La visita de Hugo Morán y el desaire del murciano Egea

«El verano se nota en Sacedón. Esta mañana, a primera hora, las terrazas y bares estaban llenos de gente desayunando, mientras los más mayores estaban sentados en los bancos al sol. Eso, y una gran pancarta diciendo “No al trasvase Tajo-Segura” es lo que se ha encontrado el secretario de Estado de Medio Ambiente en funciones, Hugo Morán, cuando ha llegado hoy a la localidad. No ha habido quejas, ni protestas, ni reivindicaciones vecinales por el trasvase. Simplemente indiferencia».

Así comenzaba Nuria Fernández su crónica de la visita de Morán a los municipios ribereños. No digo que me sorprendiera la indiferencia – a pesar de que la visita había sido publicitada por los medios de comunicación-, porque soy de Guadalajara, conozco el paño y sé que en esto del trasvase la indiferencia tiene su fundamento.  Los que estaban sentados al sol en la plaza de Sacedón, parafraseando la dedicatoria del libro “Buscando a Cela en la Alcarria”, que escribí con el maestro Salvador Toquero, son los que siguen esperando a nada y a nadie con una eterna sonrisa de resignación.

Sí, sucede que medio siglo  después de inaugurarse el trasvase, que inundó las mejores tierras de labor de la comarca, en la ribera del Tajo, ha servido para que una región como Murcia se haya convertido en un vergel desde que accedes a ella por la A-301 hasta que la dejas por la nueva autovía de Almería.  A un lado y otro de la carretera, con un horizonte desértico, contrasta el verde intenso de las explotaciones agrícolas de regadío que con esmero y profesionalidad explotan los agricultores murcianos, y que han convertido a su agricultura en la más puntera de España. También podemos ver desde la autovía carteles con la leyenda “Trasvase Tajo-Segura”, canales por lo que discurre un agua que ha sido providencial para aquella impresionante transformación que enriquece el PIB español.

¿Y qué ha podido ver el secretario de Estado de Medio Ambiente en su visita a los pueblos Ribereños de Entrepeñas y Buendía? Pues unos pantanos que almacenan una cuarta parte de su capacidad, con unos niveles de agua que van y vienen, lo que desalienta cualquier inversión en el sector turístico.  Y lo que no alcanzará a ver, ni con el telescopio de Yebes, son tierras de regadío como en Murcia o Almería. El gran fracaso del Tajo-Segura en su cabecera es que no hemos capaces de crear una agricultura de regadío como la que se desarrolló en Murcia, y que recogieron las originarias Leyes de Compensación que se aprobaron con Franco vivo. Y al no lograrlo, llegó lo que ahora llamamos la España vaciada, y que no es otra cosa que la antigua emigración del campo a la ciudad ante la ausencia de una economía rentable. Por eso en el Levante cualquier cambio del actual estatus se ve como una cataclismo y en los campos secos de la Alcarria guadalajareña y conquense con la indiferencia del que ya no tiene nada que perder.

Pero sí, con la cautela que hay que tomarse cualquier cosa que venga de un alto cargo de Medio Ambiente, me parece muy positiva la visita que el Secretario de Estado hizo a la cabecera del Tajo, aunque solo fuera porque sus antecesores ni se molestaron en venir desde Madrid, aunque esté a una hora de viaje.  Pero es que además algunas reflexiones que hizo, dejan entrever que este equipo ministerial es menos inmovilista que los anteriores.   Me refiero a que Morán ha reconocido que con el actual Memorándum los embalses de la cabecera del Tajo están casi siempre en nivel 3 y señaló que hay que buscar fórmulas para cambiar la situación y que en la cabecera haya una lámina “suficiente y razonable”. “Sabemos cuanta agua entra y cuanta agua sale y con la fórmula que se ha estado usando hasta ahora esto coloca permanentemente a los embalses en una situación de excepcionalidad. Creemos que hay fórmulas razonables para conseguir que haya unos niveles de agua adecuados que no se genere un estrés continuo en la cabecera», añadió. Y esta música, en principio suena bien. Por ello no se entiende el comunicado de rechazo a la visita de los alcaldes del PP de la comarca, y que mas bien parecía estar redactado de antemano.  Es más, mejor habría sido haberle acompañado a la visita, aunque fuera con una pancarta detrás, como hicimos los medios de comunicación.

Sí, yo también creo que algo está cambiando en la toma decisiones sobre la política del agua en España, que tiene dos piedras de toque.  Una de ellas es que el cumplimiento de las sentencias que determinan que hay que aumentar el caudal ecológico del Tajo tiene que reflejarse necesariamente en un aumento del nivel de los pantanos, como reconoció el Secretario de Estado. Morán asume  que los actuales caudales no atendían las exigencias de las directivas marco del agua y ha asegurado que ya se están revisando, un proceso que estará listo en 2021.

Es decir, cambios se van a producir a medio plazo, por lo que es imprescindible que en Castilla-La Mancha se consensúe un Pacto Regional del Agua con el que acudir luego a la imprescindible negociación de un gran Pacto Nacional.  Para ello hay que dejarse de populismos y de propósitos imposibles, como lo que nos llevó a fracasar en las Cortes de España cuando Barreda quiso poner una  fecha de caducidad al trasvase. Por una vez, los partidos de Castilla-La Mancha deberían mirarse en lo que hacen sus compañeros de partido del levante, que saben poner por delante  los intereses de sus territorios cuando del agua se trata. Aunque haya alguno, como le ha sucedido a Teodoro García-Egea, que en ese empeño por defender a su región, Murcia, se le ha olvidado que es el secretario general del PP de toda España, y por lo tanto sus iniciativas deben responder a un concepto más global. En ese sentido, es intolerable que el número 2 del PP de España haya propiciado una  Proposición No de Ley (PNL) pidiendo que los alcaldes ribereños de Entrepeñas y Buendía no entren a formar parte de la Comisión de Explotación del Trasvase Tajo-Segura. En esta petición, que ha sido firmada por la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo,  el propio  Egea y tres diputados de las circunscripciones de Alicante, Murcia y Almería es todo un desaire para Paco Núñez y todos los diputados del PP en Castilla-La Mancha a los que pone al pie de los caballos. La respuesta que ha dado el PP-CLM, a través del vicesecretario de Comunicación del PP de Castilla-La Mancha, Santiago Serrano, asegurando -sin citar el episodio- que Núñez defenderá la región «por encima de todo» en materia de agua, es insuficiente. Si Núñez quiere que le tomen en serio en Génova tiene una oportunidad de oro de labrarse un perfil propio. O  en 2023 vendrá otro, de Madrid, como siempre.

Porque incluso el argumento que da en su exposición de motivos la PNL del PP es falso. Aseguran que dicha comisión de Explotación está formada en la actualidad exclusivamente por técnicos del Ministerio y las dos confederaciones hidrográficas, un carácter técnico que se rompería si entrasen los ribereños. La moción, sin embargo, olvida que los regantes también están representados a través de la Mancomunidad del Taibilla, que se encarga de distribuir el agua que viene del Tajo. Así lo reconoció el propio Secretario de Estado: “ La Mancomunidad de los Canales del Taibilla ya forma parte del órgano de gestión. Lo único que se hace, es que la cuenca cedente tenga su representación igual que la tiene la cuenca demandante. No creo que eso tenga que suponer ningún trauma ni a un territorio ni a otro. Más bien todo lo contrario”.

