Amargo regusto para todas las autonomías menos dos, Cataluña y País Vasco, que nos dejó la reunión de presidentes en Salamanca. El lehendakari Urkullu tuvo a bien acudir, pero después de haber resuelto lo suyo en relación bilateral con el gobierno de Sánchez; mientras que el catalán Pere Aragonés no se molestó ni en guardar las formas y se fue a Waterloo, a pesar de que el gobierno ya ha aceptado poner sobre la mesa más de sesenta transferencias que vaciarían aun más el papel del Estado en Cataluña, ya que entre ellas estarían la gestión de puertos y aeropuertos, lo poco importante que queda sin transferir. La reunión se hará, por supuesto, en una negociación bilateral Estado-Generalitat de Cataluña, que para eso han inventado lo que, ahora, el gobierno denomina una relación multinivel, por no llamar las cosas por su nombre: estado confederal. El problema son las formas: la redefinición de España como estado confederal requeriría de un cambio en la Constitución para citar cuáles son los territorios que se confederan libremente y las funciones del estado resultante. Por no hablar de la financiación. En el PSOE, además, habría un asunto de gran calado, pues supondría dar un giro copernicano por el abandono de la concepción federal del estado español, que ha sido consustancial al PSOE desde su nacimiento, por un modelo asimétrico bien diferente y alejado de la igualdad entre los territorios que predica el federalismo. En suma, un lío de padre y muy señor mío. Así que Sánchez, en un juego de trileros de “ahora te lo enseño y ahora te lo cambio”, se ha inventado ese nuevo término político al que ha llamado “multinivel”, y que en la práctica sería el clásico estado confederal en el que unos territorios se asocian sin perder su soberanía, una nación de naciones, con lo que tratarían de que los cambios constitucionales pasasen así desapercibidos.
El problema que tiene Sánchez es que sus socios independentistas no están dispuestos a ahorrarle ningún sapo; y tampoco aceptarían otra cosa que no sea una consulta sobre la independencia exclusivamente en el territorio catalán, por mucho estado confederal y un referéndum estatal que les llegara a proponer en la mesa de negociación para sancionar estos cambios. Ya le han avisado de que en esa reunión bilateral que se abrirá en septiembre le pedirán un referéndum de autodeterminación, las sesenta nuevas competencias y tres huevos duros. No le van a derribar su gobierno, en dos años, porque saben lo que viene después, pero no le ahorrarán el más mínimo bochorno que aumente su impopularidad en las Castillas y alrededores; y por ello los independentistas no han tenido ningún empacho en decirle, que “ahora quieren cobrar al contado”, que no hay más plazos. ¡Hay que tener poca vergüenza! Han llevado a la Generalitat a la ruina, que solo tiene capacidad de crédito cuando el “explotador” Estado Español lo avala; y todavía siguen faltando el respeto a las comunidades que van a reuniones tipo Salamanca como los figurantes de una película que tiene dos actores estelares y que se llevan el 80 % del presupuesto de la productora.
Esto es lo que hay. Bienvenidos al estado multinivel. Vayan cogiendo sitio en la última fila.
Semáforo da actualidad
ROJO.- A Antonio Román y Jaime Carnicero, no por la absurda reprobación del pleno municipal, sino por no haber pedido disculpas en nombre del equipo de gobierno anterior cuando una sentencia ha dejado claro que una funcionaria municipal fue objeto de acoso laboral por motivos políticos. Dice así: «Doña Casilda en el breve lapso en que estuvo acudiendo al Ayuntamiento a desempeñar su cometido funcionarial (del 16 de febrero al 23 de marzo de 2012) se presenta como inaceptable. No es de recibo que una funcionaria, Técnico de Administración General -para mayor precisión-, que se reincorpora a su Administración -no una de nuevo ingreso a una plaza recién creada que hubiera de estrenar-, fuera ubicada en una sala de reuniones, sin teléfono ni ordenador (al menos durante un tiempo) y que en ese intervalo se le entregara un único expediente sin instrucciones expresas de qué hacer al efecto».
Es cierto, como argumentan los reprobados, que la sentencia no hace mención expresa sobre Román y Carnicero, porque la demandante no acudió a la vía penal sino a la contenciosa con reclamación de una indemnización, pero eso no quita para que alguien de la anterior corporación diera esa orden. Solo por eso sus máximos responsables se deberían haber disculpado. Aunque me consta que no es el primer caso que ocurre y que esta misma situación se ha dado a la inversa en otras instituciones. La diferencia es que, aquí, sí hay sentencia.
Y dicho esto, hay que añadir que cuando es cosa juzgada, no se deben caer en juicios paralelos y reprobaciones que no van a ninguna parte. Es la tercera vez que el PSOE ha reprobado a Román, ¿y qué ha conseguido con ello? Nada. A Román y a su partido ya le reprobó políticamente el electorado al no renovarle su confianza; y de eso hace 776 días. Esa política del retrovisor que tan a menudo practica este equipo de Gobierno es un error, incluso estratégico. ¡Pero si el rival de Rojo en las próximas elecciones, lo más probable es que se siente a quinientos metros de la plaza Mayor, pero al lado de otra plaza que lleva el nombre de un insigne liberal alcarreño del siglo XIX! Queda pendiente una querella anunciada por Jaime Carnicero contra la portavoz socialista Sara Simón, por llamarle «acosador». Con independencia de lo que estime el juez, y en estos casos suele considerar que tales desafueros forman parte del debate político, no es menos cierto que la portavoz suele emplear con frecuencia un lenguaje abrupto cada vez que cruza sus palabras con el portavoz popular, como si Carnicero fuera la encarnación del mal. Hay que cuidar más las formas cuando tienes delante de ti a una persona que representa a más de 36.000 personas en la ciudad.
ROJO.- Al Grupo Socialista Municipal, que se quedó solo con el portavoz comunista en el Ayuntamiento por no votar una moción que solo pedía elecciones libres en Cuba, que parase la represión, y que incluso se pronunciaba contra las restricciones comerciales contra la isla [el embargo comercial es falsamente definido por el castrismo como bloqueo, cuando en realidad éste solo se dio del 22 de octubre al 20 de noviembre 1962 durante la crisis de los misiles, el conflicto durante el que el mundo estuvo más cerca que nunca de una guerra nuclear; hay que recordar que, hoy en día, Cuba tiene el mundo entero menos Estados Unidos para comerciar, otra cosa es que su economía comunista sea una pura ruina y no tenga con qué]. No es coherente que el portavoz de un partido supuestamente socialdemócrata y el alcalde digan que no tienen dudas de que Cuba es una dictadura y luego voten en contra, sin dar más explicaciones.
ROJO.- A José Ángel Morales, portavoz de Unidas Podemos, un concejal preparado, educado y trabajador que el otro día hizo de mister Hyde y representó el vivo ejemplo del peor sectarismo al proclamar un «cinturón sanitario» contra Vox y un voto ideológico en contra de sus mociones, porque a su juicio no es un partido «normal». Tampoco creo que a otros les parezca «normal» que en pleno siglo XXI haya partidos que defiendan dictaduras con tal de que sean comunistas, y no por ello deberían oponerse a las iniciativas de su grupo que merezcan la pena. A unos y otros les han elegido para trabajar por la ciudad y este pleno sería menos democrático si se impidiera que las buenas ideas acabaran convirtiéndose en proyectos, solo por la ideología de quien las proponga. Lo que pasó en el último pleno no lo había visto yo desde que hay corporaciones democráticas en el Ayuntamiento de Guadalajara. Vamos para atrás desde que algunos decidieron renegar de la Transición, por cierto, en la que participó activamente el PCE de la época.