Diario alarmado:3-J. Solo un pequeño respiro

Ayer, los datos del paro nos dieron un pequeño respiro. Tras el descalabro de marzo (con 1.708 parados más) y abril (con 1.586 parados más) la situación mejora en mayo donde 1.078 personas de Guadalajara han encontrado trabajo. En porcentajes, en Guadalajara baja el paro un -5,41%, la caída más alta de CLM.

La mejora de las cifras de empleo en el mes de mayo (EREs aparte) viene corroborada también en un aumento del 2,66% en la afiliación a la Seguridad Social en la provincia de Guadalajara, es decir, 2.326 afiliados más.

Calificamos de “pequeño” el respiro, porque no podemos olvidar que todavía hay 11.522 afectados por los ERTEs, que no figuran en la estadística, y habrá que ver cómo salen de los mismos en términos de consolidación de empleo.

En ese sentido, tenemos que apuntar que el crecimiento de empleo en Guadalajara ya se había frenado, incluso antes de que apareciera del puñetero virus. Si miramos la situación que había hace un año, hay 4.063 parados más que en mayo de 2019, lo que supone un 27,49% más de parados. Y si nos referimos a la Seguridad Social, en lo que llevamos de año, la afiliación a la S. Social todavía cae un 3,35%.

Respiro, por tanto, sí, pero sin tirar cohetes. Más bien nos debería llevar a la reflexión por qué se frena la actividad económica en Guadalajara al margen del covid-19, ahora que algunos parecen renunciar a hacer los experimentos con gaseosa. No olvidemos que los ERTEs también forman parte de la denostada reforma laboral de Fátima Báñez, y que a todas luces ha impedido que el agujero económico sea todavía mayor. Pero el clima político de división que vivimos, del que se alimentan los populismos de toda especie, no es el ambiente propicio para ello.  Pero esto es lo que hay.

Diario alarmado: 29-M. El huevo de la serpiente

Comenzó la irrefrenable portavoz del PP en el Congreso -¡qué tiempos en los que pastoreaba esa plaza nuestro Luis de Grandes,  un dandi de la política parlamentaria- llamando a Iglesias el “burro de Troya de la democracia,  el embajador de los etarras en el Gobierno de España. Usted tiene un plan contra la democracia, violenta los derechos de los españoles y apadrina a los que buscan la destrucción del Estado”. Y el profesor de universidad no encontró otro razonamiento intelectualmente más poderoso que comenzar su réplica refiriéndose a ella como “Señora marquesa”, en alusión a su título nobiliario. Cayetana Álvarez de Toledo utilizó su contrarréplica para matar la mosca a cañonazos al aludir a que el líder de Podemos es “el hijo de un terrorista. A esa aristocracia  pertenece usted, a la del crimen político”, en alusión a la  militancia del padre de Iglesias en el FRAP, una organización prosoviética de extrema izquierda  que perpetró acciones terroristas en los años 70.  Iglesias, que siempre ha desligado a su padre de las acciones violentas, contestó a Álvarez de Toledo con un “esto no le saldrá gratis” e invitando a su padre a que “ejerza las acciones oportunas”. El debate continuó en las cloacas de internet. La madre de Iglesias calificó a la portavoz del PP de “marquesa de Pacotilla”. Y la esposa del vicepresidente y ministra de Igualdad denunció que la derecha lleva semanas “llamando al Ejército a la insubordinación”, como cuando ante cualquier escándalo interior,  Maduro denuncia la enésima invasión de Trump a Venezuela.

Cayetana Álvarez de Toledo con José Ignacio Echániz, en el Congreso

Al día siguiente, el vicepresidente de Sánchez insistió en la teoría de la conspiración y en una comisión, en teoría formada para unir a las fuerzas para la reconstrucción,  acusó a Vox de intentar dar un golpe de Estado y si no lo ha hecho todavía es porque “no se ha atrevido”. ¿Cómo? ¿De qué manera? ¿Con qué fuerzas? ¿Sabe algo que desconozcamos ahora que ha metido cabeza en el CNI?

