Trampas en el solitario

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dedicó no más de cinco minutos a contestar la propuesta de Feijóo de prolongar la vida de las centrales en un debate desigual  [el presidente estuvo hablando 2 horas y 12 minutos; y Feijóo solo 27 minutos], pero que es el único que se puede permitir el jefe de la oposición al no ser diputado. Dijo Sánchez una obviedad, que no es solución construir más reactores nucleares para abordar una crisis en 2022, porque su tramitación implica 15-20 años de media, pero no explicó por qué España no puede hacer como otros países europeos y prolongar la vida útil de sus centrales nucleares, porque según el calendario previsto el primero de los cierres, en Almaraz I, está a la vuelta de la esquina: el 1 de noviembre de 2027.  Sánchez no explica si hay algún motivo, al margen del ideológico, para no alargar la vida de los reactores, por supuesto que sometidos a las actualizaciones correspondientes, testadas por el Consejo de Seguridad Nuclear, el controlador dependiente del parlamento. Con esto de que hay mucha prisa, nuestra política energética consistirá en ir sustituyendo los gigavatios nucleares que se cierren, por aumentar la cuota del gas ruso o de Argelia, al precio que sea, o de los barcos metaneros americanos que lo extraen del fracking, práctica prohibida en España.  Así es nuestra doble moral.

Central Nuclear de Trillo, cuyo cierre está previsto para 2035./GUDiario.

Sánchez hizo trampas en solitario porque expuso una obviedad: al contrario que en Francia, ninguna empresa está interesada en promover una central nuclear de nueva generación, porque al no existir un Plan Energético Nacional consensuado entre las dos fuerzas mayoritarias, como sucede en las democracias avanzadas, ninguna corporación está tan loca como para empezar a construir una central nuclear que un cambio de gobierno hacia la izquierda  podría paralizar. En el sector de la energía hace tiempo que dieron por finiquitado el proyecto nuclear español, pero a buen seguro que se podría alargar ese calendario de cierre de las centrales, que concluye en 2035 con la de Trillo, si hubiera interés en el Gobierno. En esto Sánchez fue meridianamente claro: solo quiere renovables, pero no nos explicó cómo nos vamos a calentar en invierno y a qué precio en este periodo de transición ecológica. Eso sí: la ideología ante todo.

COSAS DE YOLANDA.- La vicepresidenta de Sánchez, Yolanda Díaz,  que a tiempo parcial se dedica a fundar un partido político, algo insólito en la política mundial, es noticia por su última ocurrencia: Topar los precios de determinados productos hasta diciembre y para ello parece que ha convencido a una cadena de supermercados francesa, que se ha encontrado con una impagable publicidad gratis. Yo no doy mayor importancia al asunto, porque no deja de ser una ocurrencia de la Evita Perón a la española, una medida populista que apenas tendrá calado; lo que me preocupa es que toda una vicepresidenta se crea que los precios se pueden regular por decreto, como se hizo en el franquismo hasta los años sesenta, o recientemente en Cuba o Venezuela. Con los resultados conocidos por todos. Pero esto es lo que hay. Yolanda está a la escucha.        

El Gigante se agiganta en Alcalá de Henares

Este último fin de semana hemos vuelto a mirar con envidia a la vecina Alcalá de Henares donde se ha celebrado la primera edición ordinaria del Festival Gigante, después de dos años de pandemia.

Ya sabemos que este festival nació y creció en Guadalajara hasta que, en 2019, coincidiendo con una transición del equipo de Gobierno en el Ayuntamiento, y la falta de garantías sobre cuál iba a ser su ubicación definitiva, fue la excusa para que sus promotores decidieran su traslado a Alcalá de Henares, que ya venían manejando. El Ayuntamiento complutense les daba un fijo de 150.000 euros (en Guadalajara, el Ayuntamiento solo les ponía el escenario principal y los derechos de la barra), les cedía gratuitamente la Huerta del Obispo y la marca Gigante quedaba unida a una ciudad que supera en más de cien mil habitantes a Guadalajara y con mejor ubicación estratégica en el centro del Corredor del Henares.

Una imagen del Festival Gigante 2022, en Alcalá de Henares./Foto: Gigante

Así las cosas, no es de extrañar que el Gigante en Alcalá no haya adelgazado sino que prosigue su ciclo de crecimiento, con una asistencia de unas 24.000 personas según la organización, mientras que en Guadalajara nos tenemos que conformar con unas modestas actuaciones en Ferias en las que hay que recurrir al “todo gratis” para no pinchar en taquilla.

Pero es que Guadalajara no solo perdió un festival que se iba extendiendo por las plazas de la ciudad, a imitación del Sonorama de Aranda de Duero, sino que sigue sin resolver un problema que los organizadores del Gigante apuntaron para justificar su marcha: “La actual situación de incertidumbre sobre un espacio que pueda reunir las características necesarias para la realización de grandes eventos en la ciudad, nos ha obligado a valorar otras opciones que aseguren la estabilidad y seguridad futura del festival».

Tres años después, estamos en la misma situación, carecemos de ese espacio para grandes eventos [lo más parecido sería la explanada grande del Ferial, ahora abandonado] y se ha vuelto a recurrir a una solución antinatural, como es celebrar los conciertos de Ferias en la pista de atletismo de la Fuente de la Niña, con el deterioro que ello supone para la instalación y las molestias a los deportistas, sin que nadie se plantee una solución de futuro: bien en una remozada plaza de toros-auditorio o habilitando un terreno como sucede en Alcalá con la Huerta del Obispo, que además tiene la suerte de estar en el centro.   

Mientras tanto, no podremos reprochar a unos promotores privados que buscaran un mejor lugar para su negocio ni tener esperanza de que algún festival Gigante elija Guadalajara como sede. Pero esto es lo que hay.

P.D.- No tiene que ver nada con el Gigante, pero el último día de las Ferias de Alcalá unos delincuentes se empezaron a pelear en el ferial, y cuando llegó la policía nacional algunos exaltados lo aprovecharon para montar una insurrección en toda regla. Al igual que podemos tomar nota de lo bueno, como es el Gigante, también advertir sobre aquellos que aprovechan los eventos multitudinarios para enfrentarse a la policía, como fin de fiesta.  Habrá que estar atentos.  

La noticia más importante del verano

Sin lugar a dudas que la noticia más importante publicada por Guadalajara Diario en lo que llevamos de verano no han sido el regreso de las fiestas de los pueblos -aunque necesarias eran para el reequilibrio de las cabezas- ni los importantes incendios sufridos en nuestra provincia -que pudieron haber llegado a mayores si no fuera por el gran trabajo llevado a cabo por las fuerzas de extinción-, para un servidor la gran noticia es que los nacimientos en la provincia de Guadalajara siguen a la baja y eso sucede a pesar de que el crecimiento poblacional de Guadalajara está entre los más altos de España en las últimas d´écadas, según el INE.

