Molina se mueve

Han leído bien, sí, el titular de este post es “Molina se mueve” y no “Molina se muere”, algo que lleva ocurriendo desde hace muchas décadas e, incluso, desde hace siglos, pues la tierra molinesa, a pesar de haber sido un importante reino taifa en la España musulmana y, después, un condado señero en la España reconquistada y un Real Señorío independiente de las coronas de Castilla y Aragón desde 1138 –el actual Rey de España, entre sus títulos oficiales, sólo conserva dos Señoríos: el de Vizcaya y el de Molina-, hace tiempo que vivió su mejor hora y ya se cuenta, no sólo por décadas, sino incluso por siglos, el largo tiempo en que lleva perdiendo población, actividad socio-económica y peso político –no olvidemos que en las Cortes constituyentes de Cádiz hubo un diputado por Molina, Ramón López-Pelegrín, aunque tras ellas se abolieron los señoríos jurisdiccionales y se crearon las diputaciones, incorporándose el territorio de Molina a la de Guadalajara-.

MolinacencerradaMuchas y variadas han sido las causas que han llevado a la comarca molinesa a esa regresión histórica a lo largo del tiempo, gran parte de ellas de carácter bélico, con lo que de muerte y devastación conllevan. Y es que el señorío molinés ha sido campo de batalla continuo desde la llamada “Guerra de los dos Pedros” (El I de Castilla y el IV de Aragón, en la segunda mitad del siglo XIV), a la “Acción de Rueda” (un siglo después, en la que Molina mantuvo su fuero frente a Beltrán de la Cueva, pero pagó caro por ello), la “Guerra de los 30 años” (ya en el siglo XVII), la Guerra de Sucesión (principios del XVIII), por supuesto la de la Independencia contra los franceses (principios del XIX), las “Guerras Carlistas” del XIX y la Guerra Civil del XX. Batallitas aparte –nunca mejor dicho-, y aunque han sido muchas las circunstancias históricas, socio-políticas y económicas que han jugado en contra de los intereses de Molina y su tierra a lo largo de la historia, la que más ha afectado al tiempo presente es la crisis agraria de la segunda mitad del siglo XX, que implicó una emigración masiva de las áreas rurales a las urbanas y que supuso que el Señorío de Molina perdiera, en apenas tres décadas, más de la mitad de su población, que actualmente apenas supera los 8.000 habitantes, dándose los significativos datos de que menos de veinte pueblos del casi centenar que hay en la comarca superan actualmente los cien habitantes –y sólo uno de ellos, el propio Molina de Aragón, el millar- y que la densidad demográfica es inferior a tres habitantes por kilómetro cuadrado.

Habiéndose puesto así de difíciles las cosas en las últimas décadas para Molina y estando agravándose aún más con la actual crisis económica que está acarreando el cierre de empresas, en una tierra en la que apenas las hay, la destrucción de empleo, en una comarca en la que el sector primario aún representa casi el 30 por ciento de la población activa, y un progresivo recorte de servicios públicos –especialmente en materia de sanidad, educación y servicios sociales- que hacen aún más difícil vivir allí, como al “olmo seco, hendido por el rayo y en su mitad podrido” de Machado, algunas “hojas verdesle están saliendo a Molina en esta primavera, en forma de actividad de sus movimientos asociativos, como la realizada por la plataforma “La Otra Guadalajara”, que lleva ya unos cuantos años reivindicando todo lo reivindicable para Molina –el martes, 16, apoyaron la justa queja para que se resuelva la huelga del transporte escolar en la comarca, que ya dura más de un mes-, haciéndose útil para los ciudadanos pero incómoda para los políticos y las administraciones públicas, como es la obligación de un colectivo que quiere ser la voz de una tierra dolida. En el mismo ámbito del asociacionismo, igualmente es destacable la labor que está realizando “Tierra Molinesa”, una asociación cultural que también es voz de la conciencia de los molineses y que el día 18 de abril entrega sus V Premios a Emprendedores Molineses, poniendo el acento en el emprendimiento, un valor absolutamente imprescindible para reactivar Molina, por lo que de creación de empresas y generación de empleo conlleva. Y aunque son muchas las asociaciones de carácter social y cultural que, en el propio Molina y en muchos pueblos de la comarca, están en marcha, de entre todas ellas quiero destacar la Asociación de Amigos del Museo de Molina, que está haciendo una labor impagable, poniendo en valor la riqueza de los recursos histórico-artísticos y naturales de la comarca molinesa, tan ricos y diversos como infravalorados hasta ahora para generar en torno a ellos empresa y empleo, especialmente en el sector servicios. A este respecto, me alegra saber que el Ayuntamiento de Molina está haciendo gestiones para reabrir “La Subalterna”, un hotel rural con verdadero encanto que lleva cerrado muchos años, por la incompetencia y desidia de algunos, y cuyo cierre a cal y canto dejaba con el faldón levantado a Molina en su justa y necesaria reivindicación de que allí se construya un Parador Nacional porque, si ni siquiera es viable un pequeño hotel rural, cómo lo va a ser un Parador. Por cierto, Don Ramón Aguirre, exdiputado (“paracaidista”) por Guadalajara y actual presidente de la SEPI: lo prometido es deuda y espero que pronto haya novedades (y positivas) en el proyecto del Parador molinés.

Y, para terminar, otra buena noticia molinesa: el pasado viernes se presentó en Santa María del Conde una magnífica edición del histórico “Fuero de Molina”, de la que es autora la profesora de la UAH, Dolores Cabañas, un trabajo de investigación y divulgación que no se hacía desde 1916. Este Fuero fue el que reguló la convivencia de los molineses desde el siglo XII y es letra y espíritu de su Derecho local histórico y recopilación de sus “fazañas”, o sea, la forma en que en Molina se acostumbraba a resolver pleitos, a otorgar derechos e imponer tasas y sanciones, eliminando las decisiones meramente episódicas. Como ya dije en otra ocasión: el singular pasado de Molina es, sin duda, uno de los principales recursos en los que puede cambiar su presente y asentar su futuro. Pero el movimiento se demuestra andando y si Molina no emprende, que nadie espere que emprendan por ella.

 

Ir a la barra de herramientas