El año del tigre

                1975 fue un año muy especial para España pues en noviembre moría Francisco Franco y con él su dictadura de casi 40 años que sucedió a una terrible Guerra Civil y ésta, a su vez, fue antecedida por una república que se le fue de las manos a los republicanos y a quienes no lo eran. En 102 años, hubo cuatro guerras civiles en España: las tres carlistas de 1833, 1846 y 1872, más la de 1936-39, ya en el siglo XX. Solo una nación tan vieja y sólida como España, pese a su rica diversidad, puede soportar cuatro guerras civiles en un siglo y seguir teniendo un solar en pie y un himno común, eso sí, al precio de que éste no posea letra. ¿Chunda, chunda…? Pues chunda chunda como letra y estribillo a la vez y que cada uno ponga en el “chunda” el sentimiento que quiera. Todos están permitidos, salvo odiar, menospreciar o insultar al compatriota por el único hecho de que haya nacido en otro paisaje, hable con distinto acento o tenga menos posibles, algo que ya es la re-leche que motive ese tipo de acciones y sentimientos. Si alguien se da por aludido al respecto, que se lo haga mirar porque está más cerca del racismo y la xenofobia que de otros “ismos” más tolerables, pese a que todos los extremos a los que lleva este sufijo son nocivos. Aunque a la mona le pongas barretina o txapela, mona se queda.

                El año en que murió Franco, el mundo no solo se libró de un dictador –que, por cierto, murió ya siendo anciano y enterrado en olor de multitudes-, también se había librado unos meses antes, en abril exactamente, de la última gran guerra que enfrentó en el campo de batalla al comunismo y el liberalismo político y económico, la de Vietnam, terriblemente sangrienta y que se prolongó durante 20 años, entre 1955 y 1975. Según el zodiaco vietnamita, en 1975 se celebraba “el año del gato”, nombre que dio título a una muy bonita y conocida canción del músico escocés Al Stewart -si alguien quiere recordar el tema, puede escucharlo en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=fqUiqHPUDOw -. Esta canción, que fue todo un éxito en su momento y que ha devenido en un clásico recurrente de la música de aquellos años, nada tenía que ver con ese conflicto bélico que se enquistó y en el que soviéticos y americanos se zurraron y patearon unos a otros de lo lindo. Eso sí, quienes pusieron el culo fueron los vietnamitas, aunque bien es cierto que los estadounidenses fueron menos reservones que los de la extinta URSS pues murieron 60.000 norteamericanos en las selvas vietnamitas. De los soviéticos fallecidos no hay ni datos pues jamás comparecieron oficialmente en la contienda, si bien armaron, financiaron, alentaron y teledirigieron al Vietcong, como era conocido el Frente Nacional de Liberación de Vietnam, y que era la organización política y militar de corte comunista que luchó contra el régimen “capitalista” de Vietnam del Sur y contra las tropas americanas.

                Los nacidos en los años del gato, según el horóscopo vietnamita, suelen ser personas de buen juicio, precavidas, amables y serviciales, al tiempo que poseen talento, ambición y creatividad. Por el contrario, suelen ser tercas, superficiales, egoístas y tener mal humor. Es evidente que quien creara este horóscopo quiso trasladar a las personas la parte magra de las características y peculiaridades de los animales vinculados al año de su nacimiento porque algunas de estas pautas de comportamiento son netamente gatunas. “El año del gato” de Al Stewart, como ya decíamos antes, no hablaba de la guerra del sudeste asiático recién concluida entonces y, simplemente, apelaba al “año del gato” vietnamita porque a su compositor y cantante le cuadró como sonaba esa expresión para el estribillo de su tema. En realidad, se trata de una canción de amor, con aroma a incienso y a pachuli –los olores por excelencia del movimiento hippy, nacido una década antes- y en la que hasta se cita a Humphrey Bogart y a Peter Lorre, dos de los actores masculinos protagonistas de la mítica película Casablanca. Al Stewart transitó con frecuencia en sus composiciones por parte del camino elegido por los poetas españoles llamados “novísimos”, entre el culturalismo y la contracultura, aportando letras verdaderamente interesantes. Letras que solo descubría la minoría que nos molestábamos en intentar saber qué había detrás de unas canciones que sonaban muy bien en inglés, pero de las que la gran mayoría solo entendíamos alguna palabra suelta. Así nos enteramos de que el “Año del gato”, con este comienzo: “On a morning from a Bogart movie / In a country where they turn back time…” (“En una mañana de una película de Bogart / En un país donde retrocede el tiempo…”), no era nada más y nada menos que una historia de amor entre un hombre y una mujer, puede que imposible por los arañazos del gato o por su excesiva melosidad, la eterna ciclotimia y dicotomía gatunas. Eso la canción no lo cuenta. En cualquier caso, “El año del gato” forma parte de la banda sonora de mi despertar a la música internacional en la edad adolescente, junto con “Hotel California”, de The Eagles, o “Carolina in my mind”, versión de James Taylor, y otros temas  más “beat”, más rítmicos…, en definitiva, más rockeros, como “More than a feeling”, de Boston. Siempre con permiso de papá Beatles y mamá Rollings, o sea, el pop y el rock en sus versiones más sublimes.

                Según el zodiaco vietnamita –su año comienza tras la primera luna llena, que llegará el día 17 de enero-, 2022 será “año del tigre”. Al Stewart ya ha cumplido 76 veranos –nació a primeros de septiembre- y no sé si tendrá ganas de componer una canción con este título, pero miedo me da pensar lo que se nos avecinaría si en vez de parecerse las personas que nacen al animal del año, como dice la tradición vietnamita, el propio año se pareciera al animal que lo nomina. Por cierto, 2020 fue el año del ratón y 2021 ha sido el del búfalo. Que cada uno saque sus propias conclusiones, aunque yo me decanto porque este y todos los horóscopos son cuentos chinos.

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