La última cifra oficial de hoy es que en España hay 2.182 fallecidos y 33.089 contagiados de coronavirus. Además 2.355 personas están ingresadas en la UCI y la buena noticia es que 3.355 se han recuperado ya. Aunque no deja de ser una estadística muy alejada de la realidad, porque a muchos fallecidos no se les ha hecho el test del Covid-19 y hay miles y miles de afectados que están pasando la enfermedad en su casa; y nadie va a ir a resolverles la duda. Cada vez más sabemos por algún familiar y amigo afectado cómo les fue.Todo empieza con la llamada al teléfono para afectados (en Castilla-La Mancha 902232323), allí les dan las pautas por todos conocidas, les piden que se queden en casa aislados y si lo desean que consulten con su médico vía telefónica, quien abunda en lo anterior. No les van a hacer ningún test, por lo que oficialmente no estarán en esa relación oficial de contagiados que cada día nos da el doctor Simón con cara de preocupado. ¡Como para no estarlo!
Esta semana nos han dicho que se van a extender los test del coronavirus, aunque lógicamente, y en función de los que lleguen, los primeros atendidos serán ancianos sospechosos, sanitarios, fuerzas de seguridad y personal esencial. Y ya veremos a cuántos les llega. Solo en una fase posterior podrían extenderse al resto de la población como han hecho en Corea o en algunos sitios de Galicia con controles desde el propio vehículo. Por ello, lo importante, ahora, más que el gran repunte que se espera durante esta semana («una semana muy dura», reconoció Pedro Sánchez) es cuando comenzará a cambiar la tendencia. Esto es lo que hay, la pandemia nos ha pillado con la despensa de material sanitario muy vacía -un extremo que debería reflexionar la Unión Europea y los estados miembros que tienen reservas estratégicas de tantas otras cosas- y lo estamos abordando de aquella manera. Esta mañana he oído al consejero de Sanidad de Madrid referirse al «mercado persa» (sic) que han montado en China para comprar material sanitario; y todos miramos esperanzados hacia la industria nacional reconvertida para la ocasión a que nos saque del apuro. Se necesitan respiradores, EPIs, test,mascarillas, batas…y era para ayer.
Esta epidemia del coronavirus es especialmente cruel con los más mayores. Por ser más vulnerables al virus al tener más posibilidad de sufrir otras enfermedades asociadas. Y la situación se vuelve más angustiosa entre los mayores que están en residencias y que desde unos días no pueden recibir a sus familiares. Horroroso. En los últimos días los medios hablan con imprecisión, porque los datos son los que son, de fallecidos en estos centros; y es una exigencia que autoridades sanitarias den un tratamiento especial a estos casos.
Hoy, el director general de Salud Pública, Juan Camacho, ha afirmado que se ha puesto en marcha una red que les va a permitir conocer la situación en las residencias de mayores, unas 400 en todo el territorio de Castilla-La Mancha, en cuanto a los casos que se puedan suscitar, disponibilidad de recursos y trasladarles los protocolos de actuación. También se crearán equipos asistenciales, que pueden prestar asistencia sanitaria en casos en que estas residencias lo necesiten, y se está procediendo a la distribución de equipos de protección individual en los centros que lo requieran y «en la medida de nuestras posibilidades».
Al día de hoy se han detectado casos positivos por coronavirus en 30 de estas residencias en Castilla-La Mancha, “en las cuales se está actuando desde el punto de vista asistencial como epidemiológico para asegurar la mejor contención de la infección», añade el comunicado de la consejería. Hacía mucha falta.
UN RUEGO.– No quieroe finalizar el post de hoy sin un ruego. Hoy hemos sabido que tres personas de nuestra provincia han fallecido por consecuencias derivadas del coronavirus. No sabemos nada del perfil de los fallecidos, la edad o el lugar de residencia, porque de ello no se informa oficialmente. Esto constituye un problema porque dificulta a los medios de comunicación profesionales filtrar bulos y rumores que circulan a mansalva. Me consta que el problemano es solo de Guadalajara. Pero como esto va para largo habría que buscar alguna fórmula, sin vulnerar el derecho al honor y a la intimidad, para que los medios podamos contrastar con los portavoces oficiales lo que discurre por las redes , porque con la excusa de no alarmar se está alarmando más de lo necesario. Esto es lo que hay.
El plan anti Covid-19 presentado por el Gobierno no suena mal y está cargado de buenas intenciones. Habrá que ver cómo financiamos esos 200.000 millones, el 20 % del Producto Interior Bruto (PIB) de España, pero estamos en una situación excepcional; y todos aceptamos que se requieren medidas fuera del manual para que el coronavirus no nos meta en una crisis peor que la de las hipotecas basura. El despliegue de 100.000 millones en avales público agiliazará los ETEs, una medida indispensable para que cuando esto termine, que terminará, las empresas más afectadas levanten el cierre en unos meses.Las ayudas de protección social no son tampoco desdeñables, pero una vez más el Gobierno Sánchez-Iglesias se ha olvidado de los autónomos. No han aceptado suprimir o al menos reducir las cuotas en unos meses que incluso para los sectores no directamente afectados (como la hostelería o el comercio minorista) van a ser ruinosos. Y solo dejarán de pagar las cotizaciones sociales los autónomos que vayan al paro.
El gobierno solo se acuerda de los autónomos para sufragar la tapa del ataúd, olvidándose de que según datos de la Seguridad Social generamos más de 900.000 puestos de trabajo asalariado, a un ritmo de crecimiento del 4,2% en en 2018, superando el 3,4% del ritmo del sistema español. Cada uno de cinco empleos que hay en España es generado por los autónomos, sin contar el autoempleo. Pero el Gobierno lo ha vuelto a olvidar. Y esto es lo que hay. Están cayendo chuzos de punto y nosotros con una rebequita.
