¿33 o 55?

Uno de los debates que trajo más enconamiento en la legislatura de Cospedal fue la reducción de las Cortes de Castilla-La Mancha a 33 escaños. En el PP se defendió entonces que la medida estaba inspirada en la contención y el ahorro, y que 33 escaños era suficiente representación. Desde el PSOE se la criticó, porque decían que era un “pucherazo” que beneficiaba al PP y deja fuera de la cámara a las minorías , aunque al final García-Page consiguió con esa representación desalojar a Cospedal del palacio de Fuensalida, gracias a la ayuda de Podemos, que sacó dos escaños. Por tanto, el adelgazamiento de la cámara regional no constituyó un parapeto decisorio para la presidenta regional del PP, que si no logró la reelección -caso único en la historia electoral de Castilla-La Mancha- fue por otras muchas cosas, empezando por no tomarse en serio su propia presidencia que compatibilizó con la secretaría general del PP de Rajoy. Pero eso es ya historia.

Cortes de Castilla-La Mancha en Toledo.

Lo nuevo es que el PP de Paco Núñez, que días atrás se propuso ante Feijóo para volver a presentarse ante García-Page, ha pactado con el PSOE varias reformas del Estatuto de Autonomía entre las que se abre la puerta a la posibilidad de aumentar ese número de diputados hasta 55. ¿Quiere esto decir que ha cambiado la posición del PP y que, ahora, entiende que 33 diputados regionales son muy pocos-lo mismo que el parlamento de La Rioja- y que después de la marcha de Cospedal ha llegado el momento de abrir la mano con el gasto? ¿O tal vez deberíamos preguntarnos si un mayor número de diputados garantiza  una mejor calidad democrática, o simplemente mayores posibilidades de colocar a nuestra clase política regional? Esa es mi duda.

En cualquier caso, si hacemos caso a la proyección que recientemente hacía El Mundo sobre qué pasaría en Castilla-La Mancha con un parlamento con 55 diputados, nos encontramos que este tendría los mismos grupos políticos que el actual (PSOE, PP y Vox) con lo que tampoco se facilitaría que la izquierda comunista (Sumar o Podemos) tuviera entrada en el viejo caserón de San Gil, otro de los argumentos que se da para defender la ampliación. La lectura actual es que con una derecha fragmentada, el PP no puede en esta región alcanzar la mayoría absoluta, aunque sí podría gobernar de llegar a un acuerdo con la derecha populista de Vox. Por el contrario, el PSOE de Page se ve abocado a retener el poder solo si mantiene su mayoría absoluta porque ni con la ampliación podría contar con el apoyo de su extrema izquierda.  Es todo o nada. Así, con la proyección citada vemos que PP y Vox se quedarían en 26 escaños, tres más que con unas Cortes con 33 diputados, insuficiente para gobernar ya que el PSOE de Page llegaría hasta los 29 escaños, 8 más, alcanzando la mayoría absoluta, y más desahogada (con una diferencia de 3 escaños) de la que tiene actualmente (1 escaño). En el caso de Guadalajara, unas Cortes regionales ampliadas no cambiarían la relación entre los dos bloques, pues si bien el PSOE subiría hasta los 4 diputados, el PP ganaría también 1 y Vox se quedaría con el que tiene ahora. (4,3,1).

A todo lo dicho, hay que precisar algo muy importante: para llegar a esta ampliación a 55 escaños que el Estatuto reformado permitiría, habría que reformar la Ley Electoral, algo que no se haría hasta la siguiente legislatura, y para lo que es necesario una mayoría de 3/5, lo que requeriría el apoyo del PP en las Cortes regionales, algo que está por ver si en sus cábalas llega a la conclusión de que no le beneficia.

Por lo tanto, aclarar que a las elecciones regionales de 2027 en Castilla-La Mancha iremos con el mismo número de diputados, 33, aunque hay una novedad en el caso de Guadalajara. Por el aumento de población (de 190.000 a casi 300.000), nuestra provincia gana un diputado, que pierde Albacete, con lo que le correspondería elegir 6 en vez de 5. Si se mantuviera el porcentaje de voto de las últimas elecciones, sería el PSOE quien se lo llevara (3 PSOE,2 PP,1 Vox) lo que a la postre podría ser decisivo en el conjunto regional para la reelección de Page, que va a estar más reñida que nunca, todavía con el actual presidente como favorito. Pero queda mucho para 2027 y hay un elemento que en mi opinión sí sería muy importante. A Page le beneficia ir por detrás en una convocatoria electoral, para que nadie tenga la tentación de penalizar la candidatura socialista a modo de voto de protesta contra Sánchez, que va a llegar a los comicios abrasado; pero resiliente. Que nadie espere que no agote el calendario.

LAS PENSIONES DE PUIGEMONT.- Ya sabíamos que los vascos se jubilan con 2.117 euros de media, un 24% más que el resto de españoles; y que los nuevos jubilados del régimen general en el País Vasco cobran 623 euros más de media que los extremeños, que son los que tienen las pensiones más bajas. Así sucede que son las autonomías con un fuero especial (País Vasco y Navarra) las que más cobran, lo que Puigdemont no está dispuesto a tolerar. ¿Y qué ha propuesto a Sánchez, que exista una mayor igualdad?  Evidentemente no, lo que pretende son “unas pensiones catalanas que se ajusten al mayor coste de la vida”, como si los precios solo hubieran subido en Cataluña. En la actualidad, las pensiones de Cataluña son de 1.822 euros de media frente a los 1.595 de Castilla-La Mancha o los 1.866 de Madrid. Es evidente que no todas las autonomías tienen los mismos sueldos, lo que se traduce en el cálculo de las pensiones, pero cualquier negociación bilateral estado-estado entre España y Cataluña es inaceptable para el resto de comunidades; y debería ser recurrida por la Junta de Comunidades ante el Tribunal Constitucional por vulnerar el principio de igualdad. Esto es lo que hay, aunque con Pumpido al frente, tengo poca esperanza.

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