Contrariamente a lo que me proponía al comenzar a escribir mi post anterior -y que, por cierto, no logré-, en este nuevo no pretendo hablar de fútbol, pero sí de política, aunque no puedo resistirme, al menos, a dar la enhorabuena al Atlético de Madrid y a sus aficionados por su gran temporada deportiva, en general, y por la Liga Nacional y el subcampeonato de la Champions que han alcanzado con todo merecimiento. Y, por supuesto, felicitar también a mi/nuestro Real Madrid que, por fin, ha ganado “la décima” Copa de Europa, quitándose y quitándonos un peso de encima que hasta ahora lastraba sus resultados en los últimos años en esta competición, que parece su ecosistema natural, algo que se evidencia en la sala, significativamente llamada “Reyes de Europa”, en el Museo del Estadio Santiago Bernabéu. Dejo de hablar de fútbol por hoy –el Mundial está a la vuelta de la esquina y habrá que retomar el tema, sí o sí-, con este mensaje/deseo: ¡La undécima está más cerca que nunca: a por ella!
Una vez que el Madrid es “otra vez campeón de Europa”, como decía el entrañable abuelo, Jesús, de Majaelrayo, en aquel famoso anuncio del todo terreno que llegaba hasta la zona de la “Arquitectura Negra” como si fuera el fin del mundo –que podría serlo por la contundencia y exclusividad de su paisaje- y allí el tiempo no pasara –que, si se quiere y puede, no pasa–, toca hablar de otro escenario europeo, en este caso el electoral, tras los comicios celebrados el pasado domingo, día en el que abrieron las urnas cuando algunos aún andábamos pensando que Europa era igual a Champions y no a ese superestado de Estados en que se ha convertido, donde la burocracia lo condiciona casi todo, los millones de euros se mueven como si fueran céntimos, los sueldos de los políticos y los altos funcionarios son de escándalo y lo económico se impone a lo social, e, incluso, a lo político. Pero, a pesar de todo ello, no soy euroescéptico, sino todo lo contrario, y tengo bien claro que Europa, no sólo es necesaria, sino imprescindible, porque la unión, efectivamente, hace la fuerza, aunque haya que reinventarla y hacerla menos economicista y más humana, más concreta y menos abstracta, más sencilla y menos compleja, más cercana y menos lejana, menos materialista y más solidaria. A este respecto, me preocupa mucho el ascenso electoral de partidos de extrema derecha en varios países, especialmente en Francia, donde han obtenido un 25 por ciento de los votos, porque sus tesis van justo en el sentido contrario de la Europa que yo creo deseable.
EUROELECCIONES: ASÍ VOTÓ ESPAÑA
Cuando escribo este post han pasado ya cuatro días desde la celebración de las elecciones y los números que han salido de las urnas son ya de sobra conocidos y están más que manidos, analizados y comentados; no obstante, de esos números electorales, en lo que atañe a España, cabe proponer las siguientes conclusiones: 1/ Aunque ha subido ligeramente el porcentaje de participación respecto a las dos anteriores elecciones europeas (2004 y 2009), los abstencionistas españoles han superado a los votantes, cuando en las primeras elecciones europeas en las que participó nuestro país (1987), votó casi el 70 por ciento del censo; o sea, decrece el interés por “Europa”, justo cuando más afectan a los españoles sus decisiones; 2/ El PP ha ganado las elecciones, pero de aquella manera: perdiendo, respecto a las anteriores europeas, más de 2.500.000 votos –un 16,08 por ciento- y siete diputados; 3/ El PSOE ha perdido las elecciones, pero de peor manera aún que el PP porque se ha desgastado, siendo oposición, tanto como el gobierno: 2.400.000 votos y siete diputados menos que hace cinco años; 4/ IU (La Izquierda Plural) y UPyD han avanzado notablemente, pasando de 2 y 1 escaño en 2009, respectivamente, a 6 y 4, en 2014; 5/ Sorprendente irrupción de “Podemos” en el panorama político, obteniendo 1.200.000 votos y consiguiendo cinco escaños, cuando hace unos meses ni si quiera existía esta formación de izquierdas, que ha enganchado sobre todo al voto joven y al voto crítico con los partidos de izquierdas tradicionales, pero que tendrá una prueba de fuego cuando de la teoría pase a la práctica y tenga que tomar decisiones como, por ejemplo, las de con quién coaligarse, antes y después de los procesos electorales venideros; y 6/ Sigue creciendo el voto en Euskadi y Cataluña hacia los partidos independentistas, lo que es una mala noticia para España, incluidas Cataluña y Euskadi, por supuesto.
