Archive for abril, 2014

Elegía en prosa para un joven rockero

(A Pedro Antonio Díaz, in memoriam)

             Una vieja batería, marca “Honsuy”, unas baquetas y unas eternas gafas de sol de cristales verdes (“Ray-Ban” para más señas), junto a un rizado mechón de cabello pelirrojo, pueden simbolizar el efímero paso de un buen tipo, Pedro Antonio Díaz, por este “perro mundo” (como titularon Cavara, Jacopetti y Prosperi su película), del que se fue hace ya 30 años, el 12 de mayo de 1984, tras fallecer en accidente de circulación en la N-II, a la altura de Guadalajara.

Pedro era inconfundible; su aspecto, siempre personal y desenfadado, destacaba sobre el encorsetado y convencional ambiente provinciano de Guadalajara por el que se desenvolvía habitualmente, aunque no era precisamente un extraño en Madrid, sobre todo en plazas y calles donde bullía “La movida”, como la de Malasaña o Padre Xifré, o en disco-bares de mítico recuerdo en la eclosión del pop-rock español de los 80, como “Rock-Ola”, “La vía láctea” o “La Manuela”.

Los-Secretos   Nació y vivió para la música. Apenas adolescente, comenzó ya a destacar como un magnífico batería. La vieja “Honsuy” blanca de los Salesianos, fue testigo de su habilidad innata para crear y marcar ritmos. Corrían tiempos de “Beattles”, “Rolling Stones”, “Led Zeppelin”,… o de “Iron Butterfly”, cuyo mítico tema, “In a gadda da vida”, que tenía un solo de batería de 18 minutos, clavaba literalmente Pedro. A nivel nacional, eran tiempos de “Brincos”, “Bravos”, “Pekenikes” o “Canarios”, entre otros muchos grupos con teclados, bajo, rítmica, punteo y batería, pelos largos y pantalones de campana. Acababan aquellos inolvidables años sesenta, claves para el futuro de la música pop española, en la que, posteriormente, un grupo, su grupo, “Los Secretos”, también dejó escrito su inconfundible sello de forma muy destacada. Sin embargo, antes de que nuestro recordado y querido “pelirrojo” se hiciera con la batería de este importante grupo del panorama musical español, tuvo que recorrer muchas plazas de pueblos en fiestas y no sólo tocar la música que le gustaba, sino también acompasar pasodobles, rumbas, valses y “canciones del verano”. Eran tiempos de “Escarcha”. De aquéllos “España cañí” tocados sobre remolques de tractor, y tras mucho aprender a baquetear la caja, los toms y los platos, y a pisar a su debido tiempo el bombo y el hi-hat, unas veces de manera autodidacta, las más, y otras con gente que tenía mucho que enseñar, pasó a grabar en 1981 un disco L.P. con “Los Secretos”, que proporcionó importantes beneficios a la “Polydor” y que, como tema estrella, incluía “Déjame”, una canción que dejaría huella indeleble en la historia del pop español y en la que destacaba nítidamente el buen hacer de un excelente batería.

El nombre de Pedro Antonio Díaz, “Pedrito” para casi todo el mundo, estoy seguro que va a ser escrito sobre un montón de vidrios mojados y ningún niño mimado va a ser capaz de borrarlo. Espero, y deseo, que tampoco el tiempo.

Pedro: aquí todo sigue igual, aunque hay algo más entre nosotros, o peor, algo menos: antes, tu presencia; ahora, tu inolvidable recuerdo que se funde entre “Rock-Ola”, en Madrid, “Money”, en Guada, y la plaza mayor de cualquier pueblo de esta tu provincia. En todos estos lugares, y en muchos más en los que pisaste y dejaste huella, siempre habrá alguien que pida un “gin-tonic” para ti, aunque sepa que no te lo vas a terminar nunca.

Rock-Ola   Un veterano músico que sabe arrastrar a las masas a sus conciertos desde hace muchos años, Miguel Ríos, asegura que “los viejos rockeros nunca mueren”; tú, cumpliéndose la mitad de la proclama de “Jethro Tull”, eras un rockero aún demasiado joven para morir y estabas en la edad ideal para el rock and roll, aunque desde 1980, sustituyendo al mítico “Canito”, anduvieras poniendo algo de caña al pop melódico, tipo “new wave”, de los hermanos Urquijo. Me aferro a pensar que algún día podré encontrarme contigo por el “Peter” del “Moñas”, el “Money” de Ambite o el “Chaplin” de Juan Antonio Martín, o por la Concordia de todos, hablando de música o de chicas con “Foni”, el hermano que se nos fue nueve años después que tú, y con el que seguro que te has vuelto a juntar en el cielo de los “rockers” y los inconformistas.