La noticia nos decía que en Guadalajara siguen naciendo de media 4 niños al día y que ha habido 773 nacimientos. El problema es que son 117 menos que en junio del año pasado y las cifras son aún peores si las comparamos con 2019 porque son 232 niños menos. Esta progresiva despoblación es también acusada por Castilla-La Mancha, que solo aguantó los nacimientos por niños concebidos en los primeres meses de la pandemia.

Solo la natalidad en los primeros meses de la pandemia frenaron el desplome los nacimientos.Foto: JCCM/Archivo GUDiario.

La primera conclusión que extraemos es que ese aumento poblacional que se ha dado en nuestra provincia en las últimas decádas, por el efecto de la inmigración relacionada con la logística, y que en gran medida ha cambiado el perfil de la sociedad alcarreña, antaño sustentada por una clase media que nació con el crecimiento industrial en los 70-80, tampoco es suficiente para garantizar lo que llamamos tasa de reposición.

Este retrato no es mejor que la radiografía que nos ha dejado el INE en toda España, ya que durante el primer semestre de 2022, nacieron la misma cantidad de niños que en el primer semestre de 2021, considerando que son las peores cifras desde 1941. Como corolario, España presenta una de las tasas de de fecundidad más bajas del mundo, apenas 1,19 hijos por mujer y, por tanto, muy lejos de la tasa de repoblación poblacional de 2,1 hijos por mujer.

Ante este panorama, destacados economistas como Juan Ramón Rallo están recordando al ministro Escrivá, responsable de la Seguridad Social, que su modelo de sostenibilidad de las pensiones confiaba en que a largo plazo la tendencia alcista se mantendría, de modo que la tasa de fecundidad pasaría a ser de 1,6 hijos por mujer en 2030 y de 1,8 en 2040, y en una dinámica de incremento. ¿Cómo va a compensar el desajuste?

Esto es lo que hay: de cara a los próximos comicios, además de la consabida política de tuits en las redes sociales, es necesaria una explicación más larga en la que nos propongan qué medidas tienen pensado adoptar corporaciones locales, autonomías y Estado, para estimular la natalidad en España. Como ejemplo, ya tienen algunos modelos del norte de Europa en los que inspirarse. Pero si solo vamos al populismo de la subvención a corto plazo y otras bagatelas, acabaremos teniendo un problema estructural irresoluble. Como el icerberg del Titanic, que lo vieron cuando ya estaba encima. Esto es lo que hay.

El PP peina a su candidato y unas camisetas

A medida que pasan los días, aumentan las posibilidades de que Alfonso Esteban Señor sea el candidato del Partido Popular a la Alcaldía de Guadalajara. Cualquier otra candidatura exótica, encabezada por un independiente famoso, cada día está más lejos, mientras que la opción natural de dar la alternativa al actual portavoz, Jaime Carnicero, vicealcalde con Román, está descartada desde el último Congreso Provincial del PP, al que en primera instancia se presentó sin éxito Carnicero, y que al final acabó coronando a Lucas Castillo, como presidente provincial,  con  Alfonso Esteban como secretario provincial, es decir, el número dos.

Alfonso Esteban, en su época de concejal de Economía.

Según me llega de buena fuente, en estos momentos no se manejan más opciones, por lo que el anuncio de la candidatura de Esteban, podría hacerse al final del verano. De momento, tiene el apoyo de Ana Guarinos, al alza en el PP de Castilla-La Mancha desde su reciente cargo de coordinadora regional, y lógicamente de Lucas Castillo, el presidente provincial. El penúltimo paso es recibir la confianza del presidente regional, Paco Núñez, lo que es verosímil con esos avales. Al tratarse de una capital de provincia, la decisión final es de la Ejecutiva Nacional del PP, es decir de Feijóo y su equipo, pero no suele ocurrir que si un candidato viene avalado por su comunidad autónoma y su provincia, en Madrid se saque a otro candidato de la manga. El PP suele anunciar por bloques los candidatos a las capitales de provincia que han sido proclamados por la Ejecutiva Nacional, y no sería de extrañar que Alfonso Esteban esté entre los primeros. Aunque también es cierto que cuando el candidato no está en el grupo municipal, los que no van a seguir pueden caer en el desánimo y eso no sería bueno para un PP, que espera rebañar la representación de Ciudadanos y plantar cara al alcalde Alberto Rojo, el único candidato que ha sido proclamado por su partido.

A la izquierda del PSOE, José Ángel Morales, el edil de Unidas Podemos, parece que quiere dejar la política profesional después de haber hecho un buen trabajo en la portavocía, aunque a veces le pierda su radicalismo ideológico, y queda por saber qué pasará con los municipalistas de izquierda de Aike, que deciden sus asuntos en la asamblea, y que han tenido en Jorge Riendas a otro buen representante. El éxito de UP y de Aike, juntos o por separado, marcará en gran medida el futuro gobierno municipal, porque no es previsible que ni PSOE ni PP alcancen la mayoría absoluta (así lo detectan los sondeos), con lo que ambos deberán mirar a su izquierda y derecha más extrema para obtener la alcaldía; cosas de esta nueva-vieja política. Vox tampoco ha anunciado su candidato, siguiendo su estrategia de taparlo hasta el último momento, que no le ha salido nada bien en Andalucía, como reconoció el propio Santiago Abascal con Macarena Olona, un cuerpo extraño a Vox Andalucía. Los sondeos acreditan que Guadalajara es una de las provincias donde Vox tiene más expectativas, pero elección tras elección también marcan una tendencia decreciente de la formación de derecha radical y un impulso del PP de Feijóo, que pasa su primera reválida en mayo después del éxito de Juanma Moreno en Andalucía.

Por hoy, esto es lo que hay.

Las camisetas para esta temporada del Deportivo Guadalajara/Foto: CDG.