Un parlamento partido y un país dividido en el que se haga imposible cualquier pacto trasversal con el PP es el mejor pegamento que encuentra Iglesias para avanzar en su modelo que cada vez se asoma más a la ”venezualización” de la política española. Aunque ello exija que el nido de la serpiente vuelva a anidar en la carrera de San Jerónimo.   

Pablo Iglesias./POOL

Pablo Iglesias lleva aventando odio toda la semana en el Congreso, alguna portavoz parlamentaria se sumó torpemente a su juego, porque él sabe que es ésa la estrategia más segura de fusionar a un gobierno ideológicamente dividido y al que se le va a poner a prueba cuando se vea obligado a realizar ajustes impopulares por la petición multimillonaria que hay que hacer a Bruselas (60.000 millones para empezar) para poder pagar tanto destrozo que ha causado el covid-19 a nuestra economía y la de las familias. Un parlamento partido y un país dividido en el que se haga imposible cualquier pacto trasversal con el PP es el mejor pegamento que encuentra Iglesias para avanzar en su modelo que cada vez se asoma más a la ”venezualización” de la política española. Aunque ello exija que el nido de la serpiente vuelva a anidar en la carrera de San Jerónimo.   

Esta semana, el Congreso, se asemejó más al de aquellos 30 en los que se señalaban víctimas para los matones nocturnos que viajaban en camionetas,  que a aquel parlamento de Carrillo, Fraga, Alberti, Álvarez Miranda o Suárez, del que nació  la Constitución del 78 y por la que no se exigía a nadie responder por su padre. Es lo que tiene  liquidar los valores de la Transición y juntarse con cierta gente con tal de seguir en el poder, señor presidente. O como ha dejado escrito el maestro Rául del Pozo: “Creo que desde los tiempos de Adolfo Suárez no se notaba una inquina a un Gobierno como la hay al de Pedro Sánchez. Ya saben cómo terminó aquella cacería, con el 23-F. Ahora no hay peligro de golpe, per las campañas de derribo son más peligrosas con las redes sociales con barra libre para demagogos, populistas y psicópatas”.

Esto es lo que hay. Un gran desasosiego por la realidad de un país dividido, como me decía Pablo Bellido en su entrevista. Si el puto virus nos ha machacado, esperen ustedes a las consecuencias económicas y sociales de la pandemia con un país donde su clase política ha decidido que es el momento de volver a ajustar las cuentas. Sin escuchar a Machado.  

Diario alarmado: 27-M. Una buena noticia

Esta pandemia va a conseguir cambiar hasta los aforismos, como aquel que malevolamente nos dice que no son noticia las buenas noticias. Pues bien, el día de ayer produjo una buena noticia relacionada con la cabecera del Tajo y toda su cuenca en general: El Ministerio de Transición Ecológica parece dispuesto a revisar los trasvases a la baja al admitir que con la actual regulación (el famoso Memorando), la cabecera del Tajo (Entrepeñas-Buendía) se encuentra en «situación excepcional» la mitad del del tiempo, «algo que no responde al espíritu de la norma de mantener una gestión regular y estable», reconoce el comunicado del Ministerio.

El que quiera saber cómo funciona este lío de los niveles con los que se autorizan los trasvases lo puede consultar en la citada información que ofrecemos en Guadalajara Diario. Pero al igual que hemos sido críticos tantas veces con los travases aprobados, que se limitaban a aplicar el Memorando, ahora es justo que valoremos positivamente que se vaya a realizar ese estudio, y con ese objetivo: «minimizar este tipo de situaciones, dotando así de una mayor estabilidad al sistema». Y confiemos que no se quede en agua de borrajas.

Playa de Sacedón en los años setenta en un fin de semana de verano.

