Perfil bajo

Pasó desapercibida la efemérides de los primeros cien días del nuevo gobierno municipal, esa cifra que en la cultura democrática se concede de gracia a la crítica frontal de la oposición, porque se considera que es el tiempo mínimo para que un nuevo equipo pueda acomodarse. También suele utilizarse para hacer un primer balance sobre el legado recibido, y para detallar los principales proyectos de una acción de gobierno a desarrollar a lo largo del mandato. El actual gobierno de coalición en Guadalajara eligió un perfil bajo en su comparecencia, y supongo que no será solo por la carencia de un jefe de comunicación que explique y dé brillo a la cuestión, cargo que no se ocupó hasta el pasado jueves, como siguen sin renovarse otros altos cargos municipales, por lo que supongo que la alcaldesa Ana Guarinos se toma su tiempo y no le importa mantener un perfil bajo en este primer tramo de mandato, aunque sea a costa de que el grupo socialista, que todavía sigue rumiando su derrota y no termina de aceptar que ha pasado a la oposición, le dé pie a decir que la alcaldesa no tiene proyecto.  Es una decisión respetable, pero hay cosas que merecen mejores explicaciones, como sucede con la situación económica del Ayuntamiento. La alcaldesa llegó a hablar de un “pufo” de 9 millones de euros, porque según parece el  anterior equipo de Gobierno  había contado con unos ingresos que finalmente no se han producido. La explicación del concejal de Hacienda es que se presupuestaron 10 millones de ingresos en el ICIO por instalación de placas fotovoltaicas y 2 millones de euros por el canon de esas placas, y a día de hoy el canon ha sido cero y el ingreso solo de 3 millones, es decir, 9 millones menos. Habrá que esperar a la liquidación final del ejercicio para saber cuál es el estado de las cuentas municipales, pero de momento me ha dejado preocupado que el concejal de Hacienda, Alfonso Esteban, no haya descartado una subida de tasas e impuestos en los presupuestos de 2024. Se supone que la escalada fiscal es cosa de la izquierda, porque está en su ADN, así que si la derecha ya viene con excusas para agujerear también los bolsillos al contribuyente, que soporta una inflación de perros, tendrá que explicar muy al detalle el estado de la economía municipal, incluso con una auditoría, si la situación fuera tan grave como deslizan y los anteriores gestores desmienten. Y paralelamente a esa subida fiscal tendrían que explicarnos qué economías y ajustes se han realizado por este equipo de gobierno de PP-Vox como para que se resigne una idea tan esencial, como es la contención de la fiscalidad, en cualquier gestión de corte liberal. Ya se sabe: si sacas dinero del mercado estás lastrando el crecimiento.  

esteban guarinos 2023
El concejal de Hacienda mira a la alcaldesa Guarinos durante la rueda de prensa con motivo de los primeros cien días de gobierno.

Por estas y otras cosas que pudieran traernos la legislatura, habría sido muy deseable que con motivo de estos cien días se hubiera desplegado una hoja  de ruta más concreta sobre cuáles son las prioridades y la posición de este equipo de Gobierno; y las medidas a adoptar en los temas más candentes: plan de urbanismo, fiscalidad, casco histórico, solares sin edificar, Fuerte San Francisco, mercado de abastos, autobuses,  gestión  deportiva e instalaciones municipales, cultura, ferias y ocio, política de ayudas y subvenciones, familia, violencia machista, migraciones, empleo, empresa y emprendedores, eficiencia energética, reducción del gasto supérfluo; y aquí paro para no cansar.  

¿EDUCACIÓN SEXUAL?- España, uno de los desiertos demográficos de Europa [con un 6,9% de tasa de natalidad y un número medio de hijos por mujer del 1,19%], tuvo el año pasado 98.136 abortos, un 9% más, según los datos del Registro Estatal de Interrupciones Voluntarias de Embarazo. De ellos, en Guadalajara fueron 495 las mujeres que decidieron abortar libremente, haciéndolo en centros privados (concertados o no) fuera de la provincia y la región, que no dispone de este servicio. Llama la atención que 252 de estas mujeres (el 50,9 por ciento) no usaban ningún método anticonceptivo, por lo que el aborto fue para ellas el anticonceptivo que no se plantearon utilizar en su relación. Es para reflexionar que con tanto tiempo en que la educación sexual está en los programas de los colegios, y se supone que también debería formar parte de la educación que se recibe en la familia, haya un número tan alto de abortos, que se podrían haber evitado, y con ello la carga, principalmente psicológica, asociada a cualquier interrupción del embarazo; y especialmente entre los jóvenes: 162 de las mujeres que abortaron en Guadalajara tienen menos de 24 años, el 32,7%.  

UNA GUERRA GLOBAL.-La agresión de los terroristas de Hamas contra el estado de Israel ya ha producido 700 víctimas mortales y 2.200 heridos cuando escribo este post, amén de más de 400 palestinos muertos por la represalia del gobierno de Bibi  Netanyahu, muchos de ellos por los bombardeos sobre la franja de Gaza, territorio utilizado por los fanáticos islamistas para lanzar sus cohetes y alimentar así la acción-represión de la que sacan partido. Este no es un episodio más del conflicto árabe-israelí desde que se fundó Israel en 1948. Los fallos en la inteligencia militar judía y el número de muertos en la población civil ha dejado tocado seriamente a Netanyahu, que está peligrosamente contra las cuerdas y vamos a ver cómo gestiona el secuestro de más de medio centenar de sus compatriotas, entre ellos mujeres, ancianos y niños, que pueden ser utilizados como escudos humanos frente al contrataque del ejército, que llamó a filas a los reservistas. Si a esto unimos la situación tan delicada que vive el mundo desde la guerra de Ucrania, y los apoyos políticos de cada contendiente (los aliados de Israel son Estados Unidos y la Unión Europea; y a Hamás le da soporte Siria e Irán, y detrás de Irán está Putin) nos encontramos con otra guerra global en la que la geopolítica va a influir peligrosamente. Hasta el punto de que ni el propio gobierno español tiene la misma posición, aunque su presidente y el grupo mayoritario socialista sí parecen saber esta vez en qué campo juega España. Solo que si a este panorama internacional, que lastrará los mercados y la economía, le sumamos la situación interna española, donde para investir a un gobierno hay que pagar un alto precio a los separatistas, no puede causar más que desasosiego. Esto es lo que hay: ¡Con lo que nos viene encima, estamos como para poner en solfa la Constitución y el Estado de Derecho, en lugar de llegar a acuerdos de Estado entre PSOE y PP, como correspondería a un presidente sensato, que no quiera ver comprometida su legislatura por unos socios impresentables ante sus aliados europeos!

El discurso del Rey

Hoy, hace justamente seis años, el rey Felipe VI, como hizo su padre Juan Carlos I el 23-F, salió en defensa y amparo de la España constitucional con un discurso rotundo en un momento dubitativo del gobierno y oposición. El Rey puso las cosas en su sitio desde el primer párrafo: “«Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la Ley que reconoce, protege y ampara sus instituciones históricas y su autogobierno».

Hoy, seis años después, el Rey ha recibido en Zarzuela a Pedro Sánchez, que se ha presentado ante el monarca con la idea de formar gobierno, ¡gran paradoja!, apoyado en quienes actuaron contra la Constitución y ese Estatuto de Autonomía. Que ni tan siquiera se han dignado a acudir a Zarzuela a informar al Rey sobre cuáles son sus propósitos ante la investidura del actual líder del PSOE. Pero su apoyo no va a ser gratis. Tal y como han repetido tantas veces,  para ello exigen la aprobación de una Ley, parece que anticonstitucional, como es la Amnistía [la Constitución prohíbe el indulto general, una figura legal menor, como Renfe no autoriza montar en los trenes con perros, y nadie cuestiona si podría llevar un oso] y otra medida que no ofrece dudas: el derecho de las comunidades autónomas a su autodeterminación. La amnistía supondría, entre otras cosas, reconocer que las leyes por las cuales fueron juzgados los separatistas son injustas y fruto de un régimen no democrático; aplicadas por tribunales políticos dependientes del Ejecutivo; y ejecutadas por fuerzas policiales fascistas que reprimen la expresión de los ciudadanos que fueron a votar ese 1-0 de 2017. La amnistía que exige el separatismo constituiría el triunfo de aquellos a los que se refería el rey en la siguiente frase. “«Ante esta situación de extrema gravedad, que requiere el firme compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones, la vigencia del Estado de Derecho y el autogobierno de Cataluña, basado en la Constitución y en su Estatuto de Autonomía».  

