El miércoles, 24 de octubre, a tan temprana hora de la tarde que algún bostezo de los de cabezadita en el sillón tras la sobremesa se le escapó indisimuladamente a alguno, el ayuntamiento de la capital nos convocó a un acto protocolario, pero de total oportunidad y absoluta justicia, como fue la inauguración de la nueva Biblioteca municipal de la ciudad que llevará el nombre de José Antonio Suárez de Puga, “Josepe” para los amigos y aún para los conocidos, que son/somos muchos, tanto unos como otros dadas la empatía que genera y la sociabilidad que le caracteriza. Redundando en lo apuntado, oportuno, muy oportuno, es poner el primer hito en el mapa de bibliotecas municipales que tiene en proyecto implementar el ayuntamiento, y de absoluta justicia el hecho de que lleve el nombre de Suárez de Puga, una figura sobresaliente en la actividad cultural de la ciudad de las últimas seis décadas, un intelectual de auténtica talla, un guadalajareño comprometido sin caspa provinciana y un extraordinario creador. Otros nombres podrían habérsele dado a esta biblioteca naciente, sin duda, pero no se me ocurre otro mejor.
Esta nueva Biblioteca municipal está ubicada en el Centro Integrado “Eduardo Guitián”, en Aguas Vivas, junto al Polideportivo Multiusos que tanta actividad social y económica está aportando a la ciudad como disgustos a la, al menos en este caso, torpe oposición municipal que la está poniendo trabas por cálculos electoralistas en vez de colaborar con algo que es bueno para Guadalajara. Pero dejemos lo que antaño fue la “gimnasia higiénica”, primer nombre que se le dio a la actividad física y deportiva en los centros escolares mediado el siglo XIX, y volvamos a la cultura, esa que, como reza la cartela que Carlos Santiesteban integró en su fresco alegórico a ella dedicado en el palacio de la Diputación, conviene allegarse, sembrar y arar, como hace el labrador, para “lograr buenos frutos”, parafraseando a San Mateo en su Evangelio. Según informó el propio alcalde, Antonio Román, en el acto de inauguración de la sala que ya lleva el nombre de Suárez de Puga, el Patronato de Cultura ha elaborado un mapa de bibliotecas municipales que ha sido consensuado con los técnicos de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Este plan contará con una biblioteca central, que estará ubicada en el Fuerte de San Francisco (cuando la Junta cumpla la sentencia firme del Tribunal Supremo que le obliga a rehabilitar las naves del viejo cantón militar, algo a lo que se ha resistido de manera inentendible pues está obligada a ello por un convenio que la administración firmó en su día con el ayuntamiento); una biblioteca mediana (la que lleva el nombre de Josepe) y otras bibliotecas de menor tamaño y satélites, que se ubicarán en los cuatro barrios anexionados a la ciudad (Iriépal, Taracena, Usanos y Valdenoches) y en los centros sociales de Los Valles (situado entre el nuevo sector residencial del mismo nombre y la Colonia Sanz Vázquez) y del Cuartel del Henares (localizado en Los Manantiales).
Como es sabido, hasta la inauguración de la Biblioteca Suárez de Puga, el ayuntamiento de la capital no gestionaba ningún centro de préstamo de libros y de lectura en sala, aunque sí ofrecía espacios para el estudio en varias dependencias municipales como el Centro Joven y el Centro Integrado Guitián, entre otros. El hecho de que la Biblioteca Pública Provincial -cuya actual sede en el palacio de Dávalos la aportó el propio ayuntamiento al adquirirlo a sus antiguos propietarios y salvarlo así de la ruina a finales de los años 90, siendo alcalde Bris– tenga su sede física en la capital, había supuesto que, hasta este momento, el ayuntamiento no se planteara la necesidad de crear su propia red de bibliotecas municipales. Esa circunstancia tornó en la primavera de 2017, gracias a una moción de fomento de la lectura presentada por el grupo municipal de Ciudadanos, a la que se unió una transaccional de Ahora Guadalajara para que ese plan se concretara en la creación de una red local de bibliotecas y servicios bibliotecarios. Ese tipo de propuestas sí son útiles para los vecinos y van en la buena dirección de lo que debe ser una oposición también útil, que es la mejor que se puede hacer.
Así que, bienvenido sea este nuevo mapa local de bibliotecas y servicios bibliotecarios que, en principio, parece bien planificado por el equipo de gobierno del PP y cuyo primer paso para ponerlo en marcha se ha dado con la inauguración de la Biblioteca José Antonio Suárez de Puga, la última llegada a esta ciudad a la que bien podemos atribuir el adjetivo de lectora pues, no en vano, la Pública Provincial tiene casi 40.000 socios adultos y más de 10.000 infantiles, cifras espectaculares para nuestra población. Recordemos que la primera Biblioteca Provincial la acordó crear el Pleno de la Diputación el 6 de marzo de 1837, reuniendo en ella los fondos provenientes de los conventos y monasterios de la provincia, entonces recientemente desamortizados, y fue instalada en la que en ese momento era sede de la propia institución provincial, el Convento de la Piedad.
- B.- Aprovecho este post para agradecer pública y vivamente la masiva presencia de asistentes al acto de presentación del libro titulado “Guadalajareando”, celebrado al día siguiente de la inauguración de la “Biblioteca de Josepe”, y de cuyo texto soy autor, mientras que las magníficas fotografías que lo complementan y enriquecen son de Nacho Abascal. La mejor compensación que puede tener un autor -y en este caso somos dos, pues yo hablo por medio de la palabra, pero Nacho es aún más elocuente y brillante con su cámara- es que su obra tenga una cálida acogida y sentir el aliento, como nosotros sentimos, de tantos amigos. Esperamos no defraudarlos cuando empiecen a “guadalajarear”.