Archive for junio, 2019

P.P. (Teoría del “infinitosaedro”)

Aunque el titular de esta entrada parezca sugerir que voy a hacer un análisis de la (sin duda, pésima) situación política que actualmente vive el Partido Popular a nivel local, provincial y regional -no tanto a nivel nacional, si bien en este ámbito el superlativo de mala solo lo rebajo un peldaño y lo dejo en muy mala-, en realidad voy a hablar de los partidos poliédricos, adjetivo al que, convendrán conmigo, se hacen acreedores la práctica totalidad de las formaciones políticas españolas pero que algunas se han ganado en las últimas semanas de forma muy notoria, incluso descarada.

Ciertamente, los partidos políticos, como los poliedros, tienen muchas caras y un significativo número de sus dirigentes, además, bastante cara. Estas contundentes aseveraciones son aplicables, como decía al principio, a prácticamente todo el arco político, desde la derecha más dura a la izquierda más extrema, pasando por el centro que, como ya he sostenido en ocasiones anteriores, en política no existe y no deja de ser una posición teórica y relativa, que, como ocurre con la del ecuador que divide los dos hemisferios, se trata de una delgadísima línea que es tangente con la derecha o la izquierda. Es tan mínimo el espacio del centro en política que no se puede permanecer en él, simplemente se pasa por él o se dice estar en él por conveniencia y estrategia. De esto último que he afirmado es testigo nuestra propia historia política más reciente con dos casos muy evidentes y representativos: la Unión de Centro Democrático (UCD), que fue un partido determinante y mayoritario en la Transición, desapareció en un periquete, y al Centro Democrático y Social (CDS), que fue el remedo de Adolfo Suárez a la desaparecida UCD, se lo llevó el viento como a tantas cosas en la mansión sureña de Escarlata O´Hara. Ahora quien dice ser de centro es Ciudadanos, veremos a ver el tiempo que permanece en tan reducido espacio que, a veces, y por seguir con un símil cinematográfico, me recuerda -el lugar que ocupa, no el partido- al angostísimo camarote de los hermanos Marx, geniales inventores de ese otro tipo de “marxismo” que es el de los principios mutantes en función de conveniencias e intereses.

El Partido Popular, no hay lugar a la duda, se lo tiene que hacer mirar porque, en apenas ocho años, ha dejado de gobernar en España, Castilla-La Mancha, la Diputación de Guadalajara y el ayuntamiento de la capital, circunstancia que se agrava por el hecho de que, en ese mismo espacio de tiempo y de forma absolutamente inversa, el PSOE ha pasado de haberse dejado hasta los calzoncillos (políticos, por supuesto) en las elecciones generales, regionales y locales de 2011, a recuperar todos esos gobiernos, incluso alguno, como el autonómico, ya en 2015. Hay muchas causas para razonar tal batacazo político, si bien la principal es que, mientras que el PSOE ha superado muy pronto la sangría de votos que supuso la división de su electorado cuando apareció Podemos, el PP sigue acusando la división del suyo, primero por dos cuando Ciudadanos se echó un tanto a la derecha y después por tres, cuando eclosionó Vox.

Hoy no toca profundizar en esa línea de análisis, sino razonar y dar contenido al titular de este post. El Partido Popular se convirtió, más que nunca, en doble PP (partido poliédrico, recordemos) cuando en las pasadas elecciones generales intentó recuperar “in extremis” el voto que las encuestas decían que se le iba a ir a Vox, pugnando con el partido de Abascal por el espacio de una, llamémosle así, derecha sin complejos; vistos los malos resultados de esa lucha por el voto de la “heavy” derecha, apenas un mes después, en las autonómicas y locales, intentó ofrecer su cara más centrista, hasta en su eslogan de campaña: “Centrados en el futuro”.

Si los populares ofrecieron su versión más poliédrica en campaña electoral, socialistas y Ciudadanos se han llevado la palma en los períodos poselectorales, los de las formaciones de gobiernos, aquellos en los que los ciudadanos -en minúscula- ya han hablado y son los partidos quienes interpretan lo que han querido decir, pese a que, a veces, se aleje mucho de lo que en realidad dijeron los votantes.