Pues bien, para algunos ya se ve que sí, aunque lo grave es que lo reclamen en nombre de todo el Grupo Parlamentario del PP del Congreso, como si éste fuera el Grupo Popular del parlamento de Cartagena (sede del legislativo murciano, aclaro, no del cantón de la I República Española).  Teniendo en cuenta que la representación de los Ribereños en la Comisión de Explotación del Tajo-Segura  será puramente declarativa, allí podrán expresar su opinión, pero la decisión sigue siendo competencia del Ministerio, que es quien controla la citada Comisión, lo que desprende esta iniciativa parlamentaria es que Egea trata de mandar un mensaje populista en clave puramente levantina, incompatible con su condición de número 2 del PP español, y de alguien que reclama consenso y un pacto nacional  del agua.

Supongo que la diputada del PP por Guadalajara, Silvia Valmaña, y el resto de parlamentarios populares de Castilla-La Mancha sabrán poner en su sitio a Egea. Por la cuenta que les trae.

Esto es lo que hay. Como diría el Conde de Romanones, ¡vaya tropa!

Puro postureo. Solo gestos. Incompetencia.

Nunca me ha parecido que Pedro Sánchez tuviera intención de acordar un gobierno con alguien. Solo que algunos de sus partenaires tampoco, como Pablo Iglesias y Albert Rivera. Que andan haciendo la competencia a los leones del Congreso. En su estulticia.

Si Sánchez hubiera ido en serio con Podemos habría pactado un acuerdo de investidura, aunque nos hubiera puesto los pelos de punta en estos momentos de desaceleración económica, que nos llega  por la Ruta de la Seda, pero el presidente en funciones y el aspirante a vicepresidente político se enredaron con una negociación sobre cargos y sillas, hasta que Iglesias descubrió que los ministerios que le ofrecía Sánchez eran  humo. Eso pasa cuando te olvidas de los programas, como insistía el califa comunista Julio Anguita: “¡Programa, programa, programa!” Pero Sánchez no dio opción a Iglesias a que negociaran un programa, porque en el fondo nunca ha visto a Podemos como un partido de gobierno a enseñar por Europa, sino como una izquierda agitadora y populista a la que absorber  para ocupar su espacio político. Y como Tezanos e Iván Redondo le están diciendo que si hay  elecciones en noviembre van a quedarse al borde de la mayoría, ¿ para qué vamos entonces a reeditar los pactos Frankenstein con lo mejor de cada casa si en menos de tres meses todo este lío se puede resolver de un plumazo?  Así que España tendrá que aguantar hasta entonces aunque Xi Jinping y el tarambana de Trump nos pueden meter el PIB y el crecimiento por donde amargan los pepinos.

Sánchez tampoco tuvo la mínima intención de llegar a un acuerdo con Rivera y su partido, porque ni tan siquiera le emplazó a retomar el acuerdo al que llegaron ambos en 2015, lo que habría puesto en aprieto al líder de Ciudadanos, atrapado en una estrategia chapucera copiada del propio Sánchez, cuando dijo “No es no” a Rajoy en similares circunstancias y dimitió de diputado antes que abstenerse.  Rivera cree que si pacta con Sánchez, nunca jamás podrá aspirar al sorpasso con el PP. Y en lugar de despejar el camino,  y poner a Ciudadanos ante sus contracciones,  lo que ha hecho el presidente en funciones es levantar un muro más grande que el de Berlín: pactar el gobierno de Navarra con los nacionalistas vascos y meter en el Ejecutivo de Chivite a una ex parlamentaria de Batasuna, Itziar Gómez,  que nunca condenó el terrorismo cuando  estaba en aquella formación.  Silencio general entre los barones socialistas.  Nafarroa nos espera.

Sánchez tampoco quiso pactar con Casado y el PP, porque esto no es Alemania, somos los más guapos del mundo y aquí no hay ninguna necesidad de llegar a grandes coaliciones entre socialdemócratas y conservadores, porque nos podemos permitir el lujo de estar seis meses con un gobierno en funciones…y tres huevos duros. Casado fue el más honesto de todos: sí aceptó ir a La Moncloa cuando Sánchez le invitó de tapadillo, le ofreció pactos en temas de Estado muy interesantes, pero nunca su abstención. Es decir, un souffle de gran apariencia exterior pero relleno de aire. Y Sánchez lo que quiere es seguir, claro.

Esto es lo que hay. Llevan desde el 28 de abril tocando el rigodón, eso sí, cobrando puntualmente la mensualidad, y al final querrán que lo resuelva un electorado cada vez más cansado, que les puede mandar a esparragar. Así que, por favor, aprueben cuanto antes la segunda vuelta, como en Francia,  porque esto es lo que hay. Puro postureo. Solo gestos. Incompetencia.

Dejar de mirar por el retrovisor

En el escaso mes y medio que lleva gobernando el equipo de gobierno de Alberrto Rojo (ni llega, ya que tomó posesión el 15 de junio) se ha puesto más el foco, y el debate, en asuntos forjados por el anterior gobierno municipal. Advierto que suele ocurrir siempre que hay cambio en un gobierno. Pero es un error mantener en el tiempo la estrategia de mirar por el retrovisor, porque al final estás hablando de lo que hicieron  mal tus antecesores cuando ya es cosa juzgada por la ciudadanía. Y lo que el electorado ha dicho en Guadalajara es que quería cambio, con independencia de que este se gestara más en Fuensalida que en la plaza Mayor(nunca alcalde alguno ha estado en Guadalajara más de tres legislaturas), y a ello deben ponerse los ediles del PSOE y CS capitaneados por Rojo. Estos a gobernar y la oposición a controlar, que para eso les pagamos, y no mal, los contribuyentes de esta ciudad.

ELADIO FREIJO.- Mientras nadie me demuestre  lo contrario, y a riesgo de nadar a contracorriente, cosa que profesionalmente llevo haciendo con notoria irresponsabilidad desde hace más de cuarenta años – y ya no voy a cambiar-, tengo a Eladio Freijo  por un cualificado gestor deportivo que ha dado mucho a esta ciudad con un modelo de gestión, que sin abandonar a los clubes locales, ha hecho del deporte un motor del sector turístico guadalajareño. Es posible que por no perder a algunas de esas grandes citas haya tenido que improvisar y hacer encajes de bolillos en un presupuesto público que casi siempre está reñido con los criterios de eficiencia con los que se mueve la empresa privada. Pero si al final se ha contado con el visto bueno de los técnicos, como él ha sostenido en los últimos días, y nadie lo ha desmentido, parece injusto quedarse con el fuero en vez del huevo.  Y dicho esto, también entiendo la prudencia del nuevo concejal de Deportes, mi apreciado colega Evaristo Olcina, cuando nada más llegar  se encuentra con un Mitin de Atletismo del que no hay un presupuesto cerrado, entre otras cosas porque lo organiza el  Club Deportivo Meliz Sport, y en el que el Ayuntamiento es solo un colaborador (aportó unos 90.000 euros incluyendo también el Campeonato de España de Atletismo Sub-14) En esa tesitura es normal que el concejal novato sea cauto y que no haga lo que habría hecho un edil veterano: retorcer el presupuesto hasta que dijera Pamplona. Cada equipo de gobierno debe temer su impronta, pero no me parece una buena política hacer tabla de un modelo que, con sus imperfecciones, ha puesto a Guadalajara en lo más alto del mapa deportivo nacional. Y Evaristo es listo.