Aunque el “Registro Civil” diga lo contrario, Pedro Antonio Díaz no ha muerto, ha ido a tocar a un concierto junto a Jimy Hendrix, Janis Joplin y John Lennon; lo más probable es que no regrese en bastante tiempo, pero ¿quién volvería después de poner ritmo a “Voodoo child” con Jimy, a “Try” con Janis o a “Imagine” con John?

 

Este texto fue publicado en el periódico “Flores y Abejas”, en su edición del día 6 de junio de 1984, y ha sido revisado en abril de 2014 con motivo del 30 aniversario de la muerte de Pedro Antonio Díaz y del oportuno, justo y acertado homenaje que el Ayuntamiento de Guadalajara le va a tributar el 8 de mayo, dando su nombre a la Sala de Conciertos del Espacio TYCE y con una actuación de “Los Secretos” en acústico.

 Pies de foto: Superior: la portada del primer disco de Los Secretos, con Pedro en primer plano. Inferior: Foto del mítico bar de copas y conciertos de Madrid «Rock Ola», en el que nuestro autor vio actuar en vivo a Los Secretros varias veces, cuando Pedro triunfaba con ellos como batería.

Nuevas palabras para Javier Borobia

 

Querido Javier:

Hace cinco años, cuando te sorprendió la inesperada enfermedad que dejó tan graves secuelas en ti y que, en los momentos iniciales, incluso parecía que podía abocarte a la muerte, te escribí unas sentidas “palabras” en el blog que entonces administraba en el desaparecido diario digital eldecano.es. Aquellas viejas palabras, como estas nuevas que hoy publico en GD, bien sabes que brotaron de lo más profundo de mi corazón, en el que tienes un hueco muy especial, porque muy especial es el afecto que siento por ti. En mi particular escala de afecciones y sentimientos, estás junto a mi hermano, Alfonso, al que perdí hace 21 años y cuya ausencia aún me duele como al rosal la rosa arrancada. Estás, también, junto a mi hermano Carlos, a quien quiero no sólo por hermandad, sino por amistad bien ganada. Y te considero un hermano, no sólo por mi estima personal hacia ti, sino porque mis padres también te quieren como a un hijo (en el caso de Juanjo, lamentablemente, ya en pasado) y mi hermano, Carlos, igualmente te aprecia hasta considerarte hermano.

Hermano, no sólo en Cristo, Javier: Aunque lastrado por las secuelas de aquél grave contratiempo de salud que te sobrevino cuando hacía apenas unos días que habías dejado tu/nuestra querida Diputación para incorporarte al Patronato Municipal de Cultura de tu/nuestro querido Ayuntamiento de Guadalajara como Gerente, sigues siendo un referente personal, profesional, cívico, ético y moral para la inmensa mayoría de las muchas personas que te conocemos y queremos. Y no he dicho todas porque, aunque estemos ya en tiempo de Pascua, siempre hay algún “Judas” capaz de vender/alquilar su desamor, travestido de falso querer, por un puñado de monedas que, a veces, efectivamente son euros de curso corriente, pero en otras son vanidades y envidias o, simplemente, desatinos.

Aunque, por supuesto, no sólo a mí, sino a esa inmensa mayoría de gente a la que antes hacía referencia, nos hubiera gustado seguir disfrutando de ti en plenitud, aprendiendo de tu inmensa sabiduría, conociendo tu infinito y altruista compromiso con los demás, saboreando tu creatividad y capacidad de aglutinar e ilusionar, gozando de tu extraordinaria bonhomía, deleitando tu carácter afable, debes saber que es para nosotros motivo de consuelo saber que estás ahí y que sigues haciendo muy felices a Alicia, a Rodrigo y a Diego porque pueden disfrutar, y disfrutan cada día, de su marido, de su padre, en quien siguen viendo el gran paterfamilias que siempre fuiste y a quien entregan su amor y cariño, de lo que soy testigo y disfruto cuando te visito todos los jueves.

