Una vela al Tajo y un cirio a Murcia

Un organismo oficial del Ministerio, el CEDEX ha hecho una propuesta para modificar ligeramente a la baja los niveles para trasvasar agua desde la cabecera del Tajo. Lo que se pretende con esta reforma es reducir las situaciones en que la cabecera se encuentra en situación excepcional, en la que ahora está la mitad de las veces. Con estas reducciones, CEDEX estima que la probabilidad de las situaciones excepcionales se reduce a un 20%, la probabilidad de no disponer de recursos trasvasables se limita al 5% y el trasvase mínimo anual se sitúa por encima de 100 hm3/año. Hay que significar que el trasvase medio anual resulta ser de 326 hm3/año, aunque desde que la regla entró en vigor, las aportaciones a los embalses de Entrepeñas y Buendía han experimentado un notable descenso.

La propuesta del CEDEX ha sido acogida con disparidad.

Los más críticos, la Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía, porque si bien valoran que hay una reducción de los caudales a trasvasar, considera claramente insuficiente la rebaja dado que en los llamados niveles 2 y 3 se deberían negociar los criterios a aplicar, no que sean automáticos.

No es baladí, por tanto, que desde el Sindicato de Regantes de Murcia se valore la estabilidad del trasvase antes que el perjuicio por elevar de 1.200 Hm3 a 1.400 Hm3 el llamado nivel 1, como propone el CEDEX. Así lo reconoce su presidente:«Todo lo que sea estar en el Nivel 2, y que los trasvases sean automáticos, resultaría conveniente».

El consejero de Aguas y Agricultura de Murcia, el popular Antonio Luengo, ha tenido una reacción más política de crítica al Gobierno social-comunista, destacando que la reforma supone un descenso que él calcula podría llegar al 29%, lo que le «perjudicaría gravemente al campo». Aunque lo que le preocupa más al consejero murciano es que cuando se apruebe el plan hidrológico del Tajo se eleve su caudal ecológico, algo que al consejero no le gusta, porque preferiría «apostar por la depuración y el saneamiento en la cuenca, lo que tendría grandes beneficios medioambientales para todos y no tendría que llevar aparejado un nuevo descenso del volumen trasvasable».

Una foto actual del viaducto de Durón/GUDiario.

Por parte del Gobierno de Castilla-La Mancha no ha habido reacción a la propuesta del CEDEX, aunque días atrás el presidente García-Page se deshizo en elogios hacia el Gobierno Sánchez, por considerarlo el más favorable de los que ha habido hasta ahora en relación a las posturas que defiende Castilla-La Mancha en torno al trasvase Tajo-Segura. ¿Exceso de optimismo?

Yo digo que bien está subir los niveles, pero no me chupo el dedo: en el fondo se consolida la idea de la cabecera del Tajo como aljibe de la cuenca del Segura, unos pantanos donde hay un agua dispuesta a ser trasvasada de manera automática siempre que estén, como al día de hoy, apenas al 30%. Y eso solo sucede con el Tajo en todo el territorio español.

Todos tienen motivos para estar conformes y con los que discrepar, porque la propuesta del CEDEX es fronteriza, intenta contentar a todo el mundo y por un lado pone una vela en la cabecera del Tajo y un cirio en la huerta de Murcia.

En la cabecera no deberían despreciar que es un paso más a la hora de reducir la situación de «excepcionalidad» que afecta la mitad del tiempo a los niveles de Entrepreñas y Buendía, aunque supone para ellos una frustración que no se toque el nivel 4, que prohibe los trasvases cuando las existencias conjuntas en Entrepeñas y Buendía son inferiores a 400 Hm3, la mitad de lo que los ribereños reivindican.

Entre los regantes, no les importa tanto que pueda haber una reducción de los caudales cuando los pantanos están con más agua si finalmente se estabilizan en el nivel 2 (existencias conjuntas en Entrepeñas-Buendía inferiores a 1.300 hm3 sin llegar al nivel 3), porque de una manera automática se aprobaría un trasvase de 38 Hm2, como se ha hecho este mes de junio. Y aquí paz y después gloria.

Si en la época de José Bono se negoció un Plan Hidrológico que por primera vez estableció un mínimo no trasvasable de 240 Hm3; y luego con el Gobierno de Rajoy, el famoso Memorando, se subió a los 400 Hm2, la propuesta del CEDEX es un paso más hacia la estabilización de los embalses. Yo digo que bien está, pero no me chupo el dedo: en el fondo se consolida la idea de la cabecera del Tajo como aljibe de la cuenca del Segura, unos pantanos donde hay un agua dispuesta a ser trasvasada de manera automática siempre que estén, como al día de hoy, apenas al 30%. Y eso solo sucede con el Tajo en todo el territorio español. No se olvide lo que pasó con el trasvase del Ebro, que acabó entrando en una negociación del desnortado Zapatero con el independentismo catalán.

Seguramente este informe del CEDEX no deja de ser una escaramuza ante lo que viene: un Plan Hidrológico del Tajo en el que se tendrá que elevar el caudal ecológico del río para cumplir con las recomendaciones europeas, aunque no le guste al consejero de Agua murciano, que como es propio del cargo quiere llevar todo el agua (del Tajo) a su molino (en el Segura). Pero esto es lo que hay.

Ir a la barra de herramientas