Me quedo con una frase del gran columnista que es Ignacio Camacho porque expresa a la perfección mi sentir sobre las crisis del coronavirus, que va camino de convertirse en uno de los grandes acontecimientos del siglo XXI. “No es hora de disparar al piloto”.
Este domingo anunció el presidente Sánchez las esperadas medidas del estado de Alerta, que constituyen las restricciones más importantes desde que se aprobó la Constitución. ¿Pudieron y debieron tomarse antes? Seguramente sí, visto lo que ocurrió en Italia o el ejercicio de descoordinación que se dio el viernes en Castilla-La Mancha cuando por la mañana se seguía defendiendo que no hacía falta la paralización de las clases y tres horas después hubo que rectificar después de anunciar el Gobierno que ponía en marcha la emergencia nacional. Las cosas habían llegado a un punto en que el gobierno no podía andarse con medias tintas y declaraba la Alerta, o hacía como Johnson en Gran Bretaña, cruzarse de brazos con la excusa de alterar lo menos posible la actividad económica. Veremos qué hace dentro de dos semanas.
Cualquier decisión que se tome tiene sus pros y contras, hasta en la cocina política. Sánchez habrá tomado nota de la fiabilidad de sus socios de gabinete, con un Iglesias rompiendo la cuarentena el mismo día en que se reclamaba a los españoles quedarse en casa, empeñado en meter un ministro de Podemos en el gabinete de crisis, o sus dos apoyos independentistas que han comparado el coronavirus con el artículo 155. Sucede que Quin Torra había visto en el Covin-19 una artera posibilidad de hacer realidad el sueño independentista, confinando a Cataluña del resto de España, y cuando vio que ya no podía mandar a los Mossos a la “frontera” de Fraga, se llevó un berrinche de campeonato. Porque como le recordó el presidente Sánchez en la rueda de prensa: las medidas que quería tomar Torra senyera en mano ya las iba a adoptar el gobierno de España para todo el territorio.
Creo que el presidente del Gobierno acertó con el enfoque de su discurso en la noche del sábado, a pesar de los retrasos, cuando apeló a que «no hay colores políticos, ni ideologías, ni territorios, sino que los ciudadanos son lo primero». Para añadir que en España «somos» 17 comunidades autónomas, pero en ocasiones hay que ser «el gran país que somos» y estar con el Gobierno para dar una respuesta común. ¡Ojalá que esta recuperación de la idea de España no se le olvide cuando pase todo y los mismos que ahora le acusan de sacar los tanques del Covid-19 le vuelvan a pedir un tratamiento especial y el derecho de autodeterminación! Porque a nadie se le escapa que si Sánchez no mete más la pata y ejerce un liderazgo patriótico puede hasta recortar la legislatura y darse una alegría electoral.
No tengo la menor duda de que España, con sus magníficos sanitarios a la cabeza, va a ganar la batalla del Covid-19, aunque el mismo presidente ya reconoció que va a suponer un “impacto de gran envergadura”. Empezando por el propio sistema sanitario, que habrá que reforzar porque si ahora hay listas de espera de años, no quiero imaginarme lo que nos ocurriría si la normalidad en consultas e intervenciones no urgentes se acumula tres o cuatro meses. El martes sabremos al detalle cuáles son las medidas que el gobierno va a tomar en el orden fiscal, créditos y demoras que palíen en lo posible el cese de actividad en los sectores más afectados. Porque sin ingresos no se pagan ni plantillas, ni impuestos.
Ya lo sabemos bien de la crisis del 2008, aunque esta y aquella sean de naturaleza distinta. Detrás de Lehman Brothers encontramos un sistema financiero podrido, que hubo que recuperar con escalofriantes inyecciones de capital público si no directamente con nacionalizaciones. Esta vez lo único infectado es el Covin-19, pero sí es verdad que hay más sectores económicos afectados, y es normal que tengamos una importante caída de la demanda, y especialmente en el ocio, pero si el estropicio se empieza a arreglar en dos o tres meses no estaremos técnicamente en recesión y a lo mejor todavía en España crecemos del 1,3% al 1,7%.
La gran novedad de esta crisis es su globalización, tanto en lo informativo como en su expansión, lo que a buen seguro será aprovechado por los apóstoles del aislacionismo, esos nacional-populistas de izquierdas y derechas que todo lo achacan al enemigo exterior. Como esa Alba Vergés, consejera catalana de Salud, que primero dijo que el virus “es allí un brote especial, diferente” del español. Por ello es tan importante una política coordinada, respaldada también por las instituciones europeas, que no tardando el populismo pondrá en solfa y alabará ejemplos autoritarios como el de China.
Y
cuando todo termine, porque nadie dude que pasará, ya discutiremos sobre el
piloto y si hay que mandarle o no a la reserva. Todo a su debido tiempo.
AGRADECIMIENTO.– No quiero terminar sin agradecer también a nuestros lectores que hayan respondido a nuestro esfuerzo. Jorge Benítez dice que lo gobiernos mantienen una comunicación tradicional, basadas en ruedas de prensa, pero que aun no han aprendido a combatir el gran peligro informativo de las “fake news”, que a través de redes sociales transmiten bulos siete días a la semana. Aunque apenas se valora por los poderes públicos ese papel de verificación de los medios de comunicación profesionales, sí lo hacen los lectores. Según Google Analitycs, coincidiendo con los días más calientes, del 11 al 14 de marzo, en esos cuatro días hemos recibido 67.765 visitas y en lo que llevamos de mes 154.968 sesiones. Esto es lo que hay, y lo que siempre ha sido la prensa profesional privadal, un servicio público que sobrevive en condiciones muy difíciles en un marco desfavorable, y que tiene demasiado cerca la de la crisis de 2008, que se llevó por delante a un gran número de medios de comunicación por los impagos generalizados y la caída de la publicidad. Pero seamos optimistas.
