Archive for mayo, 2014

Comunicación, pedagogía y otras políticas

 

Contrariamente a lo que me proponía al comenzar a escribir mi post anterior -y que, por cierto, no logré-,  en este nuevo no pretendo hablar de fútbol, pero sí de política, aunque no puedo resistirme, al menos, a dar la enhorabuena al Atlético de Madrid y a sus aficionados por su gran temporada deportiva, en general, y por la Liga Nacional y el subcampeonato de la Champions que han alcanzado con todo merecimiento. Y, por supuesto, felicitar también a mi/nuestro Real Madrid que, por fin, ha ganado “la décima” Copa de Europa, quitándose y quitándonos un peso de encima que hasta ahora lastraba sus resultados en los últimos años en esta competición, que parece su ecosistema natural, algo que se evidencia en la sala, significativamente llamada “Reyes de Europa”, en el Museo del Estadio Santiago Bernabéu. Dejo de hablar de fútbol por hoy –el Mundial está a la vuelta de la esquina y habrá que retomar el tema, sí o sí-, con este mensaje/deseo: ¡La undécima está más cerca que nunca: a por ella!

Una vez que el Madrid es “otra vez campeón de Europa”, como decía el entrañable abuelo, Jesús, de Majaelrayo, en aquel famoso anuncio del todo terreno que llegaba hasta la zona de la “Arquitectura Negra” como si fuera el fin del mundo –que podría serlo por la contundencia y exclusividad de su paisaje- y allí el tiempo no pasara –que, si se quiere y puede, no pasa, toca hablar de otro escenario europeo, en este caso el electoral, tras los comicios celebrados el pasado domingo, día en el que abrieron las urnas cuando algunos aún andábamos pensando que Europa era igual a Champions y no a ese superestado de Estados en que se ha convertido, donde la burocracia lo condiciona casi todo, los millones de euros se mueven como si fueran céntimos, los sueldos de los políticos y los altos funcionarios son de escándalo y lo económico se impone a lo social, e, incluso, a lo político. Pero, a pesar de todo ello, no soy euroescéptico, sino todo lo contrario, y tengo bien claro que Europa, no sólo es necesaria, sino imprescindible, porque la unión, efectivamente, hace la fuerza, aunque haya que reinventarla y hacerla menos economicista y más humana, más concreta y menos abstracta, más sencilla y menos compleja, más cercana y menos lejana, menos materialista y más solidaria. A este respecto, me preocupa mucho el ascenso electoral de partidos de extrema derecha en varios países, especialmente en Francia, donde han obtenido un 25 por ciento de los votos, porque sus tesis van justo en el sentido contrario de la Europa que yo creo deseable.

EUROELECCIONES: ASÍ VOTÓ ESPAÑA

Cuando escribo este post han pasado ya cuatro días desde la celebración de las elecciones y los números que han salido de las urnas son ya de sobra conocidos y están más que manidos, analizados y comentados; no obstante, de esos números electorales, en lo que atañe a España, cabe proponer las siguientes conclusiones: 1/ Aunque ha subido ligeramente el porcentaje de participación respecto a las dos anteriores elecciones europeas (2004 y 2009), los abstencionistas españoles han superado a los votantes, cuando en las primeras elecciones europeas en las que participó nuestro país (1987), votó casi el 70 por ciento del censo; o sea, decrece el interés por “Europa”, justo cuando más afectan a los españoles sus decisiones; 2/  El PP ha ganado las elecciones, pero de aquella manera: perdiendo, respecto a las anteriores europeas, más de 2.500.000 votos –un 16,08 por ciento- y siete diputados; 3/ El PSOE ha perdido las elecciones, pero de peor manera aún que el PP porque se ha desgastado, siendo oposición, tanto como el gobierno: 2.400.000 votos y siete diputados menos que hace cinco años; 4/ IU (La Izquierda Plural) y UPyD han avanzado notablemente, pasando de 2 y 1 escaño en 2009, respectivamente, a 6 y 4, en 2014; 5/ Sorprendente irrupción de “Podemos” en el panorama político, obteniendo 1.200.000 votos y consiguiendo cinco escaños, cuando hace unos meses ni si quiera existía esta formación de izquierdas, que ha enganchado sobre todo al voto joven y al voto crítico con los partidos de izquierdas tradicionales, pero que tendrá una prueba de fuego cuando de la teoría pase a la práctica y tenga que tomar decisiones como, por ejemplo, las de con quién coaligarse, antes y después de los procesos electorales venideros; y 6/ Sigue creciendo el voto en Euskadi y Cataluña hacia los partidos independentistas, lo que es una mala noticia para España, incluidas Cataluña y Euskadi, por supuesto.