Conseguida la amnistía, como exigencia previa, los separatistas nos advierten que luego vendría el referéndum para la independencia de Cataluña, que choca directamente con la Constitución, que solo reconoce la soberanía del pueblo español, no el de sus regiones. Aquí, Sánchez y Conde Pumpido lo va a tener más difícil y aunque aparentemente no están dispuestos a esta cesión, a buen seguro que buscarán un atajo pactado para que algún día se celebre ese referéndum. Yo intuyo que la vía transitoria elegida sería el modelo confederal para España, en el que Cataluña y País Vasco serían naciones soberanas libremente asociadas al Estado Español, con lo que sí dispondrían de soberanía para abandonarlo, un modelo similar al que Ibarreche trajo al parlamento español en 2005 y que éste lo devolvió  a Vitoria a vuelta de correo; por anticonstitucional. Un modelo confederal satisfaría la tercera exigencia de Puigdemont y compañía, la independencia fiscal, lo que colocaría en situación de privilegio a Cataluña frente al resto de autonomías, menos las dos forales, porque deberían valerse por si mismas al decaer el principio de solidaridad, lo que desataría una insurrección en el resto de España; también en la Castilla-La Mancha de Page. No olvidemos que por ello los separatistas reclaman cerca de medio billón de euros en pago de una supuesta deuda histórica, única manera de que la República Catalana no naciera como un estado fallido al que nadie le prestaría un euro. Ni Rusia, ni China. Ante estas demandas, el rey Felipe VI dijo en su discurso: «reiterarles que desde hace décadas vivimos en un Estado democrático que ofrece las vías constitucionales para que cualquier persona pueda defender sus ideas dentro del respeto a la Ley. Porque, como todos sabemos, sin ese respeto no hay convivencia democrática posible en paz y libertad, ni en Cataluña, ni en el resto de España, ni en ningún lugar del mundo. En la España constitucional y democrática, saben bien que tienen un espacio de concordia y de encuentro con todos sus conciudadanos».

El Rey recibe a Pedro Sánchez en su ronda de consultas para la investidura./Casa Real.

A buen seguro que el rey Felipe VI habrá recordado todo esto cuando la solución que le haya ofrecido Sánchez sea una investidura respaldada por un prófugo y unos partidos separatistas que quieren aprovecharse de la situación para llegar más lejos de lo que se llegó en Cataluña el 1-0 o lo que consiguió ETA del Estado en su carrera criminal. Ante ello podría repetir el rey que «son momentos difíciles, pero los superaremos. Son momentos muy complejos, pero saldremos adelante. Porque creemos en nuestro país y nos sentimos orgullosos de lo que somos. Porque nuestros principios democráticos son fuertes, son sólidos». Pero no lo hará, porque él sabe cuáles son las competencias que le otorga esa Constitución que los potenciales aliados de Sánchez quieren derribar. Acabará proponiendo al candidato socialista para la investidura, aunque muchos nos lamentemos que en esta situación no tengamos a un Jefe del Estado con poderes constitucionales suficientes como para poder explorar el gobierno de un candidato independiente, pero respaldado por las fuerzas mayoritarias del parlamento. Un gobierno que no esté secuestrado por una minoría de irredentos separatistas y sobre el que pretende cabalgar un político narcisista que se cree Napoleón y con derecho, para mantenerse en el poder, a promover una nueva Transición, porque este régimen de 1978 a él  no le vale.

Pues Urkullo se lo ha dejado claro: para esa legislatura “le harán falta los votos de todos nosotros y todos los días”.  Esto es lo que hay. O como escribe el maestro Raúl del Pozo:»…ni el mismo Pedro Sánchez sabe a dónde nos puede llevar. Nos está metiendo en un despropósito después de declarar el estado de confrontación permanente con los consensos básicos y su intento de reescribir la Constitución».

Una propuesta sostenible para las Ferias

Vamos primero con la actualidad. Las Ferias han salido bien, como casi siempre, porque Guadalajara ha estado en la calle de forma masiva, sin que debamos lamentar incidentes de relevancia. En las noches del fin de semana fue una multitud la que ocupaba el perímetro que va desde Santo Domingo a la Fuente de la Niña, lo que se traduce en un buen negocio para hostelería, feriantes y puestos de comida. Al mediodía, La Concordia estuvo también muy animada, y en la que el Vermú de Nipace fue el rey indiscutible de la fiesta; se nota que saben de esto.

Si entramos más al detalle:

Los encierros volvieron a ser el espectáculo más multitudinario de las Ferias. En el fin de semana se llenó la plaza, y hubo que restringir el acceso antes de que llegara el encierro, que resultó bastante bien al correrse los toros que se lidiaron por la tarde, como solo se hace en Pamplona. Hay muchos corredores, pero no tantos como para que los más preparados cojan toro con facilidad y terminen su carrera, lo que solo unos pocos logran en la capital navarra.

El encierro sigue siendo el espectáculo que más gente concita en la semana grande./GUDIARIO

La corridas contentaron mayoritariamente al público festivo que acude a la plaza de Guadalajara, como lo prueba que en los tres días se abrió la puerta grande y en dos de ellas, para la toda la terna actuante. ¿Milagro? Solo la infinita generosidad del público, que no del aficionado, minoritario en esta plaza. El presidente intentó poner algo de cordura el primer día al negar el rabo a Roca Rey, por matar mal, pero se montó tal protesta que se ablandó en los últimos días hasta el punto de dar a El Fandi dos orejas en una de las faenas más horrendas que se le ha visto en la plaza de Guadalajara. Hubo petición, pero la segunda oreja es del presidente; aunque el espectador festivo no lo sepa. ¿Pero merece la pena aguantar impertérrito el chaparrón cuando estás allí por la barba? Lo peor: los toros anovillados del segundo día, excepto uno, impresentables para una plaza de segunda. El incidente más desagradable, el salto al ruedo de dos antitaurinos habituales, que puso en solfa las medidas de seguridad. Se corrigió los días siguientes, con más policía en la plaza, y no solo la local, pero no se puede pretender que ante protestas de este tipo sean los banderilleros, monosabios y areneros los que hagan de fuerzas de seguridad, porque no están preparados para ello y se podrían buscar un lío. Buenas entradas y que demuestran que la tauromaquia ha remontado la crisis.

Los conciertos: Tuvieron una gran respuesta de público, demostrando que no hace falta que todo sea gratis para que la Fuente de la Niña tenga buenas entradas. A la M.O.D.A., un buen grupo ayuno en geografía, asistieron 5.100 personas; a un desganado Loquillo, 7.500; y a la bailarina-cantante Lola Índigo el aforo completo, unas 8.500 personas, de ellas miles de niñas y adolescentes, cuyo ideal en la vida ya no es ser funcionarias, sino star-system como la granadina. La Fuente de la Niña podría acoger más público, pero habría que habilitar la zona de pelouse, como en las carreras, y modificar el plan de seguridad.  

No quiero entrar en más detalles, para que no alargar este post, y voy con la cuestión de fondo: el modelo. El actual se modificó en el anterior mandato, por lo que lo podríamos definir como modelo Simón, por su impulsora, y ha sido asumido casi en su integridad por la alcaldía de Guarinos, algo comprensible porque en lo esencial había funcionado y no era cuestión de ponerse a experimentar nada más llegar al cargo. Las modificaciones que se hicieron, como dejar expedito para la movilidad el paseo de Francisco Aritmendi, un acierto, o cobrar una pequeña cantidad por los conciertos.

Una de las carpas se plantó sobre las pistas de atletismo./GUDiario.

Mi propuesta es mantener sustancialmente este modelo a corto plazo, pero reconociendo que a medio y largo plazo es insostenible. No se pueden okupar los cuatro mejores parques de Guadalajara con las carpas de las peñas y los puestos de morcillas, porque el deterioro es evidente y luego cuesta meses -y dinero- en reparaciones. Les invito a que se den una vuelta, hoy.  Este año se ha rizado el rizo porque la carpa de una de las peñas más numerosas estaba plantada en las mismas pistas de atletismo. Menos mal que por lo menos no había ninguna en las pistas de tenis de San Roque, como hace un año. El campo de la Fuente de la Niña es muy del agrado del público, pero se impide su habitual uso deportivo durante largo tiempo y también sufre un deterioro en el montaje del escenario y en el césped. Resulta una paradoja que la parcela municipal que el Ayuntamiento cedió a Defensa, como pago por la propiedad de Las Cristinas, que a su vez cedió a la Universidad de Alcalá, sea ahora donde se ponen las grandes atracciones, porque el ministerio la tiene en venta y ya veremos por cuánto tiempo se la dejará al Ayuntamiento para su uso ferial. Pero es que, además, su suelo es muy precario hasta el extremo de que este año una media docena de pesados artilugios no se pudieron instalar en ese terreno, porque estaba muy suelto por las lluvias. Y en lo administrativo el ayuntamiento tiene el impedimento a cobrar la tasa  por uso de la vía pública, para felicidad de los feriantes, porque la propiedad es de Defensa. Pero sobre todo en tiempos en que miramos más estas cosas: un modelo que okupa parques, jardines, campos y pistas de atletismo y necesita de generadores de petróleo, porque carece de instalaciones fijas, no es sostenible.