Parafraseando a Francis Ford Coppola y a su “¿Apocalyse Now?”, la mejor película que se ha hecho sobre la guerra del Vietnam, podríamos hacernos esa misma pregunta sobre este coronavirus que lo inunda todo; y en gran parte lo contamina. Aunque si analizamos los datos fríamente, no parece que estemos al borde del apocalipsis; la gran novedad es que sí estamos ante la primera pandemia global que se viraliza por internet, con millones de fuentes, lo que aporta un “factor pánico” sin parangón hasta ahora. Solo unos pocos números: según he escuchado al ministro de Sanidad, Salvador Illa, en España mueren unas 6.000 personas al año por culpa de la gripe, aunque muchos de ellos tuvieran otras patologías previas; y la Organización Mundial de la Salud (OMS), nos habla de que la gripe está detrás de unos 800.000 fallecidos al año. En España, el coronavirus lleva a fecha de 9 de marzo, 999 personas afectadas y 25 fallecidos. En todo el mundo, hay 110.000 contagiados y unos 3.800 muertos. Por tanto, si comparamos las cifras de afectación y mortandad entre la gripe y el coronavirus, no debería haber motivos para tanta alarma suscitada en todo el mundo, y especialmente en la vieja Europa, así que si tenemos la sensación de que se ha desatado el apocalipsis es debido a ese “factor pánico” que produce la viralización de esa información al saber, por ejemplo, que en Italia, donde hay 7.357 contagiados y 366 muertos, se ha decretado el aislamiento de 16 millones de personas en Lombardía, Piamonte y las provincias del norte, que ha alterado hasta en lo más básico a la vida diaria de la gente. ¿Son prudentes y eficaces estas medidas de contención a lo gobierno chino que han adoptado las autoridades trasalpinas? Ni ellos lo saben, aunque más valdría que tomáramos nota porque al ritmo que lleva la propagación de la enfermedad en nuestro país, todavía en periodo de contención, no es cuestión de cometer los mismos errores cuando se multipliquen los contagiados.
Lo que distingue a este virus de otros más peligrosos (como el del Ébola) al que nos hemos enfrentado es que se ha hecho famoso. Desde luego más que el de la gripe, que a estas alturas debe estar celoso por la poca atención mediática que se le presta. Este fin de semana, dos jugadores del Real Madrid, Carvajal y Nacho, quedaron fuera de la convocatoria por un proceso gripal, y ni siquiera venía en el titular de la información. Si hubieran cogido el coronavirus habría salido hasta en el The New York Times, y la suspensión de un partido de La Liga habría estado más cerca.
Contribuye a la viralización del coronavirus la mala información, la carencia de ella o incluso la sobreinformación que se produce desde fuentes no autorizadas. No ya es tanto un problema que algunos programas de entretenimiento hayan cambiado las hazañas de cama de los famosos o las truculencias del crimen más llamativo: lo peor es que opinen del asunto los mismos tertulianos que antes lo hicieron de la última novia de Paquirrín.
A la confusión general se añade un factor más que acompañaron en su propagación pandemias anteriores. Hasta la peste se movió con más sigilo. En la mitad del siglo XVI se estima que entre el 30 % y el 60 % de la población de Europa murió desde el comienzo del brote a mitad del siglo XIV. Aproximadamente 25 millones de muertes tuvieron lugar sólo en Europa junto a otros 40 a 60 millones en África y Asia. Las consecuencias del coronavirus son una broma en comparación con aquellos años negros, pero en cambio su impacto económico puede ser objetivamente mayor al daño causado si las soluciones para su contención se sobredimensionan, como delatan las espectaculares caídas en la bolsa que para los inversores anuncian el inicio de una recesión provocada por el descenso de la producción, el consumo y el propio PIB.
Por tanto, ante una pandemia cuyas consecuencias son mayores de lo que estrictamente deberían producir, en comparación con la gripe, lo importante es acertar con el término medio entre la inacción y la sobreactuación. También en lo informativo. Tengo escrito que jamás la sociedad ha tenido tantos canales abiertos de información como hasta ahora, y ¡oh paradojas!, también del riesgo de estar peor informados que nunca. Es por culpa de eso que ahora llaman “fake news”, y que es una manera fina de denominar a los bulos que se propagan por internet, como antes se hacía en las tabernas mientras bebían el vino peleón de Jumilla. En esta tarea, los medios de comunicación profesionales tenemos un papel que jugar, que apenas se valora por los poderes públicos, que es actuar de filtradores de esas noticias falsas que circulan en las redes sociales, y que son las que han hecho del Covid-19 un apocalipsis mundial. Pero para poder filtrar tantos bulos que se despachan a diario, solo es posible desde la transparencia de las autoridades sanitarias que proporcionan esa información. Y por lo menos en Castilla-La Mancha, en los últimos días se está produciendo un apagón informativo en el seguimiento del coronavirus, que nos impide contrastar esa información que nos demandan los lectores, como se comprueba por los varios miles de cliks que dan a las noticias que servimos. Si los portavoces de la Consejería de Sanidad se limitan a dar el número de casos por provincia, y ni tan siquiera informan ni de qué localidad es el enfermo o cuál es su entorno, malamente vamos a entender cuál es la situación real del Hospital, cuántos profesionales están aislados y pendientes de las pruebas, cómo está afectando el Covid-19 a la actividad normal del centro hospitalario, si hay colegios o no afectados, si hay residencias de ancianos o no contagiados, cómo hay que actuar ante un contagio en tu entorno … Solo hay que darse una vuelta por las redes sociales para darse cuenta de las “noticias” que hay al respecto sobre todo lo anterior. Nuestro criterio, como el de la mayoría de los colegas, siempre ha sido solo publicar informaciones confirmadas por fuentes oficiales, aunque ello nos ha llevado a retrasar noticias de otras fuentes fiables. Pero si la información se administra con cuentagotas, no va a ser posible obtener una evaluación real del estado de la pandemia, y si el sistema está verdaderamente funcionando; o no.