CASTILLA-LA MANCHA: MAL RESULTADO DEL PP, PÉSIMO DEL PSOE

De los resultados electorales habidos en Castilla-La Mancha, destacar que el PP los ha tenido malos, en términos absolutos, pero no tan malos, en términos relativos, pues han sido mejores que los obtenidos por los populares en la mayoría de comunidades autónomas españolas y ha distanciado al PSOE en nueve puntos, un partido que se lo tiene que hacer mirar, y pronto y mucho, pues de tener poder omnímodo, tanto en España como en Castilla-La Mancha, hace apenas tres años, va camino de sólo ser capaz de detentar poder allá donde IU, UPyD y Podemos se lo permitan. Y repartan. De todas formas, aunque no son extrapolables los datos de unas elecciones europeas a los de otras citas electorales, sí marcan tendencias y todo apunta a que, si Cospedal salva la mayoría absoluta en la Junta, será porque mejore su gestión y la percepción de ella en el año que queda, aunque siempre tendrá como aliada a la nueva ley electoral, que recortará a la mitad el número de diputados en el parlamento regional –algo que aplaudo-, lo que recorta gastos, sin duda, pero beneficia a los dos partidos tradicionalmente mayoritarios y perjudica a los minoritarios, aunque éstos sean emergentes. Podría ocurrir, incluso, que el PP, con menos porcentaje de votos que hace tres años, ganara las próximas elecciones autonómicas con algún escaño más de diferencia. Pero que no se confíen, que Barreda también modificó la ley electoral creyendo que le beneficiaba y terminó en la oposición…

EL PP DE GUADALAJARA, DE LOCOMOTORA ELECTORAL A VAGÓN DE COLA

A nivel provincial, si bien el PP también ha ganado las elecciones aquí, lo ha hecho por tres puntos menos de porcentaje de votos que la media regional obtenida por los populares, cuando hace cinco años el PP obtuvo en Guadalajara tres puntos más respecto a esa media. O sea, que el PP de Guadalajara ha pasado de ser la locomotora electoral de los populares en la región –de hecho, en esta provincia fraguó su mayoría absoluta hace tres años Cospedal- a ser el vagón de cola. Atención al mal resultado alcanzado por el PP en el Corredor del Henares y a la suma de los votos obtenidos por las fuerzas de izquierda en él porque, si no son coyunturales y sí tendencia, podrían poner en peligro la mayoría absoluta del PP en la Diputación dentro de un año e, incluso, la de Cospedal en la región. Recordemos que, entre la capital y el Corredor, se concentra el 70 por ciento del voto en la provincia y que el partido judicial de Guadalajara, con 15 escaños, suele ser decisivo para dar y quitar mayorías absolutas en la Corporación Provincial.

CAPITAL: APLICANDO LA LEY D´HONT A LAS EUROPEAS, EL PP PERDERÍA LA MAYORÍA ABSOLUTA

En Guadalajara capital, aún dejándose muchos votos en el camino, el PP ha ganado claramente las elecciones –con más de un punto porcentual que en el resto de la provincia-, mientras que el PSOE las ha perdido aquí aún más claramente –obteniendo casi un 3 por ciento menos de apoyo que en el conjunto provincial-, pues ha conseguido menos del 20 por ciento de los votos, que no es su suelo electoral, sino su subsuelo. Como curiosidad y aunque sólo sea un ejercicio teórico de proyección de la Ley D´Hont sobre los resultados de las europeas en la capital y su adjudicación de escaños si de municipales se tratase, así quedaría el Ayuntamiento: PP (11), PSOE (6), IU (2), UPyD (2), Podemos (2), Vox (1) y Ciudadanos (1). Como Vox y Ciudadanos no han llegado al 5 por ciento de los votos, que es el mínimo que se exige para obtener escaño en las elecciones locales, IU y UPyD ganarían otro concejal y pasarían de tener 2 a 3. En ambos casos, el PP “perdería” la holgada mayoría absoluta que actualmente tiene (16 concejales de 25). Repito que no son extrapolables los resultados de las europeas a las locales, pero también insisto en que marcan tendencias e ignorarlos o despreciarlos sería un grave error que no creo que cometa Antonio Román, el mejor activo electoral que, a mi juicio y el de muchos, tiene el PP para volver a encabezar la lista por Guadalajara. Y es público y notorio que en las elecciones locales es muy importante, si no decisivo, el número uno que cada fuerza política presenta, como también es importante el número dos por si el uno después dimite.