LO DEL PRESUPUESTO, UN PROBLEMA- No es una tontería lo que propuso  Jaime Carnicero en el último pleno. Al funcionar el Ayuntamiento con un presupuesto prorrogado es un serio inconveniente, no solo por no poder acceder a nuevas inversiones, sino porque  los gastos de mantenimiento siguen engordando con las actualizaciones  y cuando lo quieran pagar con arreglo al presupuesto de 2020 las facturas muerden en los cajones. Es ciertamente atrevido que un equipo de gobierno por estrenar se meta en esos dibujos nada más aterrizar y elabore un nuevo presupuesto, así que todo hace pensar que se centrarán en el de 2020. Luego tendrán que ver cómo pueden encajar el desfase en ese ejercicio sin tener que reducir servicios o subir los impuestos,  una mala gracia para un partido como Ciudadanos que en su ADN lleva una fiscalidad baja. Os lo recuerdo.  Por mera técnica presupuestaria a lo mejor deberían pensarse el ofrecimiento de Carnicero, pero ya metidos en pleno verano es comprensible que tengan sus cautelas.

PAGE, 2023.- García-Page tiene el camino despejado para poder presentarse a un tercer mandato en 2023. Y Paco Núñez estuvo de acuerdo, pactando con él la oportuna modificación legal. ¿Por qué lo hizo cuando Page es mejor candidato (a día de hoy) que cualquiera que el PSOE pudiera presentar en 2023?  ¿A lo mejor porque si repite Page a nadie de Génova se le ocurrirá aterrizar en Castilla-La Mancha como sucedió con Cospedal?

UN DICHO ITALIANO.- Dicen los italianos que algo peor a estar sin gobierno es un mal gobierno. Después de haber visto el juego de sillas en que se convirtió la negociación de Sánchez-Redondo  con Podemos era evidente que de esa partida de ajedrez por aparentar ser el menor culpable del fracaso no podía salir nada coherente. Así que mejor nos hacemos italianos hasta que se aclaren y nos presenten algo que se parezca a un programa de gobierno, como diría Julio Anguita.

RIVERA, CON LAS MANOS ATADAS.- Ciudadanos ha estado de miranda en todo esto. Desde luego, al que se le ocurrió atarse las manos con el “no es no” a Sánchez en la campaña electoral se ha lucido con la estrategia. Con lo fácil que habría sido marcarle una hoja de ruta alejada del precipicio independendentista y podemita con solo desempolvar el pacto de Gobierno al que llegaron con él en  2015. Pero no, Rivera se empeñó en que como él se cree el jefe de la oposición y el rey no está desnudo, hace de Don Tancredo  sin percatarse de que los españoles  le dieron ese papel a Pablo Casado.  ¡Garicano, tu sí que sabes y por eso vuelves a Europa!

SI ESTO FUERA ALEMANIA.- Y Casado un líder con más trienios habrían llegado a un pacto de investidura con el PSOE, que habría sido fácil de vender apelando al patriotismo y al sentido común. Pero esto es España y esta es la tropa, en el lenguaje de mi admirado Conde de Romanones -un liberal que sí sabía pactar- con la que tenemos que salir a desfilar. ¡Menos mal que ellos no tuvieron que elaborar la Constitución en 1978! Porque todavía estaríamos discutiendo el título VIII. ¡Pero esto es lo que hay!

EL INDEPENDENTISMO AVANZA CON SÁNCHEZ.-Un defensor de los Países Catalanes se hace con la educación y política lingüistica en el gobierno de la socialista Armengol en Baleares.En la estratégica Navarra, el último territorio que se incorporó a la nación española, otra socialista, una tal Chivite, accede a la presidencia del gobierno con el apoyo del PNV Navarro, Podemos-IU y la necesaria abstención de Bildu, el partido heredero de los que justificaban el terror para mover un árbol del que otros recogían las nueces, como nos descubrió Arzalluz. Luego nos extrañaremos de que en Navarra y las Baleares la desafección a España gane terreno, como ha ocurrido en Cataluña desde que entregamos la educación y la televisión pública a los que tienen como fin último la destrucción del estado constitucional español de 1978. Lo que siempre he llamado la independencia a plazos. Ahora, el Process, que es como el Brexit. Se basa en supuestos populistas manifiestamente falsos, pero en los que muchos creen después de haberlo oído mil veces. «Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad» (Göbbels)

BLANCA FERNÁNDEZ- Impecable su intervención en la toma de posesión de Eusebio Robles como delegado de la Junta en Guadalajara. Vino con los deberes hechos, ni una palabra de más, ni una de menos. Cuando tan a menudo la clase política actual anda regañada con la oratoria y lee hasta el santoral, la portavoz del Gobierno de Page es como un pozo de agua fresca en medio de un desierto de palabras. Apunten su nombre: Blanca Fernández.

EL SENADOR ROMAN ESTÁ DE TOUR.– Este verano por la provincia. Para tomarla el pulso, que para eso es médico de familia. Y ahí lo dejo. ¡Lo que da el verano entre romerías y fiestas de los pueblos!

El nuevo modelo pasa por el Ferial

En la entrevista que mantuve con el nuevo y flamante alcalde, Alberto Rojo, se apuntó a un tópico al decir que a él tampoco le gusta el modelo de Ferias y Fiestas, y como les suele ocurrir a todos, luego no aciertan a explicar cuál es su alternativa. Más allá del consabido “hay que hablar con todos”.

Yo sí defiendo el modelo de Ferias y Fiestas, porque básicamente es participativo y se vive en la calle. Un modelo que parte en lo esencial del que implantó Javier de Irízar en 1979 y que se sostiene en tres patas: buenos encierros (ahora con los toros de las corridas), peñas y fiesta en la calle (con verbenas potentes todos los días de Ferias). Con estos mimbres,  se han ido tejiendo más cosas por las distintas corporaciones, pero en lo sustancial el modelo no ha cambiado. Unos podemos echar en falta espectáculos de calidad en el Buero Vallejo durante toda la semana de Ferias, aunque los programadores no son partidarios para que no haya competencia con otros actos que organiza el Ayuntamiento. Es una cuestión a estudiar. Cómo mejorar el desfile de carrozas, lo que no es fácil. Se pone el ejemplo de Azuqueca, pero allí hay toda una cultura en torno a las carrozas, que no existe en Guadalajara. Yo no veo a las peñas arriacenses trabajando en una carroza durante medio año. Otros hablan de poner los conciertos de Ferias gratis, pero eso no es posible por cuestión de seguridad, y además acabaría afectando al caché de los artistas.

¿Diálogo? Pues sí, claro, pero no nos engañemos. Si preguntas a las peñas te dirán que preferirían hacer sus verbenas en el caso antiguo y a todas horas, porque el Ferial es frío, alejado y triste. Pero si hablas con los vecinos colocarían estas verbenas en mitad del monte y no darían a las peñas ni un euro de subvención. ¡Se me olvidaba, luego están los políticos populistas que critican la calidad de nuestras Ferias y al mismo reclaman que se reduzca el presupuesto!

No tengo ninguna esperanza en que de ese diálogo ciudadano se saque nada en limpio, porque los intereses son contrapuestos. Y al final el equipo de gobierno tendrá que gobernar, que para eso están. Por ello, es razonable el criterio que han mantenido las últimas corporaciones de levantar la mano con los ruidos el fin de semana y ser más exigentes en el primer tramo de la Semana Grande. No se puede contentar a todos y en todo.

