Archive for junio, 2017

Obras son amores…

El equipo de gobierno del Ayuntamiento de Guadalajara se ha apuntado un éxito de gestión incuestionable que ha contestado, de forma contundente y con hechos, las críticas palabras que la oposición ha vertido en los últimos días contra Antonio Román y sus concejales, con ocasión de la valoración que han hecho al alcanzarse el ecuador del actual mandato municipal. Ese éxito tiene nombre: Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (EDUSI), y números: 9,2 millones de euros en inversión, procedentes de los fondos FEDER, que vendrán a Guadalajara entre 2017 y 2022, a los que se sumarán otro 20 por ciento (1,8 millones) que aportará el propio Ayuntamiento.

Decía el portavoz del PSOE, el “sanchista” Daniel Jiménez, entre zaska y zaska a sus compañeros “susanistas”, en su valoración de los dos años transcurridos ya de este mandato, que “Román teledirige el Ayuntamiento” al no dedicarse plenamente a él y que eso es muy malo para el consistorio y para la ciudad. Pues para no cobrar sueldo del Ayuntamiento y solo dedicarle el tiempo que le permite su actividad profesional como médico, la verdad es que el alcalde ha hecho muy bien su trabajo consiguiendo esta pastizara europea para Guadalajara, cuando otros ayuntamientos de la región, con alcaldes dedicados exclusivamente a la política, como Azuqueca de Henares, Puertollano, Talavera de la Reina, Alcázar de San Juan, Seseña, Illescas, Valdepeñas y Villarrobledo -casi todos ellos gobernados por el PSOE y algunos con las marcas de Podemos haciéndoles de “muleta” para alcanzar la mayoría-, han visto rechazados sus proyectos para obtener los fondos FEDER que sí ha logrado Guadalajara.

Valoraba el portavoz de “Ahora Guadalajara”, José Morales, que el equipo de gobierno municipal funciona por “inercia” y que tiene a la ciudad “adormecida”. Vamos, que para el munícipe “podemita”, el tiempo de Román está agotado por cansancio y aburrimiento al llevar ya gobernando la ciudad diez años y eso se transmite a la propia Guadalajara, que, según él, sestea. No es esa mi percepción, precisamente; sestea la Guadalajara que ha sesteado siempre, la espectadora y nunca actora, la que juzga pero no se somete a juicio, la que califica pero no da opción a que la califiquen. Bien al contrario, a mi parecer, y aunque aún quede mucho camino que recorrer en ese sentido, la sociedad civil de esta ciudad, con el Ayuntamiento haciendo su papel de catalizador, impulsor, propiciador y colaborador, está bastante más despabilada que hace unos años. Para botón de muestra de lo que digo, está la continua sucesión de eventos culturales y deportivos que organiza y acoge Guadalajara de un tiempo a esta parte y que, además, no son solo de consumo interno, sino que, gran parte de ellos, son focos de atracción de visitantes que, a falta de tener una ciudad turística de primer orden, sin duda contribuyen a dinamizar la economía local, especialmente en lo que afecta al sector hostelero y comercial. Y, por cierto, he echado de menos que un grupo político como es “Ahora Guadalajara”, con una supuesta especial sensibilidad medioambiental y apuesta por la sostenibilidad, no haya felicitado al equipo de Román por la obtención de estos fondos europeos que, fundamentalmente, tienen por objetivo un desarrollo urbano sostenible a través de la mejora duradera y a largo plazo de las condiciones sociales, económicas y ambientales de un área urbana. Lo dicho parece un discurso de la izquierda, pero a Guadalajara ha traído esta inversión medioambientalista y que envida por la sostenibilidad el alcalde “popular” y “ausente”, Antonio Román, además en su mayor cuantía, pues nuestra ciudad se va a llevar la mitad de los fondos destinados a las tres EDUSI de la región aprobadas, que, además de la nuestra, son la del Ayuntamiento de Toledo (6,8 millones de euros) y la de la Diputación de Albacete para Hellín (3 millones).

Por su parte, Alejandro Ruiz, el portavoz de Ciudadanos -que dio la mayoría a Román para ser alcalde, pero alterna jugar al ratón de ser oposición y al gato de mandar con sus dos decisivos votos-, tras reconocer que Román había cumplido en dos años “el 80 por ciento” de lo pactado con ellos para su investidura, afirmó, en la línea de Morales, que en este equipo de gobierno había “miedo a innovar”. La innovación está muy bien, pero solo si es para implementar un proyecto ya testado o, al menos, suficientemente maduro, no una ocurrencia, y, además, se cuenta con los recursos necesarios para ponerlo en marcha. Y, por cierto, esta Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado que va a llevar a cabo el Ayuntamiento tiene mucho de innovación y, además, cuenta con financiación.

Puestos a innovar, se me ocurren no pocas acciones para la ciudad que podrían financiarse con los 148.614,06 euros brutos anuales que suma lo que cobran los portavoces de PSOE, “Ahora Guadalajara” y Ciudadanos en el Ayuntamiento.

