Cuando El Corte Inglés de Guadalajara bajó a segunda división, convirtiéndose en una Outlet, sus directivos iban buscando otro perfil de cliente que podía encontrarse en Guadalajara, pero que no acudía a la gran locomotora de la distribución nacional. Estos directivos manejaron la teoría de que la cercanía con El Corte Inglés de Alcalá de Henares y la influencia de Madrid no habían permitido fidelizar a los clientes en Guadalajara; y si bien hay algo de esto, yo creo que influye todavía más que si El Corte Inglés de Guadalajara tenía pocos clientes era porque los precios que ofrece la marca cada día son menos asequibles al sueldo medio español, que ha ido decreciendo de crisis en crisis, hasta la derrota total , parafraseando a Groucho Marx. Y estamos de lleno en la la crisis pandémica-financiera. Tengo escrito que el éxito de El Corte Inglés fue el de la clase media española, que fue creciendo en España a partir de los años 70-80 del pasado siglo hasta ser la mayoritaria; y que el adelgazamiento de aquella es pareja a la caída del protagonismo que tuvieron las grandes plataformas de ventas para esas clases medias de España: El Corte Inglés y antes Galerías Preciados.
He estado como cliente en El Corte Inglés de Guadalajara, después de su reapertura como Outlet, y lo primero que me llamó la atención es que habían vuelto los clientes, en gran número, en comparación con la última vez que estuve allí antes de la revolución. Vi también una amplia oferta de primeras marcas, cuyo género se va a renovar periódicamente, nos dicen, y comprobé que ciertamente los precios están rebajados y más al alcance de la sociedad arriacense actual. Me gustaría que los directivos de El Corte Inglés hubieran dado en el clavo y encuentren ese nicho de mercado que les era esquivo, porque será bueno para Guadalajara, y a un Ferial Plaza que con los simbólicos cierres de las marcas de Inditex, con Zara a la cabeza, agravó su retroceso. Ojalá la recuperación de uno ayude al otro.
Y, ahora, los reparos: No me gustaron nada las grandes colas que se forman para ir al probador, y menos para pagar ante el escaso número de cajas. Es comprensible que los Outlet tengan que minimizar gastos, pero no a costa de robar al cliente un tiempo excesivo en una cola. Así que me fui sin comprar. Esto es lo que hay.
P.D.Si hay una actividad amenazada por la pandemia es la de los cines. Han cerrado muchos en España y los que quedan tienen un futuro incierto, cada vez más amenazados por las plataformas digitales. Sería bueno que el Ayuntamiento animara al vecindario a volver a las salas de cine en Guadalajara, sobre todo cuando la vacunación avance y se vaya perdiendo el miedo, reeditando el convenio que con buen resultado mantuvo antes de la pandemia con los Multicines.
La ministra Teresa Ribera, vicepresidenta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico publica hoy en nuestro diario con motivo del Día del Agua un artículo que nos suena bien. Desde el comienzo: “Una gestión que debe abordarse con amplitud de miras y mediante una planificación hidrológica inteligente si aspira a ser eficiente, ambientalmente sostenible y socialmente justa”. Para añadir a continuación: “Y uno de los aspectos más sensibles que no podemos obviar es el trasvase Tajo-Segura. Un asunto cuya respuesta requiere distintas líneas de acción que pongan en el centro a las personas, el medio ambiente y el uso sostenible del agua”. En fin, todo lo que no se ha hecho hasta ahora.
Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica.
La ministra asegura, después, que con esta apuesta, activamos nuestra hoja de ruta para la explotación sostenible del ATS (Acueducto Tajo-Segura), con un objetivo único: encauzar problemas enquistados durante años.
Y seguidamente explica cómo hacerlo: «Se pretende, por un lado, mantener un régimen adecuado de caudales ecológicos en el Tajo, y mayores volúmenes de agua en los embalses de cabecera del trasvase. A ello contribuirá la modificación de las Reglas de Explotación del ATS, que tiene por objeto incrementar los volúmenes almacenados en los embalses de Entrepeñas y Buendía, al tiempo que se reducen los volúmenes mensuales que se envían a las cuencas receptoras cuando el sistema se encuentra en situación de normalidad». La ministra espera que gracias a estas nuevas reglas, el sistema de la cabecera del Tajo “evitará encontrarse tan a menudo en situación hidrológica excepcional”. Que es lo que viene ocurriendo en los últimos años en los que la cabecera del Tajo se ha convertido en un aljibe sin más de la cuenca del Segura, por el que en función de un Memorandum se enviaban unos trasvases a Murcia, sin necesidad alguna de justificación de la necesidad por parte de la cuenca receptora. Así nos hemos encontrado con la gran paradoja que supone que al no poderse enviar en los últimos meses nuevos trasvases, por las obras de la presa de la Bujeda, se han aprobado derivaciones por 140 Hm3, que se guardan en los pantanos de cabecera, y que ahora habrá que enviar al Segura, de golpe, en el mayor de los trasvases conocidos. No deja de ser un bochorno, que la cabecera del Tajo almacene en sus embalses agua que legalmente es ya de la cuenca receptora, agravando la condición de aljibe de la propia cuenca hacia el Segura.
Por ello me alegro de que la ministra se refiera a que el paso más importante “lo daremos con la aprobación del tercer ciclo de planificación hidrológica, prevista para abril de 2022. Una apuesta enormemente ambiciosa que requerirá cambios de gran complejidad técnica, así como una revisión de las normas de explotación”. Porque esto es de lo que se trata. Sin cambiar las normas de explotación, no hay manera de modificar la realidad actual y ello pasa, como reconoce con anterioridad, en reducir los volúmenes mensuales que se envían a las cuencas receptoras cuando el sistema se encuentra en situación de normalidad. Y así evitar que derive en excepcional.
Por último, la ministra apunta una cuestión unida a cualquier cambio del actual status quo por el que se rige el Tajo-Segura. La cuenca del Segura necesita de unos recursos que España no puede despreciar, porque suponen un alto valor añadido para la economía nacional, como todos sabemos, pero “esto supone aumentar los recursos procedentes de la desalación y de la reutilización. La desaladora de Torrevieja es un ejemplo. En poco tiempo ha duplicado su capacidad y esperamos poder triplicarla en los próximos meses”, precisa la ministra. El Segura tiene algo de lo que carece la cuenca alta del Tajo: un mar para aprovisionarse de agua; después de desalada. Y habrá que buscar las vías que «permitirán una gestión integral de un recurso valioso, anticipar los riesgos a medio y largo plazo, impulsar la actividad económica y ayudar a fijar población en ciudades de interior y en zonas rurales».
Suena bien la música que interpreta la ministra de cara a establecer esa “nueva ruta” para el trasvase Tajo-Segura, y que debería pasar por el consenso entre sus territorios, pero partiendo de un hecho incontrovertible: las normas de explotación contenidas en el Memorándum no son válidas para los tiempos que corren, como ya lo han dicho algunas sentencias, porque no respetan los caudales ecológicos del río, ni se priorizan las necesidades de la cuenca cedente. En un tiempo pasado, pudieron valer porque incluso elevaban la cota de las cantidades trasvasables, pero hoy están superadas en todos los sentidos.
A partir de ahí, las
dos partes pueden seguir jugando a políticas de máximos, como han venido
haciendo hasta ahora, en el Segura aprobando blindajes para el Tajo-Segura
sobre los que el parlamento de Cartagena no tiene competencias, o desde Toledo
poniendo fechas al fin del trasvase, para los que tampoco.
En ese sentido, citarnos en el tercer ciclo de
planificación hidrológica, prevista para abril de 2022, me parece el marco adecuado
y dejarse de populismos.
Suena bien esta música que tiene en la partitura la ministra
Ribera.
Suena muy mal
Que todo un vicepresidente del Gobierno, y desde el despacho oficial, defina a sus adversarios como «criminales» y diga que espera que la presidenta Isabel Díaz Ayuso acabe en prisión, demuestra hasta qué punto algunos han ido lejos en su estrategia de tensionar la política española, porque piensan que electoralmente les beneficia un país fraccionado y enfrentado en el que los adversarios vuelven a ser los enemigos. Como siempre en nuestra convulsa historia.
