Dos extraordinarias mujeres de letras (mayúsculas) nacidas en la provincia de Guadalajara, Aurora Egido (Molina de Aragón, 1946) y Clara Sánchez (Guadalajara, 1955), han sido protagonistas en las últimas semanas de dos importantes y muy positivas noticias, algo que en los tiempos de tanta grisura y pesares que nos condicionan se agradece, y mucho, y que son recibidas con alegría, como la amada recibía el regreso de su “señor” a Guadalajara y lo comparaba con el nacimiento en ella de un rayo de sol, según se recoge en una de las primeras veces, si no la primera misma, que se citó a esta ciudad en una creación literaria, gracias a Yehuda Halevi, quien, a finales del siglo XI o principios del XII, escribió estos preciosos versos en una jarcha mozárabe:
Des cuand mio Cidiello viénid
Tan buona albischara
Com rayo de sol éxid
En Wadalachyara
(Cuando mio Cidiello (mi señor) viene
¡qué buenas albricias!
Como un rayo de sol sale
en Guadalajara)
Efectivamente, se puede considerar como una excelente noticia el hecho de que la filóloga molinesa, Aurora Egido, haya pronunciado hace apenas un mes su discurso de ingreso en la Real Academia Española de la Lengua (RAE), en el que ocupa como titular el sillón B (mayúscula), que previamente detentaba, hasta su fallecimiento, el gran cineasta, José Luis Borau. Aurora Egido es catedrática de Literatura Española en la Universidad de Zaragoza, especialista en el “Siglo de Oro” y destacada estudiosa de la obra de Baltasar Gracián. Precisamente, su extenso discurso de ingreso en la RAE –¡conformado por más de 350 folios, que se dice pronto…!-, lo dedicó a este gran escritor y pensador jesuita aragonés del siglo XVII, autor del “Criticón”, y llevó por título “La búsqueda de la inmortalidad en la obra de Baltasar Gracián”.
Por su parte, Clara Sánchez, nacida en Guadalajara pero estrechamente vinculada a Galápagos, que, como ya destacamos en su día en este mismo blog (http://guadalajaradiario.es/blogs/jesusorea/2013/10/17/planeta-guadalajara), es la única escritora que ha ganado tres de los más importantes premios de novela en lengua española: el Planeta (2013), el Nadal (2010) y el Alfaguara (2000), acaba de ganar también el prestigioso Premio Roma, en Italia, a la mejor novela extranjera, con la misma obra que triunfó en el Planeta: “El cielo ha vuelto”. A Clara Sánchez, después de triunfar en España con ese trío de “ases” de la novela nacional que conforman el Paneta, el Nadal y el Alfaguara, le ha venido a la mano un cuarto “as” para reunir un “póker” con este importante premio italiano, lo que es prueba irrefutable de que su literatura es de la mejor y por ello hasta soporta traducciones y es exportable, no en vano su obra está en proceso de traducción en quince países. Después de tantos y tan importantes premios y el favor que goza por parte del público pues sus libros se venden muy bien –el mejor premio para cualquier escritor-, es evidente que nuestra paisana es uno de los referentes literarios principales en el ámbito de la novela española en estos principios del siglo XXI, que es cuando más ha sobresalido su obra.
Salvo error u omisión, Aurora Egido es la segunda guadalajareña, tras Buero Vallejo, en ocupar sillón en la RAE en sus 300 años de historia, que se cumplieron precisamente el año pasado y que se van a conmemorar con la última edición en papel de su célebre diccionario, que saldrá el próximo otoño y que alcanzará ya la vigésimo tercera. Las nuevas tecnologías sustituirán a las clásicas y la próxima edición de este importante diccionario ya será sólo virtual.
La molinesa Aurora Egido es la novena mujer en ocupar un asiento como académica titular entre los 46 que tiene la RAE, siguiendo la estela de grandes escritoras y filólogas como Carmen Conde –la primera mujer que entró en ella, en 1979-, Elena Quiroga, Ana María Matute –recientemente fallecida-, Carmen Iglesias, Margarita Salas, Soledad Puértolas, Inés Fernández Ordóñez y Carmen Riera.
La curiosidad por indagar en la obra de Aurora Egido me ha llevado a echar un vistazo a la de Baltasar Gracián, de la que como ya he comentado es su principal estudiosa en la actualidad. Gracián fue un pensador y escritor de referencia para otros posteriores tan importantes como los alemanes Schopenhauer o Nietzsche, y autor de tratados de ética y moral muy célebres, como “El Criticón”, “El Político” y “Oráculo manual y arte de prudencia”, entre otros. Leyendo algunos de estos textos de Gracián, he tomado nota de los siguientes aforismos contenidos en ellos y me he permitido asignárselos a algunos políticos españoles de hoy; pero sin acritud alguna, como diría Felipe González:
– A Alfredo Pérez Rubalcaba: “Es una máxima de los prudentes dejar las cosas antes de que ellas los dejen”.
– A Artur Mas: “Otra de las máximas de los prudentes es no seguir adelante en la necedad”.
– A Pablo Iglesias (“Podemos”; por cierto, ¿no es la traducción literal del “Yes we can” de Obama?, ¡copiota!): “Es muy importante distinguir al hombre de palabras del hombre de hechos. Los presuntuosos se satisfacen con el viento. Las palabras deben ir acompañadas de hechos y así tienen valor”.
– A Pedro Sánchez: “No comenzar con demasiada expectación. Es un chasco frecuente ver que todo lo que recibe muchos elogios antes de que ocurra no llegará después a la altura esperada. Lo real nunca puede alcanzar a lo imaginado”.
Y, para terminar, un aforismo de Gracián para todos en general y para nadie en particular: “Písese siempre firme en el medio y no se vaya por extremos, que son peligrosos todos”.