dar la alternativa al actual portavoz, Jaime Carnicero, vicealcalde con Román, está descartada desde el último Congreso Provincial del PP, al que en primera instancia se presentó sin éxito Carnicero, y que al final acabó coronando a Lucas Castillo, como presidente provincial, con Alfonso Esteban como secretario provincial, es decir, el número dos.
Según me llega de buena fuente, en estos momentos no se manejan más opciones, por lo que el anuncio de la candidatura de Esteban, podría hacerse al final del verano. De momento, tiene el apoyo de Ana Guarinos, al alza en el PP de Castilla-La Mancha desde su reciente cargo de coordinadora regional, y lógicamente de Lucas Castillo, el presidente provincial. El penúltimo paso es recibir la confianza del presidente regional, Paco Núñez, lo que es verosímil con esos avales. Al tratarse de una capital de provincia, la decisión final es de la Ejecutiva Nacional del PP, es decir de Feijóo y su equipo, pero no suele ocurrir que si un candidato viene avalado por su comunidad autónoma y su provincia, en Madrid se saque a otro candidato de la manga. El PP suele anunciar por bloques los candidatos a las capitales de provincia que han sido proclamados por la Ejecutiva Nacional, y no sería de extrañar que Alfonso Esteban esté entre los primeros. Aunque también es cierto que cuando el candidato no está en el grupo municipal, los que no van a seguir pueden caer en el desánimo y eso no sería bueno para un PP, que espera rebañar la representación de Ciudadanos y plantar cara al alcalde Alberto Rojo, el único candidato que ha sido proclamado por su partido.
A la izquierda del PSOE, José Ángel Morales, el edil de Unidas Podemos, parece que quiere dejar la política profesional después de haber hecho un buen trabajo en la portavocía, aunque a veces le pierda su radicalismo ideológico, y queda por saber qué pasará con los municipalistas de izquierda de Aike, que deciden sus asuntos en la asamblea, y que han tenido en Jorge Riendas a otro buen representante. El éxito de UP y de Aike, juntos o por separado, marcará en gran medida el futuro gobierno municipal, porque no es previsible que ni PSOE ni PP alcancen la mayoría absoluta (así lo detectan los sondeos), con lo que ambos deberán mirar a su izquierda y derecha más extrema para obtener la alcaldía; cosas de esta nueva-vieja política. Vox tampoco ha anunciado su candidato, siguiendo su estrategia de taparlo hasta el último momento, que no le ha salido nada bien en Andalucía, como reconoció el propio Santiago Abascal con Macarena Olona, un cuerpo extraño a Vox Andalucía. Los sondeos acreditan que Guadalajara es una de las provincias donde Vox tiene más expectativas, pero elección tras elección también marcan una tendencia decreciente de la formación de derecha radical y un impulso del PP de Feijóo, que pasa su primera reválida en mayo después del éxito de Juanma Moreno en Andalucía.
Por hoy, esto es lo que hay.
LAS CAMISETAS DEL DEPORTIVO.- No me convencen las nuevas camisetas del Deportivo Guadalajara con las que jugará la próxima temporada en segunda RFEF. La blanca con ribetes naranjas parece del Valencia, la azulgrana del Barcelona y la morada atravesada por una gruesa raya blanca a una película de cruzados. Pero lo que menos me gusta es ese escudo, con esa “D G” enorme, dispuesta a saltar de su marco, en contraste con el bellísimo logotipo castellano y arriacense que diseñó en su fundación el cuadro morado (?) con Alvar Fáñez de protagonista. Cada uno tiene sus gustos y los míos beben en la tradición en materia futbolística, lo siento. Pero dicho esto, los árboles no me deben impedir ver el bosque, y saber que lo importante es que la nueva propiedad del club está haciendo bien su trabajo, y es posible que esta temporada nos llevemos alguna alegría. No podemos olvidar que la Segunda RFEF no deja de ser la cuarta división del futbol español y que todavía nos queda superar a otra más (la Primera RFEF) para llegar hasta esa segunda categoría del fútbol español de la que disfrutamos durante dos años, de la mano de un gran Carlos Terrazas, hasta que la perdimos por la mala cabeza de alguno que quiso seguir solo en el castillo. Pero esto es lo que hay. Para llegar hasta allí, hay que ir paso a paso y sin hacer tonterías. ¡Aupa Deportivo!