Por el momento, y en aplicación de la actual legislación, nos han vuelto a aprobar un trasvase de 38 Hm3, venga o no a cuento (en eso no entra el Memorando), aunque su derivación no va a ser inmediata, seguirá guardadose en la cabecera, junto a otros 83 Hm3 de trasvases anteriores, por las obras que se realizan en la presa de La Bujeda. Entre eso y las últimas lluvias, el aspecto de Entrepeñas y Buendía es reconfortante, con 827 hm3, y vendrá muy bien a ese turismo interior que con la «nueva normalidad» nos va a retrotraer a la España de los años 70 cuando a Sacedón llegaban los fines de semana decenas de autobuses de bañistas para disfrutar de su playa.

Esto es lo que hay. ¡Solo nos falta ir con el 600!

Diario alarmado: 22-A. Irresponsables.

Ayer, la bicéfala dirección del gobierno de Sánchez-Iglesias nos sorprendió, a la sociedad española y a la mayoría de los ministros del citado gabinete, con la firma de un acuerdo de gran hondura política entre los portavoces del PSOE, Unidas Podemos y Bildu para derogar “íntegramente” la reforma laboral y otorgar un nuevo privilegio fiscal a los ayuntamientos del País Vasco y Navarra.

Nadia Calviño, ministra de Economía.

Fue un misil. La Ceoe publicó el comunicado más duro de su historia dando por “dinamitado” el diálogo social. Los sindicatos de clase, próximos al Gobierno, no sabían nada y mostraban la lógica sorpresa. Ciudadanos, que horas antes había firmado un acuerdo con el Gobierno, quedaba desairado ante la opinión pública. Y para remate final de este sainete trascendía que entre los que permanecieron ajenos al acuerdo estaba la propia vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra (todavía) de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, que hizo un amago de dimisión y consiguió al menos una rectificación parcial, para liarla del todo. ¡Qué nochecita!

< Ante la peor crisis que vive España desde la Guerra Civil se introduce una bomba atómica en el mundo de las empresas que ante la incertidumbre que han generado, habrán decidido reducir su inversión al mínimo y prescindir del mayor personal posible.

Ha pasado desapercibido una importante cesión contenida en este acuerdo que establece que tanto el gobierno vasco como el Ejecutivo navarro de la socialista Chivite puedan decidir su capacidad de endeudamiento en función de sus “respectivas situaciones financieras”. Una vieja aspiración que el PNV lleva en su agenda, pero que ningún gobierno español había aceptado porque rompe el principio de solidaridad que tiene cualquier Estado. Este gobierno que va por ahí de “progresista” acepta que navarros y vascos tengan mayor capacidad de endeudarse en función de sus Haciendas Forales -que ya de por sí constituyen otro privilegio- mientras que el resto de comunidades tienen que conformarse con los límites que les marque el Ministerio de Hacienda. Una mangada de campeonato para comunidades como Castilla-La Mancha.

Pero si técnicamente este acuerdo en plena crisis es un despropósito, en lo político es sencillamente alucinante. ¿A cuento de qué venía montar este cisco que te enemista con medio mundo a cambio de la abstención de Bildu, un partido heredero de Batasuna, que no ha condenado el terrorismo y que está dirigido por un tipo que fue dirigente de ETA, no hace tanto tiempo, con la condena correspondiente?

Solo me cabe una explicación: Sánchez-Iglesias quiere cambiar de aliados en el País Vasco, ahora gobierna con el PNV, y ha buscado potenciar el papel de Bildu frente a los jetzaldes y a las puertas las elecciones vascas. Las antiguas cataplasmas de ETA disputan al PNV el liderazgo del nacionalismo, y Sánchez-Iglesias han debido pensar que ya es hora de formar, como en Navarra, una mayoría alternativa entre PSOE-Podemos y Bildu.  Aunque estos últimos son los mismos que ayer no condenaban los actos de violencia cometidos en la casa de Idoia Mendía, la secretaria de los socialistas vascos. ¡Para que sepa con quien se junta a cenar en Navidad! El PNV no ha dicho ni Pamplona desde que se supo el regalo que el Gobierno a modo de arras hacía a sus rivales de Bildu. ¡Que les esperen en la siguiente prórroga!  