Esto es lo que hay; o lo que no hay. El apocalipsis llama a
la puerta; y yo creyendo que es el lechero.
Las comunidades autónomas españolas tienen un problema muy serio. Y se llama financiación. A la mayoría no les da, salvo excepciones: Madrid, que experimenta los efectos positivos de la curva de Laffer beneficiándose de una fiscalidad baja, posible por su situación preeminente, y las dos autonomías con régimen foral: el País Vasco y Navarra. Los de Urkullo han recibido además otro regalo electoral impagable a cambio del voto favorable a los Presupuestos: la cesión de la gestión de la Seguridad Social con lo que se aparenta que las pensiones la paga el gobierno vasco, que se ha hecho con edificios y funcionarios, aunque sea la Seguridad Social Española la que sigue con la ingrata tarea de recaudar y pagar el déficit que genera en el sistema el País Vasco, como la mayoría de las autonomías.
En este escenario, los intereses de las comunidades autónomas son diferentes. La Comunidad Valenciana, con presidente socialista, Ximo Puig, ha empezado a hablar con la Andalucía del popular Moreno Bonilla porque a ambas les interesa un modelo en el que se prime al número de habitantes. En el extremo contrario se encuentra lo que ahora han dado en llamar la España vaciada, y que describe la problemática que afecta a Castilla-La Mancha, Castilla y León, Aragón y Extremadura. Entre medias está la cornisa cantábrica y Galicia, y aparte se ha situado Cataluña, cuyo gobierno nacionalista ha favorecido la falta de competividad de su economía frente a Madrid, y como estación intermedia a la independencia, han conseguido del Gobierno de Sánchez-Iglesias una relación bilateral como si Cataluña fuera un estado confederado con España y con el que hay que negociar todos los meses el reparto de la tarta. ¿Se imaginan si el gobierno de Sánchez-Iglesias tuviera que encontrarse todos los meses, como han acordado, con los gobiernos de cada una de las dieciséis autonomías restantes, más las dos ciudades autónomas para tratar de qué hay de lo mío? ¡A que no:pues entonces significa trato privilegiado, lo vistan como quieran!
Y ahí viene el problema. El sistema de financiación de nuestras autonomías ha embarrancado, excepto en los tres casos citados, con lo que ello significa teniendo en cuenta que son las comunidades autónomas las que se ocupan de dar los servicios más sensibles a los ciudadanos: sanidad, educación, bienestar social…Y si el dinero no llega, pues los recortes son inevitables.
A ello se refirió el viernes en Brihuega Emiliano García-Page en un discurso de gran calado cuando reclamó que el nuevo modelo de financiación autonómica priorice factores demográficos como la despoblación y la dispersión: “el momento en que me creeré que España va en serio con el despoblamiento y el reto demográfico, será cuando conozcamos cómo va a ser la financiación autonómica”. Y luego añadió: «No valen falacias, va a haber un momento en el que los partidos y las comunidades autónomas nos tendremos que retratar”. Recordó que estamos en una Comunidad Autónoma en la que el 58% de sus 919 municipios se encuentra en ‘riesgo severo de despoblación’, según las ratios fijadas por la Unión Europea, que en el caso de Guadalajara y Cuenca es todavía superior.
Las negociaciones con los nacionalistas han abierto un melón del que todos exigiremos comer y lo que está por ver es la raja que toca a cada autonomía. Porque si como quieren algunos lo que se impone es reducir a la mínima expresión los fondos de cohesión y de cooperación territorial, y que cada cual se las arregle en materia fiscal como pueda, la España vaciada se tendrá que resignar a que se siga vaciando por encima de los discursos demagógicos que ahora se llevan por algunos que solo han ido al campo de excursión. Porque vamos a ver: ¿Cómo Castilla-La Mancha o la Diputación va a dar servicios en una provincia como la de Guadalajara si vamos a recibir una financiación por 257.762 habitantes, un tercio de los cuales está diseminado por doscientos núcleos de población de pequeño tamaño? Todo lo que no sea vincular la financiación a los servicios, con independencia de donde se presten, es una condena a la España rural, porque habría que centralizar todo en las capitales de provincia, y ni habría suficiente para estimular focos económicos mallados en las cabeceras de comarca, que en el caso de nuestra provincia, la gran mayoría están en recesión.
Cuando oigan hablar de financiación y de negociaciones bilaterales, no se lo tomen a broma.Porque están hablando sobre si hay que salvar el modo de vida rural en la España profunda, o si es mejor dejarla a su suerte, porque son pocos y sin influencia política. Esto es lo que hay; y el panorama que desalienta es que esta negociación autonómica se debe abordar desde la debilidad de un gobierno atado de pies y manos a los nacionalistas y con un Partido Socialista muy diferente al que una vez fue eje vertebrador de España y sus territorios en los tiempos de Felipe González. Y eso lo sabe muy bien Page, cuando dice eso de: «No valen falacias, va a haber un momento en el que los partidos y las comunidades autónomas nos tendremos que retratar”.
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, que dio una de cal y otra de arena en el primer Comité Federal del PSOE que se organiza desde la investidura de Sánchez (lo que deja a las claras para qué ha quedado el máximo órgano del PSOE entre Congreso y Congreso, superado por la relación caudillista directa entre el líder y la militancia) declaraba a la salida que si el independentismo «se deja ayudar, podemos sacarlo del callejón sin salida en el que está metido».