LAS CAMISETAS DEL DEPORTIVO.- No me convencen las nuevas camisetas del Deportivo Guadalajara con las que jugará la próxima temporada en segunda RFEF. La blanca con ribetes naranjas parece del Valencia, la azulgrana del Barcelona y la morada atravesada por una gruesa raya blanca a una película de cruzados. Pero lo que menos me gusta es ese escudo, con esa “D G” enorme, dispuesta a saltar de su marco, en contraste con el bellísimo logotipo castellano y arriacense que diseñó en su fundación el cuadro morado (?) con Alvar Fáñez de protagonista. Cada uno tiene sus gustos y los míos beben en la tradición en materia futbolística, lo siento. Pero dicho esto, los árboles no me deben impedir ver el bosque, y saber que lo importante es que la nueva propiedad del club está haciendo bien su trabajo, y es posible que esta temporada nos llevemos alguna alegría. No podemos olvidar que la Segunda RFEF no deja de ser la cuarta división del futbol español y que todavía nos queda superar a otra más (la Primera RFEF) para llegar hasta esa segunda categoría del fútbol español de la que disfrutamos durante dos años, de la mano de un gran Carlos Terrazas, hasta que la perdimos por la mala cabeza de alguno que quiso seguir solo en el castillo. Pero esto es lo que hay. Para llegar hasta allí, hay que ir paso a paso y sin hacer tonterías. ¡Aupa Deportivo!  

El día en que no pude comprar la prensa (en papel)

Hace años que lo vengo comentando en mi entorno: “Llegará el día en que no podamos comprar la prensa impresa en Guadalajara”. Pues bien, ese día llegó. Fue el 8 de agosto de 2022 cuando, como tantos días, bajé a Guadalajara desde el pueblo de mi mujer, en el que paso la mayor parte del verano, y aprovecho para hacer algunas compras, regar los tiestos y comprar la prensa en papel. Para leerla repanchingado en un sillón frailuno, como presumía Embid.  

Aunque desde hace tiempo soy lector de prensa digital, sigo comprando ocasionalmente el periódico en papel, porque me gusta tocarlo, oler la tinta y leer en él las tribunas largas de opinión o el reportaje bien trabajado. Soy consciente, desde hace años, y por eso fundé el digital que publica este post, que la prensa impresa está herida de muerte, que casi nadie va con un periódico bajo el brazo y si al principio pensé que en Madrid sobrevivirían solo dos periódicos impresos, de orientación liberal e izquierdista, para el consumo de las elites políticas y económicas, ahora creo que fui muy optimista. En cambio, si la prensa nacional en España está herida de muerte, es muy posible que aguante algo más en algunas capitales regionales  donde el diario en papel sigue repleto de esquelas y sucedidos locales y todavía cuesta 1,30 euros.

La prensa impresa, en España,  recibió la puntilla con la pandemia. Sin una razón científica acreditada, bares y peluquerías dejaron de servirla, cerrando así el principal nicho de mercado que les quedaba y aceleró su ruina. Porque cuando ha remitido la pandemia, y para el Gobierno ha dejado de ser noticia ( Sánchez y autonomías solo informan de la evolución del virus entre los mayores de 60 años, como si el resto de edades fueran inmunes), la prensa en papel no ha regresado a los bares y en aeropuertos grandes, como Barajas, ya no se vende. Antes se regalaba a pares a los pasajeros, que ahora deben conformarse con leerse las instrucciones de emergencia o la revista de la compañía.

Por eso no extrañó mucho que el pasado 8 de agosto no pudiera comprar el periódico en papel en Guadalajara, porque ya me había sucedido recientemente un domingo en una ciudad grande, como Gijón. En los kioscos y tiendas donde todavía se podían ver carteles de “Prensa y revistas”, me explicaban que desde la pandemia no venden allí periódicos, y que se conforman con los polos y las chuches. Y así me ocurrió que esta semana fui al kiosco de Jose en el Jardinillo, y me lo encontré cerrado, al principio pensé que por vacaciones, aunque después me contaron que para siempre. Después me dirigí al kiosco de Emilio, en Santo Domingo, y también estaba cerrado, pero por vacaciones. Y, por último, me encaminé hasta La Llanilla al kiosco de Luis, que también vacaciona hasta mediados de agosto. Me dijeron que podría haber algún punto de venta abierto en la avenida del Ejército, una especie de Último Mojicano en este tórrido verano de 2022, y que en algunas gasolineras siguen teniendo prensa, pero decidí poner fin al peregrinaje y dar por concluido mi Xacobeo particular hacia la prensa impresa. No sin recordar que cuando escribía en Flores y Abejas, había cinco puntos de venta solo entre la plaza de Los Caídos (ahora de España) y la plaza del General Mola (de siempre, Santo Domingo). Y en la ciudad cerca de treinta.

P.D. Ese día sin prensa escrita vino a coincidir con la muerte de un viejo amigo y periodista, Pedro Lahorascala, uno de los emblemas de la prensa impresa de Guadalajara entre los años 60 hasta finales de la Transición, y me llevó al desánimo. Es como si la Guadalajara y la España que conocimos, Pedro, se estuviera cayendo a cachos, y no supiéramos si lo que viene después es mejor, aunque no tiene buena pinta. Pero es ley de vida, ya lo sé. Lo que no cambia es que tendremos un otoño caliente, porque la economía española está muy constipada y anuncia otra recesión, aunque esta vez no tendremos periódicos en papel para calentarnos. Pedro, solo nos quedan los Ipads por quemar. Esto es lo que hay, mi caro amigo. Siempre en mi memoria.      

Por una plaza-coliseum-palacio de congresos

La Feria Taurina se ha presentado días atrás en Guadalajara y nos ha mostrado varias cosas.

Lo más positivo son los carteles en sí, que a priori me gustan porque están las principales figuras del momento, aunque luego habrá que ver si las ganaderías les acompañan, algo que en Guadalajara sería noticia. Que las figuras estén en la Feria es muy importante, porque esta plaza es fundamentalmente de toreros, aunque a los toristas les queda la corrida de Adolfo Martín, unos toros muy complicados de lidiar y de poco lucimiento. En segundo lugar, hay que felicitar a la Casa Matilla, porque apenas recién llegados han sido capaces de estar a la altura. La familia Matilla conoce bien la plaza, porque han estado ligados a ella desde la época en que trabajaban con Balañá y sobre el papel han presentado una de las mejores ferias que se recuerdan, aunque solo los más jóvenes pueden hablar de “la mejor”, porque desconocen que Guadalajara llegó a tener toros toda la semana grande, con MaxiToro, aunque luego la empresa extrañamente no siguió y volvimos a los 4 días de festejos y una novillada para abrir boca. Los más aficionados recordarán cómo se abrió ese año la Feria, con un cartel irrepetible formado por Antoñete, Curro Romero y Frascuelo, imposible de superar. Quiero también resaltar el arrojo torero de algunos diestros, que este año están dispuestos a torear en cualquier lado y en condiciones menos ventajosas que otras temporadas, porque así entienden que es la forma de colaborar con un sector perseguido por algunas administraciones y gobiernos, como sucede con el central, que no televisa las corridas de toros y en los telediarios solo sale alguna imagen cuando es cogido de gravedad algún torero. Al frente de esos toreros comprometidos está Morante de la Puebla, que va a superar el centenar de corridas, y que si bien es mucho pedir que esté regular en los dos toros, él es capaz de poner la plaza boca abajo con uno solo. La presencia de figuras como Morante, Juli, Roca Rey, Daniel Luque o Manzanares en corridas donde se lidiarán los toros del encierro, que se corre a las ocho de la mañana, demuestra que cuando se decía que las figuras no venían a Guadalajara por ese motivo eran cuentos chinos. Se trataba simplemente de querer o no querer; y ahora las figuras quieren. Aplaudir también que entre las administraciones que persiguen la Fiesta no está la municipal de Alberto Rojo, con un gobierno PSOE-Ciudadanos, y yo les felicito por ello, aunque de cara a un futuro hay que conseguir que los carteles de Guadalajara se presenten con la debida antelación como las ferias taurinas emblemáticas. La Feria de Guadalajara no está bien encajada en el calendario, tiene todavía mucha competencia en la contratación de toros y ganaderías, amén de coincidir con las fiestas en muchos pueblos de Guadalajara, y en eso siempre recuerdo que el gran Antonio Cortés, defendía que las Ferias de Guadalajara deberían ser la última semana de septiembre, coincidiendo con el famoso veranillo de San Miguel, y desligarlas de las religiosas de la Antigua, como era tradicional hasta una etapa reciente. Sigo pensando igual.