Cualquier especulación vale con este gobierno, porque a falta de una agenda política conocida sobrevive de los órdagos y de la mera estrategia por mantener el poder,  y por la que un día el señor Sánchez promete hasta cinco veces que no pactará con Bildu –“¿Se lo tengo que repetir otra vez”, espetaba al entrevistador en 2015-  y al siguiente que no dormiría por la noche con Iglesias en el Gobierno.

El presidente sigue al pie de la letra los principios del marxismo, pero los de Groucho, cuando decía: “Señora estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”; solo que ahora en su último órdago ha ido demasiado lejos porque la situación de España es crítica. En la estrategia de un partido comunista la historia tantas veces nos ha mostrado que necesitan del caos económico y apuntar a un enemigo identificado para engrasar sus posibilidades de alcanzar el poder, con lo que les puede venir bien la situación de ruptura global que se ha generado. Si el objetivo es liquidar el régimen del 78 y con él los consensos que se generaron, ayer se dio un paso más. ¡Enhorabuena a Iglesias!

El problema es para el PSOE, hasta ahora un partido socialdemócrata. Así que todos esperan a lo que pase  con Nadia Calviño,  que se ha convertido en la prueba del algodón sobre la dirección que tomará el Gobierno. En esta tesitura, no es de extrañar el profundo malestar surgido entre Page y otros barones que proceden de un partido socialista que sí sabe quién es Bildu y lo que hacía esta gentuza antes de que el estado democrático derrotara a su brazo armado, después de casi 900 muertos que nunca jamás volverán a pasear por la Concha o a tomarse txiquitos en la calle Ledesma. Muchos de ellos eran del PSOE, cuando en el País Vasco había que tener mucho valor para  ir en una lista electoral no nacionalista.

Es comprensible por tanto con que Page esté “preocupado” y “perplejo” por un acuerdo que está en la orilla opuesta de la mayoría que se ganó en Castilla-La Mancha. Pero sucede que cada paso que da este Gobierno lo aleja más y más de esa mayoría moderada que le llevó a Fuensalida. Y él lo sabe

Emiliano García-Page/JCCM.

Es comprensible por tanto que Page esté “preocupado” y “perplejo” por un acuerdo que está en la orilla opuesta de la mayoría que se ganó en Castilla-La Mancha (errores del PP aparte, que presentó a última hora a un candidato desconocido), apoyada no solo en la izquierda tradicional sino en electores moderados que luego en las Generales votaron a PP y CS, como demuestran los análisis electorales. Pero sucede que cada paso que da este Gobierno lo aleja más y más de esa mayoría que le llevó a Fuensalida. Y él lo sabe. Ahora Page se ha ofrecido al Gobierno a darle clases para la búsqueda de consensos más amplios dentro del proceso de reconstrucción económica y social. Se habrán sonreído.

Aunque Bellido dice que el Gobierno está “reculando”, yo no soy tan optimista, porque el problema es que el proyecto de Sánchez ha sido ése desde la moción de censura contra Rajoy. Y en ese potaje aparenta estar cómodo. Es lo que Rubalcaba llamó con sorna “mayoría Frankeinstein”, y que requiere juntarse con los populistas e independentistas que quieren liquidar España y a su Constitución.  Para una vez que Sánchez miró a Ciudadanos, horas después los traicionó encamándose con Bildu. Sánchez prefiere cultivar la división de la derecha y que en esa estrategia la más extrema tenga el mayor protagonismo posible, porque eso la da réditos electorales. Aunque desestabilice a la nación.

Desconozco cuánto durará el gobierno de Sánchez-Iglesias en estas condiciones. Lo que me preocupa es cuánto durará España y hasta cuándo podremos seguir financiando el gasto social y las pensiones sin que acabemos como en Grecia, con recortes de prestaciones y sueldos de funcionarios de hasta el 30%,  si seguimos con sainetes como los vividos en los dos últimos días.

 Esto es lo que hay. ¡Se dice pronto!