Lo que sí requiere un intenso debate es el  Ferial. Hay tres opciones: mantenerlo como está (aunque evidentemente se queda pequeño); ampliarlo y habilitar una zona para conciertos; o hacer un Ferial nuevo en otro sitio de la ciudad, una idea que se manejó hace diez años y que encajaría con el Plan de Urbanismo que hay que revisar. No se engañen: ahí está el meollo de la cuestión. El nuevo modelo de Ferias sin romper con el original. ¿O es que alguien piensa que hay que acabar con los encierros y mandar a las peñas a las cavernas, como en la dictadura?

La decisión del Ferial va además conectada con el recinto de los conciertos y que este año nos puede jugar una mala pasada, con el campo de la Fuente de la Niña, recientemente reformado en su pista de atletismo y amenazado por Taburete, Marea y Melendi. Imaginé que el nuevo equipo de Gobierno iba a tirar por la solución más fácil, trasladar el concierto al Pedro Escartín, porque a las malas podría haber echado la culpa a los del PP si algo fallaba. Pero en cualquier caso el equipo de gobierno debe ser consciente de que la opción Fuente de la Niña es indeseable, como decía el antiguo portavoz socialista Daniel Jiménez, por lo que hay buscar una solución definitiva

Una sería aprovechar el amplio espacio que hay en el entorno del Pedro Escartín, sin necesidad de maltratar el césped del campo de fútbol, aunque para ello, como ocurre en el Sonorama, se requiere de una gran plataforma pavimentada. En Aranda de Duero el emplazamiento está en las afueras de la ciudad, no hay Ferial ni nada, y funciona bien. Para compensar, durante el día, programan conciertos en la plaza del pueblo.

Esa sería una solución. Aunque a mi entender lo mejor sería ampliar el Ferial lo que haga falta y dotarlo de una zona de conciertos y exposiciones al aire libre, lo que contribuiría a animar el recinto y que este fuera atractivo para todos, peñas incluidas.

Háganme caso: ese es el gran reto al que se enfrenta el nuevo gobierno municipal, y que no se resuelve con cambiar de sitio una verbena o en programar una carrera o un baile de zumba.

¿Serán capaces de afrontarlo, como lo hizo Irízar en 1979 cuando el gobernador le amenazó con mandarle los guardias si sacaba los novillos a la calle para el encierro?

Esto es lo que hay.

Ante las dimensiones de la crisis, que hable el militante

Recientemente un amigo me recordaba a propósito de las guerras de poder en el PSOE provincial entre los sanchistas pata negra, que lidera la ministra Valerio, y la actual dirección provincial, con un reforzado Pablo Bellido, bendecido por Page con la presidencia de las Cortes de Castilla-La Mancha y una consejería a cargo de un político de su confianza, José Luis Escudero, que los buenos resultados electorales iban a calmarlo todo durante una legislatura. Como cada cual está ocupados en sus cosas, y ha habido tarta para repartir es cosa de lelos ponerse a enredar en el patio del vecino. En el PSOE se ha declarado la Pax Romana, y ya se sabe que esta durará tanto como la salud del emperador.

Pero si el disfrute de ese poder cauteriza cualquier herida interna, a sensu contrario carecer de él las agrava. Y así el histórico triunfo del PSOE en las últimas municipales y autonómicas, sumado al más precario de Sánchez en las elecciones Generales, han derivado en la derrota más cruel para el PP. Un partido que apenas hace ocho años gobernaba España, Castilla-La Mancha y la mayoría de las diputaciones y alcaldías, casi de repente sufre la de Don Rodrigo en la batalla de Guadalete y solo resiste en Yunquera de Henares, con lo que a su alcalde Lucas Castillo habría que empezar a llamarle Don Pelayo. O como poco Asterix. Pero ni diputado le han hecho (¿?)

Así son las cosas en política: se puede pasar del infierno al paraíso sin pasar por el purgatorio. El régimen, como es generoso, reserva alguna gabela para los que ejercen la oposición, en forma de liberados y personal de apoyo en los ayuntamientos principales o diputaciones, pero claro, no hay para todo el mundo y algunos tienen que hacer las maletas y regresar a la vida civil. Porque la política siempre debe entenderse como un paréntesis en la vida de una persona, ya que como avisaba a sus secretarios el Conde de Romanones, aquí el único que no está de tránsito en el puesto es el ordenanza. Es bueno recordarlo cuando se está en la cúspide, como hizo Page en su toma de posesión alertando a los suyos de no confundir la mayoría absoluta con la soberbia. Aunque más de uno le desoirá.

No es edificante, ciertamente, que la primera noticia que tengamos del Grupo Popular en la oposición fuera que dos concejales que no iban a disfrutar de sendas liberaciones se abstuvieran en la votación de los  sueldos, pero no será la primera vez ni la última. Eladio Freijo confía en que las aguas se acaben remansando, y yo supongo que será así. Por que aunque la portavocía de Jaime Carnicero formalmente debe ser refrendada por el Comité Ejecutivo, tampoco creo que Ana Guarinos haga del asunto cuestión de fe, tal y como está el patio,  aunque sabido es que a ella le hubiera gustado otro portavoz. Pero el debate en el PP no es tanto si los que han perdido las elecciones deben encabezar o no la oposición de cara a unas lejanas elecciones dentro de cuatro años,  lo que deberían meditar muy seriamente es si después de una derrota tan implacable, que les ha alejado del gobierno de las principales instituciones de la comunidad autónoma, se debe o no abrir un periodo de reflexión, ahora que hay tiempo suficiente para  que todos hagan sus aportaciones y en el que puedan salir nuevos líderes.

La respuesta a esta pregunta es sí. Y el que esté preparado, que dé un paso al frente. Y si luego siguen los mismos será porque no hay otros mejores o más dispuestos. No hacerlo me recordaría a otro tiempo en que el PP, después de perder una elección tras otra ante Bono, el partido quedaba aletargado, lamiéndose las heridas,  y solo cuando quedaba un año para las elecciones reaccionaba Génova y nos colocaba a “su” candidato.

La buena noticia para el PP es que en las peores condiciones todavía sigue siendo el primer partido de la oposición en Castilla-La Mancha y que Page no podrá presentarse a un tercer mandato con la actual normativa. La mala es que, hoy por hoy, no hay una alternativa que se visualice. Ni en el PP, ni en Ciudadanos, ni ya digamos en el ausente partido de Iglesias-Montero, que por no ir no fueron ni a la toma de posesión de Page aun siendo, ese día, formalmente miembros interinos de su gobierno.

Esto es lo que hay: devuelvan la palabra a los militantes. Y salga el sol por donde tenga que salir.

Ciudadanos en su laberinto

Concluía mi último post advirtiendo que Pedro Sánchez lo que no puede hacer son trampas. Pretender que Albert Rivera le abra las puertas de La Moncloa, para luego gobernar con el primo de Pablo Iglesias de subsecretario y pactar con Rufián en el Congreso

Después de lo ocurrido en la Ejecutiva Nacional de Ciudadanos, en que la formación liberal ratificó su rechazo a cualquier tipo de acuerdo para facilitar el gobierno de Sánchez, tengo que añadir que me sorprende la falta de perspectiva del partido de Rivera, deterninada por la mala lectura de los resultados electorales del 28-A. Ciudadanos  sigue sin reconocer que los electores no han dado a este partido el liderazgo de la oposición, a pesar de que el PP obtuvo el peor resultado de su historia, y pretende aparentar lo contrario. Por ello se enroca en el “no es no” a cualquier pacto de gobernabilidad con Sánchez, utilizando la misma estrategia que el PP, como es comprensible cuando se trata del primer partido de la oposición.