Isabel Díaz Ayuso/Efe
Se ha ido muy lejos en esta tarea de enterrar la Transición,hasta en los ayuntamientos, en la que los ultras de derecha e izquierda muestran sus mayor desempeño, jugando con los demonios nacionales que parecían enterrados. Ahora se ve que no. Cuando una campaña electoral se plantea como una precuela de La Batalla de Madrid, y los que la protagonizan parecen sacados de una serie negra de televisión, mal camino llevamos.
Esto no suena bien. Eso sí, como escribe José Ignacio Torreblanca, si a usted lo que le preocupa son los retrasos en la vacunación, mejor se vaya a otro sitio a medrar: «Aquí la tumba que cuenta es la del fascionalcomunismo». Como si estuviéramos otra vez en las elecciones de febrero de 1936. Menos mal que ahora, aunque cada vez más empobrecida, hay una clase media que no va a tragar. Pero esto es lo que hay con estos de la nueva política, que es más vieja que las guerras carlistas. Y Arrimadas debería haberlo intuido antes de meterse en experimentos con gente poco de fiar.
En Madrid, crisol de las Españas, se va a ventilar el liderazgo del centro-derecha, o de la derecha simplemente, si Ayuso consigue lo que no ha podido Pablo Casado, reunificar el voto conservador; e Iglesias ya pelea por la supervivencia ante un Sánchez demasiado dependiente de los tacticismos de Iván Redondo, en vez de asumir de una vez que Frankeinstein se ha estirado ya más de la cuenta y lo de Cataluña, con Illa, no ha ido a mejor. Esto es lo que hay. No va a mejor y por lo tanto irá a peor. No es de extrañar que un caballero como Gabilondo, esté espantado y diga que él no cuenta con este Iglesias en un futuro gobierno. La duda es que eso mismo ya lo dijo Pedro Sánchez, porque no le dejaría dormir, y la alternancia acabó en Frankeintein y con un vicepresidente huido del gobierno para jugar a los milicianos y atacarlo desde la oposición.
Les recomiendo la entrevista con José Luis Escudero, consejero de Desarrollo Sostenible, que publicamos en este diario.
En la parte dedicada a la conversión del parque natural del Alto Tajo en parque nacional nos aporta algún detalle y una reflexión general interesante y que comparto. Castilla-La Mancha tiene dos parques nacionales, Las Tablas de Daimiel y Cabañeros, con lo que el Alto Tajo sería el tercero. Aunque un parque nacional tiene sus servidumbres en la protección de su entorno y la limitación de algunas actividades, soy de los que piensan que todavía son más las ventajas.
Desde el punto de vista de su contenido, Escudero subraya con buen criterio que hay hay dos elementos que son de gran valor añadido y que el gobierno de España ve con muy buenos ojos. Uno es el cañón fluvial y las hoces por los que discurre el río Tajo, y otro es un ecosistema también singular que no existe en ningún otro parque nacional del país y son los sabinares. Esos son los dos elementos que lo convierten candidato a parque nacional, argumenta. Los sabinares son el arbusto que identifica aquel territorio duro y extremo en algunos momentos del invierno, pero también representa la entereza de una especie capaz de brotar entre el pedregal y resistir a la temperatura más extrema. Es en gran medida el reflejo de una tierra como la del Señorío de Molina, en la frontera entre los reinos de Castilla y Aragón, que el trazado viario de Carlos III (y siglos después el ferroviario) de España la puso a trasmano de las redes principales, y cuyos habitantes tienen que resistir a esto que ahora se llama España Vaciada. Pero resisten, como la madera de la sabina, que por su fortaleza se usaba para viguería de una casa o para el más contundente de los garrotes.
Sabina
Molina se quedó en un rincón de la meseta, pero esto también le ha valido para conservar mejor un territorio, el del Alto Tajo, que es hora de rendir el mayor valor añadido posible. Hay que redactar un proyecto común, consensuado, que según la midea inicial afectaría a unas 40.000 hectáreas de terreno de Guadalajara y Cuenca, la mayoría en nuestra provincia, y que iría desde Peralejos de las Truchas hasta Ocentejo y Valtablado del Río. La idea es presentarlo al Ministerio de Transición Ecológica en el plazo de un año para que estudien la propuesta. A partir de ahí, empezaría un periodo de trabajo entre la CCAA y el Ministerio hasta que tenga lugar la declaración si así se estima.
El consejero destaca como elementos positivos fijar la población, aumentar el turismo sostenible, promover espacios de coworking para alimentar lo que necesita un parque nacional, puestos de trabajo para el personal de mantenimiento…Además del gran vector publicitario que supone estar dentro de una marca, como es Parques Nacionales, que es top en cualquier planificación del turismo de naturaleza.
Laguna de Taravilla, parque natural del Alto Tajo./Foto:Turismo-CLM.
Los parques nacionales tienen también un presupuesto propio, pero además cumplen todos los requisitos para estar en primera línea en la llegada de los fondos europeos para la resilencia, que priman los proyectos en zonas despobladas y de la mano del desarrollo sostenible. Son proyectos que presentan los territorios y que pueden animar a los emprendedores a fijar su atención en zonas como el Señorío de Molina, para que no sean las sabinas la única especie capaz de crecer allí. Porque son los emprendedores y la iniciativa privada las que en última instancia tienen que sacar adelante los proyectos; y de lo que se trata es de configurar un marco para que la apuesta sea lo menos arriesgada posible.
Defendí en su día la creación del parque natural del Alto Tajo frente a algunas críticas de escasa base; y el tiempo nos ha venido a dar la razón. Su influencia ha sido más positiva que negativa. Así que creo que con el paso de los años, como ha sucedido en otros parques naturales, es posible dar un paso más y convertirlo en un parque nacional por ser la mejor manera de rentabilizar ese turismo sostenible y la captación de fondos.
Conexión entre el Sorbe y el pantano de Alcorlo.
Y ahora vamos a cambiar de tercio, porque nos vamos a La Otra Guadalajara. Se refiere también el consejero Escudero a un tema que en ´Guadalajara Diario siempre hemos dado preferencia en nuestra línea editorial. Es la tarea de garantizar agua suficiente para nuevos regadíos en Guadalajara, especialmente en la zona de Cogolludo (siempre añado que Guadalajara es la provincia de Castilla-La Mancha con menor superficie regable), pero también los nuevos desarrollos urbanísticos y sobre todo industriales ligados al Corredor del Henares, una de las zonas económicas con más posibilidades de Europa. ¿Se imaginan, ahora, una Alovera sin la Mahou? Pues bien, la Mahou vino a Guadalajara desde Madrid porque se les garantizó agua suficiente y de gran calidad. Y como Mahou hay otras potenciales industrias que podrían llegar a Guadalajara, si hay una reserva de agua suficiente. Recientemente ha sido la Ciudad del Transporte; y no sabemos lo que nos deparará el futuro. Pero lo que tengo claro, como el agua de los arroyos de la sierra Norte, es que sin una reserva suficiente se frena el desarrollo y estamos expuestos a cualquier sequía, como nos recuerdan desde la APAG, porque Beleña no tendría capacidad suficiente y eso influiría hasta en la Mahou. En la última sequía, cuando hubo que coger agua del Canal del Henares, les cambiaron hasta los parámetros de su apreciada cerveza.
Nunca he entendido, por tanto, que habiendo una solución tan práctica como es derivar agua del pantano de Beleña hasta el de Alcorlo, que no se llena nunca, aquí, algunos, se la cojan con papel de fumar en su defensa. Y que se ponga como excusa una supuesta incompatibilidad ambiental, que sería la mezcla del agua del Sorbe (Beleña) con el Bornova (Alcorlo) para cargarse el invento. Como bien dijo el presidente de la APAG, Juan José Laso, no deja de ser curioso que no haya inconveniente en enviar agua del Sorbe al Jarama en el Pozo de los Ramos, para el consumo de Madrid, y en Guadalajara todo sean pegas, añado yo.