Diario alarmado:21-M. Mascarillas de ida y vuelta

Creí cumplir con mi papel de ciudadano ejemplar cuando a primeros de marzo rehusé acudir a las farmacias a comprar mascarillas, porque escuché a Fernando Simón decir que no eran útiles, aunque en mi fuero interno algo me decía que me estaba equivocando. Pero lo decía el doctor Simón, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES). No un portavoz gubernamental del tres al cuarto capaz de sostener una cosa y la contraria, como nos ilustró el Conde de Romanones: «Cuando digo no, quiero decir en este momento»

No han pasado ni dos meses de aquello, y las mascarillas no solo son ya aconsejables sino que encima te ponen una multa si insistes en no ponértelas. Y solo, ahora, el doctor Simón nos dice la verdad a riesgo de que le lluevan querellas: «En una situación de escasez de mascarillas, éramos muy prudentes a la hora de hacer recomendaciones que no se podían aplicar. Desde que se inició la pandemia hemos tratado de ser muy realistas con las medidas de control. Hemos tenido mucha prudencia con utilizarlas o no». «Las mascarillas ayudan mucho pero no es el factor clave. Cuando no se pueden mantener las distancias, las mascarillas empiezan a ser más importantes».

Dr. Fernando Simon/ POOL

Cuando no se pueden mantener las distancias, las mascarillas empiezan a ser más importante. Recalco. Y esto era así, hoy, como hace dos meses, supongo yo. El doctor Simón se comportó como un portavoz político al no decir la verdad sobre las mascarillas, porque el ministerio que le paga carecía de una reserva estratégica cuando llegaron las primeras noticias sobre la extensión del virus. Ahora que las farmacias vuelven a disponer de ellas y la Junta y otros gobiernos las financian para que no pasen de 1 euro, el doctor Simón nos dice la verdad. Como director emergencias y otras catástrofes, él no debería habernos ocultado esa información esencial y que cada cual hubiera obrado en consecuencia; muchos haciéndonos mascarillas caseras, como al final sucedió. O portando bufanda y bozal.

Esto es lo que hay. Mal negocio para la credibilidad de nuestras autoridades sanitarias que los médicos empiecen a adquirir el roll de los políticos,

Diario alarmado: 18-M. ¿Otra vez movilizamos a los abuelos?

«Damos por terminado el curso escolar de forma presencial en Castilla-La Mancha», declaraba días atrás solemnemente el presidente regional, Emiliano García-Page. No lo dijo, pero podría haber añadido que «todos estáis aprobados», porque esa es la instrucción general para toda España salvo en casos extraordinarios, es decir: aquello alumnos que se adelantaron al virus y no pisaban el aula presencialmente, como tampoco lo han hecho luego virtualmente. «Es que mi hijo se aburre», se excusaba una madre.

Es el curso del coronavirus, que no duden tendrá consecuencias en los rendimientos académicos en una educación como la española, que especialmente en ciencias juega siempre la promoción de descenso en la Champions europea. El Covid-19 ha alterado el curso más que otros países, pero lo peor es que las medidas de protección seguramente tendrán que prolongarse al siguiente, porque no hay que descartar que el alumnado no pueda ir todos los días a clase y continúen con la educación a distancia. Ello exige que todos tengan los equipos adecuados en casa, lo que en lenguaje fino se llama reducir la brecha digital. Amén de redoblar la voluntad y el esfuerzo, dos cualidades que no siempre se han estimulado en los últimos tiempos en nuestras leyes de Educación.

Los colegios no volverán a abrir salvo para tutorías de los alumnos de 2ª de Bachillerato.

Este cierre de aulas, invocando motivos de seguridad, agrava un problema que ya de por sí no siempre las familias lo tienen resuelto. Cómo conciliar trabajo y familia cuando los dos miembros de la pareja trabajan. Y especialmente cuando se terminen los ERTEs y los que puedan vuelvan a su puesto de trabajo. Si antes era complicado ahora lo será más porque las guarderías están cerradas y los ayuntamientos todavía no se atreven a planificar campamentos urbanos y actividades alternativas. ¿Quién va a cuidar de sus hijos si no es posible conciliar entre los padres? En varios países de Europa lo han valorado y han decidido no suspender las clases en lo que aquí llamaríamos Primaria.