Pues sí, claro, eso estaría bien, arrepentidos los quiere Dios, pero lo que muchos nos preguntamos es si los tiros no se dirigen al revés. Es decir, si en lo que está embarcado el gobierno es que sean las fuerzas constitucionalistas (si todavía se pueden llamar así), las que salgan de ese callejón oscuro en el que algunos se han metido por los pactos de investidura con los independentistas, y lo que toca ahora es dar una apariencia de legalidad a lo que choca directamente con la Constitución, sin necesidad de cambiarla, porque para ello ni Sánchez ni Iglesias tienen mayoría.
Sánchez se apresuró a negar la mayor al asegurar soluciones «compartidas y viables» para resolver el conflicto catalán (la primera victoria del nacionalismo es el lenguaje), aunque no precisó cuáles serían aquellas cuando tus socios lo que te exigen es un referéndum de autodeterminación vinculante que la Constitución solo admitiría en el conjunto del Estado, ya que el titular de la soberanía no es el pueblo catalán (ni el extremeño, ni el castellano-manchego…) sino el español. ¿Quién tiene por lo tanto el problema, los independentistas o los constitucionalistas (si todavía se pueden llamar así a los partidos herederos de la Constitución del 78?
Sánchez, Iglesias y Redondo (Ivan) por el momento prefieren hacerse los locos y como si estuviéramos es un estado confederal, aceptar una mesa de gobiernos que este mes deberá reunirse por primera vez, y que lideran Pedro Sánchez y Quim Torra. Con lo que saltan chispas en otras autonomías y el presidente aragonés, Javier Lambán, ha recordado al término del Comité Federal que no admitirá «ningún tipo de política de apaciguamiento» y que, por ende, no consentirá «privilegios económicos a Cataluña».
Porque en el fondo esto es de lo que se habla entre visillos. Si el gobierno de Sánchez e Iglesias, al margen de la autodeterminación, organiza una relación bilateral para negociar con Cataluña, y de esta manera establecer cuál es la cuota que podemos ofrecer a Torra para que baje del monte (y a Junqueras para que salga de la cárcel), y lo que sobre ya lo negociaremos después con el resto de autonomías en el Consejo de Política y Fiscal. Hay dos excepciones, los dos territorios forales: País Vasco y Navarra, que negocian su cupo aparte y con gran ventaja para sus territorios (De ahí que el PNV haya dado una vuelta de tuerca a su objetivo de gestionar los fondos de la Seguridad Social, aunque la titularidad siga siendo estatal, porque así podría introducir medidas populistas como complementar las pensiones de los vascos, con lo que Urkullo podría ser reelegido doscientos años más).
Se pongan Page o Lambán de frente o de perfil, la negociación con los independentistas va a tener unos directos perjudicados, que no son otros que los ciudadanos del resto de autonomías a los que les tocará menos en el reparto de la tarta del Estado, porque van a comer en el segundo turno. Y si había 10 pollos y entre Torra y los del cupo se han comido tres en vez de uno, pues a las autonomías de segunda velocidad les quedan 7 para repartir entre dieciséis.
Lambán y Page lo saben bien, aunque no lo digan a las claras, que los principios sobre los que se sostiene el Estado de las Autonomías, que son la cohesión territorial mediante un sistema en el que los que más tienen más ponen para recortar esas desigualdades territoriales, están intrínsicamente cuestionados por el nacionalismo, a los que la gobernabilidad de España les importa un «comino», tal y como reconoció una de sus portavoces. Así que mal van a tener el más mínimo interés en vertebrar de una manera más justa y solidaria el territorio del Estado. Siempre hemos sabido que los nacionalistas iban a lo suyo, a pagar lo menos posible por esa cohesión, y a recibir lo más posible. Pero lo que nunca imaginé es que ese discurso fuera asimilado con tanta naturalidad por la neoizquierda, y encima lo llamen «progresista». ¡Los pájaros tirándose a las escopetas!
La profundización de esa hoja de ruta que ERC ha impuesto al PSC y los chicos de Iceta al PSOE de Sánchez, es lo que pone de los nervios a algunos barones socialistas, porque constatan que va en detrimento de la financiación de esas autonomías de segundo turno que no negocian bilateralmente con el Gobierno del Estado. No quiero pensar lo que debió decir Javier Lambán cuando vio que un señor de Teruel estaba negociando directamente con Sánchez lo que este no hace con el presidente del gobierno de Aragón.¡Vaya ejemplo para que proliferen los cantonalismos!
Lamentablemente, debemos añadir que en lo que toca a la vertebración del territorio desde una posición de la solidaridad interregional, nuestro sistema autonómico está a punto de descarrilar, porque cada vez hay menos fondos de cohesión (como se ha visto en la sanidad, dando lugar a la proliferación del turismo sanitario en comunidades como Castilla-La Mancha) y progresa el discurso nacionalista de que cada cual se las apañe como pueda y según los recursos que capte cada autonomía. Y claro, tal planteamiento es especialmente ruinoso en las regiones del interior, como las dos Castillas, Aragón o Extremadura, lo que ahora llaman la España vaciada, porque el presupuesto no les llega. Sucede que mientras en las regiones más pobladas con un consultorio dan servicio a 15.000 personas en Guadalajara hacen falta treinta consultorios para poder llegar a ese mismo arco de población. ¿Va a contemplar una futura Ley de Financiación Autonómica esas compensaciones en inversión y fiscales hacia los territorios despoblados?¿Van a financiar a las Autonomías en función de los servicios que están obligadas a prestar por mandato de las Leyes y la Constitución misma? No es este el discurso que estamos oyendo en los últimos años en España; todo lo contrario.
¿Nos tendremos que resignar a que como sucede en Guadalajara llevemos veinte años hablando del nuevo Campus Universitario y todavía no se ha puesto un ladrillo (sí, ya sé que hay un convenio encauzado, que habrá que financiar) o que para hacer una ampliación del Hospital en Guadalajara se tarde más de quince años, hasta tal punto de que no hay manera de rebajar las listas de espera porque la población ha seguido creciendo mientras las obras iban a paso de tortuga; o no iban?