orea-borobiaJavier, el 22 de abril de 2014 va a ser muy especial para ti. Cumples sesenta años y en esa fecha, víspera del “Día del Libro”, se va a presentar públicamente (Centro San José.- 19,30 horas) tu obra: “Papeles de Javier Borobia (Notas de andar, sentir y soñar)”. En este libro se han recopilado un total de 128 escritos tuyos, la mayor parte artículos publicados en prensa, aunque también hay entre ellos pregones, guiones y hasta un buen puñado de poemas, que, como digo en la solapa del mismo, ponen en evidencia, negro sobre blanco, tu enorme bagaje cultural, tu guadalajareñismo militante, pero en absoluto provinciano, tu capacidad intelectual y eficacia expresiva y  te acreditan como un maestro de la metáfora y poseedor de un estilo literario muy personal, realmente brillante, que, estoy seguro, va a deleitar a los lectores, incluso a quienes, como es mi caso, ya habíamos leído esos escritos cuando se publicaron por primera vez.

Como también escribo en la introducción de tu libro, en cuantas ocasiones he tenido oportunidad te he dado las gracias, no por una, sino por muchas cosas: por tu amplio, profundo y brillante magisterio, por tu hermandad afectuosa y sincera y por tu limpia y generosa amistad. Hoy también te tengo que agradecer que me hayas dado la oportunidad de releer y volver a disfrutar tu obra, que he seleccionado y compendiado con todo el cariño del mundo, al tiempo que con enorme sentido de la responsabilidad porque, estoy seguro, que “Papeles de Javier Borobia” va a ser un libro de referencia a partir de ahora, en cualquier biblioteca guadalajareña que se precie, y que va a envejecer muy bien porque, además de belleza formal de la mejor, en él hay mucha filosofía, y no precisamente barata, mucha y profunda reflexión y un ejemplo inmejorable del dominio y el ejercicio de la inteligencia emocional.

Javier, termino, como empieza tu libro, citando a Ortega y Gasset en esa frase que, me consta, siempre has considerado casi como propia y que dice: “El hombre, más que biología, es biografía”. Tú eres el más expresivo ejemplo de esta certeza.

Un fuerte abrazo, hermano, amigo.

JESÚS OREA

Semana Santa por causalidad

                La que viene es Semana Santa, no por casualidad, sino por causalidad: el martes, 15, llegará la primera luna llena de la primavera de este año y el día de Pascua de Resurrección siempre cae en el primer domingo que sigue a la primera luna llena de la primavera. O sea, que la Semana Santa viene condicionada por el cielo, sí o sí, de tal manera que, echando un rápido vistazo a los axiomas astronómicos de las fases lunares, el Domingo de Pascua nunca puede ser antes del 22 de marzo, ni después del 25 de abril, por lo que este año, en que la “Pascua florida” cae en el 20 de abril, es uno de los más tardíos en celebrarse la Semana Santa. Esta circunstancia condiciona también todo el calendario festivo religioso posterior, de manera que, la que podríamos denominar “granfiesta de los sentidos”,  el Corpus, tendrá lugar este año el 22 de junio, en pleno solsticio de verano, cuando otros se celebra incluso en mayo. Una matización: para la iglesia, el Corpus se celebrará en domingo, como viene ocurriendo desde hace 24 años; pero, por lo civil –o sea, a efectos de calendario laboral-, en Castilla-La Mancha esa gran fiesta tendrá lugar el jueves anterior, como tenía previamente instaurado la iglesia (“tres jueves hay en el año,…”) hasta que, en abril de 1990, la Conferencia Episcopal Española decidió pasar esa festividad al domingo, en acuerdo adoptado en su CXXXVII reunión. El mundo al revés o, como dice el tango de Carlos Gardel: “nada le importa, yira yira…”.