Aquí no lo hemos hecho, pero a lo mejor nos pegamos un tiro en el pie si deben ser otra vez los abuelos los que carguen con esta obligación, por ser la población más expuesta: en Castilla-La Mancha llevamos 2.893 muertos y 1.214 de ellos han fallecido en centros sociosanitarios, y en la estadística no están los mayores que han podido morir en casa.

Sí, es cierto, es muy difícil mantener las distancias con los niños pequeños. ¿Pero y en casa de los abuelos? Sin soluciones alternativas, movilizarlos otra vez sería como mandarlos al Vietnam. Esto es lo que hay.

Diario alarmado: 13-M. No estamos para Ferias

El Ayuntamiento nos comunicará en los próximos días qué piensa hacer con las Ferias de 2020, este año maldito y perdido. Aunque no parece que tenga muchas alternativas; y bien que lo siente mi corazón de peñista de primera hora.

Pero este puñetero virus se ha empeñado en meterse en nuestras vidas y nos está dejando tocados: la salud, la economía y hasta las cabezas. ¿Qué se puede hacer con unas Ferias como las de Guadalajara, que se viven en la calle, y donde el contacto humano es inevitable? ¿Cómo vamos a mantener esa distancia social en espectáculos en los que se aprietan miles de personas empezando por el chupinazo de las peñas y siguiendo por el desfile de carrozas, los conciertos, las corridas de toros, el recinto Ferial con sus puestos de comida y los cachivaches, las verbenas en plazas y en las carpas de las peñas, por no hablar de los encierros con toros de lidia?…”Señor toro, no me apriete tanto”  

 Si repasamos el programa de las últimas Ferias, la mayoría de las actividades programadas chocan con eso que han dado llamar “Nueva normalidad”. Se salva el tenis, el ajedrez, las exposiciones culturales y poco más.

Aunque quedan cuatro meses para el Chupinazo es poco tiempo como para pensar que se vayan a autorizar espectáculos multitudinarios. Porque va a ser difícil contar con una vacuna antes de final de año y luego queda su fabricación masiva: ¿hacia mediados de 2021? Con este panorama, el fútbol con público va a ser difícil que lo veamos antes de la primavera, así como los grandes conciertos, y de los toros me conformo con San Isidro 2021.

Pero no solo está la imposibilidad de conciliar los protocolos de seguridad con los grandes eventos. Hay un motivo mucho más importante. Y es el respeto a los muertos. Cuando sólo en la capital se expidieron en abril 278 licencias de enterramiento de las cuales 204 (el 73%) fueron fallecimientos sospechosos de Covid.  Y en marzo fueron 337 los enterramientos de los cuales el 65% hay sospechas que murieron por coronavirus. Por tanto, cuando estamos hablando de 426 muertos en solo dos meses en la capital por posible Covid-19 sobra cualquier argumento. Sencillamente: ¡no estamos para Ferias!

Sería un gesto de estricta justicia que el pregón se convirtiera en un homenaje a los servicios esenciales que se han jugado la vida en los momentos más críticos y que algún sanitario nos convocara para las Ferias… de 2021.

Por último, que el presupuesto que el Ayuntamiento se iba a gastar en festejos se destinara  a ese Plan de Recuperación Económica del que tan necesitado está la ciudad, que en un abrir y cerrar de ojos nos ha llevado por el túnel del tiempo al inicio de la crisis financiera en 2008.¡Otra vez la misma pesadilla!

Esto es lo que hay: No estamos para Ferias.  Lo siento.