La edil de Festejos en la presentación de la Feria Taurina./GUDiario.

La foto de la presentación de este Feria taurina nos ha hecho recordar el mal estado general de la plaza de Guadalajara, que no se soluciona con una inversión de 150.000 euros. Nuestra plaza se ha quedado muy vieja y es incompatible con unos estándares actuales de comodidad. No se puede pagar una entrada cara y que encima tengas que sentarte en un asiento reducidísimo, metiendo las rodillas al de delante y recibiendo el rodillazo del de detrás. Eso no pasa en ningún deporte o espectáculo que se precie. La suerte este año es que por compromisos adquiridos las figuras no van a coincidir con los dos festejos del fin se semana, con lo que se evitará lo peor que le puede pasar a la plaza de Guadalajara: que tenga un lleno de los de no hay billetes, porque ese día todos comprobarán que las anatomías del español medio de 2022 es muy superior a los de la postguerra, en que se hizo este plaza, cuando en España no era necesaria ninguna dieta de adelgazamiento y el ciudadano medio medía 1,60. El día que se llene esta plaza, de no hay billetes, ocurrirá que la corrida deberá empezar media hora más tarde porque habrá centenares de personas que no habrán conseguido llegar a sus asientos y el pueblo creerá que se han vendido entradas de más. No es así, solo que el tamaño de los asientos y la distancia de las gradas es tan pequeña que es imposible su tránsito normal. Por no hablar de su evacuación, por estrechas escaleras y vomitorios, que no cumplen con los actuales estándares de seguridad.

Hace tiempo que llegó el momento de plantearse una reforma total de la plaza, con un nuevo graderío más cómodo, y sería deseable que con un techado que permitiera hacer de la instalación un Coliseum multiusos, con capacidad para conciertos y ferias comerciales, ya que no se pudo construir el palacio de Congresos de Guadalajara y es un dinero que se ahorró la Junta de Comunidades. Este nuevo concepto de instalación se llegó a manejar en los años previos a la burbuja inmobiliaria, contando con el atractivo que supone poder alquilar en el centro de Guadalajara locales comerciales y de restauración. Al final llegó la crisis financiera de 2008 y este planteamiento de hacer una plaza-coliseum por iniciativa público privada se desestimó, y no tengo datos para saber si ha llovido lo suficiente desde entonces como para que un grupo de empresas esté interesado en acometer esa reconstrucción de la plaza de toros a cambio de una concesión a largo plazo. Lo único que sé es que mediante la gestión directa municipal de la plaza, lo único que podemos aspirar es a una mano de pintura parcial y a que se cambie algún burladero; y poco más.

Guadalajara necesita una plaza-coliseum-palacio de Congresos con los criterios de comodidad, eficiencia energética y seguridad del siglo XXI, porque hay que ser muy aficionado para ir a los toros en Guadalajara, y luego dicen que la fiesta está en decadencia. Lo que está en decadencia son plazas como la de Guadalajara desde su mismo concepto en sí.

DESJUDICIALIZACIÓN.-La última melonada de la reunión bilateral entre el gobierno de España y el gobierno de Cataluña es lo que se nos relató por el bardo Bolaños: que ambos gobiernos han decido desjudicializar el “conflicto”, como así llaman los independentistas a sus relaciones con el Estado. ¿Quiere esto decir que si el gobierno de la Generalidad vuelve a tomar una iniciativa anticonstitucional -como puede ser proclamar otra vez la independencia unilateral o incumplir el 25% de castellano o español en la escuela catalana- el gobierno de España, presidido por Sánchez, renunciará a la aplicación de la Constitución Española y del Estado de Derecho? Porque una democracia que no se sustenta en la aplicación de la Ley no es democracia, es una república bananera más. ¿Cómo todo un ministro de la Presidencia puede sostener estos planteamientos antijurídicos en un país de la Unión Europea, que Sánchez presidirá al final de esta alucinante legislatura? Pues esto es lo que hay.

Robin Hood, Sonia Reyes y las golondrinas

Sánchez se puso el traje de Robin Hood y como reacción ante el último traspiés electoral en Andalucía representó una lucha quijotesca frente a la banca y las eléctricas, sus nuevos molinos de viento, sectores a los que castigó con un nuevo impuesto extraordinario que no supo explicar. Solo le faltó, para completar el círculo, anunciar que también subiría la fiscalidad de los puros que, por lo que él nos cuenta, se fuman en los cenáculos que conspiran contra él.

Sánchez nos vendió un discurso que dijo ser socialdemócrata cuando en realidad es peronismo. Es decir, mucho ruido y pocas nueces; y ninguna reforma de calado sostenible en el tiempo. Bengalas de humo. Grandes enunciados sin soporte conocido.  Porque no sabemos en realidad cuál será la repercusión de sus medidas. Y lo más grave es que, por las entrevistas que han dado, sus ministros económicos tampoco, tanto que no son capaces de justificar cuál es el cálculo real de las cantidades que Sánchez pretende ingresar. ¿Cómo va a conseguir la ministra de Hacienda que eléctricas y banca detraigan este impuesto de sus beneficios, sin arruinar el dividendo a millones de pequeños ahorradores de clase media que tienen sus fondos de pensiones y de inversión vinculados a la marcha en bolsa de estas grandes empresas? ¿Cómo va a impedir que este agujero en su cuenta de resultados no se acabe traduciendo en más ajustes en las plantillas de los bancos, más comisiones y en menos cajeros en los pueblos? ¿Pero alguien se cree que este impuesto especial no lo acabará pagando el consumidor? ¿O que no redundará en los planes de inversión de las eléctricas, que en la mayoría de los casos están centrados en el desarrollo de las energías renovables?