Pero si los electores han negado a Ciudadanos el liderazgo de la oposición, sí le han dado un notable poder para influir en la política española y en concreto en la formación de gobierno. Para ser útiles. Como escribía días atrás, Rivera no será el Helmut Kohl en la Alemania anterior a la caída del muro, pero sí podría jugar, ahora, el papel de Hans-Dietrich Genscher y ocupar la centralidad de la política española desde una posición determinante, metiendo en cintura y sirviendo de freno a populistas y nacionalistas.

Rivera tiene todos los motivos del mundo en sospechar de la buena voluntad de Pedro Sánchez cuando el PSOE mete a independentistas en el gobierno de las Baleares o coquetea con filoetarras y populistas en Navarra, un territorio donde los constitucionalistas deberían acordar políticas de estado y que eviten su deriva hacia las redes del separatismo. Pero aun sabiendo que con Sánchez en cualquier momento puedes quedar colgado de la brocha, Ciudadanos no ha puesto al presidente del Gobierno entre la espada y la pared, lo que ha facilitado su discurso de que son estos (por Ciudadanos) los que me obligan a echarme de brazos ante Podemos y los independentistas. Un argumento de peso si al final este Pedro Sánchez que parece de la escuela quietista de Rajoy opta por la repetición de elecciones.

Como inteligentemente escribía Arcadi Espada, uno de los fundadores de Ciudadanos, la división mostrada en el último comité ejecutivo del partido naranja (en el que, por cierto, Orlena de Miguel, relegada de cualquier lista en las últimas elecciones, se abstuvo) no es tanto una pugna entre liberales (Rivera) y social-liberales (Garicano), como algunos medios próximos a Sánchez han vendido, sino un debate sobre cuál debe ser la relación de Ciudadanos con el poder. O dicho de otra manera: lo que Ciudadanos quiere ser de mayor. Y aunque Rivera no lo acepte, lo que los ciudadanos le han dado en las últimas elecciones es un poder suficiente como para intentar modificar la inquietante hoja de ruta de Pedro Sánchez, recuperando el acuerdo alcanzado con él para la investidura fallida de 2015. Pero no el papel de jefe de la oposición, que quiere robar a Pablo Casado.

Si no lo ejerciera -y es un riesgo que no ha valorado Ciudadanos- los electores podrían pensar que ha hecho dejación de ese poder, que daría estabilidad a España, por no aparentar ser un partido bisagra, con lo que sería más seguro dejarse de rodeos y votar directamente al PP. Esto es lo que hay. Ciudadanos en el laberinto no del minotauro, sino de Sánchez. Más riesgo, José Tomás. 

 

Foto: Albert Rivera, en campaña electoral. Tras él Orlena de Miguel. 

Sánchez en estado puro

Cortito y al pie, como decía D’Stéfano. Pedro Sánchez debe formar gobierno, porque no hay alternativa.  Pero es él quien debe tomar la iniciativa. Es un descaro pretender que Albert Rivera le dé el apoyo gratis en la investidura, para luego formar gobierno con Podemos (ya sea de subsecretarios, direcciones generales u ordenanzas de ministerios, porque como decía el Conde de Romanones son los únicos que no están de paso) y  finalmente completar una mayoría parlamentaria con los independentistas.

Lo que tiene que hacer Sánchez es dejar de jugar a Rajoy, bajarse de la peana de Don Tancredo y ofrecer a Ciudadanos un pacto de investidura razonable que le permitiera gobernar, aunque fuera en solitario, con una mayoría parlamentaria suficiente para afrontar los difíciles retos que España y Europa tienen en un mundo cada vez más turbulento y con amenazas de desaceleración (otra vez) cuando todavía no hemos salido de la crisis en tantas cosas. Ahí están los salarios.

La otra alternativa ya sabemos cuál es, la que intuimos que más gusta a Sánchez, con la que ha llegado a presidir el Gobierno y a ganar las últimas elecciones en que el centro-derecha llevó hasta tres desnortadas legiones a la batalla. Hacer del pragmatismo su razón de ser y arrojar los principios por la ventana. O mejor aún: prescindir directamente de ellos, o como decía Groucho Marx, “estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”. Y así sucede que  le encaja pactar con Esquerra Republicana si se tercia, aunque los de Junqueras están dispuestos a reeditar el golpe de mano contra el Estado en cuanto tengan ocasión; jugar con las cosas de comer en Navarra y hacer presidente del parlamento a un independentista que hace su discurso en euskara, lengua que solo habla una minoría en la comunidad Foral; permitir que la señora Armengol regale dos consejerías a los independentistas en Baleares, para acabar como hemos terminado en Cataluña; en La Rioja y Canarias pactar con los populistas de Podemos ¿Y en Castilla-La Mancha? Pues como Page, que va con la bandera de España en el reloj, ganó las elecciones por aplastamiento pues traga con que los pactos en los principales ayuntamientos sean con Ciudadanos, aunque para ello tengan que firmar un documento dando vivas al 155.

Es Sánchez en estado puro. Se mueve muy bien en aguas turbulentas y no se recata en abrir puertas a los nacionalistas, aunque cada vez que lo hace se da un paso más en la ¿inevitable? ruptura de España. Ahí tienen el partido final de la liga de baloncesto como ejemplo: había más esteladas y pancartas en favor de los presos en el Palau Blaugrana que en un mitin de Puigdemont. Hasta el Barça se ha sumado al aquelarre del independentismo, porque es lo políticamente correcto en una sociedad catalana abandonada al mensaje único de TV3. Yo lo denomino la independencia a plazos.

Pues bien, ante este panorama Sánchez tiene tres opciones: 1ª) La oportunidad de ser un patriota, como si francés fuera, y recuperar los viejos principios del PSOE, como partido que tanto ha contribuido a la cohesión de España, y proponer un pacto de investidura a Ciudadanos, como lo hizo en 2015. 2ª) Seguir jugando con fuego con independentistas y filoetarras. 3ª)  Convocar elecciones anticipadas y buscar una mayoría más cómoda.

Lo que no puede hacer son trampas. Pretender que Rivera le abra las puertas de La Moncloa, para luego gobernar con el primo de Pablo Iglesias y pactar con Rufián en el Congreso. ¡Pero qué ocurrencias!  Sánchez en estado puro.

Esto es lo que hay.

Victoria por aplastamiento de Page

Tras su pacto con Ciudadanos, Emiliano García-Page ha rematado su cómoda mayoría absoluta en las Cortes de Castilla-La Mancha (me gusta llamarlas así, no “parlamento regional”, de la misma manera que Junta de Comunidades a su órgano ejecutivo y no el impersonal “Gobierno de Castilla-La Mancha”  que ahora utilizan) acumulando un poder que ningún presidente, ni siquiera José Bono, llegó a reunir.  El pacto con Ciudadanos le sirve en bandeja las alcaldías de las capitales de provincia y los municipios más poblados de Castilla-La Mancha, amén de todas las diputaciones de la región. Más poder de lo que acumuló Bono, que incluso en sus mejores momentos tuvo a Paco Tomey enfrente haciendo de Astérix en la Diputación de Guadalajara y algún ayuntamiento despistado en manos populares. El pacto con Ciudadanos le sirve además a Page para mandar un mensaje a Ferraz: que él sí ha sido capaz de entenderse con Ciudadanos y ocupar una posición central en la política regional, por lo que el “sanchismo” pata negra en la Región, ya sea amparado en ministerios o en mayorías absolutas de municipios importantes, mejor será que se ocupe de lo suyo y no andar con enredos; que aquí hay tarta para todos. Y además, no nos engañemos: un moderado como Page está más cómodo teniendo como aliado circunstancial a un partido liberal que a una fuerza populista de izquierdas, a la que terminó por dar el abrazo del oso. Podemos ha sido barrido del mapa en Castilla-La Mancha y a la izquierda del PSOE no se ve nada más allá de un debilitada IU , pero con menos poder de decisión que en tiempos del Partido Comunista de España.