Apenas dos atracciones se instalaron en esta parcela, porque con las lluvias el terreno no estaba compactado y podría haber sido peligroso. /GUDiario.

Caería en el populismo habitual de nuestra clase política si pidiera a la alcaldesa que lo cambiara de un año para otro. Por eso mi propuesta es que sigamos con el modelo Simón, pero sentando las bases de lo que deben ser unas Ferias modernas para una ciudad de cien mil habitantes, y que recibe otros tantos de la provincia y el Corredor del Henares. Hay que pensar también a largo plazo en la ciudad, como hizo Javier de Irízar con Aguas Vivas o don Pedro con el polígono de El Balconcillo, aunque decisiones de este tipo no tengan un rédito electoral  a corto plazo. Por ello me parece indispensable lograr un consenso entre los distintos grupos municipales, para que una inversión estructural como esta quede fuera del juego político más sectario. Incluso se podría hacer una consulta telemática final a los vecinos, cuando el proyecto esté más definido. Y avanzo: hay que buscar un suelo, lo más cercano posible al casco, donde se pueda dar cabida a todos los agentes de nuestras ferias: peñas, ferial, puestos de comidas…Y un auditorio que saque a los conciertos del campo de deportes de la Fuente de la Niña. No hace falta grandes lujos, vale con una esplanada compactada, como en la Huerta del Obispo, de Alcalá, que nos robó nuestro Gigante. Solo así se podría justificar alejar la Feria del casco urbano.   

En torno al Ferial Plaza hay terreno suficiente para una ampliación del recinto ferial que se ha dejado utilizar en las Ferias de 2022 y 2023, con lo que se podrían concentrar todas las actividades y promover un recinto para conciertos.

¿Y dónde está ese sitio? En los nuevos desarrollos desde Aguas Vivas a la Ronda Norte, no lo encuentro a simple vista,  así que entonces mi propuesta es integrar en ese futuro recinto ferial la esplanada ya construida junto al Ferial Plaza, y que se ha quedado sin uso en las Ferias de 2022 y 2023. Como no hay espacio suficiente en ella para acoger a todos los agentes que hoy conforman nuestras Ferias, empezando por las peñas, su alma y verdadero poder fáctico, sería imprescindible ampliar esos terrenos, que son rústicos, y no hay mejor momento que ahora que se va a redactar un nuevo Plan de Urbanismo. Ese nuevo Ferial para todo el siglo XXI sí sería sostenible, y con la ordenación del terreno adecuada, aseguraría los beneficios que tiene el modelo Simón, pero que se diseñó con la urgencia del corto plazo.

Esta gran parcela que acogió al nuevo recinto Ferial lleva los dos últimos años sin utilizarse, aunque está pavimentada. Mi propuesta es ampliar el ferial en torno a ella./GUDiario.

No me chupo el dedo, y ya sé que lo más fácil es dejarlo todo como está y el que venga atrás, que arree. Porque todo esto requiere mucho trabajo, inversiones en alianza con otras instituciones y seguramente la incomprensión de los que lo quieren todo para mañana. Pero si así hubieran pensado los dos alcaldes que cito, ni habríamos tenido polígonos para acoger a la expansión de la ciudad en los sesenta, ni luego suelo urbanizado para los nuevos desarrollos de los ochenta, y que posibilitaron la Guadalajara actual. Esto es lo que hay: hay que elegir entre pasar a la historia o limitarse a la gestión del día a día, sin complicarse la vida.

P.D.- En mi post anterior opiné sobre la oportunidad de fijar una fechas fijas en torno al veranillo de San Miguel, que en Guadalajara llueve menos que a mitad de septiembre, así que no insisto más.

De Ferias y algo más

Guadalajara tiene Ferias por un privilegio real en el reinado de Alfonso X de Castilla (Toledo, 23 de noviembre de 1221​-Sevilla, 4 de abril de 1284​); y desde entonces hasta ahora. Por eso nuestras fiestas son también Ferias, porque comenzaron como feria de ganado, y con los animalitos llegamos hasta el siglo XX cuando la ciudad traspasó (en el sentido literal de la palabra) su muralla medieval y comenzó su expansión, primero en torno a la actual calle de Toledo, entonces escoltada por fincas de labor y casas de labranza; en los años setenta hacia el sureste con el polígono del Balconcillo; y desde los años ochenta por el noroeste con lo que comenzó siendo una iniciativa municipal de compra de suelo en Aguas Vivas, y que terminó de expandirse hasta Taracena por el terreno que ha quedado dentro del perímetro de la Ronda Norte. Casi todo está ya urbanizado, lo que nos avisa de la lentitud con que el municipio se toma la elaboración de un nuevo Plan Municipal de Urbanismo.

El chupinazo de las Ferias de 2023/ GUDiario

La corporación de Guadalajara siempre tuvo una obsesión porque las Ferias estuvieran en el centro. Así, esas primeras ferias alfonsinas se celebraban en la plaza Mayor; de allí subieron las tómbolas hasta la plaza del Jardinillo; ya en el siglo XX se empezó a utilizar la plaza de Santo Domingo y cuando se quedó pequeña se amplió al parque de La Concordia; y con el primer ayuntamiento democrático terminaron los cachivaches en unos terrenos de las monjas Adoratrices, ahora convertidos en parque. Con cada cambio se produjo la inevitable protesta de las fuerzas vivas, porque al decir de ellas se estaba alejando la fiesta de la ciudad; y sería la ruina. En la etapa de José María Bris se produjo un cambio de modelo al iniciarse la ordenación, terminada con Antonio Román, de una explanada junto al nuevo centro comercial de El Corte Inglés, ahora rebajado a Outlet, al otro de la A-2, pero que desde 2023 se ha dejado de utilizar porque durante el gobierno de Alberto Rojo-Sara Simón accedió a la pretensión de las peñas, un poder fáctico en las Ferias, para que todo se volviera a concentrar en la ciudad. La sucesora en la Alcaldía, Ana Guarinos lo ha asumido porque era la decisión más fácil.

El modelo actual tiene la ventaja de que está todo más a mano, sí, como aquellas Ferias de la plaza Mayor, pero no es sostenible. Para que quepa todo hay que okupar los cuatro principales parques de la ciudad (La Concordia, San Roque, Ferial y Fuente de la Niña) que por ello sufren daños de los que tardan en recuperarse el resto del año. Pero la gente está contenta y ya sabemos lo que hacen los políticos cuando la gente es feliz; ponerse al frente de la manifestación. Puede que algún día -aunque no lo espero- llegue una docta corporación que se atreva a pensar en Guadalajara a largo plazo, se arriesgue a perder votos y encuentre otra alternativa, como sería ampliar los terrenos del Ferial de la A-2, para que allí quepa todo, incluso un recinto para conciertos y no tener que maltratar el tartán y el césped del estadio de la Fuente de la Niña, cada vez que llegan las Ferias.  Pero va a costar, porque hoy se vive del momento y por ello los políticos caen en el populismo de buscar soluciones sencillas a problemas  complejos. Así que la cosa no pinta bien.  

Empleados municipales reparando los jardines tras las Ferias./GUDiario.

El éxito de las Ferias de Guadalajara depende mucho del tiempo, que en 2022 fue espléndido y contribuyó a que lucieran las Ferias de Simón. Pero este año, la AEMET nos avisa de que hay lluvias en el horizonte y habrá que ver cómo influye en el programa. Las primeras Ferias de Guadalajara fueron de otoño, como se correspondía con una ciudad agrícola castellana, pero ya en el siglo XX empezaron a adelantarse en el calendario con el propósito de encontrar una meteorología más benigna. De tanto echarlas para atrás acabaron juntándose con las de la Patrona, que en Guadalajara siempre tuvieron una vida aparte. Y así comenzamos a escuchar y a leer cosas tan raras como las Ferias de la Antigua. A fecha de hoy, la ciudad sigue sin tener una fecha fija para las Ferias, con lo que en los últimos años se ha hecho costumbre un criterio un tanto peculiar: que la Semana Grande empiece el lunes siguiente a la Patrona, 8 de diciembre, para que su procesión y los principales cultos religiosos no se hagan coincidir con encierros y charangas. Pero sucede que a mediados de septiembre suele llover en Guadalajara.