Junto a este paquete fiscal, Sánchez anunció, apresurado, varias subvenciones temporales, sin un estudio detrás, como se detecta cuando rascas y ves que entre pitos y flautas solo unos pocos se podrán beneficiar de la gratuidad del abono de cercanías, porque no lo ha negociado con las comunidades autónomas. ¿Pero no era él el paladín de la cogobernanza? ¿O solo es con Pere Aragonés, a quien recibe en La Moncloa como un presidente de la República? Nuestra esperanza es que también le acabará engañando.

El tiempo dirá cuál es el impacto real de estas medidas populistas  en el comportamiento de la inflación y de la economía española en general, que ha sido cuestionada por los analistas financieros. Lo que no podemos negar a Sánchez es que con su discurso de Robin Hood ha cohesionado a la izquierda más radical al hacer suyas propuestas que antes despreciaba, aunque tenga descolocada a su vicepresidenta Yolanda Díaz, por su estrategia de ocupar el espacio político de su partido Sumar.  Sánchez abandona el centro-izquierda para asegurarse los apoyos parlamentarios de la izquierda radical, independentistas y bilduetarras, y no le preocupa en absoluto que los estudios demoscópicos digan que va desnortado hacia el precipicio. Pero como su admirado Juan Domingo, el único Perón es él y si alguien en su partido no está con él, ya sabe dónde tiene la puerta.  A Sánchez no le va echar nadie otra vez de la secretaría general del PSOE aunque tenga que arder Roma con él.  

Esto es lo que hay. Bildu reescribiendo la historia de España hasta 1993, para confundir la lucha antifranquista con el terrorismo, que segó la vida de más de seiscientos españoles solo en democracia, y su portavoz, la tal Aizpurúa -aquella directora de periódico que tituló “Ortega Lara vuelve a la cárcel” tras su liberación por la Guardia Civil-, dando lecciones desde la tribuna del Congreso sobre defensa de los derechos humanos y lo mala que es la Constitución española y la Transición que la propició. Sánchez le contestó sonriente con guante de seda, modos y maneras que endureció  para replicar a los portavoces del PP, Ciudadanos o Vox. Porque él, y lo dejó claro, ya está en el monte con Robin Hood, y lo que toca es robar a los fumadores de puros para repartirlo entre los fumadores de Ducados.

Sonia Reyes frente a la entrada a la piscina municipal. Archivo

PISCINA «SORIA REYES».-Por decreto de la Alcaldía, la piscina cubierta Sonia Reyes vuelve a llamarse oficialmente “Sonia Reyes”. Tantas vueltas para esto, porque la realidad es que los vecinos nunca dejaron de llamarla así. Lo que demuestra que el nombre estaba bien puesto. Sonia Reyes fue diploma olímpico en Atenas 2004, logro que un deportista alcarreño no consigue todos los días. Pero despojaron de su nombre a la piscina sin razón aparente, más allá de que a Sonia Reyes le dio por aceptar una oferta de José María Barreda para formar parte, como independiente, de la candidatura del PSOE en Guadalajara. Como entre medias no pasó otra cosa que aconsejara la degradación pública de la deportista, estamos ante un gesto de sectarismo, el peor mal de la política española. Con los recelos que hay para que los profesionales más valiosos participen en política (una actividad que solo parece reservada a los miembros de las juventudes de los partidos), gestos como aquel fomentan ese desaliento, porque sospechan que sus méritos profesionales acabarán cuestionados y ridiculizados. Y entonces se preguntan: ¿Para qué me voy a meter en líos?   

GOLONDRINAS.– El edificio de Maragato, que por fin podrá ser derribado después  de 16 años invadiendo nuestra calle Mayor, tendrá que esperar. El motivo: que algunas golondrinas anidan en su arruinada fachada, con lo que Medio Natural entiende a sugerencia de Aike que habrá que esperar a que pase ese ciclo de anidamiento hasta después del otoño. Mi única reflexión es: ¿Qué otra cosa sucederá para que cuando se vayan las oscuras golondrinas, el edificio siga afeando nuestra plaza Mayor? Me temo que, en Guadalajara,  hace tiempo que no sabemos distinguir entre lo esencial y lo accesorio. Pero esto es lo que hay, como cantó Gustavo Adolfo Becquer.  

Volverán las oscuras golondrinas

en tu balcón sus nidos a colgar,

y otra vez con el ala a sus cristales

jugando llamarán.

……………….

Volverán del amor en tus oídos

las palabras ardientes a sonar;

tu corazón de su profundo sueño

tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas

como se adora a Dios ante su altar,

como yo te he querido…; desengáñate,

¡así… no te querrán!

Miguel Ángel Blanco, un relato necesario

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el acto homenaje a Miguel Ángel Blanco en el 25 aniversario de su asesinato por la banda terrorista ETA [en una pista forestal de Lasarte, José Luis Geresta sujetó a la víctima maniatada por la espalda mientras Francisco Javier García Gaztelu, alias Txapote, le descerrajaba dos tiros a bocajarro, el segundo mortal de necesidad] destacaba la relevancia de este crimen en la lucha contra el terrorismo; fue un antes y un después, ciertamente. Hasta el punto de que casi todos nos acordamos, lo comentó Sánchez, de dónde estábamos en la tarde en que conocimos el crimen del joven concejal del PP en Ermua, un chaval que empezó a ganarse la vida de albañil y consiguió terminar la carrera de economista.

 Recuerdo que era sábado y que iba con la familia al Festival Medieval de Hita. Cuando llegamos a la villa del Arcipreste, la gente no hablaba de otra cosa y casi nadie prestaba atención a lo que sucedía en el palenque. Al teatro medieval apenas se quedó gente. En las horas siguientes, España vivió unas jornadas de rabia como no se recordaba. En la ciudad de Guadalajara, apenas sin organización ni tiempo para que la convocatoria saliera en los periódicos, nuestra capital registró al día siguiente la mayor manifestación de su historia. Entre diez y quince mil personas se acabaron concentrando en una abarrotada plaza Mayor y aledaños. Allí se guardaron cinco minutos de silencio, se gritó contra ETA/HB y se reclamó libertad. Al día siguiente, y sin que hubiera convocatoria previa, unas dos mil personas se manifestaron espontáneamente por el Paseo de Las Cruces, acabando frente al monumento a la Constitución, con gritos contra ETA/HB y se guardaron 5 minutos de silencio. No fueron las únicas manifestaciones contra la barbarie etarra: recuerdo con emoción cómo en esos días, que coincidieron con el fin de semana, las calles de nuestra ciudad rebosaban de gente, como si todo el mundo hubiera decidido perder el miedo y salir a mostrar su indignación; y así se formaban manifestaciones espontáneas, simplemente con que alguien gritara contra ETA y su apéndice político, HB.