Que nadie les cuente historias, porque esto es lo que hay. O mejor dicho, lo que no hay: dinero ni voluntad para financiar servicios en la España vacía. Y cada vez que el independentismo chantajea a los gobiernos de España pidiendo un trozo más grande de la tarta, porque para eso ellos aportan más al PIB, menos habrá. Lo novedoso es que a esto tan reaccionario encima lo llamen «progresista».
El casco antiguo de Guadalajara tiene en torno a un centenar de solares sin edificar esperando a nada y a nadie. Y la vía principal que articuló la ciudad desde la edad Moderna, Calle Mayor y Miguel Fluiters, hasta 27 locales cerrados entre la plaza del Infantado y Santo Domingo. Contados esta mañana. Particularmente triste es la situación de Miguel Fluiters, que pierde músculo comercial por días y hay tramos en el que se agrupan 4 o 5 locales esperando tiempos mejores. Lo que parecía hace unos cinco años una incipiente recuperación de la actividad comercial en esta artería principal, aparentemente está sufriendo otro retroceso. Sólo la construcción de un edificio entre el Casino y la desaparecida Cámara de Comercio, insufla algo de ánimo. Desde la antigua oficina electoral del actual alcalde en la calle Mayor, que también se alquila, un cartel reclama: «¡Guadalajara. Ponla en marcha! Pues de eso se trata. Antes de que sea demasiado tarde. Porque con los medios y estrategias empleados hasta ahora el resultado es ineficaz: los promotores tienen escaso interés en promover en el centro, porque se temen cualquier sorpresa cuando meten las máquinas y al actual precio del suelo no ven claro el beneficio. Mejor construimos un edificio de cincuentas viviendas en los nuevos desarrollos que rehabilitamos uno de seis en el casco. Los propietarios del suelo, en muchos casos en propiedades muy divididas, carecen de iniciativa para mover su propiedad. Y en las administraciones casi todo es bla-bla-bla. Se conforman con declarar la protección de alguna vieja fachada, que a lo mejor se podría reproducir perfectamente sin aumentar los costes, con lo que muchas veces acaban complicando una posible solución. El conspicuo arquitecto Miguel Ángel Embid me lo dijo una vez: «Un solar por lo menos es una oportunidad, un edificio en ruinas un problema». Yoles recomiendo que se lean esta entrevista que le hice hace cinco años porque da muchas claves del problema.
Ante la atrofia de nuestro casco, visto que los solares crían cardos sin cumplir su función urbana y social, y los edificios en ruina están cada vez más ruinosos, hay que celebrar que por fin se haya podido poner en marcha una medida que ciertamente es «revolucionaria» en materia urbanística, pero que puede venir bien cuando el mercado (o mejor dicho, la ausencia de ese mercado) no puede solucionar algunas cosas. Me estoy refiriendo a los llamados PAEs, una figura que se contempla en la Ley de Ordenación del Territorio y de la Actividad Urbanística de Castilla-La Mancha, de 18/05/2010, pero que estaba sin estrenar por la falta de agilidad de arquitectos, promotores, ayuntamientos y la propia Justicia. En esencia, lo que habilita esta figura es que un tercero pueda presentar un PAE en un terreno que lleva más de 24 meses sin ser edificado. No se trata de una expropiación pura y dura, ya que el promotor tiene que compensar en especie al propietario con obra nueva, en función del valor del suelo. Pero es seguro que debe servir para poner en el mercado esos solares y contribuir así a que sea más fácil la construcción de viviendas en los cascos históricos de la región; y además a que estas puedan venderse a un precio razonable.
Por tanto, hay que saludar que la justicia, también sorprendida por la novedad, haya fallado recientemente sobre un contencioso que había paralizado, desde el 2016, el PAE que se había presentado sobre el edificio de la pescadería Maragato en la plaza Mayor, y que ha prolongado durante una década el esperpento de andamio en plaza tan principal, para bochorno de la ciudad, ya que teníamos la duda de si lo que se protegía era la fachada o el mismísimo andamio. Ahora, la Junta de Gobierno Local ha concedido un plazo de tres meses para que el agente urbanizador presente un estudio arqueológico que será remitido a la Junta de Castilla-La Mancha, así como un estudio geotécnico, levantamiento topográfico, la presentación del Proyecto de Ejecución de la Edificación, el pago de tasa y la presentación de un plan de reparcelación en régimen de propiedad horizontal. Por la buena imagen de la ciudad, confiemos en que en todo el proceso no salgan otra vez dificultades insuperables y que en no más de seis meses se pueda empezar a construir el nuevo edificio, en el que está previsto ubicar seis viviendas de tres dormitorios.
Sería deseable que tanto este PAE como los otros tres que hay presentados por Miguel Ángel Embid salgan adelante sin más contratiempos, porque animarían a otros profesionales y promotores a iniciar un camino que debería contribuir a salir del actual atasco en el que vivimos. Los problemas del comercio de proximidad en las ciudades son también complejos y obedecen a otros factores, que se agravan por el auge del comercio por internet. Pero siempre será más fácil aguantar en un casco histórico que recuperase la actividad residencial, y en el que los jóvenes tuvieran acceso a él, por los buenos precios, que no mantener el actual estado de cosas.
Esto es lo que hay. ¿Medida revolucionaria? Puede ser. Pero o atacamos el problema con decisión o la enfermedad se cronifica. Y así no habrá manera de poner en marcha Guadalajara, como nos promete su alcalde desde un polvoriento cartel en la calle Mayor.
