Quedan menos de cinco meses para la celebración de las elecciones municipales y autonómicas, fijadas para el 28 de mayo, y, si no recuerdo mal, es la primera vez desde la restauración del sistema democrático vigente que, a estas alturas, el Partido Popular aún no ha designado su candidato –o candidata- para la alcaldía de la capital de la provincia. En pueblos medianos y pequeños es una práctica frecuente que no se conozcan muchos candidatos hasta que el total de las candidaturas se publican en el Boletín Oficial de la Provincia, como exige la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), apenas unas semanas antes de la celebración de los comicios, pero no es usual que las candidaturas a grandes municipios y capitales de provincia se conozcan con menos de cinco meses de antelación como va a ser el caso de la del PP para Guadalajara. Los tiempos en la política gallego-andaluza, con un punto madrileño, que se practica en Génova 13 desde que Feijóo es su máximo jerarca, “son inescrutables como los caminos del Señor” (Romanos 11:33-36). Si es estratégico y, por ende, calculado el hecho de que todavía no se conozca quién encabezará la lista de los populares para la alcaldía de la capital, habrá que ver después su resultado táctico, pero mucho me temo que, más que de una estrategia, se trate de un problema de duda que hace tiempo superó la fase de razonable para ya habitar en lo incomprensible. “Duda cuanto quieras, pero no dejes de actuar” es una soberbia frase de Buero Vallejo que forma parte del libreto de una de sus obras más conocidas y de referencia, “La Fundación”, escrita en 1973 y estrenada un año más tarde, cuando Franco ya estaba en las penúltimas. No estaría mal que esa frase presidiera los despachos de cuantos nos gobiernan o nos quieran gobernar porque la duda razonable siempre tiene plazo de caducidad y una de las virtudes del mejor político es que no llegue nunca ese momento sin haber tomado la mejor decisión posible, aún a riesgo de equivocarse.
Por lo que ya sabía cuando milité durante unos años en el PP hasta que me di cuenta de que un “marxista” como yo no pintaba nada en ese ni en ningún partido –marxista de Groucho, no de Karl, por aquello que dijo de que “jamás pertenecería a un club que me aceptara como socio”; sustituyan partido por club y militante por socio y darán con mi caso-, por lo que he leído en artículos de periodistas generalmente bien informados, por lo que me han contado fuentes solventes y por lo que intuyo, “Guadalajara”, “Toledo” y “Madrid” no se han puesto aún de acuerdo en la persona que debe encabezar la lista a la alcaldía de la capital. Candidatos -y candidatas- tienen de sobra, es evidente, pero aún tienen más dudas que opciones lo que a estas alturas no es comprensible, es más bien preocupante y, lo que es peor para sus intereses, puede ser perjudicial pues a quien vaya a serlo finalmente se le va a hurtar muchísimo tiempo para proyectarse y dar a conocer, elaborar un potente programa electoral y conformar un buen equipo. Fue el mismísimo Feijóo quien dijo en un acto público celebrado en la propia Guadalajara que el candidato -o candidata- de su partido a la alcaldía sería el que decidieran de común acuerdo los responsables provinciales y regionales y que Génova solo intervendría en el caso de que éstos no propusieran el mismo nombre. Si esto es verdad, que no dudo que lo sea, el problema de que Guadalajara aún no tenga candidato –o candidata- popular parece radicar en que “Toledo” y “Guadalajara”, es decir, Paco Núñez y Lucas Castillo, aún no se han puesto de acuerdo. Llegados a este punto, voy a entrar en el terreno de la especulación, pero estoy seguro de que lo que voy a decir no está muy lejos de ser lo que realmente ha sucedido y aún sucede. El presidente provincial del PP y actual alcalde de Yunquera, Lucas Castillo, quiere revalidar su alcaldía porque lo que más quiere y le importa es su pueblo, algo que le honra, y, en todo caso y dependiendo de los resultados electorales provinciales, podría postularse después como candidato a la presidencia de la Diputación o, de no posibilitarlo la matemática electoral, ser el portavoz de su partido en ella. Por otra parte, su número dos y secretario provincial desde el último congreso provincial del PP, Alfonso Esteban, es actualmente el portavoz de los populares en la Diputación por lo que, lógicamente, debe ceder su posición a Lucas. Esteban fue un gran concejal de personal y economía y hacienda en las alcaldías de Román, conoce por tanto muy bien los dos principales ejes de funcionamiento del ayuntamiento capitalino y puede y quiere ser el candidato a la alcaldía. A estas circunstancias ya de por sí favorables cabe añadir las de que es un político aún joven pero ya maduro, muy preparado, afable, dialogante y elocuente, virtudes que no es fácil encontrar juntas en una misma persona. Por jerarquía, currículum y todo lo ya apuntado, Alfonso Esteban podría llevar ya mucho tiempo proclamado como candidato porque, lógicamente, cuenta con el apoyo de Lucas Castillo puesto que solo faltaría que no fuera así cuando él mismo lo eligió como su número dos. ¿Cuál es entonces el problema? Evidentemente, Paco Núñez tiene dudas, no porque no le parezca que Esteban podría ser un buen candidato, sino porque se ha intoxicado o, mejor, le han intoxicado, con otras opciones, algunas de ellas mirlos blancos y otras, cantos de sirenas. Utilizo la expresión “intoxicado” porque el presidente regional del PP, que viene mucho por aquí pero solo de visita, es evidente que no conoce en profundidad a muchas de las personas que ha barajado o está barajando como opción y su potencialidad como candidatos y, sobre todo, después como posibles alcaldes, y, por tanto, sus análisis sobre ellas son superficiales, de trazo grueso y, en muchos casos, influenciados por intereses de parte. Parece ser que Núñez apostaba, inicialmente, por un reputado médico sin experiencia política y muy activo en redes sociales que le dijo que no, pero le propuso a un amigo. ¡Manda huevos! como dijo Trillo. También dudó con otros nombres que, por distintas causas, se alejaban de la idoneidad. A ambas circunstancias podemos unir el hecho de que hay más de un PP en Guadalajara, pese a que cuenta con su número de militancia más baja y desmovilizada, y también añadir que alguien ha caído a última hora que los populares tienen tres hombres y solo una mujer para las candidaturas ya confirmadas a las otras cuatro capitales de provincia de la región y que sería conveniente dejarlo en, al menos, 3-2. Por argumento de tan poco calado parece que lo que ahora se busca es una candidata. O sea que el sexo de los candidatos del PP de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Toledo puede condicionar el de Guadalajara. Lo dicho: ¡manda…! Paco Núñez, ya conocido en Génova por el apodo de “el kilométrico” porque es un viajero impenitente y aspirante, supongo que sin pretenderlo, al don divino de la ubicuidad, se desplaza mucho pero a veces no llega a ninguna parte o lo hace tarde y, no pocas, mal. Pues él mismo y sus mecanismos porque el PP, con estas tribulaciones y dudas, puede estar perdiendo sus opciones a recuperar la alcaldía de la capital, aunque sea con la “muleta” de Vox que, por cierto, ha elegido a una excelente persona, Javier Toquero, como candidato. Las encuestas están muy ajustadas y, cualquier error, puede decantar la alcaldía hacia un lado u otro. Y no hay mayor error que dudar mucho más de lo razonable y debilitar con esa duda a quien finalmente sea designado candidato -o candidata-. Parece que esa designación llegará muy pronto, pero es posible que ya tarde.