A la política poliédrica le puso una mítica frase Manuel Fraga, el fundador de Alianza Popular, refundada como Partido Popular después: “La política hace extraños compañeros de cama”. Esta cita es muy de aplicación para los distintos encamados (políticos, por supuesto) con los que ha compartido tálamo el PSOE en los últimos días: En Castilla-La Mancha, con Ciudadanos; en Canarias, con  Nueva Canarias, Podemos y la Agrupación Socialista Gomera; en el parlamento navarro -veremos cuando se constituya el gobierno-, ha permitido que lo presida Geroa Bai -la marca allí del PNV– y entre en la mesa Bildu; en Aragón, con Unidas Podemos y el PAR -formación de claros orígenes franquistas y ex socio habitual del PP-; en Cataluña ha pactado 34 ayuntamientos con partidos independentistas, entre los que destacan los de Badalona (con ERC, Unidas Podemos y JxCat), Castelldefels (ERC y Unidas Podemos), Figueres (ERC), Lloret de Mar (JxCat) o Sant Cugat (ERC y CUP) y en Euskadi ha acordado con el PNV en nueve ayuntamientos (Bilbao, San Sebastián y Vitoria entre ellos), etc. etc. En total, el PSOE ha pactado con partidos independentistas en 99 ayuntamientos españoles, ahí queda el dato.

Por su parte, Ciudadanos, partido al que Pedro Sánchez metió en el mismo saco que PP y Vox cuando bautizó a los tres como “las tres derechas”, ha pactado con el PSOE en numerosos e importantes ayuntamientos de Castilla-La Mancha –Guadalajara, Albacete y Ciudad Real entre ellos- y también lo hará en varias diputaciones -como en la de Guadalajara-, mientras que ha acordado Castilla y León y Murcia con el PP y puede que también Madrid, si finalmente Vox da sus votos a la popular Isabel Díaz Ayuso. Resulta de un poliédrico insultante que Ciudadanos pacte con un partido que le acusa de ser de derechas y que también pacta con independentistas, pero se niegue a pactar con un partido de derechas, por muy de derechas que lo sea. Más claro ejemplo imposible de que el centro en política no existe y que es pura pose, pura estrategia, pura coyuntura. El problema es que, ahora, hay tres centros políticos: uno muy muy ancho, que es el que ocupa el PSOE pues igual pacta con derechas que con izquierdas y más allá; en otro, más reducido, está un Ciudadanos bifronte: ora PSOE, ora PP, y finalmente, el muy limitado en el que le han dejado y desplazado al PP, que solo puede sumar con Ciudadanos y Vox, pero con pactos individuales con cada uno de ellos porque los de Rivera no quieren saber nada, teóricamente, del partido de Abascal, si bien en la práctica suman y juntas votos a conveniencia, como ocurrió en Andalucía y ahora mismo está sucediendo en muchos ayuntamientos y va a suceder en más comunidades autónomas.

Termino ya diciendo que una cara muy significativa de las muchas que está ofreciendo el poliédrico Ciudadanos es vender, para justificar su pacto regional con el PSOE, que “Page no es lo mismo que Sánchez”. Pues que yo sepa, los diputados nacionales y senadores del PSOE de Castilla-La Mancha siempre han votado a Sánchez y sus leyes, y van a seguir haciéndolo, no me cabe ninguna duda; además, una de sus ministras más “hooligan”, Magdalena Valerio, es extremeña de origen, pero alcarreña de residencia y geografía política desde hace ya muchos años.

La política española de esta hora ha sumado un neologismo al diccionario de la RAE: “infinitosaedro”. Dicho en términos musicales, hemos pasado de la mítica “Tierra de las mil danzas” -recuerden ese estribillo de “ná; na, na, na, ná; na, na, na, ná”- de  Chris Kenner, a la de las mil caras. O sea: “ná, ná, ná” también.