El Gobierno regional, con la consejería de Desarrollo Sostenible al frente, del azudense José Luis Escudero, busca un apaño para la ejecución de sentencia de Fraguas, ya saben, la ocupación de un monte de utilidad pública en el lugar donde estuvo el citado pueblo, que ahora pertenece al término municipal de Monasterio. Como es conocido, los seis okupas/repobladores fueron condenados por un delito contra la ordenación del territorio a un año y seis meses de prisión y multa de doce meses, con una cuota diaria de seis euros. Para el supuesto de que por los condenados no se hiciera efectivo el importe de las penas de multa impuestas, y de conformidad con lo establecido en el artículo 53 del Código Penal, se señala la responsabilidad personal y subsidiaria de los mismos a razón de un día de privación de libertad por cada dos cuotas diarias insatisfechas.
Algunos datos más. En su fallo, el juez subraya lo que muchos pensamos, que por muy loables que puedan resultar los fines de los acusados de rehabilitar y repoblar una zona que presenta graves problemas de despoblación, «dichos fines no pueden justificar los medios que han empleado. Dichos medios han consistido en la ocupación ilegal del dominio público y en la vulneración de las normas urbanísticas que regulan la ordenación del territorio. Los acusados, a sabiendas de que las construccionesque pretendían llevar a cabo no podían ser autorizadas, las realizaron sin solicitar licencia alguna», razona la sentencia del Juzgado de lo Penal de Guadalajara.
Extraña que la Junta de Comunidades, si tenía algo que decir al respecto, como entidad denunciante, haya esperado hasta ahora para abordar el asunto y no lo hubiera hecho antes de existir una sentencia al respecto, del citado Juzgado de lo Penal, y que ha adquirido firmeza al ser confirmada por la Audiencia Provincial y ser desistimado el recurso de los condenados. Cualquier solución habría sido más fácil «antes de», por lo que ahora un acuerdo extrajudicial deberá ser validado por la Justicia.
¿Y que pretende la Junta? Oficialmente no dicen nada, amparándose en que el asunto está en el juzgado, aunque hay versiones verosímiles, como la que publicó en redes sociales el periodista Raúl Conde, serrano de pro, que nos habla de que la Administración regional acepta no desalojarlos y no derribar las casas levantadas a cambio del compromiso por parte de los okupas/repobladores de no construir más y limitar su actividad a usos compatibles con el medio natural.
El asunto tiene su miga jurídica, ya que la sentencia da por probado que se ha producido un ilícito penal, el delito contra la ordenación del territorio, y del que se deriva además una responsabilidad civil. En el primer caso, el penal, las fuentes jurídicas consultadas coinciden en que hay un fallo que es inapelable, aunque por el tiempo al que al que han sido condenados no deberían ingresar en prisión de no tener antecedentes, extremo que le desagradaría al consejero y yo creo que a casi todos nosotros. En el caso de la multa estamos hablando de 2.190 euros (una cuota diaria de 6 euros al día), por lo tanto asumible si hay voluntad de pagarla, aunque la sentencia recuerda que en caso contrario en el artículo 53 del Código Penal, se señala la responsabilidad personal y subsidiaria de los mismos a razón de un día de privación de libertad por cada dos cuotas diarias insatisfechas.
«A pocos nos gustaría ver a nadie en prisión por esto, ni que una casa reconstuída con respeto a la arquitectura de la sierra fuera pasto de la piqueta.Pero la Consejería debe tentarse la ropa para que ningún ilícito penal pudiera derivar en un beneficio o derecho sobre una propiedad que es pública, es decir de todos nosotros, o se establecería un peligroso precedente por el cual cualquier repoblador bien intencionado podría construirse una finca en cualquiera del centenar de despoblados que existen en la provincia de Guadalajara»
Luego está la responsabilidad civil, que en este caso viene determinada por las obras realizadas en Fraguas, y que esencialmente son una casa reconstruida íntegramente salvo sus cimientos, junto con un corral y un pequeño cobertizo. La sentencia en este caso condena a los seis jóvenes procesados a restituir al lugar a la situación en la que se encontraron, es decir, al derribo de la casa y cobertizo y a pagar los gastos de todo ello, unos 40.000 euros. En ese caso, las fuentes jurídicas consultadas nos dicen que al tratarse de una responbilidad civil, bien pudiera evitarse el derribo si la parte afectada, en este caso la Junta así lo decidiera, con lo que nos evitaría la desagradable escena de una excavadora atacando una casa que respeta la construcción tradicional de la sierra, una imagen que a muchos no nos nos gustaría ver en un telediario.
Queda, por último, el destino de la casa y la finca en cuestión. El fallo judicial en este sentido es muy claro: «Ninguna duda existe sobre que las construcciones realizadas por los acusados no solo no están autorizadas sino que tampoco resultan autorizables», precisa el juez, y añade: «Por obras no autorizables han de entenderse aquellas que no lo pueden ser conforme a la legislación urbanística vigente».
En ese sentido, la Consejería debe tentarse la ropa para que ningún ilícito penal pudiera derivar en un beneficio o derecho sobre una propiedad que es pública, es decir de todos nosotros, o se establecería un peligroso precedente por el cual cualquier repoblador bien intencionado podría construirse una finca en cualquiera del centenar de despoblados que existen en la provincia de Guadalajara. Un asunto muy delicado para Justicia y Junta, porque una cosa es la repoblación de la Guadalajara vacía, que deben impulsar y beneficiar las administraciones con medidas de todo tipo, y otra la alegre ocupación de montes públicos con vocación de permanencia.
Esto es lo que hay. Vamos a ver si esta vez se hacen las cosas sin sacar los pies del tiesto, como dicen en el pueblo.
P.D. En Guadalajara ha anunciado García-Page la puesta en marcha, en colaboración con la Comunidad Autónoma de Canarias, de un proyecto de historia clínica digital pionero en España y que permitirá intercambiar los informes de los usuarios de forma instantánea, facilitando la prestación de servicios sanitarios y mejorando la atención al paciente por parte del profesional sanitario. Es increíble que en un sistema de salud, como el español, que en teoría es nacional, aunque cada autonomía ejerza la competencia, tenga que reproducir pruebas que están en el historial médico del paciente, con el consiguiente retraso para su atención y el aumento del gasto público. Para complicar la vida al ciudadano no se inventaron las autonomías, como algunos nacionalistas se piensan, así que felicidades a los gobiernos de Castilla-La Mancha y Canarias por tener sentido común.