LO QUE DEMANDA LA SOCIEDAD ES LO QUE VOTA

Le oí decir hace un par de días a Rajoy que el PP tenía que hacer un “esfuerzo de pedagogía y de comunicación” para explicar bien su gestión y tratar de recuperar, de cara a los comicios de 2015, a los votantes que no les han apoyado en las europeas de 2014, pero que sí lo hicieron en las elecciones autonómicas, locales y generales de 2011. Como no podía ser de otra manera, en línea parecida se ha pronunciado la presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general de los populares, Dolores de Cospedal. Es una buena estrategia, sin duda, porque lo que no se comunica bien parece que no se ha hecho bien, incluso que no se ha hecho o que se ha hecho mal; pero que no se olviden que lo que se hace mal, o regular, o no se hace, es imposible que parezca que se ha hecho bien sólo porque se haga un esfuerzo de pedagogía y de comunicación. Desde que, a mediados del siglo pasado, la llamada Escuela de Columbia, comenzó a teorizar sobre el comportamiento político y la sociología electoral, tres son los factores que se tienen como decisivos en el voto de los ciudadanos: psicológicos, sociológicos y racionales. Y me atrevo a decir que, desde el punto de vista psicológico, hay una sensación de amplio rechazo al actual ser y estar de los partidos políticos tradicionales, por su progresiva endogamia, su sectarismo y sus malas prácticas (de entre ellas, especialmente la corrupción); desde el punto de vista sociológico, la identificación con los partidos tradicionales es cada vez menor porque las tendencias ideológicas están menos diferenciadas y aumenta la volatilidad de los electores (cambio de voto de una opción a otra) y, desde el punto de vista racional, los electores cuestionan progresivamente la capacidad de las dos opciones mayoritarias tradicionales (PP Y PSOE) para resolver sus problemas y dar satisfacción a sus demandas.

¿Pedagogía y comunicación? Sí, por supuesto, pero fundamentalmente cambio, regeneración y renovación en los partidos políticos es lo que demanda la sociedad. Y lo que demanda la sociedad es lo que vota.

Yo voto Real Madrid

El “finde” que viene llega cargadito de sensaciones fuertes: el sábado, 24  – festividad de María Auxiliadora, muy celebrada por una gran mayoría de los que son y fuimos alumnos salesianos- , Real Madrid y Atlético de Madrid se juegan, en Lisboa, nada más y nada menos que la final de la Champions League; por otra parte, el domingo, 25, tenemos cita con las urnas con motivo de las elecciones al Parlamento Europeo. Hoy, en contra de mi costumbre, voy a tratar de hacer como dicen que dijo Franco a un empresario cuando se quejó de una decisión ministerial y no voy a meterme en política. O sea, me abstengo,… de meterme en política, digo, porque el domingo, después de tener casi decidido votar al Real Madrid (o sea, en blanco), finalmente voy a votar lo que siempre he votado, no muy convencido, ciertamente, pero sí movilizado por los ardides de campaña que el PSOE siempre traza para apartar los debates políticos de lo fundamental y tratar de descalificar al PP, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid o que Cañete ha metido la pata, que la ha metido, aunque vale más que cuatro “Valencianos” juntas, algo comprobable a poco que se comparen los currículos de ambos y se valoren más los hechos que los dichos, más las obras que las buenas (o malas) razones. Y votaré lo que siempre voto, aún con entusiasmo cero, porque las opciones alternativas minoritarias a PP y PSOE, sin duda todas respetables y, además, necesarias, en el parlamento europeo son simples gotas de agua en el ancho mar que aglutinan las dos grandes alternativas ideológicas que conforman las mayorías en Estrasburgo y Bruselas: la liberal conservadora y la socialista.