Diario alarmado:11-M. Síndrome de Estocolmo

Finalmente solo fueron Guadalajara y Cuenca las provincias de Castilla-La Mancha que entraron en la fase 1. Aunque no acabo de tener claro los parámetros que evalúa esa opaca comisión de expertos, que ni sus nombres conocemos -¿serán del CNI?-, los datos de nuestra provincia así lo acreditan. Ayer habíamos bajado de la cota de los cuarenta ingresados con lo que el Hospital Universitario está recuperando la normalidad, hasta el punto de que para los enfermos de Covid es suficiente con la novena planta. En Ciudad Real o Toledo, aun siendo más pobladas que Guadalajara, hay todavía 177 y 185 ingresados. Como tengo escrito, en Guadalajara se ha hecho un buen trabajo y hasta el ínclito doctor Simón lo reconocía ayer.

Guadalajara merecía pasar de fase y en eso estamos, intentando recuperar el pulso ciudadano y económico, que no va a ser fácil. Ya han visto lo sucedido con los bares, que como tenían que abrir en precario (solo el 50 % de las terrazas y con el interior clasurado), pues en esta primera jornada no ha levantado el cierre casi ninguno. Sí lo ha hecho el pequeño comercio, inquieto por la falta de clientes. Después de casi dos meses escuchando que hay que quedarse en casa, vivimos una especie de Síndrome de Estocolmo y nos va a costar vencer los temores. Que no son solo de salud, sino también económicos. Después de 58 días de confinamiento solo yendo al Súper y a comprar el pan, se nos ha olvidado hasta consumir. Lo que unido a la incertidumbre por lo que pueda venir en economía a eso se le llama deflación. Esto es lo que hay: un síndrome de Estocolmo por el ¡»Quédate en casa»! que habría que cambiar por un «¡Sal a la calle pero con prudencia!»

Diario alarmado: 6-M. Prórroga y ruptura

Pedro Sánchez ha conseguido su cuarta prórroga del decreto de Alarma, pero con un mayor desgaste que en las anteriores. Hay que recordar que la primera vez fue apoyado por toda la cámara excepto por la extrema izquierda de la CUP, que en la más genuina tradición española no se irían con un gobierno de España ni a heredar. No lo saben, pero son unos españolazos de tomo y lomo, por aquello de su secular sectarismo totalitario.Y a esta tropa se han añadido esta vez ERC, Junts per Catalunya y Vox, siempre dispuestos a darnos lecciones de intransigencia y patriotismo barato. Pablo Casado, que había recibido de su entorno mediático y de gran parte de la militancia consejos para que votara en contra y diera una lección a Pedro Sánchez al final optó por la abstención. Pero Pedro Sánchez no solo no fue comprensivo con el dilema de Casado sino que equiparó la abstención con el voto negativo y fue más crítico con él que con el independentismo. Claro que eso lo hizo después de haber apañado una coalición de fortuna entre PSOE, Podemos, Ciudadanos, PNV, Más País, Coalición Canaria, PRC y Teruel Existe. Lo más noticioso: la postura de Inés Arrimadas, que harta de la irrelevancia a la que condujo Rivera a este partido por no haber leído bien el resultado de las elecciones envió el mensaje contrario: «Eh, que todavía existimos». Y como pasa en todo partido bisagra, cada vez que gira a un lado se marchan los que querían que lo hicieran en dirección contraria.

Pedro Sánchez durante el pleno del Congreso EFE/J.J. Guillén

Pedro Sánchez se salvó otra vez por lo pelos y en el último minuto, como agonista de la política que es. Aunque Casado le puso varios ejemplos de cómo en Europa han podido afrontar la pandemia sin estados de Alarma, solo con emergencias sanitarias, parece claro que de aquí al lunes no había tiempo para experimentos. Sánchez salvó los muebles, pero no debería estar satisfecho de lo ocurrido. El día en que la Airef ha publicado unas previsiones económicas que corrigen a peor las del Gobierno, y Bruselas alerta sobre un desplome de la economía española, Sánchez se queda al pairo de una mayoría irrepetible formada por Podemos, Ciudadanos y el PNV -¡como para ir de boda!-, porque sus socios de la moción de censura le han advertido que ellos van a lo suyo, al process: «Ya basta», le espetó Rufián.