Yo soy partidario de encontrar unas fechas fijas para las Ferias de Guadalajara, coincidiendo con el veranillo de San Miguel, que en Castilla siempre nos alumbra con el último sol del invierno; y no acostumbra a llover. También se evitaría la coincidencia con numerosas fiestas en nuestros pueblos y Guadalajara recuperaría esa condición que tuvieron sus fiestas de Otoño: ser el broche de oro de las fiestas de la provincia. Con ello no habría que esperar a ver cómo cae cada año la festividad de la Patrona y echar hacia delante o hacia atrás la Semana Grande. Y devolveríamos la festividad de la Antigua a lo que siempre fue: el día 8 de septiembre y los cultos de la novena. Sin más historias.   

Siempre he creído que Guadalajara tiene unas buenas fiestas, porque se viven en la calle, y eso no es fácil de encontrar en otras capitales españolas. Las peñas y los encierros les aportan personalidad y más cuando con mucho esfuerzo es la única capital de provincia, con Pamplona -a la que siempre hemos mirado-, donde se corren los toros de las corridas. Otra cosa es que la Feria taurina viva en la incertidumbre, aunque eso tiene mal arreglo porque, en septiembre, hay toreros que se caen de los carteles porque están recuperándose de cogidas o sufren de estrés (lo que en la jerga taurina se conoce por atorao, de tantas corridas) y han cortado la temporada, como ha pasado con Morante de la Puebla.

Por tanto, a los que no han huido de las Ferias con el Club Alcarreño de Montaña, mis mejores deseos de que pasen unas buenas fiestas. Todos echamos cosas de menos, pero es justo decir que el programa tiene actos para todos los públicos. Aunque sería un error pensar que ese modelo Simón, de meter todo en los parques, tiene más recorrido. Pero esto es lo que hay.     

P.D. El atrabiliario  Rubiales, por dar en un momento de euforia un beso robado a una jugadora de fútbol, ha dimido; felizmente. Y será procesado. La ministra que promovió la ley del Si es Sí, y que ha terminado beneficiando a los miembros de esa Manada de la que nos querían salvar, ahí sigue, de ministra en funciones de Sánchez; y sin pedir perdón por tanta soberbia e incompetencia. Y con ella la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, que votó en contra de la reforma que su propio gobierno tuvo que pactar con el PP para limitar los daños. Vamos a ver qué se inventan, ahora que Rubiales se ha desgastado, para distraer la atención sobre la amnistía que nos viene. Ya lo tenemos:  Que Aznar va a encabezar un golpe de Estado, según descubrió la ministra de Puertollano metida en labores de Inteligencia, y que Puigdemont es un político intachable, como lo fue Pujol y su honrada familia. “Cosas veredes amigo Sancho”.   

Diempures, catalán

Tengo un cariño especial por el castillo de Diempures (siglo XI), en el alto Sorbe, por varias razones. Es frágil y delicado; se trata del único castillo provincial construido con pizarra; y está asomado a un acantilado de un centenar de metros sobre el Sorbe en lo alto de un cerrillo sobre lo se cree que fue un castro celtibérico (está sin estudiar), por lo que su bravo entorno fue la mejor de sus defensas.

Castillo de Diempures, con el portón de entrada a punto de caerse./GUDiario.

He marchado hasta él varias veces, siempre me pareció muy delicado, pero la última fue hace unos días, a finales de agosto, y les confieso que me dejó preocupado. Las pizarras y piedras del portón de entrada están cogidas con alfileres y me temo que están en serio riesgo de venirse todo abajo en el crudo invierno que vendrá. El entorno de Diempures es tan bello como inhóspito, porque debe soportar el viento, la nieve, el hielo y temperaturas por encima de los 20 grados bajo cero en el crudo invierno serrano, todo ello favorecedor de desplazamientos en los muros y que podrían desencadenar su derrumbe. Antes de que suceda todo esto, que sucederá, es necesaria la aprobación por la administración competente (ya sea estatal, autonómica, provincial o local) de una actuación coordinada de emergencia para consolidar las actuales ruinas y que por lo menos su proceso de deterioro no siga imparable. Yo aquí les pongo esta foto para que vean que no exagero. Una marcha desde Cantalojas al castillo de Diempures sería un atractivo más para esta comarca, cada vez más volcada al turismo, y una alternativa o mejor un complemento para la visita obliga al hayedo de la Tejera Negra.

Desconozco casi todo sobre quién era Diempures, al parecer un señor de la guerra que murió en la batalla de Aljubarrota contra los portugueses, y es una lástima, porque si fuera catalán tendría más esperanzas de que alguna autoridad se acordara de su castillo, uno de los más curiosos de esta provincia castellana, y por lo tanto con muy poca capacidad de influencia. Así que lo mejor es reivindicar a Diempures como un señor feudal de origen catalán; y esperar.

P.D. Les invirto a leer esta atractiva publicación de GUDiario sobre el castillo, donde encontrarán más detalles y fotografías.

CON ESTOS BUEYES.- El juzgado de Solsona (Lérida) dejó en libertad con cargos a cuatro CDR detenidos por querer boicotear La Vuelta a su paso por Cataluña. Las criaturas tenían pensado arrojar tachuelas y aceite para dificultar el recorrido de los corredores, sin importarles el peligro que de ello se deriva. Oriol Junqueras, el presidente de ERC, enmarcó esta protesta en el ejercicio del derecho a la libertad de expresión y pidió su libertad; y supongo que si alguna responsabilidad legal pudieran tener, para eso está la ley de amnistía que viene; que eso va a ser mejor que la lejía. Después del portazo a Feijóo, con estos bueyes va a tener que arar Sánchez una legislatura. Esto es lo que hay.

Sánchez y el pacto del Tinell

Desde la misma noche del 23-J, la consigna estaba en boca de todos los ministros (en funciones) y los potentes portavoces mediáticos del sanchismo. Las elecciones nos han traído una “mayoría progresista” que ha detenido la “involución” del frente formado por la derecha y la ultraderecha. Pero el análisis sosegado de los resultados electorales nos indican otra cosa bien distinta. En palabras de Page: «Hay una mayoría muy amplia, amplísima, que ha querido evitar la entrada de Vox en el Gobierno, aunque nadie podía imaginar al votar el 23 de julio en que esta iba a ser una legislatura con mando a distancia», en alusión al papel estelar que los endiablados resultados han reservado al prófugo Puigdemont. Comparto que hay una mayoría amplísima que no ha querido ver a la extrema derecha en el Gobierno (y de ellos hablaremos luego), pero ni el Page más ingenuo se cree que Sánchez no iba a ampliar su mayoría Frankenstein II con Carles Puigdemont, y hacernos creer, además, que es inevitable para “frenar a la ultraderecha” (el “No pasarán” que se oyó gritar en la calle Ferraz ).Pero no es verdad; es falso. El pueblo español votó mayoritariamente por la centralidad, por los dos partidos herederos de la Constitución, que entre ambos suman el 64,75%  de los votos, mientras que los separatistas han perdido apoyo popular, excepto Bildu (beneficiado por el blanqueo de Sánchez). Los datos son elocuentes: entre ERC y Junts suman solo el 3,3% de los votos  y con Bildu el 4,6%. Así que si los resultados son “endiablados” es porque Sánchez quiere. Porque el mensaje que manda el pueblo español es de centralidad, de moderación, pero es Sánchez el que pone en el centro de la legislatura a Puigdemont y le entrega el mando a distancia con ese ridículo 1,6% de los votos, porque prefiere reeditar otro pacto del Tinell aun a costa del trágala que va a sufrir con los independentistas. Que sí, casi todos se imaginaban lo que está sucediendo estos días, otra cosa es que algunos miraran para otro lado con la excusa del fantasma de Vox.

«El pueblo español votó mayoritariamente por la centralidad, por los dos partidos herederos de la Constitución, que entre ambos suman el 64,75% de los votos, mientras que los separatistas han perdido apoyo popular, excepto Bildu. Los datos son elocuentes: entre ERC y Junts suman solo el 3,3% de los votos y con Bildu apenas el 4,6%. Así que si los resultados son “endiablados” es porque Sánchez quiere».