Escudero dice que lo primero que hay que hacer es documentar que Guadalajara tiene esa necesidad y luego la Confederación Hidrográfica del Tajo y el Ministerio de Transición Ecológica tendrán que estudiar la alternativa que sea ambientalmente viable. Si ese es el camino, confío en que la Mancomunidad de Aguas del Sorbe, sobre todo, la APAG, la CEOE y los ayuntamientos beneficiarios sabrán poner negro sobre blanco esa necesidad con datos elocuentes. Porque yo me acuerdo de lo que me acuerdo: que con la última sequía acabamos bebiendo agua del Henares, que no vale ni para las lavadoras. Ya les digo lo que pasó en la Mahou. Seguro que todas estas instituciones podrán documentar con un trabajo suficiente sus necesidades de agua para el desarrollo en este siglo XXI, en lugar de enzarzarse es triviales discusiones sobre si el Henares inunda la senda de un parque fluvial, con comisiones de investigación incluidas, como si los funcionarios no tuvieran otra cosa en el que emplear su tiempo.
Pero esto es lo que hay. Y que solo pasa en Guadalajara. Mientras que en otros territorios, incluso de la región, se plantean soluciones de abastecimiento que incluyen tender tuberías desde una cuenca (Tajo) a otra (Guadiana), como sucede con el abastecimiento aprobado de La Mancha desde la cabecera del Tajo, sería de risa que en Guadalajara no pudiéramos mezclar el agua del Sorbe con el Bornova en un pantano por un supuesto problema medioambiental.
Algunos deben pensar que en Guadalajara somos tontos de capirote solo por ser castellanos. Me recuerda a lo de la fábrica de baterías de litio con apoyo público que se pondrá en Cataluña, que ni tan siquiera estimó el gobierno de la Generalitat, despreciando el anuncio institucional al que acudió el Rey Felipe VI, mientras que el mineral de litio donde se extrae preferentemente en España es en Extremadura, otra tierra sin partido nacionalista y que solo quiere seguir siendo España. ¡Pero Sánchez tan tranquilo con sus aliados, ahora convertidos en escuderos de Puigdemont!
Hay artículos que no hace falta escribirlos porque los que llevamos algunos años en esto los tenemos repetidos. Solo hace falta esperar a que el problema retorne a la actualidad y nos podrían valer. Uno de ellos son los desembalses en la presa de Beleña, con las consiguientes inundaciones en la ribera del Henares, que para un servidor es lo de menos, aunque algunos lo han aprovechado para pedir una comisión de investigación sobre un asunto que ya estaba resuelto por la CHT. Me refiero al parque recreativo que el Ayuntamiento de Román hizo en el barrio de La Chopera. En su día, cuando se levantó la polémica algunos preguntamos al organismo responsable del río en cuestión, la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) y desde allí nos respondieron que la actuación era correcta y que la estaban vigilando de cerca. Asunto liquidado. Ello no impide que algunos defiendan que se toquen lo menos posible las riberas de los ríos y otros que un parque recreativo como el de La Chopera, lo que hará es dar valor añadido al barrio, entre los que me cuento. Pero eso ya va en gustos.
Parque recreativo del Henares/GUDiario.
Aclarado esto, lo que menos me preocupa es que cada vez que desembalsa Beleña el Henares se anegue algún camino o mirador que hay junto al río. Esta vez el agua no ha llegado a la zona recreativa, aunque los que promovieron el parque sostienen que está preparado para ser anegado. A mí me da un poco igual, lo que sí me parece un escándalo es que Guadalajara, teniendo tanta necesidad de agua para beber, para sus industrias y futuros desarrollos urbanos e industriales vea como se va el agua río abajo, sin que haya una opción para regular el río.
Presa de Beleña, al 90% el pasado viernes /GUDiario
Cuando hace ya muchos años se planteó este debate se manejaron dos o tres opciones. La más agresiva, que yo rechazo, es inundar algún valle del alto Sorbe o el Jarama con nuevas presas en Matallana y Pozo de los Ramos que regulen la cuenca. Es lo que defendía el ministerio y el Canal del de Isabel II hace unas décadas, pero se desechó porque había otras medidas menos agresivas con el medio ambiente. La más factible era conectar Beleña, un pequeño pantano que da servicio a más de 400.000 personas de Madrid y Guadalajara pertenecientes a la Mancomunidad de Aguas del Sorbe (MAS), pero sin capacidad para almacenar el agua en un invierno lluvioso. Por lo que la solución sería conectarlo con el vecino de Alcorlo, que triplica en capacidad al de Beleña, y que no se llena nunca. La idea es tan simple como convertir a Alcorlo en el aljibe de Beleña. Así había quedado el asunto hasta que sin venir a cuento, alguien se sacó de la manga un informe ambiental por el que no era conveniente mezclar las aguas del Sorbe (Beleña) y el Bornova (Alcorlo), un argumento peregrino porque como muy bien recordó el nuevo (y activo) presidente de la Asociación Provincial de Agricultores Ganaderos (APAG),Juan José Laso, esa conexión ya existe, y es la que une al Sorbe con el azud del Pozo de los Ramos, que lleva agua al Vado para abastecer de agua a Madrid a través del Jarama. “Es increíble que se permita tener un trasvase Sorbe -Jarama y que seamos incapaces de hacer en la provincia una interconexión Sorbe- Alcorlo”– reflexiona Laso, quien se hace de cruces porque una obra tan importante para la provincia ser pueda parar por una declaración de impacto medioambiental cuando en ese mismo parque natural hay una conexión de ese tipo que está abastecimiento a Madrid. “En esta provincia no tenemos amor propio. Es inimaginable”, insiste el líder de los agricultores alcarreños, cargado de razón. Ese es el problema: seguimos sin pintar nada, por mucho que algunos de nuestros políticos ocupen cargos de relevancia y nuestras piroridades no son las de los demás.
Es imprescindible hacer un poco de pedagogía en ese asunto, porque no se entiende muy bien cómo nuestros políticos se han desentendido siempre de buscar una solución, lo que lleva a exclamar a Laso que “no recuerda ningún político preocuparse por el agua de Guadalajara”. A mí desde luego me extraña que algunas instituciones, como la comunidad autónoma que preside Page, sea tan activa en la lucha contra el trasvase al Segura, hasta convertirlo en una cuestión de política regional, y tan poco activo en solucionar el abastecimiento al Corredor del Henares, en el que tanto se juega Guadalajara. No sé si es porque no se ha explicado los suficiente lo que nos estamos ventilando. Laso lo vuelve a recordar: “Será difícil que tengamos un año con tanta lluvia y con tanta nieve. Si se pudiera almacenar, Alcorlo estaría ya casi lleno”– afirma el presidente de APAG quien alerta de que llegarán nuevas sequías no tardando mucho. Porque ese es el punto crítico: para hacer nuevos desarrollos sean urbanos o industriales (estoy pensando en la Ciudad del Transporte) hace falta agua, así que es un tema que no es solo de los agricultores, porque sin agua no hay trabajo en el Corredor del Henares, que se lo digan a los de Mahou; así que también le puede afectar a usted, estimado lector y elector. Porque la sequía vendrá, más tarde o temprano, vendrá, y entonces nos acordaremos del agua que se ha ido río abajo sin mayor aprovechamiento. “Beleña- relata Laso- tiene capacidad de almacenar agua para un año de consumo; Alcorlo, con los regadíos tiene para otro año; en dos años sin lluvias, la provincia colapsaría porque Guadalajara no puede estar sin agua” – afirma rotundo. “Tiene miga que seamos incapaces de aprovechar esas aguas y que Guadalajara no esté asegurada contra las futuras sequías”.
Eso es lo que nos jugamos: tener una reserva de agua suficiente que garantice el abastecimiento de nuestra comarca más poblada y de los nuevos desarrollos industriales que están em marcha o a punto. Ese es el objetivo, el lugar adonde señala el dedo, no nos quedemos mirando al dedo (en este caso los caminos anegados por las crecidas del río Henares) sino adonde apunta (a la solución al abastecimiento de agua en Guadalajara para todo el siglo XXI, ¿les parece poco?)
