En los pésimos tiempos que corren para la macro y, sobre todo, para la microeconomía –o sea, la economía de las familias, la de las personas, que es la que verdaderamente importa-, estar presente y colaborar activamente en el nacimiento de un nuevo proyecto de comunicación, como www.guadalajaradiario.es, supone para mi un motivo de especial alegría y un soplo de esperanza que llega a mi ánimo –un tanto decaído últimamente por algunas dolorosas ausencias y no pocas decepciones- como el primer rayo de sol después de una larga y pesada noche. Y eso del rayo de sol de la albada como sinónimo de alegría tiene mucho que ver con Guadalajara porque ya una preciosa jarcha mozárabe, de finales del siglo XI o principios del XII, de Yehuda Halevi, comparaba el gozo que a una joven le propiciaba el regreso de su amado con un rayo de sol cuando sale en Guadalajara. Por su contenido poético, por su belleza, por su valor y, hoy también, por su oportunidad, reproduzco esos versos de Halevi en un entonces incipiente castellano:
Des cuand mio Cidiello viénid
Tan buona albischara
Com rayo de sol éxid
En Wadalachyara