PRIMERA PRUEBA SUPERADA.- La primera prueba que el separatismo puso a Sánchez, la elección de la mesa del Congreso, la superó con suficiencia. Para engrasarlo todo, puso de presidenta a Francine Armengol, una pancatalanista que ha sacado al español como lengua vehicular del sistema educativo de Baleares y ha preferido contar con médicos que hablaran catalán, aunque con ello sea casi imposible cubrir las plazas que se ofertan; lo primero es lo primero, y en este caso no fue la salud. El resto de condiciones para la elección de mesa fue tan etéreo como el presidente en funciones: se podrá usar el catalán, gallego y vasco en el Congreso, aunque no se concreta cómo, y el ministro Albares pide a la Unión Europea que los incluya como idiomas oficiales, aunque sabe que hay una veintena de idiomas regionales en esa situación y ni Francia, ni Italia están por la labor de abrir ese melón. Ahora lo que se lleva es el inglés como idioma franco; no la vuelta a la Europa de Carlomagno. Pero si algún día vemos la foto de un parlamento español con traductores y sus cabinas, como en la UE o la ONU, mandaremos al mundo el mensaje de que España no tiene un idioma común (aunque el español lo hablan  casi 500 millones en el mundo), y por extensión que España no existe, que es lo que explica el de Waterloo todos los días en sus redes sociales, prescindiendo de que el estado español es el más viejo de Europa, ¡otra menudencia! De la misma manera, es humo la promesa de constituir una comisión en el Congreso que investigue el atentado yihadista de las Ramblas, porque los Tribunales ya lo han hecho y hasta el que fue jefe de los Mossos, el mayor Trapero, dejó claro que sus responsables son los condenados. Puigdemont sabe que su teoría trumpista de la conspiración (que fue inspirado por los servicios secretos españoles) solo se trata de otra operación de propaganda negra contra España; lo asombroso sería que un Ejecutivo español, que dirige esos servicios secretos, sea el soporte parlamentario de esa mercancía putrefacta.

Sánchez ante el comité federal del PSOE./ Foto: PSOE.

 Un asunto mayor sí es cualquier tipo de condonación de deuda que Sánchez pudiera hacer a la Generalitat en el marco de la negociación del FLA, porque eso sí pondría en un brete al resto de autonomías perjudicadas, la de Castilla-La Mancha entre ellas. Hay que recordar las cifras: hasta 2023, la Generalitat ha recibido del Fondo de Liquidez Autonómica, un invento de Cristóbal Montoro, 131.073 millones, lo que supone el 35,3% del total. Es un porcentaje que casi duplica la participación de Cataluña en el PIB (19% en 2022) y que ha permitido al ejecutivo catalán seguir pagando las nóminas de sus funcionarios, porque la deuda pública catalana estaba calificada de bono basura y carecía por ello de liquidez. Esa España que “nos roba”, al decir del prófugo, les ha permitido financiar una deuda de 85.456 millones a finales de marzo, de la que 76.852 millones se adeuda al Tesoro del Reino de España. Si Sánchez condonara parte de esa deuda, como pago de favores, dejaría en ridículo al resto de autonomías que han gestionado mejor sus finanzas públicas, con lo que Page y el resto de presidentes autonómicos no podrían pasar por ello sin ser reprobados por sus electores.

LA REPRESENTACIÓN.- Como ya nos enseñó Jordi Pujol: independencia se conjuga con paciencia y en estos días vamos a asistir a la segunda parte de la representación de La independencia a plazos, con Puigdemont como actor principal, pero esta vez no se lo va a poner tan fácil a Sánchez. Amnistía y autodeterminación es lo que exige el libreto para que Sánchez pueda seguir en La Moncloa, pero es que además el prófugo lo quiere por escrito. Evidentemente que Sánchez no le puede complacer, porque sería ilegal, así que vamos a ver adónde llega en ese derecho creativo, con Conde Pumpido como mago Merlín. La amnistía no está prevista en la Constitución, porque no es propia de una democracia y solo se emplea como salida de una dictadura que promovió leyes injustas. Por tanto, la amnistía olvida el hecho punible y extingue cualquier responsabilidad derivada de ella, incluso sin haberse celebrado el juicio. La asunción de este planteamiento sería un atentado contra la sala 2ª del Tribunal Supremo y de los jueces que redactaron la sentencia por el intento de golpe de estado en Cataluña el 1-O, un oprobio que ni Sánchez puede tragar con él. Pero Puigdemont exige que le arreglen lo suyo y lo de su tropa, los juzgados y por juzgar, y que ya puestos incluyan a la presidenta de su partido, Laura Borrás, condenada por corrupción política. La alternativa legal inferior a la amnistía sería un indulto general, pero este lo prohibe directamente el artículo 62 de la Constitución, con lo que no imagino qué “alivio penal” se va a buscar Sánchez para satisfacer las exigencias del prófugo. Por tanto, no es descartable que a Puigdemont le dé un ataque de soberbia y acabe impidiendo la investidura de Sánchez, en contra de los pragmáticos de su partido, que le recuerdan que con este inquilino de La Moncloa van a sacar más que con Feijóo.

De momento, al Rey Felipe ya le han puesto en un aprieto con la investidura. Los partidos del separatismo radical han renunciado a ir a La Zarzuela, para desairar al monarca y a la Constitución, con lo que Felipe VI va a tener imposible cumplir con el papel que le reserva la Carta Magna de proponer al candidato para formar gobierno (artículo 62.d). Es así porque Junts, ERC, Bildu y BNG, lo más granado del ultranacionalismo identitario, se han negado a anticipar al jefe del Estado a quién van a apoyar en la investidura, con lo que Sánchez tendría que hacer de portavoz vicario de los separatistas para avanzar al rey que dispone de un mínimo de 176 diputados para ser investido. Esta anómala situación favorece que el rey haga el encargo al candidato del partido que ha ganado las elecciones, Alberto Núñez-Feijóo, aunque sus posibilidades reales sean remotas.

LO DE VOX.- Y termino con Feijóo. El presidente del Partido Popular tiene que bajarse ya del balcón de Génova y empezar a preparar su tarea de oposición o las elecciones de enero de 2024, si hubiera repetición. Y como primera tarea está definir cuál debe ser la relación con Vox, en lo que ha fracasado por olvidarse de que está al frente de un partido presidencialista. En contra de lo que hizo Sánchez con Navarra, que se tapó hasta después de las elecciones, porque necesitaba la abstención activa de Bildu, el líder gallego -un moderado que cree sinceramente en la descentralización- dejó las negociaciones a los barones regionales y esto fue un descalzaperros. Los argumentos que se daban en Extremadura para no pactar con Vox eran los contrarios de los empleados en la Comunidad Valenciana o en Aragón. Feijóo debe aclararse, aclararnos, para lo cual solo tiene dos alternativas: 1º) hacer como los conservadores de la  CDU en Alemania, que por estatutos no pacta con la extrema  derecha [y lo de Vox es un juego de niños comparado con la Afd (Alternativa por Alemania)], con lo que no caben especulaciones en campaña electoral, la principal baza de propaganda negativa empleada con éxito por el agit prop sanchista en la última semana de las elecciones. 2º) Naturalizar los acuerdos con Vox, porque de lo contrario se arriesga a estar en el Tinell de por vida, y para ello delimitar y publicitar las líneas rojas en las que se mueve la negociación para no espantar al electorado moderado.

Esto es lo que hay; y no hay más, mientras el PSOE siga atrapado por el peronismo sanchista y el no es no impida el regreso a los consensos que hicieron posible una Constitución que ha dado a España riqueza y estabilidad, pero que los potenciales votantes de otra investidura de Sánchez se han propuesto derogar, aunque sea por la puerta trasera, con el derecho creativo.

El pacto del Tinell, por el que se dejó fuera al PP en tiempos de Zapatero de cualquier gobierno regional, local o provincial en Cataluña, supuso el primer punto de ruptura con un espíritu que alumbró nuestra Transición, y que por lo que se ve, ahora, Sánchez quiere perfeccionar. Sería un inmenso error, porque no se puede prescindir de media España, pero esto es lo que hay.                           

El genio de Ortiz Echagüe y el último 600

Aprovecho una nota de actualidad, que esta semana se ha conmemorado la fabricación del último Seat 600 en 1973, hace 50 años, para recordar la descomunal figura de un alcarreño, que si bien ejerció toda su carrera profesional fuera de Guadalajara, en esta ciudad nació el 2 de agosto de 1886, y en ella se formó como ingeniero en la Academia radicada en Guadalajara y que un pavoroso incendio del 9 al 10 de febrero de 1924 marcó su decadencia; la de ambas. Me estoy refiriendo a José Ortiz Echagüe, a quien es difícil definir solo por alguna de sus profesiones o habilidades. Fue un pionero de la aviación, como piloto e ingeniero de aviones; un ingeniero industrial de postín, siendo el presidente y fundador de las dos industrias con más alta tecnología de la España de la postguerra, Casa y Seat, hasta el punto de que ambas sobreviven en la actualidad, la primera dentro del consorcio Airbus; y un fotógrafo de exquisita técnica, padre del género llamado pictoralismo, que a juicio de revistas americanas como American Photography estaba entre los tres mejores fotógrafos del mundo, y el primero entre los españoles.  

Fotografía de José Ortiz Echagüe./ Real Acadedia de la Historia.