Es del género tonto que la Junta promueva un parque natural en la sierra norte, si luego esta figura es aprovechada para capar el mayor factor de desarrollo de la provincia de Guadalajara: su agua en las cercanías de Madrid. Me gustaría que fuera verdad y se aprovechara que la reforma del parque Sierra Norte abra la puerta a la conexión Beleña-Alcorlo
¡Ojalá que Laso tenga razón cuando dice! que “Quizá ahora sí
veo más grado de convencimiento ante la doble conexión”, por parte de los
políticos.
Los dos desagües de fondo de Beleña desembalsando el pasado viernes/GUDiario.
Por episodios anteriores, yo soy más escéptico. Pero esto es
lo que hay. El agua que nos haría falta saliendo a chorro de los dos desagües de
fondo en Beleña.
Malas noticias nos llegan desde Cataluña tras las elecciones celebradas ayer, no lo olvidemos, por las desavenencias entre los dos principales partidos independentistas: ERC y Junts. Los catalanes fueron convocados a las urnas por enésima vez, y se repitieron resultados salvo por una pequeña diferencia, que a la postre puede ser grande. El liderazgo del independentismo pasa de Puigdemont a Junqueras, lo que convierte a su jefe, Oriol, en el potencial candidato a la Generalitat. Y a partir de ahí, podrían darse tres combinaciones: un gobierno entre ERC+Junts y con el apoyo en la investidura de la extrema izquierda independentista de la CUP; un gobierno ERC+Junts+Podemos; o repetición de elecciones. No incluyo el gobierno ERC+PSC+Podemos porque tanto Junqueras como Illa lo han descartado durante la campaña; y ayer Junqueras lo reiteró. Así que la repetición de elecciones tampoco se podría descartar.
Muchos dan por vencedor de estas elecciones al tándem Sánchez-Redondo (este último fue el jefe de campaña del PSC, lo nunca visto) sobre la base de que la oposición de centro-derecha es hoy más débil que el viernes. El análisis se corresponde con una realidad: ni PP, ni Cs ni Vox, suponen una alternativa a Pedro Sánchez. En eso puede estar tranquilo. Pero ningún presidente español se debería engañar. El problema catalán, con los independentistas habiendo ganado las elecciones, no se va a diluir y un nuevo episodio insurreccional, como fue el referéndum ilegal de 2017, se repetirá.
Esto es lo que nos han dejado las elecciones en Cataluña: más de lo mismo. Inestabilidad a chorros. ¿Cuántas empresas que se marcharon de Cataluña por el process están dispuestas a volver con estos resultados? Con otra salvedad, que esta vez el independentismo, que gana en escaños porque el sistema electoral sobrepondera a las dos provincias más soberanistas, Lleida y Girona, también lo ha hecho en votos, porque gran parte del electorado constitucionalista, aburrido de la situación, se ha quedado en casa y no le ha merecido la pena arriesgarse con el virus en una cola electoral. ¡Pues les espera otra vuelta de tuerca en su exclusión social y cultural por el nacionalismo excluyente!
Salvador Illa ganó, pero como antes a Inés Arrimadas tampoco le da para ser presidente. Y hasta Ivan Redondo va a tener complicado apañarlo.
El PSC de Salvador Illa ha ganado las elecciones con un mensaje claramente constitucionalista, que le ha permitido subir 16 escaños, procedentes de Ciudadanos, que pierde 30. Pero como le sucedió a Arrimadas en las anteriores elecciones no les dan los números para gobernar sin el concurso del independentismo. Por ello, Illa ha anunciado que no cometerá el mismo error; que presentará su candidatura, y ya veremos.
Junqueras, que no olvidemos pasa las noches en la cárcel, y exige el indulto, no va a dar a Puigdemont la satisfacción de liderar el Gobierno, porque tiene 1 diputado más. Y a la inversa lo mismo, así que las elecciones no han arreglado nada en la disputa por el liderazgo del independentismo. Y no veo a Junqueras, desdiciéndose de todo, en un tripartito con PSC y Podemos, bendecido por Sánchez, ¿a cambio de qué?, dejando la bandera del nacionalismo a Puigdemont. Mucho riesgo.
En una sociedad cada vez más polarizada, y Cataluña está dividida en dos, aunque el papel de paria es solo de una parte, son los extremos los que suben. Siempre fue así. No aprendemos de la historia. Un colectivo antisistema como la CUP dobla sus resultados (de 4 a 9) y el populismo españolista de Vox se estrena con 11 diputados, que pesca en el estanque de Ciudadanos. Su peso es testimonial, y no comparable a otros territorios, pero no despreciable. Cada pedrada que arrojaron a Abascal fue un escaño para su candidato Garriga.
Ciudadanos, que fue el referente constitucionalista en las anteriores elecciones, se pega el gran batacazo y pierde 30 escaños, quedándose penúltimo con 6. Si fuera La Liga, habría descendido a segunda. Pocos partidos en el mundo han tenido errores tan clamorosos como Ciudadanos. Albert Rivera, en abril de 2019, al no acordar con Sánchez un gobierno de centro-izquierda, lo que abrió paso meses después a un gobierno de Sánchez con Podemos, que era realmente lo que él quería, pero encima con coartada. Su electorado no le perdonó a Rivera que pusiera por delante su estrategia de dar el sorpasso al PP, en vez de influir desde un gobierno de coalición como vicepresidente de un gobierno moderado, y le retiró la confianza. A Rivera le sucedió Inés Arrimadas, que no aprendió la lección, y en lugar de batirse el cobre en Cataluña como líder del partido más votado, le sedujo el poder de la Corte y se vino a Madrid a un futuro cada vez más incierto. ¿Tiene sitio Ciudadanos en el futuro político nacional?
Esta misma pregunta se la podíamos hacer al PP de Pablo Casado, el otro gran derrotado, con solo 3 escaños (no tendrá grupo parlamentario), después de una campaña bastante templada, poniendo el foco en la gestión, cuando lamentablemente en Cataluña se sigue votando con las entrañas. Pero es lo que hay. ¿Ha llegado la hora en que PP y Cs inicien un proceso de fusión, como el que llevó a cabo el centro-derecha en el famoso congreso de Sevilla en 1989 en que se marchó Fraga y AP se convirtió en el PP, con los restos del naufragio de UCD? ¿O todavía les quedan algunos fracasos más?
Muchos dan por vencedor de estas elecciones al tándem Sánchez-Redondo (este último fue el jefe de campaña del PSC, lo nunca visto) sobre la base de que la oposición de centro-derecha es hoy más débil que viernes. El análisis se corresponde con una realidad: ni PP, ni Cs ni Vox, suponen una alternativa a Pedro Sánchez. En eso puede estar tranquilo. Pero ningún presidente español se debería engañar. El problema catalán, con los independentistas habiendo ganado las elecciones, no se va a diluir y un nuevo episodio insurreccional, como fue el referéndum ilegal de 2017, se repetirá. Tarde o temprano. Junqueras y Puigdemont lo han avisado. ¿Y qué haría entonces el presidente del Gobierno, con un vicepresidente comunista abogando por el derecho de autodeterminación, que no reconoce ninguna constitución de la Unión Europea?
Esto es lo que hay. Una Cataluña más fracturada que nunca y con una parte de la población, hastiada y aburrida, que ni tan siquiera hace el esfuerzo de ir a votar, porque se sienten fuera del sistema. ¡Vaya panorama para mostrar al mundo!
Al PP le tocaba congreso provincial en el glorioso año 2020, pero con la pandemia no estaba el horno para bollos y se ha ido retrasando, sin fecha. Solo se han celebrado los de Albacete y Ciudad Real, los que tenían menos que ventilar y siguen pendientes los de Guadalajara, Toledo y Cuenca, en los que hay más de una alternativa.