Tengo que preguntarme, entonces, si Sánchez se acuerda de dónde estaba la tarde en que mataron a Miguel Ángel Blanco, también sabrá que ninguno de los jefes de Herri Batasuna, que así se llamaba entonces Bildu, reclamaron que ETA no asesinara al joven Blanco. Lo justificaron con los argumentos más peregrinos, como ayer se excusaron por no asistir al homenaje en Ermua: “El acto se hace para homenajear a la monarquía española y a las Fuerzas Armadas Españolas”, fue el estúpido argumento del portavoz abertzale, Arkaitz Rodríguez.

El Decano de Guadalajara de 15 de julio de 1997, con una plaza Mayor abarrotada en protesta por el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Foto: Alvaro Díaz-Villamil.

No, Sánchez no debe acordarse en qué lado de la pancarta estaba esa HB, que ahora se llama Bildu, porque no tiene remilgos en pactar con ellos la nueva “Ley de la Memoria Democrática”, que es un intento más de liquidar los valores de reconciliación de  la Transición, volver a la España frentista de buenos y malos,  y que prolonga la mano del franquismo hasta los gobiernos de Felipe González. La explicación es de cajón: si todo lo que sucedió en la primera etapa democrática está contaminado por el franquismo, como la propia Constitución, aprobada mayoritariamente por los españoles, los crímenes de ETA forman parte de la lucha antifranquista y sus ejecutores son unos héroes del pueblo vasco. Por ello, Mari Mar Blanco reivindicó que “se respete la verdad de lo ocurrido, sin perversiones ni intoxicaciones, dejando claro que unos mataban y otro morían”.

Si el Estado Español derrotó a ETA, sin cesiones, ni los gobiernos democráticos aceptaron chantajes en los secuestros de Miguel Ángel Blanco o de Ortega Lara (exigieron en días el reagrupamiento de los presos etarras en el País Vasco), la democracia española no puede perder la batalla definitiva del relato cuando la inmensa mayoría de los casi novecientos crímenes de ETA se cometieron en democracia y alentados por los que, ahora, dan soporte a Sánchez para que acabe la legislatura [no olvidemos las palabras de Otegui cuando reconoció que su problema eran los presos de ETA y que si para su liberación había que aprobar unos presupuestos, pues se aprobarían].

Por todo ello, en estos momentos de incertidumbre se agradecen todavía más las palabras del rey Felipe VI, quien como en el golpe del 1 0 en Cataluña, ejerció de manera impecable su encomienda constitucional, muy por encima de la clase política: “Sigamos perseverando, para que lo vivido no caiga en el olvido; para que la unidad nos convoque en torno a nuestra historia reciente; para que el espíritu de Ermua nos recuerde el valor de la paz, de la vida, de la libertad y de la democracia”. En una España donde los libros de texto pasan de puntillas en el relato de aquellos años de plomo y sobre lo que pasó aquel fin de semana de julio de 1997, o lo atribuyen a un conflicto político entre Euskadi-España,  son especialmente necesarias las palabras del Rey cuando nos advierte: “No nos podemos permitir que haya generaciones que ignoren lo que pasó en esos dolorosos días de nuestra historia; que no sepan y  por qué se unió nuestra conciencia colectiva; que desconozcan algo que contribuyó a asentar nuestra convivencia o el masivo movimiento que hubo en España tras un asesinato que marcó nuestra vida democrática”.

Palabra de rey constitucional. Quién nos lo iba a decir, que 25 años después, los que secundaron este crimen, ni quieren condenar los casi novecientos que perpetró la banda, ahora son socios parlamentarios del actual gobierno de España. Y luego se preguntan algunos por qué perdieron en Galicia, Madrid, Castilla y León y recientemente en Andalucía.

No me extraña que Page diga que se lo está pensando y se haya dado de plazo hasta navidades para anunciar si se presenta. Yo creo que lo hará, pero antes se deberá cuidar de no dejar pasar a Sánchez de Illescas. Porque este hombre no tiene límites…

P.D. Algunos se preguntan qué quiso decir Sánchez con este mensaje, que lo llevaba por escrito, por lo que no era ninguna improvisación: “Hoy, España y Euskadi son países libres y en paz”.

Así que esas tenemos: Hoy, no ayer, España y Euskadi, dos estados soberanos -en pie de igualdad, se supone- han logrado la libertad y la paz, que no lo consiguieron gobiernos anteriores, ni ese estado de derecho que derrotó a ETA, ni la Constitución de 1978 que alumbró la Transición desde la dictadura. La paz y la libertad, se ha conseguido, “hoy”, se deduce que por este gobierno presidido por ese genio de la política llamado Pedro Sánchez, capaz de llevar a las Cortes una Ley con Bildu en el 25 aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco… O los tiene cuadrados y ya le da igual todo, incluso lo que le pueda pasar al PSOE  en las Municipales y Autonómicas de 2023. O ya está blanqueando un pacto con los bilduetarras,  al estilo del de Navarra, para las siguientes elecciones vascas, y eso pasa por asumir el lenguaje de los soberanistas. Esto es lo que hay.                             

Ferias: otro modelo de transición

Después de dos años sin Ferias, por la pandemia, el Ayuntamiento ha decidido imprimir un giro a aquellas básicamente con una apuesta: olvidarse del Ferial y concentrarlas en el centro y en torno a los parques de la Fuente de la Niña, San Roque y La Concordia. Una medida polémica que está dando mucho que hablar en las redes sociales. De los grupos en los que yo curioseo he podido sacar una conclusión: hay una gran mayoría, especialmente jóvenes, que respalda la idea, pero esta decae bastante a medida que va subiendo las franja de edad; y se convierte en rechazo furibundo entre esos vecinos del centro que más van a estar afectados.

Una oportunidad perdida:  Lo peor en mi opinión es que se ha desaprovechado la ocasión, porque tiempo ha habido con los dos años de suspensión, para que esta decisión sobre el modelo surgiera de una mesa de trabajo en la que estuviera representada la sociedad de Guadalajara a través de asociaciones y agentes sociales. Está claro, como se ha hecho otras veces, que al final es el equipo de Gobierno el que toma las decisiones, pero una encuesta en internet es insuficiente soporte para un asunto con tantos perfiles. Ese consenso debería haber garantizado que no estemos toda la vida dando tumbos. Y la pregunta es: ¿volveremos a otro tipo de Ferias si hay cambio de gobierno en las elecciones municipales de 2023?