Como ingeniero aeronáutico y aviador, Ortíz Echagüe es un ilustre exponente de aquella generación de la preguerra formada en la vieja Academia de Guadalajara, que tanto supuso no solo para la ciudad sino para el nacimiento de la aviación en España, y el logro de grandes retos científicos. José Ortiz había nacido en Guadalajara, porque aquí estaba destinado su padre, el comandante de ingenieros Antonio Ortiz Puertas, y a Guadalajara volvió para ser él mismo uno de sus alumnos. Hay que recordar que de esa academia salieron proyectos que eran el último grito de la época como el dirigible López Quevedo, o gestas como la del comandante Molas que perdió su vida experimentando con globos aerostáticos que subían a capas de la atmósfera donde antes no había llegado nadie. Nuestro Ortiz Echagüe se salvó de milagro de un accidente de avión cerca de Burdeos, en 1913, donde iba a reunirse con el rey Alfonso XIII, y junto con el capitán Emilio Herrera protagonizó el primer vuelto entre África y Europa, sobrevolando el estrecho de Gibraltar con un aeroplano de fuselaje de madera. Su amigo Emilio Herrera había sido compañero de promoción en Guadalajara, y con el tiempo, sus vidas se separaron trágicamente por la guerra civil: Ortíz Echagüe, conservador y monárquico, fue  ascendido a teniente coronel y estuvo a las órdenes directas del general Kindelán, otro de los históricos de Guadalajara, mientras que Emilio Herrera, republicano y progresista, fue el jefe de la aviación republicana y tras la guerra civil llegó a ser presidente de la República en el exilio. La política hizo que mientras Herrera, otro de los genios de la aeronáutica, penaba sus últimos años de vida en el exilio suizo y francés, José Ortiz recibió del ministro de Industria, Suanzes, un encargo que le ilusionó: sin dejar de presidir Construcciones Aeronáuticas Españolas (CASA), pilotaría la creación y gestión de la primera industria de fabricación de automóviles españoles a gran escala. España había destacado en la fabricación de automóviles de alta gama, como fue el Hispano Suiza, que tan bien conocía Ortiz, porque tuvo su fábrica en Guadalajara, pero después de la guerra se necesitaba un coche al alcance de la naciente clase media española. En Alemania ese papel lo jugó Wolkswagen, que no en vano se llamó el coche del pueblo, en Italia fue Fiat o en Francia las marcas Renault y Citröen. En España, sometida a embargos tras la guerra mundial para forzar la renuncia de Franco, no había ninguna empresa capaz de construir ese coche popular, y esa orden directa la recibió José Ortiz Echagüe, que en 1950 fundó Seat, con una pequeña participación de la Fiat, y bajo su presidencia se fabricó su primer modelo, el Seat 1400 en 1953 e inmediatamente después el popular y robusto Seat 600, el emblema de la  naciente clase media española y del que se produjeron 800.000 unidades entre 1957 y 1973. Hasta solo tres años antes del cese de su fabricación, José Ortíz presidió la empresa que mucho más tarde y en alianza con Wolkswagen ha llegado hasta nuestros días.  El último 600 salió de fábrica hace justamente  50 años.

Una fotografía de Molina de Aragón, de Ortiz Echagüe./ Cesfighu.

Por si no fuera suficiente perfil como para llenar toda  una vida, José Ortiz Echagüe es también, para muchos, uno de los mejores fotógrafos españoles de todos los tiempos. A esa actividad llegó Ortíz de rebote, porque él lo que quería ser de verdad era pintor, pero su familia pensó que con un artista en la familia, su hermano Antonio, ya tenían bastante y que él debía realizar una carrera de provecho. Por eso se hizo ingeniero; y en Guadalajara. Lo único que sacó en limpio es que un tío suyo le regaló una cámara Kodak y allí empezó una afición que culminó con el reconocimiento internacional. Ortíz está considerado el padre del pictoralismo, una compleja técnica realizada en papel carbón Fresson y utilizando gelatinas, que se asemeja al hiperrealismo y que solo un artista detallista y con mentalidad de ingeniero podía abordar, con éxito, sin desesperarse. Un fiel exponente de su obra es la exposición que se hace para el Metropolitan de Nueva York en 1960 y que acabó girando por todo el mundo. Una selección de sus mejores cuadros llegó hasta el Palacio del Infantado de Guadalajara, y yo todavía la recuerdo a pesar de ser un chaval; impresionante. La obra de Ortiz fue editada por el propio autor en cuatro grandes libros (Ortiz no se fiaba de los editores, porque les achacaba poco rigor) que versan sobre Tipos españoles (obras con modelos de paisanos que consintieron ser retratados con ropa de sus antepasados), la España mística (increíbles procesiones que conectan con la profunda religiosidad de su autor), castillos y alcázares españoles y las imágenes de Marruecos durante el protectorado español.

Y ya termino: el legado con la obra fotográfica de Ortiz Echague se puede ver en el museo de la Universidad de Navarra, en Pamplona, y es un lujo admirarla, pero debería ser accesible a los vecinos de su ciudad natal mediante alguna exposición temporal en ese Palacio del Infantado, sin olvidarnos de la posibilidad de tener, de forma permanente, algunas de sus copias. Tan importante es la figura de José Ortíz Echagüe como ingeniero, aviador, CEO de empresas de tecnologías punteras y fotógrafo, que no debemos limitarnos a acordarnos de él solo en los aniversarios. Su huella debería tener carácter permanente. Estoy pensando en algún proyecto ambicioso con comisarios como nuestro Pedro J. Pradillo, que con medios lo bordaría.

 Esto es lo que hay: algo deberíamos hacer.                      

23-J: Un resultado endiablado

El resultado del 23J, esas extrañas elecciones que siguieron al 28-M por la decisión inopinada de Pedro Sánchez, nos ha dejado una victoria amarga del PP de Feijóo y una salida parlamentaria terriblemente endiablada, hasta el punto de que es muy probable que vayamos a una repetición electoral para navidades. Así, habremos pasado del verano azul y el voto desde la playa a las navidades blancas con villancicos para animar la campaña electoral. Una alegría indescriptible, por tanto.

Vayamos por partes. ¿Qué pensarán en Europa si la clave de bóveda de una investidura de Sánchez es un tipo, Carles Puigdemont, que está reclamado por la Justicia española por haber intentado dar un golpe de estado? No quiero ni pensarlo, por no hablar de un presidente rotatorio de la UE que va a ser un presidente en funciones, sin ninguna garantía de que vuelva a ser elegido.

Esto es lo que han dejado los electores a nuestros principales partidos:

Feijóo y Vox.- El PP ha ganado las elecciones, a pesar de una mala campaña electoral, pero es una victoria amarga porque se esperaba un resultado en torno a los 150 escaños, que restarían poder negociador a Vox y que todavía los sondeos realizados en la jornada de reflexión (no eran israelitas a pie de urna) así lo pronosticaban. El PP de Feijóo ha ganado 47 escaños y 3 millones de votos sobre el PP de Pablo Casado, y así lo ponía en valor el presidente popular esta noche desde el balcón de Génova, mientras que un grupo de militantes del partido gritaban “Ayuso, Ayuso”. Feijóo seguro que tomó nota y ya sabe que no va a tener una segunda oportunidad, si no logra formar gobierno y hay repetición de elecciones en diciembre y no las gana. La sombra de Ayuso, de rojo pasión esta noche, es alargada. Feijóo tenía motivos para estar moderadamente satisfecho y ya nos avanzó que como candidato con más escaños intentará formar gobierno para lo que iniciará un diálogo con el PSOE. Le ha pedido a Sánchez que no lo bloquee porque sería la primera vez que un candidato que es el más votado no consigue formar gobierno. Pero él sabe que con Sánchez enfrente antes pactará con el diablo que con el PP, porque a fin de cuentas eso es el sanchismo. La España del constitucionalismo, la que nos ha traído un mayor nivel de prosperidad, con la desmemoria ya no vende o vende menos. Feijóo puede aspirar en una futura investidura  a recibir los votos de los diputados del PP, Vox (no será fácil), Coalición Canaria (el PP da soporte al gobierno canario) y los navarros UPN, pero entre todos solo llegan a 171, por lo que les faltarían 5 para la mayoría absoluta.  Cualquier diálogo con el PNV estando Vox de por medio está condenado al fracaso.