Termino diciendo que no estoy de acuerdo con algunas de las cosas que ha hecho el actual equipo de gobierno y hay no pocas que me gustaría que hiciera y no hace, pero creo justo decir que, en las condiciones de mayoría precaria con la que gobierna Román y la falta de recursos inversores por la crisis que aún colea, la moderación impositiva que él practica y que no viene un euro de Toledo, su trabajo por el Ayuntamiento (gratis et amore) merece bastante más reconocimiento del que le concede la oposición (“bien pagá”, como la canción de Miguel de Molina). Y la consecución de estos fondos para la EDUSI es un éxito político incuestionable y de una gran magnitud. Ahora, lo que toca es invertir bien y de forma productiva, no solo gastar. Viendo el programa previsto, me parece que va en la buena línea. Si alguien quiere profundizar en su conocimiento puede hacerlo a través de este enlace:

https://www.guadalajara.es/recursos/doc/Urbanismo/EDUSI/29217_151215122016131936.pdf

 

 

 

 

Escapada a Sigüenza

A las ciudades tan contundentemente histórico-artísticas como Sigüenza no les van las modas, porque son coyunturales, pasajeras, livianas, como las mínimas nubecillas que con su blanco rompen el azul casi infinito del cielo en una mañana plena de verano. Sigüenza tiene la característica de la perdurabilidad, de lo permanente, de lo clásico. Aunque parezca un contrasentido, Sigüenza está siempre de moda o, mejor aún, debería estarlo porque las tendencias no las marcan los destinos, sino quienes los eligen; o sea, los turistas, porque sí, vamos a hablar de turismo, concretamente de turismo rural porque Sigüenza, hace apenas unos días, ha sido elegida “Capital del turismo rural 2017” de España por el 18,8 por ciento del total de 30.427 votantes -que no son pocos- que han participado en una encuesta “on line” de “Escapada rural”, una de las páginas web más prestigiosas y consultadas en el ámbito turístico rural.

Aunque alguno pueda pensar que es mera anécdota que Sigüenza haya ganado ese honroso título al tratarse de una simple encuesta en red y de una web privada comercial, ciertamente no lo es porque la gran participación habida en ella -que supone más de seis veces la población de Sigüenza-, las medidas de control implementadas por “Escapada rural” para evitar hackeos y reiteración de votos desde la misma “IP”, según informa la propia revista, y la entidad como destinos turísticos de los municipios rivales hacen que el resultado de este sondeo trascienda de la anécdota y alcance un relieve significativo. No estoy en condiciones de cuantificar el número de personas que viajarán en los próximos meses a la “Ciudad del Doncel” -que, por cierto, no era tal doncel pues, a pesar de morir joven, tuvo una hija, llamada Ana, que emparentó con la familia Bravo, con raíces en Atienza y Berlanga, como me apunta el sabio amigo Herrera Casado-, pero sí de prever que un importante número de ellas van a querer conocer, o reconocer, si ya la conocen, esa ciudad que se ha ganado el título de “Capital del turismo rural 2017”.

Decía que uno de los factores que dan relevancia al resultado de esta encuesta es la entidad como destino de los municipios rivales de Sigüenza por el título de la capitalidad del turismo rural español en este año. Efectivamente, la ciudad guadalajareña se ha impuesto en esta votación a ciudades y villas como la navarra Elizondo, la capital del Valle de Baztán, a la madrileña Garganta de los Montes, donde el río Lozoya y otros muchos cursos de agua serpentean entre una de las zonas más escarpadas de la Sierra de Madrid, a la cántabra Alfoz de Lloredo, en la que se hermanan el mar y la montaña, o a la gaditana Grazalema, corazón del parque natural de la sierra que lleva su nombre. Sigüenza también se ha impuesto a otras candidatas de peso y renombre en el ámbito del turismo rural como Covarrubias (Burgos), San Joan de les Abadesses (Girona), Torrecilla en Cameros (La Rioja), Onís (Asturias) y Leiro (Orense). Sin duda, coincidirán conmigo en la importancia y altura de esta competencia, lo que, repito, da aún más valor al título obtenido por Sigüenza, aunque no deje de ser honorífico y virtual.

A finales de los años ochenta del siglo pasado, siendo concejal de turismo de Sigüenza el tristemente fallecido hace unos meses, Emilio Pinto, la “Ciudad del Doncel” dio un paso al frente decisivo para promocionarse como destino turístico como fue comenzar a acudir con stand propio a FITUR, la madrileña feria de las ferias turísticas españolas, y mundiales, pues está a la altura de las tenidas como más importantes: Chicago y Berlín. Fue el primer municipio de la provincia, y aún de muchas otras, que dio ese paso, y no me cabe duda alguna que fue decisivo para que, en estos momentos, Sigüenza sea el segundo destino turístico regional tras Toledo, por ella pasen cada año más de 100.000 visitantes y ahora haya obtenido la consideración de “Capital del turismo rural 2017” de España. Fue el propio Pinto quien impulsó un muy buen eslogan turístico para la ciudad, “Búscame en Sigüenza”, que ahora ha evolucionado hacia un “Encuéntrame en Sigüenza”. Es evidente que hay muchos motivos -hasta octubre de este año, uno más e importante: la exposición “Cisneros. De Gonzalo a Francisco”- para buscar y encontrar gente en esa preciosa ciudad que es sede episcopal desde hace, al menos, catorce siglos, fue sede universitaria durante más de cuatro y forma un matrimonio perfecto, no de conveniencia, con el paisaje, ofreciéndose al viajero en tonos oliveños y rosas, los colores que Ortega y Gasset quiso ver en la catedral seguntina, cuando el singular y espléndido templo-fortaleza le pareció “un bajel secular” que bogaba hacia él.

Búscame en Sigüenza. Es probable que me encuentres allí.

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