Román no aprueba y es malo

La mayoría relativa del PP en el Ayuntamiento, que cuando Ciudadanos se levanta con el pie izquierdo es minoría absoluta, nos está dejando extrañas escenas en el salón de plenos municipal, como las que The Doors nos cantaban y contaban que ocurrían dentro de la mina de oro, en su mítico álbum  “Weird Scenes Inside The Gold Mine”, que data ya de 1972, cuando Munich acogió los Juegos Olímpicos y yo empezaba a despabilarme de la niñez en la calle de la Música, precisamente.

Pocos días hay que no nos desayunemos, almorcemos o cenemos –y, a veces, hasta merendemos- con un bochinche municipal en el que la oposición de izquierdas –PSOE + Ahora Guadalajara, cuyos votos se suelen sumar en un 99 por ciento de las ocasiones-, no pocas veces aliada al partido de centro/izquierda/derecha –Ciudadanos- gana una votación al equipo de gobierno, supuestamente de centro derecha –PP-, sobre una cuestión que, generalmente, no pasa de ser de campanario y pura cohetería, es decir, que hace ruido, pero trae pocas nueces.

La última asonada plenaria ha consistido en que la oposición de izquierdas, con la abstención de la de centro/izquierda/derecha, ha “reprobado” (literalmente) al alcalde, Antonio Román, porque, según le acusan los reprobadores, su equipo de gobierno no colabora con ellos convenientemente, dificultándoles su acceso a la documentación que le requieren e incumpliendo así las más elementales normas de transparencia y, por supuesto, el Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales que, como no podría ser de otra manera, regula el acceso a la información y documentación municipal de todos los ediles, sean gobernantes u opositores.

Uno de los ejemplos que Ahora Guadalajara puso en el pleno para tratar de evidenciar que sus quejas eran ciertas fue el convenio de cesión del campo de fútbol Pedro Escartín que el Ayuntamiento de la capital tiene firmado con el C.D. Guadalajara y que, según José Morales, el portavoz del grupo municipal “podemita”, no les ha sido entregado porque sospecha que, o bien no existe, o ha caducado. Desconozco la situación real y legal de este convenio, pero, casualmente, me he acordado de que, siendo yo concejal del equipo de gobierno del PP en el último mandato de José María Bris (1999-2003) -gran alcalde y mejor persona-, cuando conseguí contratar para las Ferias de 2001 la actuación de “La Oreja de Van Gogh”, año en el que dieron el pelotazo y toda España los quería en sus programaciones, optamos por bajar esta actuación al Pedro Escartín porque el Auditorio Municipal se iba a quedar, no pequeño, sino pequeñísimo, pues tenía una capacidad para poco más de 4000 espectadores, cuando a la actuación del entonces grupo de Amaya Montero terminaron asistiendo 17000. Pues bien, curiosamente, todo el mundo remó a favor de aquella decisión que hasta suponía una modificación contractual por el cambio de escenario, menos la Junta de Comunidades que, de repente y con el único ánimo de tocar las pelotas –con perdón-  al Ayuntamiento y salir en el cartel de “La Oreja”, se sacó de los archivos un viejo documento de la franquista Delegación Nacional de Educación Física y Deportes, con su “pollo”, su yugo, sus flechasy su “una, grande y libre” en el membrete. Según ese documento, el campo era del Estado –que en una fase de transferencias autonómicas lo había cedido a la Junta- y en él solo se podían celebrar eventos no deportivos sin su autorización. Cuando se transfirió la titularidad del Pedro Escartín del Estado a la Junta, en los años 80, ni se renovó, ni se modificó ese convenio, por lo que, con su caspa, olor a rancio, caducidad de hecho y todo, el gobierno regional socialista, que hasta entonces había pasado del Escartín como de comer mierda –con perdón-, lo exhibió sin pudor alguno, con el misérrimo fin de poder exigir que, en un rincón del cartel de la actuación del entonces muy famoso grupo musical donostiarra, pusiera “Colabora: Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha”. Y unas entraditas de “baracalofi” para algunos, claro…

Cuento esta batallita de “viejoven” para darle una pista a José Morales sobre el convenio de cesión del Pedro Escartín al Depor que, al parecer, el equipo de gobierno no le da, aunque el que tenía el “pollo franquista” y que a mí me puso la Junta encima de la mesa para sacarme un logotipo en el cartel del concierto de “La Oreja” –y las entraditas, por supuesto-, dejó de ser de aplicación cuando se suscribió uno nuevo en el mandato 2003-2007, siendo alcalde Jesús Alique y concejal de Deportes, José Alfonso Montes, con ocasión de la cesión de la Junta al Ayuntamiento del campo de fútbol que, por cierto y si mal no recuerdo, en septiembre de este año hará 50 años que fue inaugurado.

Como viceportavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento que fui en el mandato 2003-2007, siendo oposición al equipo de gobierno de Alique, sé muy bien lo que es padecer dificultades para ejercer ese trabajo; y lo dejo ahí, no voy a dar más detalles. Por ello, si es cierto lo que dice la actual oposición al equipo de Román, invito a éste y a sus concejales a que faciliten la labor de aquella, porque la transparencia es esencia de la democracia y el estado de derecho su columna vertebral. Al tiempo, pido a la oposición seriedad, rigor, coherencia y altura de miras, algo que no siempre ha evidenciado pues parece mucho más preocupada en desgastar a Román y su equipo que en mejorar Guadalajara. Y no vale todo para ello.

Termino diciendo que, según el diccionario de la RAE, “reprobar” significa “no aprobar, dar por malo”. O sea que el PSOE y Ahora Guadalajara han votado en el pleno que “no aprueban y dan por malo” a Antonio Román,  algo que me suena a chiquillada, al infantil “no te ajunto”. ¿Y Ciudadanos? Pues siguen con su “yenka” –recuerdan: izquierda/izquierda/derecha/derecha/delante/detrás/un/dos/tres-, haciendo el Don Tancredo en medio del foro politico y, esta vez, absteniéndose y “reprobando” a todos, gobierno y oposición, por ser todos malos y hacer todos mal las cosas. ¡Menos ellos, claro!

 

Ir a la barra de herramientas