Aunque, sin pretenderlo, ya me he metido bastante en política, quiero centrar el post de hoy en ese encuentro deportivo, extraordinario por varios motivos, que va a comenzar el sábado, a las 20,45 horas, en el Estadio de la Luz, en Lisboa. Aunque, en definitiva, no deje de ser más que un partido de fútbol, será efectivamente extraordinario porque es la primera vez que dos equipos de la misma ciudad lo van a disputar, porque se juega en la capital europea más cercana a Madrid y acudir a él será más fácil y cómodo que nunca, porque el Real Madrid aspira a obtener su ansiada décima Copa de Europa y porque el Atlético de Madrid quiere lograr la que sería su primera. Si a todo esto, que ya es mucho, le añadimos la tradicional rivalidad entre ambos equipos, la forma en la que acaba de resolverse la Liga, el “campañón” que está haciendo el Atleti con un presupuesto muy inferior al de Madrid y Barça, y tantas y tantas cosas más, incluso los poco futboleros seguro que el sábado van a estar en algún momento pendientes de esta final de finales, de este “partido del siglo” que se celebra cada año, aunque éste va a ser especialmente especial, valga la redundancia.

Por todo lo dicho, bien que lamentaré, si no cambia mi suerte en las próximas horas y algún alma caritativa me hace llegar una entrada a su precio –por principios, me niego a pagar un solo euro en la reventa-, no poder estar en el Estadio del histórico Benfica el próximo sábado, animando a mi queridísimo Real Madrid, como siempre he estado en las últimas cuatro finales de Copa de Europa a las que ha llegado: París 1981 –en la que el perdimos 1-0 con el Liverpool-, Amsterdam 1998 –en la que ganamos la tan deseada “séptima” a la Juve de Zidane, con aquel inolvidable gol de Mijatovic-, París 2000 –en la que conseguimos la “octava” por 3-0, frente a un gran Valencia, en la primera final europea entre equipos del mismo país- y Glasgow 2002 –donde logramos la “novena”, por 2-1, ante el Bayer Leverkusen, gracias al tanto inicial del gran Raúl y al final de Zidane que, cuando vi entrar al balón por la escuadra tras aquella impresionante volea suya, me hizo gritar delante de un “Bobby” alucinado que custodiaba nuestro sector en Hampden Park un irreverente, pero muy sentido: “¡Dios es madridista!”-.

Soy muy madridista, sí, pero no soy antiatlético; es más, no me duelen prendas en reconocer el enorme mérito y el gran valor que tiene la temporada que está haciendo el Atleti e, incluso, su propio historial deportivo, cuando ha sido, salvo en épocas muy puntuales, un club que ha dispuesto de bastantes menos recursos económicos que el Madrid y el Barcelona e, incluso, que otros equipos de la liga española. El corazón –no puede ser de otra manera- me dice que la final la va a ganar el Real Madrid porque tiene mejor plantilla y porque parte de su adn lo conforma su histórico dominio de la máxima competición europea de fútbol, un hecho que parece no contar para dilucidar finales, pero que por supuesto que cuenta, y, si no, que se lo pregunten a la Juve, al Valencia o al Bayer Leverkusen, que, a pesar de llegar en plena forma a ese duelo decisivo por la Champions e, incluso, de partir como favoritos, cayeron frente al Real Madrid.

O sea, que no sería una sorpresa, más bien lo contrario, que el Atleti, como el Tajo, fuera a dar a la mar (que es el morir, según las conocidas Coplas de Jorge Manrique), en Lisboa; pero si el que allí “muere” es el Madrid –que, lógicamente, ni lo espero ni lo deseo-, como dice nuestro castizo himno, daremos deportivamente la mano a los atléticos, aunque esa derrota sería, sin duda, más dolorosa que ninguna otra.

En todo caso, ojalá nuestra política y nuestros políticos tuvieran en Europa el mismo peso que tienen nuestro fútbol y nuestros futbolistas. Yo voto Real Madrid.

¡Toledo, tenemos un problema!

                A pesar de que quien pone todo el dinero y la gestión integral del programa es el Servicio Público de Empleo Estatal, dependiente del Ministerio de Empleo, la presidenta de Castilla-La Mancha, Dolores de Cospedal, presentó hace unos días, públicamente y con amplio eco en los medios, el Plan de Empleo para Zonas Rurales de la región correspondiente al presente año. Este Plan va a dar empleo en 2014, durante 3 meses, a 2945 desempleados, de los cuales 1162 son de Ciudad Real, 802 de Albacete, 523 de Toledo, 439 de Cuenca y ¡19 -sí, leen bien, no es una errata-, repito, 19 de Guadalajara!