Dos cosas me llamaron más la atención en el día en que Pedro Sánchez fue elegido presidente del Gobierno (hasta ahora también lo era, pero fruto de un incidente llamado moción de censura). La larga fila de diputados y senadores socialistas que esperaron para poder saludar al presidente, de pie junto a su escaño, y la foto que se hizo apoyado en la mesa de los taquígrafos y estenotipistas del Congreso, como mirando a España de arriba abajo después del éxito con seguido. No hay mejor pegamento para un partido que el poder, porque ocupa a todos durante una legislatura. Pero si el pegamento del grupo socialista fragua sólido y está a prueba de los bandazos que ha dado Sánchez en los últimos meses, bien diferente es lo que sucede con sus socios. Minutos antes del besamanos de Sánchez, la portavoz de los ultranacionalistas de ERC dejó paladinamente claro que la gobernabilidad de España les importa un “comino”. Pues bien, con estos bueyes tendrá que arar el gobierno de PSOE y Podemos. Con una parte del gobierno que aun admitiendo por imperativo legal la Constitución de 1978 la quieren cambiar en puntos sustanciales; pero que al no sumar necesitan del respaldo de unos socios independentistas que la quieren enviar de una patada al Mediterráneo.
Minutos antes del besamanos de Sánchez, la portavoz de los ultranacionalistas de ERC dejó paladinamente claro que la gobernabilidad de España les importa un “comino”. Pues bien, con estos bueyes tendrá que arar el gobierno de PSOE y Podemos.
Pero el gobierno de Sánchez no solo tendrá que lidiar con la oposición, en una legislatura muy radicalizada y con un parlamento en el que no se adivinan los puntos de encuentro, sino en convencer a los barones socialistas críticos con el independentismo de que todo esto no se les ha ido de las manos. No es casual que ni Page, ni Lambán ni Vara acudieran al besamanos de Sánchez en el Congreso de los Diputados, que es tanto como decir que les tendrá que convencer de que la relación bilateral entre el gobierno de España y Cataluña, y los reconocimientos nacionales hechos al PNV y Bildu, se hará siempre en el marco de la Constitución y la consulta prometida sobre un Estatuto de Cataluña reformado. Pero solo hay que oír a Rufián para constatar que él espera todo lo contrario. Lo que la investidura ha dejado claro es que en el mejor de los casos por las demandas ultranacionalistas iremos a unas comunidades autónomas de dos velocidades y a un estado menos cohesionado y más desigual. Aunque a esto lo llamarán “progresista”. En el mejor de los casos, insisto.
¿Y la oposición? Pues mucho que reflexionar. Sánchez nos genera un mar de dudas por su obsesiva estrategia de la conquista del poder, pero no menos verdad es que ha sido el único que lo ha intentado con contumacia. El PP y Ciudadanos desaprovecharon una coalición histórica para haber sumado más que cualquier otro, y a estas alturas están más lejos de La Moncloa que nunca. El papel a desempeñar también es difícil, porque no pueden ser todos los días los profetas de la Apocalypsis. En fin, que más les vale que recuperen la centralidad, ahora que Sánchez se alía con radicales, o serán devorados por el populismo de derechas, que aguarda paciente.
Por último, Sánchez ha repetido durante el debate que este es el gobierno que han elegido los españoles. No es verdad, obviamente. Nuestro sistema parlamentario permite a los españoles elegir a los diputados, que representan la soberanía popular, y estos a su vez eligen al gobierno en mayoría o en coalición. Pero nuestra Constitución no otorga a los ciudadanos la elección directa del gobierno, como sucede en Francia con la segunda vuelta. Esto posibilita que entre los partidos que votaron en contra de la investidura de Sánchez sumen más votos electorales que el bloque del “sí”, sin que por ello se pueda decir que no sea democrático. O que un partido como Teruel Existe, con 19.000 votos, haya decantado la elección de Sánchez. Así que si se abre el melón constitucional, yo me apunto. Muchos cuestionamos una Ley Electoral que ha dado un poder desmesurado al independentismo y a las minorías, porque en la deriva cantonalista actual nos preguntamos si merece la pena dar el voto a partidos nacionales, que en teoría están ahí para cohesionar al Estado y defenderlo de agresiones exteriores. O mejor nos tiramos al monte como los de Teruel.
P.D. Lo que sabemos, porque lo ha filtrado Podemos, es que Magdalena Valerio dejaráde ser Ministra de Trabajo, puesto que se reserva a Yolanda Díaz, una dirigente de Galicia en Común. Pero desconocemos qué competencias quedarán colgando de Trabajo, si mantendrá o no el importante área de Seguridad Social. O cuántos ministerios tendrá el nuevo gobierno para que los pactos con Podemos encajen.
A seguir también el acuerdo con Teruel Existe, que incluye autopistas. Recordemos que tras el trágico incendio de La Riba, Zapatero prometió un parador y una vía rápida a Molina con continuidad hasta Teruel. Desde entonces han pasado 15 años. Tendría gracia que al final un partido de Teruel rescataría la autovía de Molina, con lo que podríamos pedir al señor Guitarte que abriera una delegación en el Señorío. Pero esto es lo que hay.
Foto: Sánchez prometiendo la Constitución, sobre una mesa sin Biblia y crucifijo.
SANTIAGO BARRA TOQUERO (Guadalajara, 9-11-1955) aprendió el oficio de periodista en la escuela de “Flores y Abejas”, que en su segunda época dirigió su maestro, Salvador Toquero…