Hace años que lo vengo comentando en mi entorno: “Llegará el día en que no podamos comprar la prensa impresa en Guadalajara”. Pues bien, ese día llegó. Fue el 8 de agosto de 2022 cuando, como tantos días, bajé a Guadalajara desde el pueblo de mi mujer, en el que paso la mayor parte del verano, y aprovecho para hacer algunas compras, regar los tiestos y comprar la prensa en papel. Para leerla repanchingado en un sillón frailuno, como presumía Embid.
Aunque desde hace tiempo soy lector de prensa digital, sigo comprando ocasionalmente el periódico en papel, porque me gusta tocarlo, oler la tinta y leer en él las tribunas largas de opinión o el reportaje bien trabajado. Soy consciente, desde hace años, y por eso fundé el digital que publica este post, que la prensa impresa está herida de muerte, que casi nadie va con un periódico bajo el brazo y si al principio pensé que en Madrid sobrevivirían solo dos periódicos impresos, de orientación liberal e izquierdista, para el consumo de las elites políticas y económicas, ahora creo que fui muy optimista. En cambio, si la prensa nacional en España está herida de muerte, es muy posible que aguante algo más en algunas capitales regionales donde el diario en papel sigue repleto de esquelas y sucedidos locales y todavía cuesta 1,30 euros.
La prensa impresa, en España, recibió la puntilla con la pandemia. Sin una razón científica acreditada, bares y peluquerías dejaron de servirla, cerrando así el principal nicho de mercado que les quedaba y aceleró su ruina. Porque cuando ha remitido la pandemia, y para el Gobierno ha dejado de ser noticia ( Sánchez y autonomías solo informan de la evolución del virus entre los mayores de 60 años, como si el resto de edades fueran inmunes), la prensa en papel no ha regresado a los bares y en aeropuertos grandes, como Barajas, ya no se vende. Antes se regalaba a pares a los pasajeros, que ahora deben conformarse con leerse las instrucciones de emergencia o la revista de la compañía.
Por eso no extrañó mucho que el pasado 8 de agosto no pudiera comprar el periódico en papel en Guadalajara, porque ya me había sucedido recientemente un domingo en una ciudad grande, como Gijón. En los kioscos y tiendas donde todavía se podían ver carteles de “Prensa y revistas”, me explicaban que desde la pandemia no venden allí periódicos, y que se conforman con los polos y las chuches. Y así me ocurrió que esta semana fui al kiosco de Jose en el Jardinillo, y me lo encontré cerrado, al principio pensé que por vacaciones, aunque después me contaron que para siempre. Después me dirigí al kiosco de Emilio, en Santo Domingo, y también estaba cerrado, pero por vacaciones. Y, por último, me encaminé hasta La Llanilla al kiosco de Luis, que también vacaciona hasta mediados de agosto. Me dijeron que podría haber algún punto de venta abierto en la avenida del Ejército, una especie de Último Mojicano en este tórrido verano de 2022, y que en algunas gasolineras siguen teniendo prensa, pero decidí poner fin al peregrinaje y dar por concluido mi Xacobeo particular hacia la prensa impresa. No sin recordar que cuando escribía en Flores y Abejas, había cinco puntos de venta solo entre la plaza de Los Caídos (ahora de España) y la plaza del General Mola (de siempre, Santo Domingo). Y en la ciudad cerca de treinta.
