Como alumno aventajado de José Bono que fue y “hereu” –heredero en catalán, que yo ya lo voy hablando en la intimidad por si acaso- político suyo, Emiliano García Page practica cada vez con más empeño ese principio del pragmatismo político que es no dar una puntada sin hilo, un principio transversal que supera y desborda ideologías y que se acomoda al criterio de que lo que hay que hacer –y, sobre todo, decir- es lo que funciona.
Las últimas muestras de “bonismo” y pragmatismo político que nos ha dejado Page han llegado cuando a 2017 ya le quedaban pocas barbas que pelar y han tenido por sede los dos municipios de la región que mayor número de visitas turísticas concitan: Toledo y Sigüenza. Como después veremos, hasta los marcos en los que el presidente regional hace política no son elegidos al azar –al aliguí, como decimos en Guadalajara-, sino que son escogidos a conciencia y con ellos ya da la primera puntada para coser su objetivo político. Con hilo, por supuesto.
Hace unos días, en el Palacio de Fuensalida, sede de la presidencia regional, como viene siendo costumbre desde tiempos de Bono, Page volvió a reunir en un “desayuno de trabajo” –eufemismo de rueda de prensa acompañada de café y bollos- a los directores de los medios de comunicación regionales para hacer balance de 2017 y, especialmente, para trazar algunas de las líneas maestras de su estrategia política para 2018. Page, en este encuentro con los periodistas que, por su característica casi multitudinaria, tiene más formato de mitin que de verdadera rueda de prensa, se mostró muy cerca de la euforia pues, por fin, ha podido aprobar el presupuesto regional gracias a su pacto de gobierno con Podemos, despejándosele así el futuro de la acción gubernamental, especialmente la inversora, cuando solo queda un año y medio para las próximas elecciones autonómicas y locales; o sea, “na”.
El pragmatismo político que tanto practica Page queda en notoria evidencia en el hecho de que, a pesar de que él mantiene un nítido discurso constitucionalista y españolista, no le sonroja lo más mínimo tener en la Junta un vicepresidente segundo podemita, José García Molina, que hasta se entrevistó con el entonces vicepresidente de la Generalitat, el republicano e independentista Oriol Junqueras, en vísperas del 1-O para mostrarle su apoyo en el referéndum ilegal catalán. Page no puede esgrimir que García Molina fue a Barcelona a hacer el juego a los separatistas solo a título particular y de partido, porque la Generalitat publicitó ese encuentro todo lo que pudo como si de institucional se tratara y no trató ni nombró a Molina como secretario general de Podemos en Castilla-La Mancha, sino como vicepresidente segundo de la Junta. Emiliano, más a la gallega que a la manchega, se desmarcó, pero sin hacer herida, de García Molina, y en vez de romper su reciente pacto de gobierno por superar una “línea roja” tan notoria como fue llevar su cargo en la Junta para hacer el “rendez vous” a Junqueras y Puigdemont, siguió negociando con él cargos, asesores liberados, “puertas giratorias”, áreas de gobierno reservadas… y el presupuesto regional. Como Luis de Góngora en su conocido “Ándeme yo caliente”, Page, al más puro estilo Bono, debió pensar:
Traten otros del gobierno
Del mundo y sus monarquías,
Mientras gobiernan mis días
Mantequillas y pan tierno,
Y las mañanas de invierno
Naranjada y aguardiente,
Y ríase la gente.
Resulta cuando menos curioso que un presidente regional, como Page, que dentro de su partido está considerado como del ala menos próxima a Podemos, haya sido el único que ha cerrado un pacto de gobierno con los de Pablo Iglesias y no solo de investidura. Eso, sin duda, habla de su habilidad política, que no seré yo quien se la niegue, pero a mi juicio también evidencia que, si bien el PSOE renunció al marxismo (de Karl) en el congreso extraordinario de 1979 que Felipe González forzó con su estratégica dimisión, Emiliano sigue practicando el marxismo (de Groucho) cuando conviene a sus intereses políticos personales y de partido, aunque él los disfrace de generales. Perfectamente sabe el “manchakari” que esta no es una región políticamente situada en la izquierda que defiende Podemos, a pesar de lo cual ha buscado un pacto con los morados como el sediento un oasis en el desierto, si bien, siguiendo el marxismo “grouchista”, en su reciente desayuno con la prensa ya habló de la previsible entrada de Ciudadanos en el próximo parlamento regional y tendió algunos puentes con los de Rivera, por si conviene cambiar el morado por el naranja.
Dejemos ya el desayuno toledano y vayamos con la despedida televisiva de 2017 para la que Page eligió este año como marco (incomparable, sin duda) Sigüenza. Lo primero, decir que le alabo el gusto porque Sigüenza siempre ha sido, es y será una buena elección. Pocas ciudades más bellas que ella hay, no solo en la región, sino en España entera. Pero dicho esto, tengo bien claro que si el presidente regional eligió la ciudad de Doncel para despedir el año, no es únicamente por tratarse de un bellísimo y turístico municipio regional, sino porque en sus cálculos electorales el partido judicial de Sigüenza va a jugar un papel muy importante para determinar la futura mayoría política de la Diputación Provincial, pero, sobre todo, porque es probable que, una vez más, la provincia de Guadalajara de a unos y quite a otros la mayoría en el parlamento regional. En ambas instituciones, parece evidente que, según coinciden la mayoría de sondeos demoscópicos, Ciudadanos va a ser decisivo, algo que Page sabe muy bien por lo que no descarten que, una vez aprobados los presupuestos regionales para 2018, comience a distanciarse de Podemos por cuestiones bastante más nimias que su desmañado apoyo al referéndum ilegal catalán. Se distanciará por eso y porque según esas mismas encuestas, al contrario que Ciudadanos, Podemos va pudiendo cada vez menos, lo que convierte a los morados en un ascua que cada vez calienta menos.
Aprovecho la ocasión para desear a todos los lectores de GD un feliz año nuevo, especialmente mucha salud pues, a partir de ella, podrán construir la felicidad, la paz, la prosperidad y todo cuanto anhelen.