Desde el primer momento escribí que todo tenía pinta de que Ciudadanos iba a pactar con el PSOE en Castilla-La Mancha. La Ejecutiva Nacional de Ciudadanos había acordado como estrategia pactar preferentemente con el PP, y así lo ha hecho en Madrid y otras comunidades autónomas. Por lo que le venía de cine  para engrasar su bisagra, que en alguna comunidad girara a la izquierda. Y qué mejor sitio para ello que Castilla-La Mancha, con un Page que lleva la bandera de España en la correa del reloj y que es de los pocos barones socialistas del viejo testamento que ha resistido el alud provocado por Pedro Sánchez. Pero es que, además, el pacto de CS con Page les garantizaba a los naranjas lo mismo que podrían sacado de acuerdo con el PP (salvando la dificultad de que cualquier pacto tendría que ser bendecido por Vox de aquella manera), más dos huevos duros.  Que son: la Mesa de las Cortes de Castilla-La Mancha y la Diputación de Guadalajara. En fin, que si Page dio a Podemos la vicepresidencia de las Cortes ¡qué menos que también lo haga con Ciudadanos! Y si Ciudadanos va a garantizar la mayoría en la Diputación de Guadalajara pues habrá que hacer a su diputado vicepresidente primero para no tener que andar con pactos con el diputado de IU-Podemos. Con el acceso de Ciudadanos a los gobiernos locales, los anaranjados van a tener más visibilidad y nuevos recursos para seguir haciendo partido. ¿El inconveniente? El pacto con el PSOE de Page les acorta casi todo el espacio para hacer oposición, que se la deja a un Partido Popular que vive sus peores momentos desde su refundación.

Es verdad que el PP tenía las peores cartas en esta partida de los pactos y que hubiera hecho lo que fuera seguramente se habría quedado colgado de la brocha. ¡Pero es que ni tan siquiera la ha jugado! Cuando Page se fue con tranquilidad a las Azores para presidir un congreso de vinos europeos todo estaba encauzado, y para peinarlo se quedaba Sergio Gutiérrez, su número 2. Todo se remató en una reunión que se celebró en las Cortes Regionales en la tarde del jueves, aunque las condiciones de CS, que incluían compartir las alcaldías de Albacete y Ciudad Real, ya se sabían cuando Page cogió el portante hacia las Azores. Hasta entonces, el PP intentó aproximaciones locales en los distintos ayuntamientos, hablando con concejales sin mando en plaza, pero no fue hasta el jueves cuando lanzó su órdago y anunció que estaba dispuesto a firmar ante notario lo mismo que les daba el PSOE en Albacete y Ciudad Real y tres huevos duros: la propia alcaldía de Guadalajara. Pero cuando el PP reaccionó regional ya era tarde; todo estaba acordado. “No hay nada que hacer”, le dijo Rafa Pérez Borda a Román cuando este le llamó al trabajo ese mismo jueves.

Los pactos “desde arriba” muñidos por Page con Ciudadanos se plasmaban en un sencillo decálogo de diez puntos que los podría haber firmado el PP sin el mayor problema. Muy poco ropaje para vestir a estos santos, porque incluso asuntos que están en el ADN de Ciudadanos, como es la bajada de impuestos, se dejan en una esquina: lo más que llegan a decir es que se comprometen a no subirlos. Ha sido destacado por Ciudadanos el respaldo a la aplicación del artículo 155  “en caso de que el Govern de la Generalitat siga sin acatar el orden constitucional”, pero eso dicho por un ayuntamiento de Castilla-La Mancha compromete tanto como si yo mando una carta al parlamento de Westminster pidiendo otro referéndum para que el Reino Unido siga en la UE. Como decía Tierno Galván, los programas están hechos para incumplirlos, así que para qué nos vamos a molestar con los detalles. Porque incluso en esto del artículo 155 las lecturas fueron radicalmente diferentes. Mientras que CS lo vendía como una crítica a las políticas “sanchistas” y sus acuerdos con los nacionalistas, el propio Sergio Gutiérrez tuvo que salir al paso y defender a su secretario general a quien presentó como el último baluarte de España en Cataluña.

Resumiendo, que siendo sinceros: el socio «preferente» de  CS en Castilla-La Mancha ha sido el PSOE de Page, y el PP apenas ha tenido oportunidad de negociar. Pero siendo esto cierto, tampoco hubo por parte de su dirección regional ninguna estrategia que no fuera torpedear los pactos cuando el crucero estaba en las Azores. Pero en esta vida siempre hay que ver el lado positivo: al PP le han dejado el campo libre a la derecha para hacer oposición, porque Vox no está en las Cortes regionales. Otra cosa es que por Paco Núñez y su entorno se diga que aquí no ha pasado nada, que borrón y cuenta nueva, que empieza una nueva época, pero dirigida por los mismos. Pues no se va a entender. Porque a día de hoy, García-Page no tiene una alternativa en Castilla-La Mancha y eso no es bueno para el funcionamiento del sistema. ¿La habrá dentro de cuatro años?

Resaltaba el flamante senador y número 2 del PSOE provincial, Rafael Esteban, que el 82% de los ayuntamientos de la provincia tendrán (ya tienen) alcalde socialista. Pues ahí radica el asunto, que este éxito clamoroso del PSOE que lidera Pablo Bellido en la provincia no acabe en empacho y que algunos alcaldes que van a gobernar con mayoría absoluta (o casi) no lo acaben por confundir  con el poder absoluto. En la antigua Roma, cuando los generales volvían victoriosos de una campaña, solían celebrar sus triunfos con una marcha por las vías principales de la ciudad. Montados en una cuadriga, recibían las aclamaciones del pueblo hasta la llegada al Senado. Si además de generales eran emperadores, un esclavo los acompañaba en el vehículo donde, sosteniendo la corona de laurel, y cada cierto tiempo recitaba junto al oído la frase: ¡Oh, César, recuerda que eres mortal! Era la manera de recordarlos que sus éxitos militares no debían inducirles a creerse dioses.

Pues sí, es verdad. Nunca el Partido Socialista ha tenido tanto poder en Castilla-La Mancha, y en Guadalajara en particular, por lo que no está de más recordar lo que el esclavo sugería a César, porque hace apenas cinco años, este PP que ahora  anda, como el personaje de Ionesco, en busca de una identidad, llegó a gobernar al mismo tiempo  España, la Junta de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Guadalajara y la Diputación, pero nadie le dijo en el oído a la antecesora de Page: “Oh, María Dolores, recuerda que eres mortal”, porque seguramente le habrían arrojado a las fieras del Circo.

En mi próximo post les hablaré del Ayuntamiento de Guadalajara en  que el PSOE recupera la alcaldía, con el apoyo de Ciudadanos, después de 12 años de  Antonio Román. Es complicado siempre hablar de un político de larga trayectoria, porque en ella hay un poco de todo, como en la fritura gaditana. Pero yo quiero destacar de Román su honestidad y capacidad de servicio hacia su ciudad, que desde luego es mejor que la que se encontró. Espero, confiado, que de su sucesor, Alberto Rojo, pueda decir lo mismo cuando él se vaya, si para entonces me quedan ganas y salud para seguir escribiendo.