En el momento más crítico de España desde la guerra civil, con una economía que viaja por un túnel hasta diciembre que nadie sabe adonde conduce, Sánchez se permite el lujo de despreciar la abstención de Casado y seguir hablando de su «gobierno progresista», como si tuviera 176 diputados en las Cortes y España creciera al ritmo anterior al 15 de marzo.

¿Por cuánto tiempo el Estado Español puede seguir pagando 10,5 millones en prestaciones mensuales solo en Guadalajara y 1.789 millones de euros en toda España sin que los alemanes nos vuelvan a preguntar como en tiempos de Zapatero…?:¿Ustedes van a pedir el rescate o cómo han pensado financiar una deuda que escalará 20 puntos porcentuales, hasta el 115,6% del PIB?

Esto es lo que hay. Si uno no tuviera ya una edad es como para salir corriendo tras la armonía y patriotismo que se ha desplegado esta tarde en el Congreso.

Diario alarmado: 4-M. “Doblemente alarmado»

Hoy me toca alarmarme doblemente. Por la situación que vivimos desde que el Gobierno decidió que ya tocaba ponerse con esto del Covid-19, que no sabía muy bien qué es (ver predicciones del doctor Simón de enero) y la necesidad de aprobar el miércoles la cuarta prórroga del Estado de Alarma, ya que al limitar libertades individuales, como es la movilidad por el territorio, al desaparecer cada español podría transitar por España como Pedro por su casa.

Pedro Sánchez, en el Congreso/Pool

Ante esa tesitura, Sánchez advierte a la oposición de que no existe “Plan B”, y no aparenta la más mínima preocupación por lograr esos votos necesarios. Los populares le recordaban que en los últimos  45 días sólo ha llamado dos veces a Pablo Casado y la líder de Cs, Inés Arrimadas, ha asegurado que hace dieciséis días que el presidente no quiere saber algo de ella. Especialmente sangrante es lo de Ciudadanos porque a pesar de los gestos de Arrimadas, Sánchez está empeñado en no dejarse ayudar por un partido al que da por liquidado.

En esa estrategia de Sánchez de jugar al límite, de la que salió ganador en su partido y al que desde entonces dirige con un hiperliderazgo que está más cerca del peronismo que de la  socialdemocracia europea, el premio mayor es ganar por la mano a Pablo Casado, que ciertamente está en un brete. Tiene que decidir entre lo que ampliamente se le pide desde medios próximos al PP y por amplias capas de su partido, partidarios de dar una lección a Sánchez, por su soberbia. Por no hablar de tener que batallar a su derecha extrema con un partido como Vox, que le presentaría como la derecha vergonzante que claudica una vez más ante el gobierno social-comunista. La otra solución es aceptar lo que los cabezas de huevo de La Moncloa llaman ahora “cogobernanza”, o dicho a la pata la llana: o usted, señor Casado, me apoya el estado de Alarma o lo voy a responsabilizar de cualquier rebrote que se produzca en España por el desmadre que llevaría consigo quitar de un golpe las restricciones a la movilidad.

Lo lógico  entre políticos responsables sería pactar esa prórroga de la Alarma  y que esto se zanjara sin vencedores ni vencidos. Pero tal y como juega Sánchez y su socio comunista Iglesias, siempre al órdago, no tengo muchas esperanzas. Llegado este caso, Casado tendrá que valorar la solución más patriótica, que en este caso sería la abstención. Y ambos deberían tener presente que como el pueblo español, después del ejemplo de civismo y disciplina que ha dado mayormente, advirtiera que se ha puesto por encima del interés general el partidismo más sectario, la barrida de la clase política que se sienta en el Congreso podría ser de época. ¡Y solo Dios sabe a qué nos llevaría ese camino, porque el populismo y el autoritarismo se esconde detrás del coronavirus!

Esto es lo que hay: así que mejor piénsenlo dos veces antes de volver a jugar con la ruleta de nuestra salud.                       

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