El de Guadalajara es el más raro de su historia; y los he visto todos. Desde aquellos imperiales del gran Paco Tomey en que los chavales de Nuevas Generaciones guardaban desde el viernes la pancarta triunfal que se desplegaba el domingo en honor del triunfador; a los paseos militares de Antonio Román y Ana Guarinos. Congreso, lo que se dice un congreso, en Guadalajara solo ha habido uno: el que Román tuvo que pelear por la presidencia del partido contra uno de sus tenientes de alcalde, Luis Benito, una especie de guerra civil que acabó en escabechina. Alguna vez Román me ha recordado que tuvieron que pasar muchos años hasta que se cerraran las heridas.
Otra vez el de 2021 va a ser un congreso abierto, porque no hay un líder o lideresa indiscutible para reemplazar a Ana Guarinos, que como lugarteniente con mando en plaza de Cospedal manejó el partido con mano de hierro desde que sucedió a Román. Ella todavía no ha anunciado si se presenta o no, aunque ha confesado a Guadalajara Diario que tiene la decisión tomada, y todos nos imaginamos que va a ser que no. Guarinos es una mujer de partido, y sabe que en Génova quieren cambios, como reveló también en este diarioIñaki Echániz, el portavoz adjunto de Pablo Casado en el Congreso, encargado de pilotar el precongreso. Descartado él, por su cargo, y que el otro peso pesado, Antonio Román, no aspira a reeditar tiempos pasados, el horizonte de candidatos es amplio. Pero a esto hay que añadir que por primera vez los precandidatos que reúnan el número necesario de avales se podrán presentar a las Primarias (mejor dicho: a elecciones internas entre la militancia, porque en España no existen las Primarias como tal), con lo que podría haber más de un candidato.
Se oyen los nombres de Lucas Castillo, el alcalde de Yunquera, municipio más poblado gobernado por el PP, y que lleva en el partido desde que era un chaval; Jaime Carnicero, el portavoz del Ayuntamiento, vicealcalde con Román; Alfonso Esteban, portavoz popular de Diputación, próximo a la actual presidenta provincial y antiguo concejal de Hacienda con Román; Ana Gonález, ex senadora; José Luis González Lamola, ex alcalde de El Casar y amigo de Paco Núñez, donde vive habitualmente; Encarnación Jiménez, ex teniente alcalde con Román y que ahora trabaja en el grupo del Congreso del PP….La lista es más larga, aunque éstos son los nombres que más suenan.
Noche electoral en el PP en noviembre de 2019
Uno de estos potenciales candidatos me traslada que ahora el debate no debería ser de nombres sino que lo importante es tener una lista única y de consenso porque el PP, siendo la tercera fuerza en el Congreso en la provincia, no se pueden permitir un cisma que no dé la vuelta a la situación. En ese sentido, me insiste en que no es un problema de caras nuevas o no, sino que se deber abordar urgentemente un proyecto PROVINCIAL, con mayúsculas, con identidad propia y con especial dedicación a los pueblos.
Creo que tiene razón. El PP provincial está como mi Real Madrid, en periodo de reconstrucción, y como cada albañil se ponga a tirar paredes a su gusto, van a acabar construyendo un laberinto. Nada bueno para Guadalajara, que necesita de un partido moderado y que beba en los valores de la Transición y la Constitución del 78 para liderar otra vez un espacio ganador del centro-derecha, al margen de los populismos que pescan en río revuelto. ¿Serán capaces de ello? Yo les digo que no les queda otra: el PSOE se ha convertido en el primer partido provincial y el más votado en el Congreso de los Diputados; y Vox dio el sorpasso en las Generales con un paracaidista desconocido. Luego vinieron las locales y autonómicas, y Page y Bellido pasaron por ellas como los panzers alemanes por Polonia. Nunca se ha visto por el PP tan poca resistencia de un partido que llegó a tener casi cinco mil militantes, de los cuales apenas conserva ¿un millar? ¿dos millares? que paguen la cuota.
El PP debe saber que se juega la supervivencia, porque si hay algo que va quedando claro es que con tres partidos que van desde el centro a la derecha populista, Sánchez puede estar gobernando con Junqueras hasta el día del juicio. Literal. Y los electores no socialistas algún día acabarán por enterarse y optimizarán su voto. Esto es lo que hay.
Algo había que hacer. En estos 13 años, la evolución del Hipercor ha sido mayor que la evolución de El Corte Inglés y cuando algo no va bien hay que revitalizarlo”. Así de claro se manifestaba en Guadalajara Diario, el portavoz de El Corte Inglés Castilla-La Mancha, al hablar de la inminente transformación del centro de Guadalajara en un “outlet”, es decir, un lugar donde se venden productos rebajados.
El análisis de la marca para explicar esta evolución manejó la gran movilidad entre Guadalajara y Madrid y sobre todo la cercanía del centro que la firma tiene en Alcalá de Henares, pues entienden que han impedido que el de Guadalajara despegue como la empresa hubiese querido. «Es muy difícil que una firma se instale en Guadalajara si ya está en Alcalá de Henares», es la conclusión a la que han llegado los ejecutivos de la mercantil, lo que no es poca cosa y a tener muy en cuenta ante cualquier estudio de mercado. Yo creo que no andan descaminados, aunque también sostengo que en ese análisis final que explica lo ocurrido con El Corte Inglés de Guadalajara intervienen más factores y uno de ellos es estrictamente socio-económico. Me explicaré.
El Corte Inglés de Alcalá estaba allí antes de inaugurarse el de Guadalajara, hace 13 años. Así que se contaba con ello como factor negativo para fidelizar clientes. También la geografía: Guadalajara está a 16,5 Km. de Azuqueca de Henares por la A-2, unos 16 minutos; y Azuqueca de Alcalá 20,2 km. y 24 minutos. Teniendo en cuenta que, además, Alcalá cuenta con el valor añadido de Cuadernillos y todo el entorno comercial de Alcampo, el reclamo para esa parte del Corredor del Henares que no es solo Guadalajara capital ha terminado por inclinar la balanza por Alcalá.
A ello hay que añadir un factor más, la costumbre. Si en derecho se dice que la costumbre es una norma jurídica que se manifiesta en un uso social reiterado, un consentimiento tácito del pueblo, que diría Ulpiano, en Guadalajara es costumbre que muchos alcarreños «bajen» a Madrid para muchas cosas, entre las que el ocio y el comercio son las más comunes. Y esto no ocurre solo desde que la Autovía o la R-2 nos han puesto Madrid a poco más de media hora o que el Cercanías se haya convertido en la extensión del Metro; viene de largo, y algunos tenemos en nuestra memoria infantil aquellos trenes de carbón con vagones divididos por clases en los que mi padre me llevaba a Madrid al Bernabéu, a ver las fieras del Retiro o al vecino museo del Prado. ¡Esos eran domingos!
Por lo tanto, Madrid siempre ha estado en el ser de Guadalajara, hasta el punto de que nuestra separación autonómica es un arcano sinsentido, pero la explicación a lo ocurrido con nuestro Corte Inglés tiene más enjundia.
Una segunda razón es evidentemente comercial y está relacionada
con el auge del comercio electrónico, que ya viene de lejos, y que la pandemia
lo ha acabado por impulsar. Un detalle del que no puede prescindir el pequeño
comercio, participando de él mediante las plataformas on-line que lo impulsen.
O te subes a ese tren o te quedas en la estación. Con solo ofrecer presencialidad
y cercanía no es suficiente.
Pero hay un tercer elemento que influye también en que El Corte Inglés de Guadalajara se convierta en “outlet”; en lo que antes se llamaba una tienda de rebajas, un espacio que siempre tuvo la marca, para los productos que no habían tenido salida durante la temporada. El éxito de El Corte Inglés tiene dos puntales: el buen criterio de sus padres fundadores, desde Ramón Areces en los años cuarenta a su sobrino Isidoro Álvarez desde 1989, al introducir nuevos métodos de venta que ya tenían éxito en Londres o en París; y en una segunda etapa, el crecimiento de una clase media en España, que empieza a desarrollarse con los primeros planes de estabilización en los años setenta, para liberalizar la autarquía franquista y convertirla en una economía alineada con Europa. Una clase media que termina por consolidarse con la llegada de la democracia, y que rompe con el esquema dual entre proletariado y grandes propietarios que explican las grandes convulsiones que sufrió España desde el siglo XIX entre unas clases que no tenían nada que perder y otras que lo acaparaban todo. Una clase media que pasa a ser la gran contribuyente del fisco español . El éxito de El Corte Inglés llega porque se convierte en la gran cadena de distribución a la que tienen acceso esas clases medias cada vez más anchas en el tejido social español, a las que un trabajo normalmente fijo y una renta disponible creciente, aun pagando la hipoteca de la casa, les permite una capacidad de compra en un establecimiento de calidad, pero sin pasarse en los precios. Isidoro Álvarez lo ve clarísimo e inicia su expansión por España, hasta entonces solo limitada a las grandes capitales del país.