Me gustaría que el sistema electoral español hubiera devuelto la palabra al pueblo en una segunda vuelta que evitara este fregado de los pactos, pero esto es lo que hay.

 

Ciudadanos y el inteligente (pero arriesgado) ejercicio de la bisagra

Hans-Dietrich Genscher fue uno de los políticos europeos más influyentes en la Europa de la guerra fría. Estuvo en el Bundestag como diputado desde 1965 hasta 1998, en que se retiró, y desempeñó un puesto clave en la política alemana y europea como ministro de Asuntos Exteriores de la RFA entre 1974 y 1992. Como líder del partido liberal alemán (FDP), gobernó primero en coalición con los socialdemócratas de Willy Brandt y de Helmut Schmidt; y cuando intuyó que el tiempo de la izquierda alemana había pasado cambió de aliado estratégico y contribuyó a la llegada al poder de la  CDU (democristianos) con su canciller Helmut Kohl, el gigante político que logró la reunificación alemana.  Hans-Dietrich Genscher fue un exquisito bisagrista, y hoy lo traigo a colación  a propósito de la situación de Ciudadanos, otro partido liberal, enfrentado ante la decisión más difícil de su historia. Decidir el destino de los principales ayuntamientos de España, entre ellos el de Madrid, y de las comunidades autónomas de Castilla y León, Aragón, La Rioja, Murcia, Canarias y posiblemente Asturias. ¡Ahí es nada!

Los resultados electorales del 26 de Mayo han despejado en parte la duda de Ciudadanos sobre lo que querían ser de mayores: si disputar al endeble PP de Pablo Casado el liderazgo del centro-derecha o conformarse con una posición muy cualificada pero subordinada, la de bisagrista  entre de los dos partidos mayoritarios. En las elecciones Generales del 28-A, Ciudadanos se acercó mucho al “sorpasso” del PP, pero se quedó a las puertas con 57 diputados y el 15,8% de los votos frente a 66 diputados y el 16,7% de los populares.  Y en las elecciones locales del 28-M, la tendencia se confirmó: la mayor organización territorial del PP les reportó 5.148.808 votos con el 22,60%, mientras que CS bajó al 8,72% y 1.878.729 votos. No hay vuelco.

En estas circunstancias, Ciudadanos queda como partido bisagra. Lo que tampoco debería ser un papel indecoroso. Depende de cómo lo gestione; y si Rivera es capaz de imitar a Hans-Dietrich Genscher y ocupar la centralidad de la política española desde una posición muy influyente, pero minoritaria, metiendo en cintura y sirviendo de freno a populistas y nacionalistas; o si los inexpertos candidatos de Ciudadanos acaban siendo absorbidos por los gobiernos locales y autonómicos que tendrán de mascarón de proa a presidentes y alcaldes socialistas o populares, que capitalicen su gestión. Ejemplos: el último gobierno de García-Page con Podemos en Castilla-La Mancha; o el primero en coalición de PSOE y PCE en Guadalajara, que desencadenaron dos amplias mayorías absolutas socialistas.

En Guadalajara, todo tiene pinta de que Ciudadanos va a gobernar con el PSOE, el partido más votado. Y si lo hace, sería deseable de que entrara en el gobierno y se comprometiera con él, lo que no hizo en el último mandato de Román, con mal resultado para la ciudad. No se puede entregar el gobierno a un alcalde y al minuto siguiente dejarlo en minoría. También podría Ciudadanos llegar a un acuerdo de gobierno con el PP, con el contundente argumento de que el centro-derecha (PP+ CS+Vox), sumó 1.111 votos más que la izquierda en Guadalajara, pero surge como impedimento un obstáculo que parece insalvable: CS se niega a sentarse en la mesa con Vox, y encima los descalifica. Por ello, Román tendría que negociar un pacto de gobierno con CS, que apenas sumaría 11 ediles, y luego mostrarlo a Vox como si fuera las tablas de la Ley esculpidas en mármol, solo para que lo echara un vistazo y lo votara en el pleno. En el mejor de los casos estaríamos desde el minuto 1 con otro gobierno en minoría de 11 concejales.

En esas circunstancias, el camino hacia un gobierno entre PSOE y CS en Guadalajara está más despejado, y seguro que a engrasarlo contribuirá Page, porque en la misma situación están los ayuntamientos de Ciudad Real y Albacete; y alguna Diputación, como la de Guadalajara.  Aunque el presidente regional, con su mayoría absoluta, tiene poco que ofrecerles. Pero algo se le ocurrirá, que Page es hombre imaginativo. Otra cosa es que luego cuando tengan que comparar programas en asuntos como la fiscalidad o las políticas de empleo, verán que hay serias diferencias, las mismas que desde hace medio siglo separan a socialdemócratas y liberales. ¿Se harán Page y Rojo social-liberales como se hizo Helmut Schmidt por exigencia de Genscher? ¿O se convertirá Pérez-Borda y Alejandro Ruiz en socialdemócrata?

En Guadalajara, presiento que a este PP tan necesitado de cambios y de caras nuevas, tampoco le vendrá mal un gobierno de centro-izquierda PSOE-CS, porque le dejará ocupar toda la oposición y, si es inteligente, visualizar que eso de votar a partidos a su derecha extrema no ha sido un buen invento. Un grupo de oposición en el que no estaría Román, y supongo que alguno más, podría dar guerra a un equipo de gobierno repleto de novatos y que van tener que aprender rápido en gestión municipal para que no se les note mucho. Pero esto es lo que hay.

Consecuencias de una Ley Electoral que deja a los partidos la decisión de los pactos y no devuelve la palabra al ciudadano, como sucede en Francia con su famosa segunda vuelta.  Rajoy lo pudo haber cambiado, pero no se atrevió. Pues ahora, que no se quejen.
75 AÑOS DEL DÍA D.- El 6 de junio de 1944 se cumple el 75 aniversario del Día D. Ningún otro lugar me ha impresionado tanto como pasear por aquella playa de Omaha en la que 2.500 soldados americanos perdieron la vida solo en las dos primeras horas del desembarco frente a guarniciones alemanas parapetadas sobre acantilados de más de viente metros desde los que practicaron el tiro al blanco con los que intentaban desembarcar. Normandía está sembrada de cementerios, en los que miles de tumbas rematadas por cruces o la estrella de David se pierden en el horizonte. En todas ellas solo pone el nombre de enterrado, rango, la fecha de su muerte y el estado de procedencia. En el Día D y posteriores perdieron la vida unas cien mil personas, más de la mitad alemanes, que tienen sus propios cementerios.

En estos tiempos donde por los euroescépticos de todo pelaje, aquí y allá del Atlántico, con tanta ligereza se cuestiona la Europa unida y democrática que nació del sacrificio de aquellos héroes es bueno recordar de dónde venimos, sobre todo para no regresar a aquellos años treinta en que la Europa de los ultranacionalismos inoculó a sus sociedades más cultas el virus de la intolerancia y el fanatismo. Deberían promover excursiones gratis a aquellos cementerios normandos para que todos supieran hasta dónde puede llegar la raza humana cegada por el totalitarismo.

Sobre estas líneas,  Normandía, playa de Omaha y cementerio americano /Foto: S. Barra.

