Miles de agricultores y regantes se han manifestado en diversos municipios de la Región de Murcia, Comunidad Valenciana y Andalucía en defensa del trasvase Tajo-Segura, ante el cambio de las reglas de explotación y el aumento de los caudales ecológicos del Tajo que plantea el Ministerio para la Transición Ecológica.
Las movilizaciones en Murcia han estado encabezadas por centenares de tractores, camiones y vehículos con banderas de España y cubiertos con pegatinas en las que se podía leer «Miles de agricultores al paro si recortan el trasvase» o «Menos trasvase, menos futuro».
Hay que negar la mayor. No va a haber miles de agricultores que tengan que ir al paro si recortan el trasvase, entre otras cosas porque, aunque en el levante se oculta, las reglas de explotación si bien contemplan una reducción de 38 hm3 a 27 hm3 en los máximos de los trasvases mensuales, paradogicamente lo que se hace en el fondo es asegurar ese trasvase para evitar periodos de excepcionalidad hídrica y trasvases cero. El levante tiene de sobra con esos 27 Hm3 que les garantiza la normativa actual, si los pantanos no caen en situación de emergencia, como lo prueba que gran parte del agua que ha sido trasvasada todavía no ha sido utilizada y se acopia en los embalses y balsas de la cuenca del Segura.
No hay que engañar por lo tanto al levante diciendo que las nuevas normas adoptadas por el ministerio ponen el peligro el trasvase, que todos los gobiernos, también este de Sánchez, han asegurado. Si bien es cierto que las instrucciones y directivas que nos llegan de Europa abogan por el mantenimiento de los caudales ecológicos en el Tajo y otros ríos, por lo que lo inteligente sería buscar una solución sostenible en un marco más justo que el actual. No es realista, desde un lado, reivindicar que no se toque ni una sola gota del Tajo; ni probablemente pretender liquidar un trasvase que mueve la principal huerta española mientras no haya unas soluciones alternativas; y estamos hablando de la desalación a un precio razonable. El debate tiene que ir por ahí, y para ello sería bueno sacarlo de la pelea regionalista y partidista.
Pero no se avanza ni un milímetro. Incluso partidos que van de verdes por la vida, como Compromís, el socio del PSOE en el gobierno valenciano, por boca de la vicepresidenta valenciana y portavoz del Consell, Mónica Oltra, avanzó que la Generalitat Valenciana acudirá a los tribunales si el Gobierno central ratifica el recorte de los trasvases mensuales. Aunque, repito: unos presuntos recortes que lo que hacen es asegurar un trasvase mensual y en unas cantidades más que suficientes para el levante.
Esto es lo que hay. No tiene pinta de que en torno al trasvase se pueda instalar un diálogo sereno sobre cómo se puede compartir, y asegurar, ese agua que es de todos los españoles, también de la cuenca alta del Tajo, sin populismos y demagogias como las que se gastan los señores políticos. Pero esto es lo que se despacha en España cuando se desprecian los consensos y las políticas de Estado. No olvidemos que el trasvase del Ebro, que habría liberado en parte las servidumbres del Tajo, se suprimió por exigencia de ERC a Zapatero, revistiéndelo de un triunfo de la ecología, y lo mismo que se rechazó para Cataluña y Aragón se impuso para la cuenca alta del Tajo. Dos varas de medir.
P.D.- Las elecciones madrileñas han terminado y ya no hay motivos para seguir aplazando el Congreso Provincial del PP, que sustituirá a Ana Guarinos en el momento más delicado del PP en Guadalajara, que ha pasado a ser el tercer partido en las elecciones al Congreso en la provincia, superado por el PSOE y Vox.¡Quien lo diría cuando en sus buenos tiempos llegó a acaparar la mitad del voto provincial! Si no se ha anunciado el Congreso es porque a la dirección regional y nacional le gustaría una única lista de consenso, y eso es algo que no se puede garantizar, todavía. Podría haber dos listas, tres, incluso cuatro si las cosas se ponen feas, me cuentan algunos enterados. No hay un candidato indiscutible.
Hay que recordar que el Congreso Provincial se celebrará por primera vez mediante Primarias, un procedimiento que en otros partidos ha favorecido el caudillismo y en el que se ha metido el PP por mimetismo. Pero es lo que hay y el Congreso no se puede retrasar eternamente hasta que las ranas crien pelo. O a que los potenciales candidatos, y sus circunstancias, se pongan de acuerdo.