El Corte Inglés llega a Guadalajara en una situación de grandes cambios en su estructura económica y social. Con anterioridad, la expansión de aquello que se llamó Polígonos de Descongestión de Madrid, trae a la ciudad con el respaldo de aquel buen alcalde que fue el Dr. Pedro Sanz Vázquez, don Pedro, el cambio más profundo que tiene la ciudad desde la desaparición de la Real Fábrica de Paños y más tarde La Hispano, los emblemas de la industrialización en Guadalajara. Ese crecimiento industrial que el nuevo régimen nos negó, terminada la guerra civil, termina por llegar a partir de la década de los setenta con la ubicación de grandes industrias en el territorio próximo a la N-II: Bressel, Interclisa, Plaza, Duralex, Basf, Fibras… La lista es larga; es la gran industria sobre la que crece Guadalajara como una ciudad de clases medias con capacidad suficiente para tener una vivienda propia, con poder adquisitivo para consumir coches, ocios, servicios, etc. Y para ir a Madrid más a menudo para completar el pedido de lo que aquí no encuentra.
A nadie puede extrañar que El Corte Inglés no haya acabado de arrancar en Guadalajara, y que lo haya hecho Hipercor, su segunda marca, porque aquí llegó cuando estalla la crisis financiera y deja su modelo tradicional cuando empieza otra crisis económica derivada de la pandemia del Covid y la contracción económica. Así que no es solo porque los de Guadalajara sigamos comprando, también, en Madrid, como hemos hecho siempre. Sucede que esa clase media a la que ligó su éxito la marca ha adelgazado más de la cuenta, se ha proletarizado, y tiene que recurrir más al producto rebajado que se vende en un “outlet”, que a las grandes marcas que dio acogida la antigua empresa de la calle Preciados.
La desventaja para El Cortes Inglés es que llega tarde a Guadalajara, en 2008, a una ciudad en proceso de cambio, que aporta una población en el entorno de la capital sobre los cien mil habitantes, cierto, pero en el que muchas cosas han empezado a cambiar. Desde la llegada de Witzenmann a Guadalajara, ahora en el polígono de Marchamalo tras su independencia, no se han ubicado en Guadalajara grandes industrias sino todo lo contario: las que había entraron en un proceso de adelgazamiento y con él el de esa economía local ligada a un trabajo que se creía para toda la vida y con una capacidad adquisitiva para poder ir a la moda en El Corte Inglés. Esta metamorfosis de su economía es notable con la irrupción de la logística, un sector que acapara el crecimiento del empleo en Guadalajara y el Corredor, que nos permite contar con la mejor tasa de empleo de Castilla-La Mancha, aunque algo ha cambiado. El trabajador medio en Guadalajara ya no tiene un trabajo para toda la vida, su sueldo es proporcionalmente más bajo que el de sus padres cuando entraron a la Bressel o a Duralex, no tiene capacidad para pagar una hipoteca, por lo que en Guadalajara se modifica el mercado inmobiliario que necesariamente debe dirigirse al alquiler (que encima desalientan los okupas y un gobierno que no protege al propietario como se ha visto con el último decreto-ley); y, en resumidas cuentas: la renta disponible del guadalajareño medio para darse un capricho en El Corte Inglés y comprarse una prenda de temporada, se ha resentido.
Así que a nadie puede extrañar que El Corte Inglés no haya acabado de arrancar en Guadalajara, y que lo haya hecho Hipercor, su segunda marca, porque aquí llegó cuando estalla la crisis financiera y deja su modelo tradicional cuando empieza otra crisis económica derivada de la pandemia del Covid y la contracción económica. Así que no es solo porque los de Guadalajara sigamos comprando, también, en Madrid, como hemos hecho siempre. Sucede que esa clase media a la que ligó su éxito la marca ha adelgazado más de la cuenta, se ha proletarizado, y tiene que recurrir más al producto rebajado que se vende en un “outlet”, que a las grandes marcas que dio acogida la antigua empresa de la calle Preciados.
Esto es lo que hay, Guadalajara está cada vez más de rebajas, pero no solo es nuestra ciudad. Solo hay que ver lo que ha crecido la división de “outlets” en El Corte Inglés y el repliegue de su modelo de negocio tradicional. Unos dirán que es la globalización; otros simplemente que la competitividad de Europa va para atrás y que el nuevo modelo productivo no acaba de llegar, eso que pomposamente llaman Next Generation. Por lo que en un país que vive del turismo y los servicios, y que por tanto es el más castigado de la UE por la Covid, lo único que nos podemos permitir es ir de rebajas a un “outlet”. Pero esto es lo que hay. Estamos de rebajas.
Recuerden: se paralizó Barajas, el AVE, los Cercanías, la A-2-, la R-2, las principales carreteras regionales y provinciales, la energía en numerosas localidades…
Empezaré por confesar que este cronista, que ya va teniendo unos años, sin entrar en detalles, no ha conocido en su vida una nevada como la que entre el 8 y el 10 de enero cayó sobre la meseta en Guadalajara, Madrid y Castilla-La Mancha. Es verdad que estábamos avisados, porque la AEMET y los meteorólogos hicieron bien su trabajo, colocándonos unos mapas rojos por nieve y heladas de lo más amenazadores, pero incluso ellos reconocen que el espesor de la nieve todavía fue mayor en algunos puntos urbanos, Madrid el más sonado, pero no el único. Así lo documenta el catedrático valencianoJorge Olcina, quien asegura que por mucho que se quiera comparar con la ola de frío de las navidades del 1970-71, no tiene comparación ni un antecedente histórico próximo: como poco habría que remontarse al temporal de nieve de 1904 en Madrid.
Estaríamos hablando, por tanto, nada menos que de 117 años atrás, un dato que es necesario tener en cuenta al evaluar las actuaciones que las distintas administraciones han afrontado para capear las consecuencias del temporal, que a estas horas es como un iceberg: solo se ve la puntita de lo que se ha podido llevar por delante. Habrá que hacer una recopilación definitiva para solicitar la declaración de zona catastrófica, como ya lo ha avanzado el Ayuntamiento de Guadalajara o el de Madrid, aunque en ese sentido no soy muy optimista. Filomena se ha venido a sumar al inmenso agujero económico que el Covid ha agravado en España, que inicia 2021 con una de las peores cifras de deuda y déficit de Europa.
A los gobiernos se les puede exigir que estén preparados razonablemente ante una gran nevada, pero no que la paren. Lo que yo he visto en nuestro entorno es que había unos medios razonables preparados, aunque no fueran suficientes para lo que se nos vino encima. Pero no se puede hablar de caos por ello.
Calle del Amparo, el domingo por la mañana./GUDiario.
En Guadalajara se ha hecho históricamente mucha demagogia con la nieve, y solo hay que recordar algunas críticas crueles de los que estaban antes en la oposición y ahora les ha tocado bailar con Filomena en el Ayuntamiento. Así que no seré yo quien utilice este episodio para censurar agriamente a este Equipo de Gobierno, ni a ningún otro. No digo yo a la oposición que renuncie a su labor fiscalizadora, pero sin caer en ese providencialismo que los populismos han traído a la política y por el cual el gobierno (sea municipal, autonómico, estatal o europeo) tiene poder absoluto sobre todas las cosas, y está por encima incluso de la propia naturaleza y de la iniciativa del ser humano. Llegará un día en que querrán administrar la felicidad por decreto.