Un exitoso año jubilar

El 19 de junio concluye el Año Jubilar que el Papa Francisco concedió a nuestra iglesia diocesana con motivo de la celebración del 850 aniversario de la consagración -también llamada dedicación litúrgica- de la catedral de Sigüenza, histórico hecho que aconteció el 19 de junio de 1169, siendo obispo Joscelmo Adelida. La consagración o dedicación litúrgica de un templo cristiano es un rito solemne a partir del cual el altar del mismo se considera bendecido y, por tanto, preparado y digno para celebrar en él la Eucaristía. Aunque se desconoce el detalle exacto del rito por el que se consagró nuestra catedral hace 850 años, podemos hacernos una idea gracias al profesor Gallart Pineda y a su trabajo titulado “El ritual de la dedicación de la iglesia en los pontificales medievales y su ciclo icónico”. En él se sostiene que la dedicación de una iglesia nueva en la Edad Media -época en la que se llevó a cabo la de la catedral de Sigüenza- era uno de los ritos “más solemnes y fastuosos de la liturgia cristiana y, posiblemente, uno de los que más carga simbólica encerraba, ya que establecía un paralelismo entre las piedras empleadas en la construcción del edificio y las piedras vivas, los fieles, que constituían la comunidad eclesial, lo que se hará evidente en varios momentos del ritual”. Uno de ellos eran las tres llamadas a las puertas cerradas del templo a consagrar que el obispo realizaba con su báculo, y las otras tantas vueltas que daba a su exterior, hasta que finalmente se abrían para ingresar en él. Según Gallart, a este tipo de ritos no faltaba absolutamente nadie, así que, el “todo Sigüenza” de mediados del XII, nobles y plebeyos, caballeros y artesanos, comerciantes y labradores, a buen seguro que se dio cita en aquel ritual que se llevó a cabo cuando tan solo había concluido la construcción de la capilla mayor y de la cabecera del templo, trabajos que tardaron 50 años en realizarse.

El obispo que consagró la catedral, Joscelmo, de probable origen inglés, fue el cuarto obispo tras la restauración de la diócesis seguntina por el aquitano Bernardo de Agén, hecho que aconteció en 1121 por lo que, en un par de años, su larga y densa historia nos brindará una nueva efemérides que celebrar: el 900 aniversario de su reposición, cuyo origen se remonta, al menos, al siglo VI, pues está documentado que en el concilio toledano del año 589 participó el obispo de Sigüenza llamado Protógenes.

  La consagración de la catedral seguntina se realizó por el rito hispano-mozárabe por lo que, con muy buen criterio y don de la oportunidad, uno de los actos de mayor relieve, enjundia y brillantez de la clausura del año jubilar será, sin duda, la misa que, por este mismo ritual, tendrá lugar el domingo, día 16, y en la que participarán varios obispos y el arzobispo metropolitano de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza, en la presidencia litúrgica, y el obispo diocesano, Atilano Rodríguez, como anfitrión. Uno de los máximos defensores de la misa por el rito hispano-mozárabe fue el Cardenal Cisneros que, como es sabido, estuvo muy estrechamente vinculado a la actual provincia de Guadalajara pues fue Arcipreste de Uceda, deán catedralicio y vicario de la diócesis seguntina, cuando era su titular el Cardenal González de Mendoza, y renunciando al importante poder eclesial y civil que ya había acumulado, se retiró a la oración y a la contemplación durante casi diez años en el convento alcarreño de La Salceda. Del monte que comparten los términos de Tendilla  y Peñalver en el corazón de la Alcarria fue sacado, mediante consejo del Cardenal Mendoza, por la reina Isabel, La Católica, para convertirse en su confesor y, después, en Arzobispo de Toledo, Cardenal de España y hasta Regente de Castilla en dos ocasiones, además de fundador de la Universidad de Alcalá y editor de la Biblia políglota. Los montes alcarreños, aparentes secarrales si solo se les mira, pero no se les ve, a veces dan frutos muy generosos.

Concluye, pues, el Año Jubilar del 850 aniversario de la consagración de la catedral seguntina y lo hace, a mi juicio, con un balance altamente satisfactorio y exitoso. Esta valoración se sustenta en un hecho fundamentalmente cuantitativo como es la enorme visibilidad que ha tenido el acontecimiento pues ha sido noticia casi permanente durante el año en que ha venido celebrándose, algo a lo que, sin duda, ha contribuido decisivamente el hecho de que el deán de la catedral sea Jesús de las Heras, un gran sacerdote, al tiempo que un extraordinario periodista y experto comunicador. Además de seguntino militante, hecho del que se beneficia, sobre todo, la propia ciudad de Sigüenza pues no puede tener mejor embajador, y eso que tiene muchos y muy buenos. No obstante, a ese hecho cualitativo que he resaltado y que avala el éxito del año jubilar, le acompañan también los números ya que han visitado la catedral en este año más de 15.000 personas y han sido más de 200 los actos que se han programado, lo que arroja una media de más de una cita en torno al jubileo cada dos días.

Jubileo, viene de júbilo; confío en que esa viva alegría haya llegado también a lo más profundo de las almas de las piedras vivas que somos los fieles y que debemos ser los verdaderos cimientos sobre los que se asienten las piedras inertes que conforman el magnífico templo catedralicio seguntino.

 

Catedral de Sigüenza, foto: Jesús Orea. 

 

 

 

 

 

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