P.D. Ese día sin prensa escrita vino a coincidir con la muerte de un viejo amigo y periodista, Pedro Lahorascala, uno de los emblemas de la prensa impresa de Guadalajara entre los años 60 hasta finales de la Transición, y me llevó al desánimo. Es como si la Guadalajara y la España que conocimos, Pedro, se estuviera cayendo a cachos, y no supiéramos si lo que viene después es mejor, aunque no tiene buena pinta. Pero es ley de vida, ya lo sé. Lo que no cambia es que tendremos un otoño caliente, porque la economía española está muy constipada y anuncia otra recesión, aunque esta vez no tendremos periódicos en papel para calentarnos. Pedro, solo nos quedan los Ipads por quemar. Esto es lo que hay, mi caro amigo. Siempre en mi memoria.
La Feria Taurina se ha presentado días atrás en Guadalajara y nos ha mostrado varias cosas.
Lo más positivo son los carteles en sí, que a priori me gustan porque están las principales figuras del momento, aunque luego habrá que ver si las ganaderías les acompañan, algo que en Guadalajara sería noticia. Que las figuras estén en la Feria es muy importante, porque esta plaza es fundamentalmente de toreros, aunque a los toristas les queda la corrida de Adolfo Martín, unos toros muy complicados de lidiar y de poco lucimiento. En segundo lugar, hay que felicitar a la Casa Matilla, porque apenas recién llegados han sido capaces de estar a la altura. La familia Matilla conoce bien la plaza, porque han estado ligados a ella desde la época en que trabajaban con Balañá y sobre el papel han presentado una de las mejores ferias que se recuerdan, aunque solo los más jóvenes pueden hablar de “la mejor”, porque desconocen que Guadalajara llegó a tener toros toda la semana grande, con MaxiToro, aunque luego la empresa extrañamente no siguió y volvimos a los 4 días de festejos y una novillada para abrir boca. Los más aficionados recordarán cómo se abrió ese año la Feria, con un cartel irrepetible formado por Antoñete, Curro Romero y Frascuelo, imposible de superar. Quiero también resaltar el arrojo torero de algunos diestros, que este año están dispuestos a torear en cualquier lado y en condiciones menos ventajosas que otras temporadas, porque así entienden que es la forma de colaborar con un sector perseguido por algunas administraciones y gobiernos, como sucede con el central, que no televisa las corridas de toros y en los telediarios solo sale alguna imagen cuando es cogido de gravedad algún torero. Al frente de esos toreros comprometidos está Morante de la Puebla, que va a superar el centenar de corridas, y que si bien es mucho pedir que esté regular en los dos toros, él es capaz de poner la plaza boca abajo con uno solo. La presencia de figuras como Morante, Juli, Roca Rey, Daniel Luque o Manzanares en corridas donde se lidiarán los toros del encierro, que se corre a las ocho de la mañana, demuestra que cuando se decía que las figuras no venían a Guadalajara por ese motivo eran cuentos chinos. Se trataba simplemente de querer o no querer; y ahora las figuras quieren. Aplaudir también que entre las administraciones que persiguen la Fiesta no está la municipal de Alberto Rojo, con un gobierno PSOE-Ciudadanos, y yo les felicito por ello, aunque de cara a un futuro hay que conseguir que los carteles de Guadalajara se presenten con la debida antelación como las ferias taurinas emblemáticas. La Feria de Guadalajara no está bien encajada en el calendario, tiene todavía mucha competencia en la contratación de toros y ganaderías, amén de coincidir con las fiestas en muchos pueblos de Guadalajara, y en eso siempre recuerdo que el gran Antonio Cortés, defendía que las Ferias de Guadalajara deberían ser la última semana de septiembre, coincidiendo con el famoso veranillo de San Miguel, y desligarlas de las religiosas de la Antigua, como era tradicional hasta una etapa reciente. Sigo pensando igual.