El modelo: Hay tres modelos principales de fiestas en España. El vasco-navarro-castellano que tiene en Pamplona o Soria su paradigma, y que es el seguido por Guadalajara desde la Transición. Está luego el andaluz,  que se aglutina en torno y desde un recinto Ferial, con anclajes en Albacete, Ciudad Real o Extremadura; y el levantino en torno a los bous al carrer. Guadalajara no va a variar -con acierto, a mi parecer- ese modelo tradicional norteño de fiesta en la calle y que gira sobre los encierros y las peñas. La concejala de Festejos, Sara Simón, defiende que con esta medida las ferias vuelven al centro y estarán más a la ciudad, lo que es una verdad a medias. Es cierto que en un principio todas las peñas estaban en el centro y algunas de ellas organizaban verbenas muy populares, pero también es verdad que este año se ensaya algo nuevo, no sin riesgo: la propuesta establece que se ubiquen 7 peñas en la Fuente de la Niña, 7 en la zona de San Roque y 6 en La Concordia. Por lo tanto: habrá una presión (y ya no solo hablo de los jardines y del entorno verde, que también) sobre una zona relativamente pequeña, que no se había dado en Ferias anteriores, que trasladará  inevitables molestias a los vecinos que deben seguir trabajando hasta el fin de semana y que multiplicarán sus llamadas de queja a la policía municipal. ¡Como les van a poner la cabeza! Habrá que analizar con cuidado todo ello.

El nuevo recinto Ferial no tendrá actividad./GUDiario.

El Ferial: el nuevo recinto Ferial en torno al antiguo El Corte Inglés, hoy solo una oulet de barrio, desaparece del mapa. La actividad se repartirá desde la Fuente de la Niña hasta la Plaza de España, junto al Infantado. En la Fuente de la Niña se instalará la zona de atracciones de adultos y algunos puestos de comida (yo sigo sin ver cómo meterán las grandes atracciones, si las hay), y el parque de Adoratrices vuelve al lío y se destinará a la zona de atracciones infantil. Según la concejala en esos espacios cabe lo que hasta ahora había en el recinto ferial que se ha estado usando; y se “va a mantener lo mismo”. Peñas y atracciones se reconcentran en esos tres espacios verdes del suroeste de la ciudad. Esta apuesta liquida el Ferial que se habilitó en la época de José María Bris, y luego siguió con Antonio Román, para trasladar el ruido y el follón lejos del centro urbano. Volvemos sobre el modelo: si la idea entonces fue concentrar toda la actividad festiva, allí, el problema es que nos quedamos a medias. En el Ferial no cabían todas las peñas, no hay un espacio de conciertos y era un quiero y no puedo. Al haber optado por ese modelo dando protagonismo al  Ferial, corporaciones posteriores debieron haber apostado por ampliar su perímetro, porque terrenos hay para ello, pero no se hizo. No se consolidó y ahora volvemos a los años ochenta, pero con una versión más heavy de las peñas y los cachivaches  de vuelta a los parques de la ciudad.

Peñas: siguen siendo el alma de la fiesta y aceptarán bien los cambios. Se refuerza su protagonismo con este modelo y ya no tienen excusas para no hacer más actividades de calle.

Inmuebles: El Ayuntamiento con buen criterio no permitirá que vuelvan las peñas a inmuebles con vecinos, que han sido el calvario para algunas comunidades [Los más mayores recordarán que en el segundo año de la legalización de las Peñas, porque en la dictadura estaban prohibidas, se agruparon todas juntas en un inmueble de la calle del Museo ¡en pisos!. Todavía me da vértigo]. Todas estarán en carpas en los parques citados y así no se pondrá en peligro la seguridad de nadie.

Un año más, las delicadas pistas de atletismo Fuente de la Niña volverán a sufrir por su uso como escenario de conciertos.

Fuente de la Niña: Me desagrada que un recinto deportivo de primera fila, como son los campos de la Fuente de la Niña, vuelvan a acoger los conciertos, posición que antes no compartía el Grupo Socialista. Es una de las desventajas de carecer de un recinto Ferial con espacio para grandes conciertos: que hay que echar a los deportistas y luego reparar los daños a la instalación. Me disgusta también que los conciertos sean gratis, porque se hace una mala pedagogía: nada es gratis, todo lo paga el contribuyente, y si parte de la entrada no la sufraga quien lo disfruta, lo paga mayoritariamente ese contribuyente que se queda en su casa y no sabe quién es Beret. Un concierto gratuito aumenta los desafíos en seguridad, aunque no tengo duda de que hay suficiente experiencia en Guadalajara para salir del paso. Sobre los grupos, también es opinable, despunta Rozalén pero falta una actuación potente para el sábado de Ferias (Fito, Vetusta Morla, Izal,  C. Tangana, Sidonie, Love of Lesbian, por citar solo algunos). Así habrá menos problemas para hacerse con las invitaciones.

Ferias de transición: No quiero sentar cátedra en materia Ferias, porque todas las opiniones son válidas (incluso las de los que este año, con más motivo, abandonarán la ciudad en la semana grande), pero mucho me temo de que volvemos a estar ante unas ferias de transición, aunque ya  se verá en 2023 hacia cuál de los modelos a los que me he referido nos encaminamos. Ese permanente tejer y destejer en que se convierte nuestra política, por la falta de consenso en los temas que no deberían ser de partido. Tengo claro que el actual equipo de Gobierno tiene el perfecto derecho a ensayar nuevas soluciones, aunque lleven riesgo como esta, porque las Ferias estaban languideciendo, así que ya veremos en qué queda el experimento.

En cualquier caso, esto es lo que hay: son solo Ferias, una semana de alegría o de calvario, pero lo que de verdad nos preocupa es esta Europa que vuelve a la guerra fría por el sátrapa de Putin, y cómo amenaza nuestras vidas y hacienda eso que llaman estanflación, y que pone en riesgo el estado del bienestar y el bolsillo de las clases medias y trabajadoras.   

P.D. El candidato del PP a la Alcaldía de Guadalajara sigue metido en el congelador. ¡Será por las temperaturas del verano! Me dicen que no hay prisa. Los fontaneros de Feijóo sabrán cuánto tiempo se necesita para proyectar un candidato…desde la oposición. Yo solo sé una cosa. En las encuestas de popularidad, el político más popular siempre ha sido el alcalde de Guadalajara en parangón con el presidente de Castilla-La Mancha. Por encima del resto.De ahí que salvo en tres ocasiones siempre han sido reelegidos.