 

Éxito de Page y la encrucijada de Ciudadanos

Emiliano García-Page ha ganado por mayoría absoluta las elecciones autonómicas en Castilla-La Mancha y con una diferencia que no se esperaba ni el más optimista entre sus leales: 19 escaños, 2 por encima de la mayoría absoluta, que está en 17.  Si bien es verdad que el Partido Socialista sacó todavía más escaños en 1987, 1991, 1989, 2003  (con José Bono) y 2007 (con José María Barreda) entonces al PSOE le beneficiada el bipartidismo, como fuerza hegemónica, con lo que los resultados de Page tienen tanto mérito o más que algunos de los comicios citados.

Es cierto que la ola que Pedro Sánchez ha impulsado en toda España en favor de su partido llega también a Castilla-La Mancha, pero como sucede también en Extremadura tiene factores endógenos.  Mientras en ambas regiones con Page y Sánchez Vara el PSOE no depende de nadie, en Aragón, Castilla y León, Murcia, Navarra, Asturias, Baleares y Canarias necesita de los pactos para gobernar y es fácil que algunos de estos gobiernos se decanten para el PP, Coalición Canaria o Navarra Suma.

Punto y aparte merece la Comunidad de Madrid, donde la división de Podemos contribuyó a que por los pelos PP, CS y Vox puedan conquistar  el Ayuntamiento y  retener la Comunidad.  Madrid es la joya de la corona de estas elecciones, tal es así que Pablo Casado se agarró a ella como un clavo ardiendo en la noche electoral, porque de haber perdido allí su liderazgo estaría en peligro.

Así que Page y Fernández Vara son los grandes triunfadores del PSOE en las Autonómicas, dos presidentes críticos con Sánchez en sus relaciones con Cataluña, y que saben que en ambas comunidades la cuestión nacional es determinante.  Por ello los mítines de Page estaban sembrados de banderas españolas.  Ahora han ido de la mano y les ha ido bien a los tres, pero eso no tapa las diferencias.

En Castilla-La Mancha, Ciudadanos entra por primera vez en las Cortes con 4 diputados (saca representación en todas las provincias menos en Cuenca), pero sus votos no serán determinantes. Podemos pierde los dos diputados que tenía, por sus divisiones internas, pero también por lo insustancial de su presencia en el gobierno de Page. Llegaron a tener una consejería específica con una pila de gente  para realizar un Plan de Garantías Ciudadanas y no fueron capaces de sacarlo adelante.

En Guadalajara, el PSOE saca su mejor resultado en unas Autonómicas, porque nunca ha tenido dos escaños se diferencia con el PP,  en una provincia -no lo olvidemos-, que dio la victoria electoral a los populares en 2011, y que Cospedal no lo supo agradecer en sus inversiones. Es por tanto un éxito también de la organización provincial que lidera Pablo Bellido, y que con el respaldo de Page va a tener paz interna para afrontar la legislatura. Los sanchistas de primera hora, como Magdalena Valerio o José Luis Blanco (este último se anota un éxito rotundo en Azuqueca) tienen suficiente trabajo como para estar enredando. Como bien evocaba Bellido en la noche electoral, “siete años atrás no gobernábamos nada, hoy lo gobernamos casi todo”. Este hecho bien cierto debería servir al PSOE no para regodearse en la victoria, sino para aprender que en política los ciclos siempre vuelven  y muchas veces se precipitan los cambios cuando el gobierno se ejercita con sectarismo y soberbia. Que se lo pregunten al PP, que hace siete años gobernaba España, Castilla-La Mancha, la Diputación, el Ayuntamiento de Guadalajara y la mayoría de los municipios de la provincia.

El éxito electoral del PSOE tiene en Guadalajara un sabor agridulce, porque si bien vuelve a ser el partido con más concejales en la capital, la suma no le da a Alberto Rojo para formar un gobierno de izquierdas con Podemos y Aike. El futuro  de los ayuntamientos de Guadalajara, Albacete y Cuenca está en manos de Ciudadanos, que se enfrenta a la decisión más difícil de su historia como partido. Tendrá que decidir si seguirá los pasos que en Madrid ha desvelado, un pacto a tres bandas con PP y Vox, en el que los populares son los más votados. O pactar con el PSOE,  y ejercer de partido bisagra, lo que dejaría a los populares y a Vox todo el espacio para la oposición desde el centro-derecha. Es cierto que Ciudadanos  ha mejorado resultados en casi todos los lugares, pero no ha logrado hacer el sorpasso al PP, lo que es un serio inconveniente a la hora de los posibles pactos. En Castilla-La Mancha, además, al sacar el PSOE la mayoría absoluta , Page no tiene nada que ofrecerle a cambio de que no voten a alcaldes populares en las tres capitales citadas.

En Guadalajara, y a pesar de la ola socialista, la suma del centro y la derecha (PP, CS y Vox) reune  más votos que la izquierda (PSOE, UP y Aike): 21.515  por 20.404. Otro dato a tener en cuenta que juega a favor de un posible tripartito. Como también favorece al  PSOE que al ser el partido más votado,  Alberto Rojo sería elegido alcalde solo con que Ciudadanos se abstuviera.

Falta por ver por tanto cuál es la estrategia de CS y si esta se decidirá en el marco local y autonómico o mediante una estrategia nacional, que sería lo más normal para evitar cosas raras. Porque de esta manera, Ciudadanos podría pedir al PP la Alcaldía de Madrid, un suponer,  y a cambio prestar su apoyo en alcaldías como la de Guadalajara donde han quedado muy retrasos respecto a los populares. Ya lo hemos visto en otras épocas con el CDS. Lo que no acabo de entender es que si finalmente hay pacto entre PP, CS y Vox por la Alcaldía tuviera que dar un paso a un lado Antonio Román, cuando los datos nos dicen que ha servido de freno a la caída  de su partido y cuenta con un refrendo popular mayor que cualquier otro candidato del PP. ¿O es que alguien pretende que con 3 concejales se puede ser alcalde de Guadalajara y reeditar la operación Blanca Calvo y sus delirantes consecuencias durante el año que vivimos peligrosamente ?

La conclusión más evidente, después de lo ocurrido en Castilla-La Mancha y en España, es que con la fragmentación del centro y la derecha  tanto Sánchez como Page carecen de alternativa; y eso no es bueno para el sistema, aunque lo tocaremos otro día.

El resultado en la provincia es un descalabro para el PP y un motivo para la reflexión interna en el seno de este partido. No vale con decir que la “ola nacional” nos ha ahogado, como se excusa Núñez, o que no estamos en tiempo de Congresos, como sugiere Guarinos.  El PP ha tenido el peor resultado desde que se unió con UCD en tiempos de José María Bris, y lo único que le salva de la debacle es que Ciudadanos sigue estando muy lejos de disputarle el liderazgo del centro-derecha. Pero la realidad es que, hoy en día, ni uno ni otro son alternativa y que Vox,  con su populismo de derechas,  ha alejado al centro-derecha como opción de gobierno en la Junta(no ha obtenido ni un escaño) y que los electores que no sean de izquierdas se estarán preguntando si ese camino lleva a alguna parte.

Estas elecciones locales y autonómicas tendrán también (es de suponer) consecuencias en la política nacional. Desde hoy, el PSOE de Pedro Sánchez es más fuerte al haber sido capaz el absorber el voto de izquierdas en gran parte por demérito de Podemos y sus confluencias (pierden 70 escaños entre todas las autonomías) , que no han sido solventes a la hora de gobernar y se han pasado la legislatura peleados entre ellos. Tras el 26-M no veo yo a Pablo Iglesias dictando la política del Gobierno de Sánchez y si entra en La Moncloa supongo que será de ficus. Esto es lo que hay.

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