Como quien ha presentado este Plan ha sido la presidenta Cospedal y no el Presidente Rajoy o la ministra Báñez, a pesar de que, como ya ha quedado dicho, se trata de un programa estatal, en vez de dirigirme a “Madrid”, lo hago a “Toledo” y, como los cosmonautas del Apollo XIII, alerto de que “tenemos un problema”, un grave problema, diría yo, no porque no podamos alunizar, como les ocurrió a los tripulantes de la misión de la NASA a la Luna en 1970, sino porque son para alucinar en colores las cifras de distribución provincial de este Plan que pretende paliar el desempleo en zonas rurales deprimidas, como si en Guadalajara no las hubiera.

Imagino que para intentar justificar la ridícula cifra de personas que en Guadalajara se van a ver beneficiadas por este Plan y/o para que las culpas de este hecho se confundan e, incluso, recaigan en quien lo paga y gestiona, en su presentación se informó que “la distribución provincializada de los fondos la realiza el Servicio Público de Empleo Estatal, no puede ser alterada regionalmente y atiende a criterios de reparto del año 1997”. Pues, si es así, no tenemos uno, sino varios problemas y, al menos, un par de preguntas: 1/ ¿Por qué se aplica un criterio de hace 17 años en la gestión de un plan de empleo, cuando en ese dilatado período de tiempo tanto han variado los parámetros y las circunstancias del mercado laboral? 2/ ¿Por qué nos “vende” este Plan la presidenta de Castilla-La Mancha cuando no ha puesto un céntimo de euro la Junta en él y, además, su distribución no puede ser alterada regionalmente?

La respuesta a la segunda pregunta es obvia –la política es el arte de vender peines a calvos y frigoríficos a esquimales- y respecto a la primera, me cuentan quienes trabajan en el ámbito de la promoción y el fomento del empleo que la castellana-no manchega provincia de Guadalajara tiene un mercado laboral agrario muy distinto al de las cuatro provincias castellanas-sí manchegas y, por supuesto, una distribución de la población en el territorio también muy distinta, aunque haya algunas comarcas de la región, especialmente las serranías y la Alcarria conquenses, muy parecidas a las zonas rurales de Guadalajara. Efectivamente, mientras que en La Mancha hay un importante número de trabajadores agrarios por cuenta ajena, dada la amplitud de las explotaciones y las características de los cultivos en esa gran comarca, en Guadalajara la mayor parte de los trabajadores del sector primario lo son por cuenta propia, por lo que aquí el desempleo en este sector es bastante inferior al que hay en el resto de las provincias. En lo que respecta a la demografía y al territorio, es evidente que en La Mancha hay muchos menos pueblos que en Guadalajara, si bien tienen mucha más población.

Aunque el reparto de los fondos de este Plan se haya hecho en función del paro agrícola de cada localidad y deban ser contratados, preferentemente, trabajadores del Sistema Especial Agrario por cuenta ajena, que el medio rural de Guadalajara requiere planes especiales de empleo no es pedir precisamente la Luna, sino reivindicar algo que se lleva décadas reivindicando, pero como el que clama en el desierto, hasta tal punto de que hoy, la mayor parte de los pueblos de nuestro medio rural, tienen muy escasa población y, además, envejecida. Así las cosas, efectivamente, si hay poca gente en nuestros pueblos, porque se han visto obligados a emigrar, y, además, son mayores, no hace falta promover empleos en el sector primario, sino en el de servicios: geriatras, enfermeras, auxiliares de clínica, mancebos de botica, personal de compañía, artesanos del bastón y, por supuesto, empleados de pompas fúnebres.

Recuerdo, cuando se nos trató de vender el “invento” castellano-manchego a los castellano-manchegoescépticos como yo, que uno de los argumentos que sus interesados promotores esgrimían era que las cinco provincias, aunque no tuviéramos una historia, una geografía, unas instituciones y una vinculación común en el tiempo, sí teníamos unas estructuras socioeconómicas parecidas, circunstancia que iba a beneficiar a todas. ¡Mentira y gorda, y, para demostrarlo, ahí está este Plan de Empleo para Zonas Agrarias Rurales Deprimidas que prácticamente ignora a Guadalajara, la provincia de la región, junto con la de Cuenca, que, probablemente, más extensión tiene de zonas rurales deprimidas y que se sigue desangrando, poblacionalmente, año a año! Baste un dato: la comarca de Molina ha perdido más de 500 habitantes en el último año, casi un 7 por ciento de su población, ya de por sí menguada en las últimas décadas.

Definitivamente: ¡Toledo, Madrid, Bruselas: tenemos un problema y no es otro que la supervivencia del medio rural en Guadalajara!

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