Sánchez y el PSOE.- El sanchismo ha sobrevivido, esa es la noticia, porque la izquierda no le ha pasado factura por sus coaliciones Frankenstein y sus cambios de opinión, como él dice: sus «rectificaciones». El PSOE gana 2 escaños, se queda en 122, y a buen seguro que empezará a negociar un Frankestein 2.0 más complicado que el primero.  PSOE y Sumar solo suman 153 escaños, a años luz de la mayoría absoluta, que es 176, por lo que a buen seguro que comenzará negociando con los soberanistas de ERC, Bildu y el PNV, que le pedirán un paso adelante en el reconocimiento de la autodeterminación para el País Vasco y Cataluña y la amnistía para los políticos del 1-0, lo que no es posible sin saltarse a la torera la Constitución. Pero Sánchez les intentará enredar con las mesas de negociación y los referendums consultivos; y puede que los acabe convenciendo ante la amenaza de una investidura de Feijóo con Abascal. Aun así, entre todos los citados, más el BNG gallego, solo llegarían a 172 escaños, a cuatro de la mayoría absoluta. Y ahí llegamos al esperpento: las cuentas no le salen a Sánchez si no mete en el fregado al partido del fugado Puigdemont, con lo que cualquier pacto requeriría de un proceso de blanqueo, aunque el fugado a Waterloo ya lo ha advertido: no haremos presidente a Sánchez por nada, por lo que la cosa se pone complicada porque ningún presidente puede poner por escrito algo que no está en su mano, sino en la Constitución española, que todavía no ha sido derogada y atribuye la soberanía al conjunto del pueblo español. Sánchez tendría la posibilidad de iniciar un diálogo a la alemana con Feijóo, pero no está en sus genes. En Ferraz le gritaban “No pasarán”, como si fuera Largo Caballero, refiriéndose al “bloque involucionista”, como Sánchez llamó a PP y Vox, así que esta película ya le hemos visto con el “no es no” de protagonista. “Somos muchos los que queremos que España siga avanzando”, gritó ante su militancia, y todo hace suponer que entre ellos estarán Bildu, ERC y el PNV, pero no tanto Feijóo. Me gustó que en la calle de Ferraz se vieran algunas banderas españolas, lo que no es frecuente en los mítines de Sánchez, pero este demostró poco estilo democrático al no felicitar a Feijóo por su triunfo electoral. Al menos no gritó “Ayuso, Ayuso”.  

Cataluña ha salvado a Sánchez del estropicio que le auguraban los sondeos, por mor de un PSC que allí ocupa un espacio político que se confunde con el nacionalismo y al que incluso le ha robado más de un voto.

Vox y Abascal.- El partido ultranacionalista de la derecha radical sacó 33 escaños, 19 menos que en 2019 y en todos los pactos es irrelevante o tóxico. Se puede decir que ha cedido en torno al 35% de un electorado que Feijóo lo ha devuelto al PP, aunque tampoco se puede despreciarlos, como hacen algunos, porque todavía conserva más de 3 millones de votos  y 33 escaños. Un suelo muy sólido. Abascal encendió a la concurrencia en esta noche electoral advirtiéndonos de una segunda investidura de Sánchez apoyado en el “comunismo, el separatismo golpista y el terrorismo” y felicitó irónicamente a Feijóo porque ahora podrá pactar con el PSOE, que “es lo que siempre ha querido”. Abascal concluyó con la épica que tanto le gusta: “estamos preparados para resistir y para una repetición electoral”. Que será lo más probable.

Sumar y Yolanda restan.- La comparecencia de la lideresa de Sumar, acompañada de la jefa orgánica de Podemos, Ione Belarra, pareció la del partido que había ganado las elecciones por mayoría absoluta. Tal fue el festejo y la algarabía que se vivió. Pero cuando esta mañana despierte Yolanda y vea los resultados, comprobará que Sumar no solo no ha sumado sino que resta. En 2019 Podemos y sus confluencias llegaron a los 38 diputados, ahora la formación neocomunista, liderada por Yolanda Díaz, se ha quedado en 31. No da para tanta fiesta.

Vamos a tener un verano movidito, al que seguirá un otoño oscuro y en el que muchos se seguirán mesando los cabellos por la ley electoral que tenemos, que alienta el poder de los extremos, y permite que un prófugo de la justicia se pueda convertir en el eje de la gobernabilidad en España, el país que quiere destruir. Pero esto es lo que hay.

EN GUADALAJARA SE HA  REPETIDO  EL 1-1-1, es decir, un reparto de los tres diputados entre PP, PSOE y Vox, que hace tres meses era el resultado que me parecía más probable, aunque viendo el impulso que cogió el PP, ahora lo puedo calificar de sorprendente. Los populares han tenido un gran avance, pues han sumado 20.545 votos más que en 2019, han desecho el sorpasso que les hizo Vox y han recuperado con creces la condición de partido más votado en la provincia, pero todavía le han faltado 2.975 votos para recuperar ese segundo escaño. El PSOE ha sumado 5.017 votos más que en 2019, lo que no parecía una tarea fácil, y ha tenido mejor resultado en los pueblos pequeños que en los grandes.

En la capital, el PP vuelve a ser el más votado, con cerca del 40%, casi 3.000 votos más que el PSOE, una gran mejora sobre las municipales. En la industrial Azuqueca, la «derecha involucionista» en palabras de Sánchez, ha sacado más votos que la izquierda del «progreso y el avance». Para analizar con detalle. En Sigüenza, el PP es la primera fuerza, después de caer por mayoría absoluta en las municipales. Caso distinto a Molina de Aragón, donde el PSOE confirma su resultado en las municipales y en el Señorío en general. Vox, después de una semana horribilis, y con un mal candidato en Guadalajara, ha sumado casi 27.000 votos en esta provincia, rozando el 20% de los sufragios, que el PP no ha logrado atraer a posiciones más moderadas, un porcentaje demasiado alto como para despreciarlo. Sumar apenas suma el 9%, un porcentaje muy pobre, y que además deja una crisis en Podemos Guadalajara, cuyos dirigentes han tomado las de Villadiego.            

Un gobierno que se tambalea (para empezar)

El transfuguismo es uno de los defectos nunca resuelto en la democracia española por su sistema electoral. En la misma Guadalajara hemos tenido sonoros casos, entre los que recuerdo -aunque hay muchos más- la fuga de un concejal del Centro Democrático y Social (CDS), Paco Sáez,  y que posibilitó el fracaso de la moción de censura que encabezó José María Bris en el Ayuntamiento de Guadalajara; está el caso Planelles que se fue de un PSOE en crisis y pactó con el PP, y luego fracasó cuando se presentó como independiente; o el lío que se formó en Diputación cuando casi medio grupo Popular terminó fuera de ese partido por una discusión sobre quién debería ser el portavoz en la Casa Palacio. Sabemos por tanto del efecto nocivo del transfuguismo sobre nuestras instituciones, pero lo que no había visto hasta ahora, después de más de cuarenta años de profesión, es la tipología del tránsfuga sobrevenido, que incluso antes de tomar posesión ya te está advirtiendo que puede acabar en el grupo de no adscritos, por discrepancias con la dirección de su partido, como sucede con la edil de Vox, Eva Henche. Esta mujer, ha reconocido en declaraciones a Efe que ya se lo ha trasladado al Comité Ejecutivo Provincial de Vox y que esta decisión se tomará en función de lo que la contesten y se tomen las medidas oportunas contra el “enchufismo y la asignación de asientos”. Porque ella lleva mucho tiempo en Vox trabajando por unos valores sin cobrar un duro, para que ahora vengan otros a repartirse asientos. El asunto tiene mala pinta – y pasa a menudo con los partidos nuevos-, porque ya el presidente nacional de Vox, Santiago Abascal, advirtió que el partido no aceptará “chantajes” de la edil y la conminó a no secuestrar la voluntad de sus votantes. Tiene razón Abascal en este segundo reproche, Eva Henche si llega a ser concejal de Guadalajara es porque fue en una lista cerrada de Vox, no por méritos propios. Pero Abascal también sabe, y yo así se lo traslado a mis lectores, que hay suficiente jurisprudencia en los tribunales como para que la susodicha pueda tomar posesión efectiva de su asiento y de su condición de concejal, por mucho que este partido pueda luego recurrirlo en los tribunales. Que lo hará.

Por de pronto, es legítimo preguntarse: ¿Está en peligro la mayoría absoluta de PP y Vox en el Ayuntamiento de Guadalajara? Y la consiguiente respuesta es que sí lo está, porque una concejal no adscrita, por mucho que no represente a nadie, en una corporación de 25 escaños, con 12 en poder de la oposición de izquierdas, se convertiría en el fiel de la balanza y en la edil de oro con el que el equipo de Gobierno no tendría más remedio que pactar los presupuestos y la política esencial de la legislatura. Es decir, tendría un poder de decisión superior a cualquier otro concejal y pondría en entredicho el primer argumento para defender que no gobierne la lista más votada. Que es la estabilidad que facilita un gobierno PP y Vox, porque ha perdido al edil que abrocha esa mayoría absoluta. Por no hablar de que durante la legislatura estaría sobrevolando ante cualquier crisis la moción de censura, sencillamente porque dan los números. Otra cosa es que si Rubalcaba bautizó como pacto Frankenstein a las alianzas que formó Pedro Sánchez para llegar al Gobierno, con la moción de censura contra Rajoy, aquí estaríamos ante un Frankenstein al cubo, porque incluiría una edil ultraconservadora fugada de Vox, 11 concejales del PSOE supuestamente socialdemócratas y 1 edil de un grupo municipalista de izquierda que milita en el hemisferio woke y con ideas lo más opuestas al ideario de Vox que se puede despachar. La deriva anunciada por la concejala nos llevaría a un escenario apasionante para los periodistas, pero reconozco que sería un descalzaperros para el Ayuntamiento de Guadalajara, porque necesitaría pactar los asuntos de cada pleno con la edil tránsfuga o exponerse a no sacar su programa adelante, lo que acabarían pagando en las urnas.  