Fue un alivio ver este jueves a los militares de la Brigada Extremadura XI en nuestras calles, con oficiales y tropa picando hielo a gran ritmo, y saber que aquí estarán lo que haga falta. Margarita Robles ha demostrado, una vez más, ser una de las pocas ministras del Gobierno que saben gestionar los asuntos de su cartera, servir al ciudadano, y no solo dedicarse al tacticismo y a enredar.
A los gobiernos se les puede exigir que estén preparados razonablemente ante una gran nevada, pero no que la paren. Lo que yo he visto en nuestro entorno es que había unos medios razonables preparados, aunque no fueran suficientes para lo que se nos vino encima. Pero no se puede hablar de caos por ello. Desde el viernes al domingo nevó lo que no estaba en los anales e incluso con un 4x 4 era arriesgado salir por Guadalajara. Por ello mi reconocimiento a los servidores públicos que aquella noche tuvieron que trabajar en la calle o doblando guardias en el Hospital. El alcalde Rojo estuvo rápido al solicitar la intervención de la UME, el mismo sábado, porque desde un primer momento se vio que con los medios municipales, e incluso con la colaboración de Diputación y Junta, podíamos pasarnos meses retirando hielo. Porque eso es lo que pasó el lunes: la nieve se había transformado y Guadalajara era una pista de patinaje. La gente empezó a romperse muñecas y tobillos y en estos días subieron a urgencias más gente por caídas que por el Covid. Por eso fue un alivio ver este jueves a los militares de la Brigada Extremadura XI en nuestras calles, con oficiales y tropa picando hielo a gran ritmo, y saber que aquí estarán lo que haga falta. Margarita Robles ha demostrado, una vez más, ser una de las pocas ministras del Gobierno que saben gestionar los asuntos de su cartera, y no solo dedicarse al tacticismo y a enredar.
Así que entro en el año 2021 con gran indulgencia. Estoy
pensando en algunos alcaldes, los que cobran y sobre todo los que están en el
cargo por la cara, que llevan agobiados desde marzo por el coronavirus, haciendo
de asistentes sociales en sus pueblos e intentando que no se les mueran los
viejos, y ahora que habíamos despedido a 2020 con una patada, viene Filomena
como un hipopótamo en una charca. Y todavía algunos les echarán la culpa de que
patinan los coches en la nieve. ¡Pues claro!, si no llevan cadenas o neumáticos
de invierno, ¿qué esperas? En Noruega no pueden circular los coches en invierno
que no llevan neumáticos especiales. O se les multa. Pero esto es España.
Soldados de la Brigada Extremadura, el jueves, en la calle Toledo./GUDiario.
Filomena se acabará yendo, pero el que sigue aquí es el Covid y con cifras disparadas, que hay que remontarse a primeros de noviembre. Yo no quiero engañarme: solo una vacunación al 70 %, como nos advirtió Merkel -que Dios conserve muchos años, porque gracias a ella Europa no se ha ido al garete en esta crisis por los populismos-, va a domeñar el virus y acabar con su propagación comunitaria, como ha pasado con esta tercera ola. Pedir ahora otro confinamiento domiciliario, como en marzo, ni lo soportaría la declinante economía española, ni nuestra cartera, ni las cabezas, que andan con parte de las neuronas fundidas. Llegados a esta tercera ola, tras los sucesivos fracasos de todas las medidas desplegadas por el estado de alerta en toda Europa, solo nos queda encomendarnos a Pfizer, Moderna y Oxford y alcanzar ese 70% de inmunidad del que hablaba Merkel, acelerando la vacunación mediante la utilización de los medios que sean menester. A un paciente le da igual si el pinchazo se le lo ponen en un centro de salud, en una farmacia, en un estadio de fútbol como en Israel, o en una clínica de la mutua. Lo único que quiere es que llegue a tiempo. Esto es lo que hay que hacer. Acelerar la vacunación y dejarse de pamplinas.
Dejamos atrás el año que más cambió el mundo después del final de la II Guerra Mundial. Es el año del Covid19, la pandemia que llegó a Europa a principios de 2020 y que por el momento ha dejado 1.958.844 casos confirmados en España, 26.282.179 casos en Europa y 83.715.617 casos en todo el mundo. En la provincia de Guadalajara, llegamos a esta tercera ola con 12.637 casos acumulado y 458 fallecidos oficiales. Las hospitalizaciones alcanzan los 54 pacientes en cama convencional, lo que nos sitúa una ocupación entre 10-15% y el peor dato está en la UCI, que llegó a tener 21 pacientes el 13 de noviembre, si bien ha bajado en los últimos días a 11, aunque esto supone una ocupación de la UCI superior al 25%, el porcentaje más alto de las provincias de la región. Lo más terrible, los fallecimientos: España alcanza los 51.078 decesos oficiales, aunque por el INE ya sabemos que pueden ser el doble, con 4.451 en Castilla-La Mancha y 458 en Guadalajara. Y aun no sabemos cuál será la incidencia de las fiestas en la pandemia cuando pasen 10 días, con lo que las cifras todavía podrían dispararse más a no ser que el decepcionante ritmo de vacunación coja por fin una velocidad de crucero, esas 15.000 mil vacunas diarias a las que se refirió García-Page y que por ahora se reducen a 2.036 las vacunas que se han puesto hasta el momento en CLM, según cifras oficiales, aunque la consejería espera que se pondrán 12.000 durante esta semana.
Estas son solo las cifras esenciales de una pandemia que va a marcar al mundo, a su economía y a las relaciones sociales durante decenios, y de la que por ahora se desconoce su origen y datos claves sobre su propagación por el ocultismo del régimen comunista chino. La abogada china Zhan Zhan, de 37 años, que viajó en marzo a Wuham para saber qué estaba pasando realmente y descubrió que las cifras que estaban dando la autoridades eran falsas, fue detenida en mayo y condenada a cuatro años de cárcel por denunciarlo. Ha pasado un año desde que el virus se empezó a propagar en China y ya nadie se cree que lo transmitió un tipo que se comió un pangolín o un murciélago infectado para desayunar. La Organización Mundial de la Salud (OMS), un organismo que ha demostrado con creces sus deficiencias, ni sabe ni contesta cuando la nueva superpotencia oriental está de por medio.
Illa se marcha en el descanso.- ¿Se imaginan que el entrenador de fútbol de un club de élite abandonara el banquillo en el descanso y se marchara a un nuevo trabajo sin esperar siquiera a que acabara el partido? Pues bien, esto es lo que ha pasado con Salvador Illa, nuestro ministro de Sanidad, urgido por Pedro Sánchez para encabezar la lista del PSC a las autonómicas catalanas y ser el potencial presidente de un futuro gobierno de coalición con el Podemos catalán y sus aliados parlamentarios de ERC. Las encuestas dan a Illa con mayores posibilidades que el bailarín Miquel Iceta, y para allá lo han mandado cuando la pandemia arrecia en su tercera oleada. Nos consta que Salvador Illa es una persona educada, que no insulta y con capacidad para lograr empatía con su interlocutor, cualidades de gran valor en una política tan radicalizada como la catalana, pero con esta decisión Sánchez, una de dos, o minimiza su papel al frente del ministerio o es que al presidente del Gobierno le preocupa más tocar poder en la Generalitat que la dirección de la lucha contra el Covid19, ahora que ha endilgado el final de la gestión a las comunidades autónomas, porque no hay más votos que rascar.
Yo pediría el indulto.- Yo estoy dispuesto a firmar al pie de una petición solicitando el indulto para los políticos golpistas en prisión en aras a rebajar la tensión en el Principado con una sola condición: que se cumpla con lo que el espíritu de la Ley establece para esa atrabiliaria prerrogativa del Gobierno: arrepentimiento sobre el mal causado y manifestación pública de que no volverán a incurrir en el mismo delito. De lo contrario, «qué pasaría, qué responsabilidad, qué ridículo histórico no estarían haciendo un gobierno o un partido», se preguntó días atrás el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Aunque la repercusión electoral que un ridículo así tendría en la política interior de Castilla-La Mancha es el menor de los problemas para Sánchez. Como bien sabe el propio Page.