La foto de la presentación de este Feria taurina nos ha hecho recordar el mal estado general de la plaza de Guadalajara, que no se soluciona con una inversión de 150.000 euros. Nuestra plaza se ha quedado muy vieja y es incompatible con unos estándares actuales de comodidad. No se puede pagar una entrada cara y que encima tengas que sentarte en un asiento reducidísimo, metiendo las rodillas al de delante y recibiendo el rodillazo del de detrás. Eso no pasa en ningún deporte o espectáculo que se precie. La suerte este año es que por compromisos adquiridos las figuras no van a coincidir con los dos festejos del fin se semana, con lo que se evitará lo peor que le puede pasar a la plaza de Guadalajara: que tenga un lleno de los de no hay billetes, porque ese día todos comprobarán que las anatomías del español medio de 2022 es muy superior a los de la postguerra, en que se hizo este plaza, cuando en España no era necesaria ninguna dieta de adelgazamiento y el ciudadano medio medía 1,60. El día que se llene esta plaza, de no hay billetes, ocurrirá que la corrida deberá empezar media hora más tarde porque habrá centenares de personas que no habrán conseguido llegar a sus asientos y el pueblo creerá que se han vendido entradas de más. No es así, solo que el tamaño de los asientos y la distancia de las gradas es tan pequeña que es imposible su tránsito normal. Por no hablar de su evacuación, por estrechas escaleras y vomitorios, que no cumplen con los actuales estándares de seguridad.
Hace tiempo que llegó el momento de plantearse una reforma total de la plaza, con un nuevo graderío más cómodo, y sería deseable que con un techado que permitiera hacer de la instalación un Coliseum multiusos, con capacidad para conciertos y ferias comerciales, ya que no se pudo construir el palacio de Congresos de Guadalajara y es un dinero que se ahorró la Junta de Comunidades. Este nuevo concepto de instalación se llegó a manejar en los años previos a la burbuja inmobiliaria, contando con el atractivo que supone poder alquilar en el centro de Guadalajara locales comerciales y de restauración. Al final llegó la crisis financiera de 2008 y este planteamiento de hacer una plaza-coliseum por iniciativa público privada se desestimó, y no tengo datos para saber si ha llovido lo suficiente desde entonces como para que un grupo de empresas esté interesado en acometer esa reconstrucción de la plaza de toros a cambio de una concesión a largo plazo. Lo único que sé es que mediante la gestión directa municipal de la plaza, lo único que podemos aspirar es a una mano de pintura parcial y a que se cambie algún burladero; y poco más.
Guadalajara necesita una plaza-coliseum-palacio de Congresos con los criterios de comodidad, eficiencia energética y seguridad del siglo XXI, porque hay que ser muy aficionado para ir a los toros en Guadalajara, y luego dicen que la fiesta está en decadencia. Lo que está en decadencia son plazas como la de Guadalajara desde su mismo concepto en sí.
DESJUDICIALIZACIÓN.-La última melonada de la reunión bilateral entre el gobierno de España y el gobierno de Cataluña es lo que se nos relató por el bardo Bolaños: que ambos gobiernos han decido desjudicializar el “conflicto”, como así llaman los independentistas a sus relaciones con el Estado. ¿Quiere esto decir que si el gobierno de la Generalidad vuelve a tomar una iniciativa anticonstitucional -como puede ser proclamar otra vez la independencia unilateral o incumplir el 25% de castellano o español en la escuela catalana- el gobierno de España, presidido por Sánchez, renunciará a la aplicación de la Constitución Española y del Estado de Derecho? Porque una democracia que no se sustenta en la aplicación de la Ley no es democracia, es una república bananera más. ¿Cómo todo un ministro de la Presidencia puede sostener estos planteamientos antijurídicos en un país de la Unión Europea, que Sánchez presidirá al final de esta alucinante legislatura? Pues esto es lo que hay.
Esto es lo que hay
SANTIAGO BARRA TOQUERO (Guadalajara, 9-11-1955) aprendió el oficio de periodista en la escuela de “Flores y Abejas”, que en su segunda época dirigió su maestro, Salvador Toquero…