Guarinos y Toquero muestran el acuerdo al que llegaron PP y Vox para gobernar Guadalajara y del que amenaza con bajarse una futura edil de Vox./Archivo

Por tanto, tiene motivos Ana Guarinos de estar inquieta, porque su gobierno recién estrenado ya se tambalea y tiene una multiconcejalía asignada a Vox, vacante, después de la dimisión no explicada de María del Sagrario Muñoz, con una retahíla de competencias sin responsable político, apunten: Familia y Servicios Sociales; Infancia y centros de atención a la Infancia; adolescencia; mayores; migraciones; diversidad funcional y asuntos con las Confesiones Religiosas. El asunto no puede ser más enrevesado, incluso para una alcaldesa tan veterana como Ana Guarinos: ¿cómo va a dar responsabilidades a una nueva edil, si esta va por libre, porque no forma parte de los partidos que componen el pacto de su investidura? Imposible de los imposibles.       

Imagino cómo debió sentirse el sábado Santiago Abascal en Guadalajara cuando vino para pedir el voto por ese tercer diputado que su partido se está disputando con el PP, que solo tiene asegurado 1, como el PSOE, y se encontró metido en este incendio. No me gustaría haber estado a su lado. Y la media sonrisa que dibujó Feijóo cuando el domingo vino a Guadalajara a enseñar que es necesario pasar de los juegos adolescentes a la política para adultos. Aunque dé menos titulares.

P.D. Esta semana horribilis de Vox en Guadalajara se inicia cuando se rubrican y publican -¡en medio de una campaña electoral, qué ocurrencias¡-los nombramientos del equipo de asesores que tendrá el equipo de Gobierno. Es un trago ante la opinión pública por el que pasan todos los equipos de Gobierno, porque es personal de confianza que dicen necesitar para que funcione su maquinaria, pero que en elecciones es munición de grueso calibre, si va acompañado de polémica interna. Fernando Toquero era uno de estos asesores. Conozco a Fernando, es un hombre de la cultura en todas sus ramas, experto en comunicación cultural, con titulaciones suficientes en el mundo del diseño y la creatividad, además de ello es una gran persona y un tipo honesto, y podría certificar ante cualquiera, como jefe suyo que fui, que es un profesional perfectamente idóneo para ocupar un puesto de coordinador de la concejalía de Cultura. Solo hay un caso en que esa idoneidad no se cumpliría, a mi juicio: si ese nombramiento se hiciera por iniciativa de un hermano suyo. Quiero también comprender a ese hermano que quiere tener a su lado a un tipo competente, que le va a resolver los problemas sin crearle ninguno, que lleva a Guadalajara en el corazón, pero por ser nuevos les digo que en política no se puede regalar la trompeta al pregonero. Y en eso hay que seguir el dicho romano que se adjudicó a la mujer del César. Entiendo por tanto la renuncia, que ayudará a  rebajar la tensión interna en Vox,  aunque en el mandato anterior también hubo hermanos asesorando a tenientes de alcalde, y que milagrosamente han sobrevivido a la extinción de los dinosaurios. Pero esto es lo que hay.    

Feijóo sale impulsado por el debate

En La Moncloa se esperaba con mucho interés el resultado del debate entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, y no dudaban de que podía ser el impulso para la remontada del presidente. Confiaban en las buenas maneras de Sánchez, que se había manejado bien en los cara a cara celebrados en el Senado, pero olvidaron que en ellos el presidente jugó con ventaja porque tenía tiempo ilimitado para exponer frente al tiempo tasado del senador Feijóo.

Por ello, vimos a un Sánchez que salió al debate muy confiado en su superioridad, como si el Estudiantes jugara ante un equipo de pueblo, y se le notó con el desdén que trató al adversario desde el minuto 1. Su táctica era interrumpirle continuamente diciendo que los datos económicos de Feijóo eran mentira, sin más, pero sin precisar en qué estaba mintiendo. En realidad, se trataba de datos macroecómicos, que son interpretables dependiendo de cómo los cojas, y me estoy refiriendo al empleo, el PIB, al crecimiento económico o al aumento del déficit y la deuda, que Sánchez achacó a la guerra de Ucrania o al gasto extra durante la pandemia.

Feijóo en su última visita a Guadalajara junto con el cabeza de lista, Antonio Román.

Feijóo pronto se dio cuenta de que las intervenciones explicativas con Sánchez no son posibles, por las interrupciones, y aceptó bajar al barro y jugar el partido en el terreno  que le proponía el presidente del Gobierno.  Y ahí es donde sorprendió incluso a los suyos, porque se fajó bien en el cuerpo a cuerpo, aunque el presidente le dio muchas facilidades. Se hablara de lo que se hablara, Sánchez empleaba como único argumento que el PP es lo mismo que Vox, con lo que el gallego ejercía como tal, se iba por las ramas sobre su relación postelectoral  con la derecha extrema, pero acababa recordando a Sánchez que él no está en condiciones de dar lecciones a nadie después de haber pactado con Podemos -que antes le quitaban el sueño- los independentistas del 1-0 o los filoetarras de Bildu. Estos últimos le acabaron de poner una piedra al cuello cuando esa misma tarde, en un mitin conjunto celebrado por ERC y Bildu, sus líderes presumieron de todo lo que le habían sacado a Sánchez y desafiantes, avanzaban que redoblarían la apuesta. Sánchez estuvo torpe al tratar a Feijóo como si fuera Abascal; y en cuestiones que son delicadas para el candidato del PP, por las tesis inaceptables  de Vox en materia de violencia de género, sobre las que no puede transigir, el ex presidente de la Junta de Galicia demostró  sus tablas finalizando el debate con la ley del Sí es Sí y su reguero de violadores y maltratadores excarcelados.

El ”aspirante”, ya metido en su papel presidencial que le dejaba Sánchez con su retórica, tuvo un golpe de efecto al poner sobre la mesa un pacto para que gobernara la lista más votada, que Sánchez no aceptó aludiendo a que eso no va a ocurrir en Extremadura.  “Si no quiere que gobiernen los extremos, ahí tiene usted su oportunidad”, le espetó. Muchos sabemos que la solución de que gobierne la lista más votada se queda solo a medias, porque no garantiza la gobernabilidad del Ejecutivo al que se elige, pero ante la cantinela de Sánchez con que Vox no puede entrar en los gobiernos, fue una imagen eficaz y que descompuso a su adversario.

En términos políticos, de ideas y propuestas, el debate constituyó un soberano fracaso, porque se tendió al espectáculo y a la bronca, por las constantes interrupciones, pero es lo que tiene esta política actual, que simplifica cualquier idea a golpe de tuit hasta convertirla en estúpida. Tal es así, que se dejaron temas básicos sin tocar como son la digitalización, la influencia de la inteligencia artificial en el mercado laboral, la forma de afrontar el cambio climático sin que Europa se arruine, o la política energética de España y cómo se podría alargar la vida de las nucleares por la sobredependencia del gas ruso.  Ese fue el fracaso de un debate, que sospecho no habrá movido mucho (veremos los trackings desde mañana) el sentido de voto de los televidentes, y que es obvio que ha impulsado a Feijóo, porque era el favorito de todos los sondeos electorales menos el que cocina Tezanos. La obsesión de Sánchez por meter a Vox en todas las salsas, incluso le habrá venido muy bien a Feijóo para captar el voto útil en provincias como Guadalajara, y eso se lo habría advertido Iván Redondo si Sánchez no lo hubiera echado, inopinadamente, mientras no ha tenido problemas en mantener a ministros y ministras que han acreditado su torpeza e inutilidad para el ejercicio del cargo. Con Iván Redondo no habría acabado Sánchez hablando del Falcón y Txapote.

Esto es lo que hay.  Feijóo se destaca, pero necesita mucho impulso para asegurar un gobierno estable, sin que Abascal le exija la vicepresidencia.  Y como España no es Alenania, hasta podrían repertirse las elecciones. Como en Murcia.  

Ir a la barra de herramientas