Gibraltar, más cerca.- Es asombroso que una colonia del Reino Unido llegue a tener una relación más estrecha con la Unión Europea después del Brexit que antes del desenganche de su metrópoli, como va a ocurrir con Gibraltar, territorio que ahora va a entrar en Schengen, la zona de libre circulación de la UE, en la que el peñón nunca había estado. Solucionar el contencioso gibraltareño con los parámetros de 1713 en que unos zoquetes de ministros españoles negociaron con el Reino Unido el Tratado de Utrech no parece que sea lo más inteligente. Ahora que los llanitos van a estar más integrados en la economía europea y española, y que el control de fronteras pertenecerá a España, no digo yo que vayan a salir envueltos en la bandera española. Pero el roce hace el cariño. Y si a Gibraltar le va bien, ¿por qué no a España?
El edficio de Maragato, más de veinte años afeando la plaza Mayor/GUDiario.
Maragato o las pirámides de Gizewh.- La ruina del antiguo edificio donde estaba la pescadería Maragato, un nombre tan sonoro que es digno de llevar la firma de una franquicia de pescaderías, va camino de convertirse en nuestras pirámides de Gizewh. Todo en él es la historia de un fracaso colectivo. De los sucesivos ayuntamientos que no encontraron una solución imaginativa para despejar de nuestra plaza Mayor un paredón que parece un escombro del bombardeo de Sarajevo y estrecha además la Calle Mayor por un andamio que la invade desde hace más de dos décadas. Un fracaso de los sucesivos propietarios porque no supieron ejercer su función social de promotores de un solar vacío. Y de la mismísima justicia, que tardó un siglo en entender que los PAEs eran un instrumento válido para superar un litigio ciertamente complicado y al que nadie ha sabido hincar el diente. Esto es lo que hay. Un año más con la plaza Mayor en ruinas
La expectación sobre lo que pudiera decir el rey Felipe VI antes las graves informaciones que han salpicado a su padre, el rey emérito Juan Carlos I, hacían de su discurso de Navidad más esperado que otras veces. No defraudó. En la noche más especial, como es Nochebuena, en la que nos juntamos (o nos juntábamos) en torno a la familia y nos olvidamos de los roces que inevitablemente te deja un año de convivencia, Felipe de Borbón tuvo el cuajo de poner encima los intereses de la Corona a los de un hijo que no puede cenar con su padre, el cual anda en una especie de exilio que no acabo de entender.
Nunca dudé que Felipe de Borbón sería esta noche Felipe VI, como ya sucedió en 2011, cuando en medio del caso Nóos que salpicaba a Iñaki Urdangarin y a Doña Cristina, fue el entonces rey Don Juan Carlos el que pronunció el ya histórico: «La justicia es igual para todos». Es una lástima que no se aplicara él mismo el cuento, pero pasó lo que pasó y tres años después tuvo que abdicar, empañando un reinado que se inició cargado de éxitos.
Felipe VI encontró ayer el equilibrio para referirse a su padre sin nombrarlo, como es propio de los mensajes reales, pero sin dejar por ello de ser contundente. Se encargó de preparar el terreno, recordando que en su proclamación ante “las Cortes Generales me referí a los principios morales y éticos que los ciudadanos reclaman de nuestras conductas. Así lo he entendido siempre, en coherencia con mis convicciones, con la forma de entender mis responsabilidades como jefe del Estado y con el espíritu renovador que inspira mi reinado desde el primer día”, Para añadir a continuación en una clara alusión a su padre: “Los principios morales y éticos nos obligan a todos sin excepciones; y están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personas o familiares».
«Felipe VI encontró ayer el equilibrio para referirse a su padre sin nombrarlo, como es propio de los mensajes reales, pero sin dejar por ello de ser contundente. Es muy duro para un hijo, en una Nochebuena, hablar así veladamente de su padre, pero imprescindible»
Repito, muy duro es para un hijo, en una Nochebuena, hablar así veladamente de su padre, pero imprescindible. El estado de Derecho y la Ley, que tan a menudo olvidan los gobernantes, está por encima del primero de los españoles. Y en un país donde algunos piensan que las leyes no van con ellos e incluso pretenden que no pase nada si se saltan la Constitución a la torera, porque allí estará un gobierno débil para indultarlos, no estuvo de más su alusión a que la hoja de ruta es la Constitución, contra la que cargan independentistas y populistas porque ven en ella una barrera para cambiar el régimen democrático como si fuera un calcetín; o quebrar la unidad de España que data de los Reyes Católicos. El Rey recordó a los españoles que los avances se consiguen desde el «reencuentro» y el «pacto», «unidos en un espíritu integrador, en el respeto a la pluralidad y a las diferencias». Es decir, aquello que se llamó el espíritu de la Transición y del que nuestros gobernantes se alejan cada vez que aprueban leyes fundamentales para la convivencia desde solo una parte de las dos Españas machadianas y despreciando el consenso. Leyes, por tanto, que solo durarán lo que el gobierno que las promueva, y que alimentan nuestro mayor pecado: el sectarismo.
El Rey durante su mensaje navideño/foto: Casa Real.
Como no podía ser de otra manera, el mensaje de este año ha estado marcado por la pandemia y fue el eje central de su discurso navideño. «En miles de hogares hay un vacío imposible de llenar por el fallecimiento de vuestros seres queridos, a los que quiero recordar con emoción y con todo respeto. Y también, en estos momentos, muchos lucháis contra la enfermedad o sus secuelas. A todos os envío mi mayor ánimo y afecto», comenzó por decir. Y sin entrar en consideraciones que son más propias del debate político, no de un mensaje de la Corona (no hace falta señor Iglesias ninguna ley para regular el papel de la corona, que está perfectamente definido en la Constitución; otra cosa es que usted y los socios a los que representa en el gobierno de coalición la quieran arrinconar hasta la mínima expresión), animó al pueblo español, que históricamente ha sido capaz de superar lo episodios más graves.
«No hace falta señor Iglesias ninguna ley para regular el papel de la corona, que está perfectamente definido en la Constitución; otra cosa es que usted y los socios a los que representa en el gobierno de coalición la quieran arrinconar hasta la mínima expresión».
Porque si en el 2021 tenemos puestas grandes esperanzas en su normalización cuando avancen las vacunaciones, no podemos engañarnos que lo debemos hacer desde posiciones más débiles que la mayoría de los países europeos, porque nuestra deuda se ha disparado y la capacidad de crédito no es ilimitada. El rey no lo ocultó en su mensaje: «Muchos vivís la angustia del desempleo o la precariedad; la angustia de apenas llegar a cubrir las necesidades básicas; o sentís la tristeza de tener que abandonar un negocio al que habéis dedicado vuestra días. Es lógico y comprensible que el desánimo o la desconfianza estén muy presentes». Y tuvo justas palabras para los jóvenes, que están llamados a ser los primeros paganos de la crisis: «España no puede permitirse una generación perdida»-; clamó contra el aumento de la pobreza que ha generado el coronavirus:-«Es una cuestión de dignidad proteger a los más vulnerables y luchar contra las desigualdades»-; y por la situación de empresas, autónomos, comerciantes, que no saben lo que va a ser de sus negocios el día en que se acaben los ERTEs, si para entonces la situación económica y el consumo no repuntan con fuerza.«Es decisivo fortalecer el tejido empresarial y productivo; recuperar nuestra economía», para lo que será muy importante la gestión eficaz de los fondos que llegarán de Europa, no solo para restañar brechas, sino para empezar a tejer con un poco de cabeza la nueva economía que viene.
Esto es lo que hay. Que al menos nos sirva de consuelo que por muy mal que vengan dadas, peor ya no podemos estar. O al menos eso quiero pensar en un ataque de optimismo.
SANTIAGO BARRA TOQUERO (Guadalajara, 9-11-1955) aprendió el oficio de periodista en la escuela de “Flores y Abejas”, que en su segunda época dirigió su maestro, Salvador Toquero…