Más de 25 años de Tenorio en Guadalajara

Gentes de Guadalajara, la singular, dinámica y creativa asociación, rabiosamente guadalajareñista, que con tanto “sigilo y estilo” hace realidad el Tenorio Mendocino cada año desde hace muchos, va a conmemorar en este otoño de 2015 el 25 aniversario de la salida a la calle de su extraordinaria propuesta teatral itinerante con el texto del Don Juan, de Zorrilla, por algunos de los principales edificios histórico-artísticos de la ciudad, gran parte de ellos vinculados a la familia Mendoza, de ahí su nombre. En realidad fue el 31 de octubre de 1992 cuando se convocó abiertamente a los espectadores a asistir a la primera función pública del Tenorio, por lo que este año se conmemoraría su 24 aniversario, pero Gentes de Guadalajara considera que fue un año antes cuando nació el Mendocino, al representarse ya en 1991 algunas de sus escenas en distintos lugares, aunque sin citarse aún con el público. Incluso en 1990, también se representaron algunas escenas del Tenorio en el claustro/patio del antiguo Convento de la Piedad/IES “Liceo Caracense”, el “viejo Brianda”, como es y nos gusta a muchos llamarle. Por otra parte, es sabido que, desde 1984, entonces a puerta cerrada y por iniciativa de la Asociación de Amigos de la Capa, se venían escenificando en los bajos del restaurante El Ventorrero, en el transcurso de las veladas que ellos llamaban “Cenas de Ánimas con Don Juan”, en las vísperas de los Fieles Difuntos, varias secuencias del Tenorio que, años después, dintel afuera ya del viejo mesón castellano, terminaría adoptando el apellido de Mendocino cuando salió a la calle y buscó la complicidad de las más viejas y venerables piedras de la ciudad. Y, por supuesto, del público, de toda edad y condición.

O sea que se pueden y se van a conmemorar más de 25 años de Tenorio en Guadalajara, que podrían ser hasta siglos si, como acertadamente apuntó José González Vegas, el actual presidente de Gentes de Guadalajara, en la presentación del programa de actividades de este 25 aniversario del Mendocino, queremos relacionar el texto del Don Juan, de Zorrilla, con el mercedario Fray Gabriel Téllez, Tirso de Molina, que profesó en el guadalajareño Convento de la Merced y fue autor del drama “El burlador de Sevilla (y convidado de piedra)”, la primera obra en la que aparece el mito de Don Juan en la literatura española y que fue escrita en el siglo XVI, tiempo en el que el autor vallisoletano sitúa la acción de su Tenorio.

orea-borobiaDetrás de todo este tinglado del Tenorio Mendocino, como antes en su antecedente más directo, “La Cena de Ánimas con Don Juan” de los amigos de la capa, estuvo siempre y hasta que pudo el mejor de los guadalajareños que jamás he conocido, mi amigo y hermano en todo, menos en vínculo de sangre, Javier Borobia, excepcional y buena gente de Guadalajara como pocas. Este 25 –y más, repito- aniversario del Tenorio Mendocino es, por tanto, “su” aniversario; mejor dicho, “nuestro” aniversario porque la generosidad y la inteligencia de Javier siempre quisieron hacer de lo suyo algo de todos, renunciando al yo para posibilitar el nosotros. Y en ese nosotros podríamos incluir a mucha “gente de Guadalajara” –incluso alguno nacido en Galleguillos de Campos (León), como Fernando Borlán– que quiso y supo seguir los pasos de Javier para que el Mendocino no se quedara en un proyecto personal sino que llegara a ser una ilusión y un compromiso colectivos de una ciudad como ésta que no se ilusiona ni compromete fácilmente. Son tantos los nombres de personas que han hecho y siguen haciendo posible el Tenorio Mendocino que, por mucho que me esforzara, seguro que me olvidaría de alguno y, ante esa injusta posibilidad, prefiero no citar a ninguno, antes que olvidarme de uno, aunque en la mente de todos están las figuras claves de este gran proyecto cultural “popular” –como lo calificaría Abigaíl Tomey, la actual directora artística del Tenorio- que la sociedad civil regala cada año a Guadalajara. Y a quienes la visitan ante su llamada, no sólo porque está declarado Fiesta de Interés Turístico Regional y Provincial, sino porque cada día son más ya que nuestro Tenorio está a la altura de los mejores que se representan en España –a destacar entre ellos el de la vecina Alcalá y el de Murcia-, dentro de la larga tradición española de poner en escena este mito de amor y muerte en torno a las festividades de los Fieles Difuntos y de Todos los Santos.

Con toda intención, quiero terminar este artículo reproduciendo un párrafo literal del último artículo que Javier Borobia escribió sobre el Tenorio Mendocino –publicado en el desaparecido semanario “Noticias de Guadalajara”-, coincidiendo con la edición de 2008, la última en la que participó activamente como codirector y, por supuesto, como Comendador –ese papel que, literalmente, bordaba cada año-, y que considero que es su auténtico testamento emocional para las, para sus, para nuestras “Gentes de Guadalajara”:                           “La ciudad espera, un año más, de sus gentes ese costumbrismo cultural de andar por calle para buscar claves, reflexiones, emociones y estéticas. Y digo buscar, no encontrar; que eso es mucho y hay que dejarlo para los de la cultura costumbrista, o sea los que acostumbran a estar en su entorno y se postran, bajo el frontispicio de su templo, para contemplarla sin osar acariciarla con su mano.

 Te estás dejando la barba y ya empiezas a saber porqué…”

 

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