              22042011-_MG_6735  La celebración de la Semana Santa bien entrada ya la primavera no garantiza que el tiempo sea bonancible, pero aumenta mucho las probabilidades de que así sea. Una Semana Santa plena de luz y de sol y con los días alargándose, aunque pueda mediar algún chubasco, no sólo es una aliada de las Cofradías que salen a la calle en procesión con sus imágenes, sino también de los millones de españoles que, en esas fechas más que en ningunas otras del año, se desplazan desde sus lugares de residencia a los de origen u optan por hacer turismo, bien sea en la playa, en zonas rurales o en ciudades en las que la Semana Santa tiene un especial esplendor. Está datado que la semana del año en la que más desplazamientos se concentran y producen es la Semana Santa. Basta darse una vuelta por cualquier pueblo de la provincia para comprobar que esto es así.

No seré yo quien desaconseje a nadie que salga en Semana Santa y, menos aún, que vaya a otra ciudad a conocer y disfrutar de sus procesiones y otros actos tradicionales propios de este tiempo; viajar y abrir bien los sentidos mientras se hace curan muchos males: el aburrimiento, la monotonía, la abulia, la incultura… y hasta los provincianismos y los regionalismos de vía estrecha que, haberlos, haylos, cada día más, y más, y más. Con acento y sin él. Ahora bien, sí que recomiendo a quienes no conozcan en profundidad la Semana Santa de la capital y de algunos de nuestros pueblos, que traten de conocerla, profundizar en ella y disfrutarla, porque hay sobrados motivos para ello. Las Semanas Santas de las guadalajaras no tienen la espectacularidad y el colorismo de las de Sevilla, Granada o Málaga, ni el valor histórico-artístico de los pasos de las de Valladolid, Burgos, León o Zamora, pero sí tienen detalles y momentos, dentro de su sobriedad castellana, capaces de agradar y emocionar a quienes los buscan y encuentran.

Algunos de esos momentos de la Semana Santa de la provincia que recomiendo disfrutar son estos: En la capital, la esforzada salida del Cristo de la Pasión con los cargadores arrodillados, en Santiago, y la rauda subida de esta imagen por la calle Francisco Cuesta, finalizando ya la procesión; el mar de claveles rojos sobre el que parece levitar el bello paso de Nuestro Padre Jesús Nazareno; el emocionante encuentro del Cristo del Amor y de la Paz con la Virgen de la Soledad, en el Jardinillo; el paso del Calvario y la siempre bien vestida Virgen de los Dolores; la velería que acompaña a la Virgen de la Esperanza y su hermoso rostro; el sonido agudo de las dulzainas castellanas que parecen lamentos profundos en el duelo que acompaña al Cristo Yacente… Y este año, como novedad, el lunes santo, a las nueve y media, saldrá desde la iglesia del Fuerte y con destino a San Nicolás, por primera vez, una procesión con la imagen de María Santísima de la Misericordia que supondrá que, a partir de este año, haya en la capital, al menos, una procesión todos los días de la Semana Santa, excepto, lógicamente, el Sábado de Gloria.

IMG_0448r  En cuanto a la provincia, son muchas las citas con actos relevantes que hay en Semana Santa, entre las que destacan las pasiones vivientes de Hiendelaencina, Fuentelencina, Albalate, Marchamalo, Chiloeches y Trillo, con especial atención a la primera pues es la más antigua de todas ellas; en lo que se refiere a procesiones, mi experto compañero bloguero y amigo, José Ramón López de los Mozos, recomienda en su libro “Fiestas Tradicionales de Guadalajara” –y yo, modestamente, también- la llamada  “del Ramo”, que se celebra en Luzaga, el Domingo de Ramos; igualmente, en esa fecha, las de Torrebeleña y Robledillo de Mohernando. Como también relata López de los Mozos, acertaríamos si siguiéramos la pista a los Soldados de Cristo, en Budia, a los Armaos, en Sigüenza, o a los Coraceros, en Milmarcos; asimismo, merece la pena asistir al Rosario de los Faroles, en Atienza, o a ver el paso del Cristo de la Cruz Acuestas, en Jadraque,… Y el Domingo de Resurrección hay cita en numerosos pueblos de la provincia con las llamadas “procesiones del encuentro”, como también las hay en aquellos lugares en que aún se quema “el judas”, como por ejemplo Fuentelahiguera, o donde se “rila” o rueda el huevo de Pascua, como en Hueva o en Yélamos de Abajo. O se rilaba, porque ésta es una costumbre infantil y, como es sabido, hace ya mucho tiempo que a los niños se les ha olvidado nacer en los pueblos.

Apasionante, pues, semana de Pasión. También en Guadalajara.

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