¡Queremos que la Alcarria tenga salida al mar!

            No conozco la intrahistoria que ha llevado a la Diputada nacional del PSOE por Guadalajara, Magdalena Valerio, a hacer uno de los mayores ridículos parlamentarios que se recuerdan y que está siendo objeto de cachondeo mayúsculo por todas las españas –espero que nunca federales, aunque siempre plurales-, especialmente en los mentideros políticos, pero sea cual fuere la causa de la causa del craso error por ella cometido, el caso es que del Cabo deFinisterre al de Gata, desde Ayamonte a Portbou, desde los Arribes del Duero a la Albufera, desde el Cabo deMachichaco al Golfo de Cádiz, incluso desde Algeciras a Estambul aún se están desternillando de risa por las preguntas –¡que no fue una, sino que fueron siete!- que la señora Valerio hizo al Gobierno ¡¡¡sobre afectaciones del dominio marítimo-terrestre y de la Ley de Costas en la provincia de Guadalajara!!!

             Aunque para ejemplo de este espantoso ridículo bastaría con un botón de muestra, a continuación voy a reproducir literalmente tres de las siete preguntas que, para su contestación por escrito, realizó la Diputada socialista por Guadalajara al Gobierno interesándose por la aplicación y afectación de la Ley de Costas en nuestra provincia -de interior, no, lo siguiente…- fechadas el 29 de abril de 2013:

 – “¿Cuántas construcciones o instalaciones sin la autorización o concesión exigible con arreglo a la legislación de costas han sido legalizadas por razones de interés público en los años 2000, 2001, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011, 2012 y 2013 en la provincia de Guadalajara?

 – ¿Cuántas construcciones o instalaciones situadas en dominio público marítimo-terrestre sin la autorización o concesión exigible con arreglo a la legislación de costas tiene constancia que existen en la provincia de Guadalajara?

 – ¿Cuántas obras e instalaciones sin la autorización o concesión exigible con arreglo a la legislación de costas vigente han sido demolidas en los años 2000, 2001, 2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011, 2012 y 2013 en la provincia de Guadalajara?”

 

La contestación del Gobierno a estas preguntas tan improcedentes, erradas, tórpidas, ridículas, inadecuadas, extemporáneas y merecedoras de la “Cruz del Yerro” realizadas por Magdalena Valerio, que podría haber sido inmediata y de las que hacen época, ha tardado más de cuatro meses en producirse y no ha hecho más que un rasguño irónico en la piel parlamentaria de Su Señoría, cuando podía haberla dejado como al Gallo de Morón, sin plumas y cacareando. Esta fue la escueta, aunque expresiva, respuesta que el Gobierno dio a las siete preguntas de la parlamentaria socialista alcarreña sobre aspectos relacionados con “la costa marítima” de Guadalajara:

– “Como Su Señoría sabe, Guadalajara es una provincia de interior que se encuentra a más de 300 kilómetros del mar y en la que, en consecuencia, no existe zona de Dominio Público Marítimo Terrestre ni, tampoco, concesiones que amparen ocupaciones de dicho Dominio Público”.

Puede que sea algo de complejo provinciano, no lo niego, pero el caso es que, aunque la señora Valerio no esté con mi voto en el Congreso de los Diputados, me fastidia bastante que el nombre de la provincia de Guadalajara y el de una representante de sus ciudadanos esté corriendo de boca en boca, como “la falsa monea” va de mano en mano, por un error tan lamentable y burdo y del que no se han dado explicaciones suficientes y en detalle para conocer su verdadero origen -¿acaso porque descubriríamos alguna vergüenza del funcionamiento interno del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso?-, pues es evidente que Magdalena Valerio sabe perfectamente que Guadalajara no tiene costa marítima, una circunstancia que ni siquiera a través de un referéndum popular o de la modificación de la Constitución podríamos hacer cambiar y que me recuerda a aquellas “noches azules” de los años jóvenes de mi generación, cuando a las numerosas reivindicaciones, gran parte de ellas serias, lógicas, razonables y justas que se hicieron en la Transición, con tono jocoso y en clave festiva sumábamos una muy particular y utópica: “¡Queremos que la Alcarria tenga salida al mar!”. Incluso alguno, además de salida al mar para la Alcarria y otras utopías, pedía también que los “Donuts” no tuvieran agujero, una verdadera majadería pues sin agujero los “Donuts” ya no serían lo que son y que no es otra cosa que rosquillas.

Y hablando de rosquillas, un rosco para Magdalena Valerio por este dislate, aunque le agradezco que con él me haya permitido recordar mis años más jóvenes, ilusionantes, reivindicativos y divertidos. ¡Lástima que el tiempo pase tan deprisa y para todo el mundo…! Como proclama en el centro de su esfera el reloj carillón que hay en el despacho de la alcaldía del Ayuntamiento de Guadalajara: “Tempus fugit”.  O sea, el tiempo huye, el tiempo se escapa, el tiempo vuela, el tiempo pasa.

 

 

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