CASTILLA-LA MANCHA: MAL RESULTADO DEL PP, PÉSIMO DEL PSOE
De los resultados electorales habidos en Castilla-La Mancha, destacar que el PP los ha tenido malos, en términos absolutos, pero no tan malos, en términos relativos, pues han sido mejores que los obtenidos por los populares en la mayoría de comunidades autónomas españolas y ha distanciado al PSOE en nueve puntos, un partido que se lo tiene que hacer mirar, y pronto y mucho, pues de tener poder omnímodo, tanto en España como en Castilla-La Mancha, hace apenas tres años, va camino de sólo ser capaz de detentar poder allá donde IU, UPyD y Podemos se lo permitan. Y repartan. De todas formas, aunque no son extrapolables los datos de unas elecciones europeas a los de otras citas electorales, sí marcan tendencias y todo apunta a que, si Cospedal salva la mayoría absoluta en la Junta, será porque mejore su gestión y la percepción de ella en el año que queda, aunque siempre tendrá como aliada a la nueva ley electoral, que recortará a la mitad el número de diputados en el parlamento regional –algo que aplaudo-, lo que recorta gastos, sin duda, pero beneficia a los dos partidos tradicionalmente mayoritarios y perjudica a los minoritarios, aunque éstos sean emergentes. Podría ocurrir, incluso, que el PP, con menos porcentaje de votos que hace tres años, ganara las próximas elecciones autonómicas con algún escaño más de diferencia. Pero que no se confíen, que Barreda también modificó la ley electoral creyendo que le beneficiaba y terminó en la oposición…
EL PP DE GUADALAJARA, DE LOCOMOTORA ELECTORAL A VAGÓN DE COLA
A nivel provincial, si bien el PP también ha ganado las elecciones aquí, lo ha hecho por tres puntos menos de porcentaje de votos que la media regional obtenida por los populares, cuando hace cinco años el PP obtuvo en Guadalajara tres puntos más respecto a esa media. O sea, que el PP de Guadalajara ha pasado de ser la locomotora electoral de los populares en la región –de hecho, en esta provincia fraguó su mayoría absoluta hace tres años Cospedal- a ser el vagón de cola. Atención al mal resultado alcanzado por el PP en el Corredor del Henares y a la suma de los votos obtenidos por las fuerzas de izquierda en él porque, si no son coyunturales y sí tendencia, podrían poner en peligro la mayoría absoluta del PP en la Diputación dentro de un año e, incluso, la de Cospedal en la región. Recordemos que, entre la capital y el Corredor, se concentra el 70 por ciento del voto en la provincia y que el partido judicial de Guadalajara, con 15 escaños, suele ser decisivo para dar y quitar mayorías absolutas en la Corporación Provincial.
CAPITAL: APLICANDO LA LEY D´HONT A LAS EUROPEAS, EL PP PERDERÍA LA MAYORÍA ABSOLUTA
En Guadalajara capital, aún dejándose muchos votos en el camino, el PP ha ganado claramente las elecciones –con más de un punto porcentual que en el resto de la provincia-, mientras que el PSOE las ha perdido aquí aún más claramente –obteniendo casi un 3 por ciento menos de apoyo que en el conjunto provincial-, pues ha conseguido menos del 20 por ciento de los votos, que no es su suelo electoral, sino su subsuelo. Como curiosidad y aunque sólo sea un ejercicio teórico de proyección de la Ley D´Hont sobre los resultados de las europeas en la capital y su adjudicación de escaños si de municipales se tratase, así quedaría el Ayuntamiento: PP (11), PSOE (6), IU (2), UPyD (2), Podemos (2), Vox (1) y Ciudadanos (1). Como Vox y Ciudadanos no han llegado al 5 por ciento de los votos, que es el mínimo que se exige para obtener escaño en las elecciones locales, IU y UPyD ganarían otro concejal y pasarían de tener 2 a 3. En ambos casos, el PP “perdería” la holgada mayoría absoluta que actualmente tiene (16 concejales de 25). Repito que no son extrapolables los resultados de las europeas a las locales, pero también insisto en que marcan tendencias e ignorarlos o despreciarlos sería un grave error que no creo que cometa Antonio Román, el mejor activo electoral que, a mi juicio y el de muchos, tiene el PP para volver a encabezar la lista por Guadalajara. Y es público y notorio que en las elecciones locales es muy importante, si no decisivo, el número uno que cada fuerza política presenta, como también es importante el número dos por si el uno después dimite.
LO QUE DEMANDA LA SOCIEDAD ES LO QUE VOTA
Le oí decir hace un par de días a Rajoy que el PP tenía que hacer un “esfuerzo de pedagogía y de comunicación” para explicar bien su gestión y tratar de recuperar, de cara a los comicios de 2015, a los votantes que no les han apoyado en las europeas de 2014, pero que sí lo hicieron en las elecciones autonómicas, locales y generales de 2011. Como no podía ser de otra manera, en línea parecida se ha pronunciado la presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general de los populares, Dolores de Cospedal. Es una buena estrategia, sin duda, porque lo que no se comunica bien parece que no se ha hecho bien, incluso que no se ha hecho o que se ha hecho mal; pero que no se olviden que lo que se hace mal, o regular, o no se hace, es imposible que parezca que se ha hecho bien sólo porque se haga un esfuerzo de pedagogía y de comunicación. Desde que, a mediados del siglo pasado, la llamada Escuela de Columbia, comenzó a teorizar sobre el comportamiento político y la sociología electoral, tres son los factores que se tienen como decisivos en el voto de los ciudadanos: psicológicos, sociológicos y racionales. Y me atrevo a decir que, desde el punto de vista psicológico, hay una sensación de amplio rechazo al actual ser y estar de los partidos políticos tradicionales, por su progresiva endogamia, su sectarismo y sus malas prácticas (de entre ellas, especialmente la corrupción); desde el punto de vista sociológico, la identificación con los partidos tradicionales es cada vez menor porque las tendencias ideológicas están menos diferenciadas y aumenta la volatilidad de los electores (cambio de voto de una opción a otra) y, desde el punto de vista racional, los electores cuestionan progresivamente la capacidad de las dos opciones mayoritarias tradicionales (PP Y PSOE) para resolver sus problemas y dar satisfacción a sus demandas.
¿Pedagogía y comunicación? Sí, por supuesto, pero fundamentalmente cambio, regeneración y renovación en los partidos políticos es lo que demanda la sociedad. Y lo que demanda la sociedad es lo que vota.