Gana Juanma, pierde Sánchez

Por encima de las siglas, las elecciones autonómicas de Andalucía tienen un triunfador y un perdedor. El triunfador es Juan Manuel Moreno Bonilla, Juanma Moreno como marca electoral, siguiendo el ejemplo de Alberto Núñez Feijóo en la personalización de su última campara para la Xunta de Galicia. Dos personalidades parecidas para un nuevo PP más templado, que gana estas elecciones mirando al centro desde la moderación, sin preocuparse de Vox, como le ocurría a Casado. Una forma diferente de hacer política que Isabel Díaz Ayuso, porque Andalucía no es Madrid, pero igualmente sin complejos. Los resultados, apabullantes. El PP no solo logra por primera vez la mayoría absoluta en Andalucía sino que lo hace ganando el 60% de su electorado que en 2018, una ganancia de 831.634 nuevos votos y 32 diputados.

Estas elecciones tienen también un perdedor, que es Pedro Sánchez, quien puso su candidato porque no se fiaba un pelo de Susana Díaz y su grupo (desde que echó a Ivan Redondo, ya no se fía ni de él mismo) y no ha sabido contrarrestar la carga negativa que dejó a Espadas. Es el quinto revés que sufre Sánchez desde que es presidente, y a estas alturas debería haber aprendido que se puede conquistar el poder desde los extremos, como hizo con su moción de censura, pero que este solo se consolida desde la trasversalidad y la moderación. Pero Sánchez, abandonado por la depauperada clase media,  es un radical que se alía con separatistas y extremistas para hacer políticas radicales, carente de un programa político definido, porque se basa en las concesiones ad hoc a sus socios, ayer un indulto, hoy el apoyo a suprimir el 25% del castellano de las aulas, y mañana si es menester concierto con los que nunca condenaron el terrorismo etarra. Sánchez ha pagado su manera de hacer política mirando solo a La Moncloa y derrotas como la del PSOE en Dos Hermanas es el vivo ejemplo de que compañeros suyos se han hartado. Pierde 127.182 votos desde 2018, el 12,6%, y 3 diputados.

Vox sube en votos pero pierde toda influencia en San Telmo. Su folklórica campaña con una candidata paracaidista traída por los pelos acredita que están cada vez más lejos de ser una alternativa al PP, por la derecha extrema. Gana 97.325 votos y 2 diputados.    

Juanma Moreno en su campaña electoral.

Ciudadanos ha seguido su caída hasta la extinción casi definitiva, -cada elección es un retroceso-, que no lo ha frenado haber contado con Juan Marín, un buen candidato, vicepresidente con Moreno, lo que demuestra que esto tiene difícil remedio. Cuando el elector interpreta que votar a CS no es útil, es el final. La última pirueta de Arrimadas es la refundación del partido, realzando su perfil liberal, incluso cambiándolo el nombre, pero es muy complicado, aunque se aferran al ejemplo de los liberales alemanes que llegaron a desaparecer del parlamento federal y ahora están en el gobierno. Pierden 540.501 votos, el 81%, y los 21 diputados.

La izquierda radical a la izquierda del PSOE paga una vez más su falta de seriedad, que la hizo concurrir a las elecciones en una sopa de letras, y acredita que Podemos-IU llevan al mismo camino que Ciudadados. Yolanda Díaz solo es un atractivo envoltorio sin contenido, que sigue a la escucha. Pierde 136.291 votos, el 23%, y 10 diputados.

La clave, ahora, es saber cómo influirá este resultado, como los anteriores en Madrid y Castilla y León, en las elecciones autonómicas y municipales de 2023. ¿Está tan claro ese cambio de ciclo como auguran desde el PP? Mi impresión es que la tendencia está marcada, eso es indudable, que Sánchez agotará la legislatura a pesar del desgaste y que su gobierno no es el mejor para el panorama económico que se nos viene encima, por la posible estanflación, que exigirá recortes en el gasto. Pero nada está escrito cuando se trata de unas elecciones en las que cuenta mucho el candidato. En Castilla-La Mancha, por ejemplo, Page las abordará desde el gobierno como Juanma Moreno, y a buen seguro que personalizará la campaña al máximo y que habrá que regalar una lupa para encontrar el logo del PSOE en la cartelería. Su ventaja es que tiene una gestión que vender y un rival,  Paco Núñez, por muy del PP que sea, con escaso conocimiento popular. Eso no quiere decir que el PP no tenga posibilidades y que no aspire a gobernar, con o sin Vox, en el palacio de Fuensalida.

Pero si en las elecciones autonómicas influye el candidato, no digamos en unas municipales. A ellas el  PSOE llega desde el gobierno, una ventaja muy importante en una región como es ésta en la que los socialistas controlan todas las administraciones con posibilidades de influir en la política local. Más de una vez he recordado que en Guadalajara -excepto en la capital y algo en el Corredor- los cambios de ciclo llegan a la provincia después de que se consoliden a nivel nacional. En la ciudad de Guadalajara la expectación es máxima por saber adónde pueden ir los tres escaños de Ciudadados, que hicieron alcalde a Alberto Rojo, si todos al PP como en Madrid o Andalucía o si habrá reparto; o incluso si salvan alguno. Para aquilatar más, hay que esperar a conocer el alcaldable del PP, y ya están tardando más de lo recomendable, si los grupos neocomunistas a la izquierda del PSOE siguen separados, como así lo parece, y quién será el candidato de la derecha radical, porque Vox ha ido al alza en las encuestas toda la legislatura aunque después del frenazo de Andalucía podría haber corrección.

De momento, esto es lo que hay. Que no es poco.   

P.D. Es lo que nos faltaba. Estamos con un problema de sobredependencia de Putin y de Argelia por el excesivo peso del gas en el pack energético de toda Europa, y a algunos se les ocurre pedir que se anticipe el cierre de las centrales nucleares, como la de Trillo. Putin ha financiado su guerra en Ucrania, desde la invasión de Crimea en 2014, con la venta del gas a un país como Alemania, que se aceleró con la política de cierre de las centrales nucleares en tiempos de Merkel. No dejaron ni una.  Sin ese error estratégico, Putin no se habría atrevido a invadir su patio trasero en Ucrania, porque no habría podido financiarlo. Por lo demás, la renovación de la licencia de Trillo en dos años dependerá de que su propiedad no pierda dinero con la explotación, por la alta fiscalidad a la que el Gobierno somete a la energía nuclear en España. Y no es descartable que el grupo de empresas que lidera Iberdrola renuncie a la renovación de la licencia. Esto es lo que hay.

Pero si se tira para adelante, que nadie dude de que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) sabrá exigir la necesaria actualización de la central de Trillo para su explotación segura en el tiempo que se prorrogue: 11 años más,   hasta 2035.  Que es lo previsto.

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